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Diálogos con la historia (XLV parte)

Datum: 

20/04/2011

Quelle: 

Periódico El Sol de México
FRAGMENTOS DE LA INTERVENCIÓN DE FIDEL CASTRO RUZ POR LA RADIO Y LA TELEVISIÓN CUBANAS A SU REGRESO DE LA VISITA A LA URSS

La Habana. 4 de junio de 1963. Fidel Castro interviene por la radio y la televisión cubanas.Periodista.- Compañero Fidel, en una pregunta mía sobre periodismo usted tocó las cuestiones económicas; parece que ya estamos en el tema de la economía. En...

Comandante Fidel Castro.- Bueno, después uno se acordará de las cosas que se le han olvidado, ¿verdad?, pero cosas de tipo general, hay algunas de tipo general, de tipo económico, impresiones de viaje, impresiones sobre el compañero Jruschov y que yo quiero aquí expresar.

En la cuestión económica, este viaje era un viaje de mucho interés para nosotros, para el país en general y para los intereses del movimiento comunista internacional.

Había que conversar sobre muchos temas, sobre muchas cuestiones, hacer recuento, análisis, todas esas cosas; presentes y futuras.

...Todo el mundo sabe la posición que nosotros hemos mantenido, de lucha por la unidad del campo socialista y, además, sobre todo los que nos conocen bien, saben que nosotros jamás adoptaremos posiciones de tipo de principios por razones de interés económico y saben bien cómo nosotros tenemos nuestras opiniones y defendemos nuestras opiniones y sabemos defenderlas a cualquier precio.

...Por lo tanto, esas intriguitas del imperialismo son intrigas de bajo vuelo. Yo, al hablar aquí hoy ante el pueblo, como resultado de una apreciación objetiva de la visita a la URSS, de todas las conversaciones sostenidas con los dirigentes de la Unión Soviética, es una apreciación que tiene el valor de ser una opinión honrada, objetiva, desinteresada, como ha sido siempre y dicha por quienes hemos sabido actuar en la Revolución, llevar a cabo la Revolución, porque la Revolución la hemos hecho nosotros, que era lo que yo decía en el Estadio "Lenin". No pueden los enemigos de la URSS decir que la Revolución la hizo la URSS, la hemos hecho nosotros: aplicamos nuestras tácticas, nuestros métodos; hemos ido desarrollando la Revolución adaptada a las condiciones cubanas concretas y hemos tenido actitudes que todo el pueblo las conoce en cada uno de los momentos decisivos.

...La situación general de nuestro país, en estos momentos, puede decirse que es una situación de seguridad, una situación de seguridad diferente al peligro que nos ha estado acechando desde el principio mismo de la Revolución, de una invasión directa de los Estados Unidos.

...Los Estados Unidos habían acudido a todas las armas, habían acudido al arma de la agresión económica, al arma de la subversión, al arma de la agresión indirecta y le faltaba la agresión directa. Y lo que yo puedo exponer del producto de todas las conversaciones, del análisis minucioso de todas las cuestiones, es que nosotros contamos en este momento con una situación de seguridad frente a ese peligro, es decir, un peligro frente al cual actuamos con una gran seguridad.

...Es incuestionable que con el cambio de correlación de fuerzas, ese peligro potencial disminuye, en la misma medida que el campo socialista se refuerza, en la misma medida en que el campo socialista es más poderoso.

Desde luego, ahí hay cosas que son muy elocuentes en este minuto. La Revolución Cubana es una prueba muy elocuente del cambio de correlación de fuerzas que ha tenido lugar en el mundo, como nosotros explicamos en el discurso del Estadio "Lenin". Prueba de, ciertamente, el principio marxista-leninista de los cambios ocurridos en la correlación de fuerzas, dado que, efectivamente, los imperialistas han tenido que reprimirse con respecto a nosotros.

Persiste el peligro potencial, siempre persistirá mientras exista el imperialismo. Ahora, el imperialismo sabe, a ciencia cierta y con toda seguridad, lo que significaría una agresión a Cuba. El imperialismo tiene como elementos de juicio para no albergar la menor duda de lo que significaría para él una invasión militar a Cuba y los imperialistas han llegado ya a ese convencimiento. Eso no quiere decir que falten los locos, los agitadores; que las contradicciones allí dejen de operar; que la demagogia deje de operar; que la histeria suba y baje con respecto a Cuba. Pero que los imperialistas saben a qué atenerse si se deciden a lanzar un ataque armado contra nuestro país.

