Los pacientes se mostraron muy agradecidos con nuestro trabajo, esta fue mi primera experiencia como colaborador internacionalista y resultó muy gratificante, expresó el doctor cubano Joel Pérez, uno de los colaboradores procedentes de Catar que recibieron este jueves la bienvenida en la ciudad de Matanzas.
 
Fue difícil al principio porque estábamos adaptados al compañerismo en lugar de la competencia capitalista, pero se logró una simbiosis muy satisfactoria entre médicos de Cuba y Catar, y atendimos gran cantidad de casos de COVID-19 a diario, comentó el joven especialista en Medicina General Integral.
 
Liudmila Reyes, también integrante del grupo de seis colaboradores del contingente Henry Reeve que arribó a la provincia de Matanzas este día, señaló la complejidad del trabajo desarrollado en seis meses fundamentalmente en Doha, capital de la nación árabe.
 
Tuvimos que trabajar en condiciones nuevas para nosotros, con un sistema completamente informatizado, algunos prestamos servicios en hospitales y otros en centros de aislamiento para pacientes infectados con el coronavirus SARS-CoV-2, comentó la veterana con experiencia previa en Venezuela, Brasil y Paquistán.
 
La colaboradora Yelaine Polledo Piñera resaltó la alta exigencia de la colaboración en Catar, y la calificó de etapa de preparación intensa en materia de conocimientos y dominio de diferentes protocolos de atención que enriquecieron su preparación profesional.
 
Ariel Pérez, jefe del departamento provincial de Colaboración Médica, destacó la dedicación del personal encargado del enfrentamiento a la pandemia en ese país, situado en el oeste de Asia, y reconoció su disposición para asumir nuevas misiones en cualquier lugar del mundo.
 
Pérez significó que más de 200 profesionales de la Salud originarios de la cubana provincia de Matanzas se sumaron al contingente Henry Reeve para combatir la COVID-19 en casi 30 naciones, y de ellos más de un centenar permanecen hoy fuera de la isla en el cumplimiento de esa misión.