Artikel

Frente a la COVID-19: Cuba, la ciencia, la vida

Datum: 

23/04/2020

Quelle: 

ACN

Autor: 

Los científicos siguen abriendo caminos en medio de tanta complejidad, y están abriendo caminos de presente y de futuro, así reconoció el presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez la entrega de hombres y mujeres que en Cuba plantan batalla frente a un nuevo coronavirus, que le ha robado a la humanidad más de 160 mil vidas.
 
Cuba está al compás del mundo en ese enfrentamiento, se afirmó en una de las Mesas Redondas que por estos días se ha encargado de ponerle rostros y nombres al conocimiento, a los esfuerzos y a los resultados.
 
Y cómo es posible que un país pequeño, sin recursos significativos para subsistir, bloqueado hasta la crueldad, luzca tan grande cuando se habla de ciencia y de ciencia para el pueblo, que es en definitiva el principio y el final.
 
Un nombre, Fidel; un pensamiento: ‘’El futuro de nuestra Patria tiene que ser necesariamente un futuro de hombres de ciencia’’, todo en uno irrumpe como génesis de una revolución adelantada, cuyos frutos hoy se exhiben con orgullo y admiración.
 
Soñador, apasionado, en enero de 1960, apenas un año después del triunfo de 1959, Fidel habló de una Patria nueva en la que los científicos y los investigadores tenían todas las oportunidades, especialmente aquella de poner su obra en beneficio del pueblo, y llamó a todas las inteligencias a trabajar porque es el minuto ‘’en que todos los conocimientos no son suficientes para la obra que se realiza’’.
 
A los científicos les dijo entonces frases como estas: ‘’Verán cómo algún día no lejano, empiezan a cosecharse los primeros frutos de la semilla que hoy estamos sembrando’’; ‘’Cuba necesita mucho de ustedes’’; ‘’entre los hombres de pensamiento hay que librar la batalla’’.
 
Era el 15 de enero de aquel año y en la Academia de Ciencias de Cuba, EL Fidel esbozaba las bases para el desarrollo profesional y científico del país. La Revolución había comenzado: nuevos planes de estudio, universidades, centros científicos, a partir del pionero, el Centro Nacional de Investigaciones Científicas.
 
Cuántos aportes a la economía, a la agricultura, al medio ambiente y sobre todo a la vida humana: niños salvados, ancianos con mayor calidad de vida, mortales enfermedades erradicadas, pero siguen en la batalla, porque aquí, ahora, enfrentan el reto mayor, el que le roba horas al sueño, al descanso, a la familia, a los amigos. Y el reto se llama COVID-19.
 
Entre los hombres de ciencia se libra la batalla. Las inteligencias andan trabajando en una carrera contra el tiempo. Saben que todos los conocimientos son necesarios para la obra que se realiza.
 
Mucha información se ha ofrecido de la labor de microbiólogos, inmunólogos, epidemiólogos, laboratoristas, médicos, especialistas del Centro Nacional Coordinador de Ensayos Clínicos y del Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos, todos en una singular comunión en favor de la vida.
 
Y aunque para el gran público quizás ha resultado ‘’raro’’ escuchar de modelos matemáticos, de curvas de tendencia, de inmunidad innata, de tecnología Suma, de linfocitos y antígenos, lo cierto es que han sido días de mucha esperanza.
 
En lo que esté lista una vacuna específica para la enfermedad, esa esperanza llega de la mano de productos cubanos como el Interferón Alfa 2b Humano Recombinante, del anticuerpo monoclonal Nimotuzumab, de la Biomodulina T, un inmunomodulador fabricado a partir de productos naturales, o de antivirales como el CIGB 258.
 
También son nombres raros, pero salvan, pues estimulan el sistema inmunológico que estará más preparado para defenderse ante el ataque del virus.
 
Por ese camino andan los científicos cubanos, tomando las mejores experiencias internacionales y bebiendo de su propia experiencia.
 
Pareciera que Fidel dialoga con ellos, orientándolos, iluminándolos. Pareciera que camina presuroso por los pasillos de los centros científicos que cooperan para encontrar la cura, pero más pronto, evitar la muerte, salvar. Pareciera que sus pasos seguros entran y salen de los laboratorios, ‘’conspirando’’ en tiempos de pandemia.