...La política nuestra con respecto a los Estados Unidos es la política que hemos dicho en reiterados pronunciamientos, la política que planteamos en el mitin del Estadio "Lenin": la disposición a normalizar nuestras relaciones si ellos quieren. Nosotros, incluso, hicimos pronunciamientos en una entrevista que nos hizo una periodista norteamericana antes de salir hacia la URSS, un tipo de pronunciamiento; hablamos de todo, hicieron toda una serie de preguntas de todo y nosotros dimos una respuesta. Preguntaron, incluso, sobre las indemnizaciones y todas esas cosas. «¿Pueden hablar?». Podemos hablar sobre eso.

...Los revolucionarios cubanos nos sentimos en una posición segura, en una posición sólida; tenemos por delante magníficas perspectivas y sabemos ya cómo se resisten, cómo se derrotan todas las maquinaciones del imperialismo y, sin embargo, hemos dicho por una cuestión de principios -porque es una política de principios, la política de paz: «estamos dispuestos a discutir, estamos dispuestos a normalizar nuestras relaciones». Política para con todos los demás países, con todos los países latinoamericanos, ésa es nuestra política de principios.

...Discutimos ampliamente con el compañero Jruschov todos los problemas, todas las cuestiones y detalles; se hicieron análisis y todas las cosas. Tuvimos oportunidad de conocer muchos informes, datos, documentos, infinidad de informaciones, que contribuyeron a ir formando nuestro criterio general sobre la situación. Y una comprensión cabal de esa situación, un mejoramiento, un acrecentamiento de la amistad y de las relaciones con la Unión Soviética; todo es de una manera muy satisfactoria.

...Y yo voy a dar una opinión con el mayor gusto, que me preguntaron los compañeros, sobre el compañero Jruschov. Y voy a decir que tengo una magnífica impresión del compañero Jruschov; tengo todo el derecho a decirlo, con honradez.

Yo conocí al compañero Jruschov la primera vez... Desde luego, lo habíamos conocido por muchos gestos que tuvo con la Revolución cuando los momentos más difíciles: el embargo del petróleo, la supresión de la cuota azucarera y todas esas cosas. Lo conocí personalmente cuando estuve en la ONU, en Nueva York.

Todavía había un gran ambiente de hospitalidad por parte de las autoridades yanquis y todas esas cosas, confinado ahí en una parte de la Isla de Manhattan y en el Hotel "Teresa". Siendo Jruschov representante de un país poderoso, grande, de una importancia extraordinaria fue al Hotel "Teresa", nos hizo la visita allí, fue un gran gesto, después nos invitó a comer, fue el contacto de tipo personal que tuvimos; después lo conocimos en toda una serie de situaciones: por carta, comunicaciones, todas esas cosas, no había tenido la oportunidad de tratarlo directamente, de cerca, como realmente tuvimos oportunidad en estos días.

En realidad, el compañero Jruschov nos dedicó a nosotros una cantidad de tiempo, se puede decir casi los cuarenta días que nosotros, cerca de cuarenta días que estuvimos nos lo dedicó. Fue una atención especial, afectuosa con toda nuestra delegación; la oportunidad de conocerlo en conversaciones, actos oficiales, en actos informales, en actividades, cacerías, descanso, todas las cosas, pero que, en realidad, fundamentalmente lo que se hacía era conversar en todo ese trayecto, en todo ese tiempo. En primer lugar, una característica suya que a mí me impresionó mucho es el carácter extraordinariamente humano del compañero Jruschov.

...Una de las características es que es un hombre extraordinariamente humano, muy humano en su trato con todo el mundo, un hombre de una gran sencillez; se ponía a conversar, podía conversar conmigo, podía conversar con cualquiera de los compañeros de la delegación, podía conversar con cualquiera, el más modesto miembro de nuestra delegación y él se estaba dos horas, tres horas conversando. Me recuerdo que un día estando nosotros haciendo una cacería, de cacería, era de madrugada y después nos acostamos casi al amanecer y él se había despertado más temprano, nosotros estábamos durmiendo y habían algunos compañeros por allí y estuvo como tres horas conversando con distintos compañeros, con el ayudante, con Kora, con gran sencillez.

