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La ELAM y el humanismo, huellas cubanas en médico estadounidense

La experiencia clínica obtenida en Cuba y el sentido de humanismo que la isla reforzó en mí son invaluables, voy a estarle eternamente agradecido a la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), aseguró el norteamericano Abraham Vela. (PLRadio)
 
El joven nacido en California y de ascendencia guatemalteca es uno de los 170 estudiantes procedentes de Estados Unidos que se han graduado de forma gratuita en el centro docente creado en la isla en 1999.
 
Tras cursar estudios en la mayor de las Antillas de 2010 a 2016, Vela está en proceso de optar por una residencia en Medicina Familiar, 'equivalente a la Medicina General Integral de Cuba', explicó a Prensa Latina en referencia a una forma de ejercer la profesión de la que se muestra orgulloso.
 
En este país el objetivo es obtener ganancias, los pacientes no son vistos como seres humanos, son tratados como clientes, pero en Cuba aprendimos que es posible crear otro mundo, y no solo en el sistema de salud, también en la educación, en el enfrentamiento a fenómenos como el racismo, consideró.
 
Vela es uno de los egresados de la ELAM que esta semana participa en Washington DC en la Jornada contra el Bloqueo 2017, la cual se centra durante la presente edición en los daños causados por el cerco económico, comercial y financiero en el sector de la salud de la isla caribeña.
 
Al dialogar con él, se aprecia la importancia que ha tenido en su vida la etapa en la nación antillana, y en sus comentarios se repiten con frecuencia las palabras agradecimiento, solidaridad y humanismo.
 
El joven recordó que la posibilidad de estudiar en el territorio vecino la conoció a través de un profesor de la Universidad de San Francisco.
 
La idea lo ilusionó y se puso en contacto con la Fundación Interreligiosa para la Organización Comunitaria/Pastores por la Paz, que apoya a la ELAM en la selección de los estudiantes norteamericanos.
 
Estudiar medicina en Estados Unidos habría sido muy difícil, me iba a tomar mucho tiempo y terminaría con una gran deuda que no me iba a permitir trabajar donde yo quería: mi comunidad, manifestó.
 
Antes de salir hacia la isla pensé que iba a ser la experiencia más difícil de mi vida: era un lugar nuevo, hay muchas noticias tergiversadas de los medios, mi propia familia tenía sus dudas; pero ahora sé que mi experiencia más difícil ha sido irme de Cuba, sostuvo.
 
'En una clase típica de una universidad de Estados Unidos estás sentado con un montón de estudiantes, un profesor en el pizarrón, y a la hora de hacer los exámenes existe una gran competencia entre nosotros mismos, no hay sentido de compañerismo'.
 
Lo primero que noté allá fue cuán diferente era eso. El profesor nos dice: 'ustedes son compañeros, esta es una escuela de solidaridad, de hermandad, tienen que ayudarse'.
 
Sobre su etapa en la institución de la que se han graduado más de 28 mil 500 médicos de 103 países destacó, asimismo, la oportunidad de vivir con personas de tantas procedencias diferentes.
 
'Pude aprender de otras religiones, probé comidas, escuché idiomas y bailé música de todas partes. Y lo más importante, creé una familia por todo el mundo. Yo puedo ir a casi cualquier continente y tengo a alguien allá, y para mí esa hermandad es muy significativa'.
 
Al rememorar esa época reciente de su vida, reiteró el agradecimiento a la ELAM, al pueblo de Cuba, al líder histórico de la Revolución en la isla y gestor de la idea del centro docente, Fidel Castro.
 
Por esa oportunidad, apuntó, pude regresar a mi país sin deber nada, 'lo único que tenemos con Cuba es un contrato moral de trabajar en nuestras comunidades, todos lo queremos cumplir, y en verdad es algo necesario aquí'.
 
Interrogado sobre el regreso y el enfrentamiento a los exámenes que necesitan pasar para aspirar a una residencia, reconoció que se trata de un proceso difícil por venir de un sistema distinto, pero afirmó que la preparación en el país caribeño es excelente.
 
Creo que estuve bien en las pruebas, técnicamente nos va muy bien en el examen clínico, cada año entran más graduados de la ELAM a residencias, destacó.
 
Según Vela, para las primeras generaciones de egresados era más difícil abrirse ese camino por el desconocimiento sobre su formación, pero a medida que los programas de residencia trabajan con los preparados en la isla, quedan impresionados y la percepción cambia.
 
Cuando hablamos con esos programas nos cuentan que tuvieron a este o aquel estudiante de la escuela, nos alientan a aplicar con ellos, y eso no nos da garantía de una plaza, pero nos muestra que nos tienen más respeto, afirmó orgulloso.

Quelle: 

Prensa Latina

Datum: 

12/09/2017