...Los imperialistas no sé la opinión que tienen de Jruschov, pero yo tengo la opinión de que Jruschov es un adversario serio del imperialismo, pero un serio adversario del imperialismo, digo con toda seguridad esta opinión que estoy dando aquí. Y siempre dar opiniones es malo, porque el que da opiniones...Los que no dan opiniones no se equivocan nunca. Y, sin embargo, yo me llevé la impresión de que es un gran dirigente y un formidable adversario del imperialismo. Lo puedo decir tranquilamente, lo puedo suscribir y lo puedo afirmar y no estoy obligado a esto absolutamente por nada, pero absolutamente por nada, es decir, por ningún interés de tipo económico para nuestro país.

...En los documentos, en las declaraciones de Moscú, se leen las Declaraciones de Moscú y están todas las posiciones fundamentales de principios que se apoyan. Han querido estar estableciendo diferencias entre posiciones. Nadie quiere la guerra, la guerra no la quiere nadie. Y a la guerra se va cuando hay una agresión, cuando la impone inexorablemente el enemigo imperialista. Y para esa contingencia hay que estar preparados al máximo y entonces estar en condiciones de rechazarla.

Luchar por evitar la guerra es una política correcta de todos. Y no hay nadie, no hay ningún comunista en el mundo que quiera la guerra, nunca han sido guerreristas los comunistas. Los problemas de las vías. Nadie discute, cada pueblo debe decidir su vía. Lo que se planteó en el Comunicado Conjunto, es que el deber de los Partidos Comunistas es situarse a la vanguardia de la lucha por el socialismo y contra el imperialismo. Nadie objeta eso, que los caminos los escogen los pueblos. Y en unos es el camino pacífico y en otros es el camino de la lucha armada. ¡Nadie objeta eso!

...Es cierto que hemos recibido por parte de todo el pueblo soviético honores más allá de cualquier mérito y un calor y una cosa realmente impresionante. Se despierta cariño hacia un pueblo que de tal manera es generoso, de tal manera rebasa la frontera para expresar la solidaridad con un país a tanta distancia -distancia que se la han acortado ya-, pero han rebasado todas esas cosas. Tiene una gran solidaridad con nosotros sobre la base de los elementos de juicio con que nosotros contamos, de los cuales pues hay muchas conversaciones que entrañan elementos de juicio que no son de pública declaración que pudiera ser útil al enemigo; pero sí les puedo decir mis impresiones, el resultado de las discusiones, de todo eso he sacado un criterio optimista realmente de la situación de conjunto, de la situación general, de las posibilidades de contar, percibir una gran tranquilidad que nosotros queremos precisamente comunicarle a todo el pueblo y la oportunidad de dedicarnos al trabajo dentro de nuestro país; también al desarrollo de nuestra economía como base fundamental de la Revolución, que es indispensable; nosotros nos tenemos que dedicar al trabajo.

...Nosotros somos una buena prueba de ello. Allí el día de la recepción oficial final habían muchos representantes de los países africanos; hoy muchos países de esos recién liberados, no son víctimas del chantaje de los imperialistas porque tienen la oportunidad de acudir al campo socialista en busca de apoyo político, de apoyo económico, de apoyo militar.

¡Y Cuba es un buen ejemplo de eso!

La política que ha seguido la Revolución es una política correcta; triunfa plenamente esa política. Buena respuesta, todas estas cosas que nosotros hemos visto, toda esa ayuda que nosotros, de manera espontánea, estamos recibiendo, todo este esfuerzo que se está haciendo, a aquellos que decían que nosotros debíamos estar en una posición determinada, en una posición definida. ¡Y esta posición firme, definida, consecuente con los principios, es el camino correcto, el camino que nuestro pueblo ha seguido; el camino con el que se puede defender de los imperialistas, derrotar sus agresiones, acrecentar su fuerza y su prestigio y crear las condiciones para su desarrollo máximo y pleno, con una gran seguridad. Ese es el camino a seguir, el camino que siguió la Revolución. ¡Ese es el camino correcto!

Yo creo que si no tienen ninguna otra cosa...

Se me debe haber olvidado algunas cosas, pero yo creo que éstas son las ideas esenciales que yo les quería exponer hoy.