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Acerca de la comparecencia con motivo del aniversario 44 de la Victoria de Girón, el 19 de abril de 2005

Fecha: 

20/04/2005

Fuente: 

Periódico Granma
El Presidente Fidel Castro afirmó que si el imperio norteamericano no se ha lanzado a invadir nuestro país es porque sabe que la resistencia que aquí encontrarían es invencible. El costo en vidas de los agresores sería similar o tal vez el doble del que sufrieron en Viet Nam y del que están sufriendo en Iraq, precisó. Habría que ver, comentó, si la sociedad norteamericana estaría dispuesta a pagar tan alto precio.

En su comparecencia especial por el cuadragésimo cuarto aniversario de la Victoria de Playa Girón, que tuvo lugar en el teatro Karl Marx, el líder de la Revolución recordó cómo mucho antes del desembarco de tropas mercenarias en abril de 1961, desde el mismo primer año del triunfo de Enero de 1959, el Gobierno de Estados Unidos organizó agresiones, preparó actos terroristas, auspició sabotajes, lanzó bombas sobre centrales azucareros, quemó cañaverales, ametralló poblaciones costeras y armó bandas contrarrevolucionarias que costaron vidas de obreros, campesinos, estudiantes y alfabetizadores.

En el periodo que medió entre 1959 y la invasión a Playa Girón hubo más muertos que todos los que cayeron durante la etapa insurreccional en los combates contra el ejército de la tiranía.

Fidel destacó la importancia de la Batalla de Ideas y la lucha política que en estos momentos libramos contra un imperio que comete los mismos crímenes de 46 años atrás y apela a las mismas mentiras, los mismos trucos, utiliza a los mismos cómplices; un imperio con más poder que nunca antes, con más riqueza, más tecnología y más influencia, que tiene de rodillas al mosaico de países europeos, colección de satélites que gira alrededor de la órbita de los dictados de Washington.

Lo anterior, según sus palabras, quedó una vez más evidenciado en las sesiones de la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra. Allí, puntualizó, no se les ha pedido tanto como que condenen a Estados Unidos por las atroces torturas a las que someten a los individuos confinados en el territorio cubano ilegalmente ocupado en la Base Naval de Guantánamo, sino que apoyen la solicitud de inspección a esas tenebrosas instalaciones.

Por el contrario, se alinearon a la Casa Blanca en la moción anticubana, cuya pérfida significación radica en que pretende justificar, a base de mentiras, la actitud agresiva del imperio contra la Isla.

El líder de la Revolución comentó la desvergüenza del Gobierno norteamericano al calificar a Cuba como un país terrorista cuando jamás ha partido de nosotros acción alguna que le haya costado a Estados Unidos una vida, ni siquiera una sola gota de sangre.

Dijo que cuando nos acusaron de fabricar armas biológicas lo que estaban buscando era un posible blanco para sus ataques.

Sin embargo, acotó, ellos que bombardean y torturan en nombre de una guerra que llaman antiterrorista, se encuentran ahora en un callejón sin salida, porque el mundo ha conocido de las atrocidades cometidas en las cárceles de Abu Ghraib y Guantánamo.

Al comienzo de su intervención, Fidel pasó revista a la composición del auditorio reunido en el teatro: Héroes de la República de Cuba, protagonistas de la gesta que marcó la más contundente derrota sufrida por el imperialismo yanki en América Latina, víctimas y familiares de víctimas de actos de terrorismo cometidos contra nuestro pueblo, combatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y del Ministerio del Interior, dirigentes del Partido y del Estado, representantes de las organizaciones de masas, escritores, artistas, jóvenes participantes en los Programas de la Revolución desarrollados al calor de la Batalla de Ideas.

Subrayó cómo estaban presentes allí, pero también a lo largo y ancho del país, representantes de tres generaciones de cubanos que han permanecido leales, firmes, con gran sentido de la dignidad: decenas de miles de compatriotas que participaron en la Lucha Contra Bandidos, cientos de miles que se incorporaron a la Campaña de Alfabetización y al desarrollo de los programas educacionales; cientos de miles consagrados a las zafras azucareras en tiempos en que no contábamos con máquinas cosechadoras, millones que se movilizaron cuantas veces hubo peligro inminente de agresión; millones de obreros y campesinos que han sido leales a la causa de nuestro pueblo.

Tres generaciones que coincidieron en la década anterior durante los difíciles momentos que sobrevinieron a raíz del derrumbe del campo socialista y de la Unión Soviética, y el imperialismo, creyendo que había llegado la hora final de la Revolución, arreció el bloqueo y la guerra económica, con nuevas, e implacables medidas. Antes de que esto aconteciera, la Revolución había llevado a cabo una transformación socioeconómica sin precedentes, desarrollo de empresas sideromecánicas y agrícolas cubanas, instalaciones portuarias cubanas, universidades cubanas, escuelas cubanas, flotas de pesca y para el transporte de mercancías cubanas, ferrocarriles cubanos, tierras y bosques cubanos, centros científicos cubanos, recursos humanos cubanos. Se trataba de una nueva y colosal experiencia de construir una sociedad verdaderamente justa y humana. Con independencia de errores cometidos, gracias a las cosas que hicimos bien, apuntó Fidel, pudimos soportar lo que otros pueblos de este mundo no habrían resistido jamás, cuando nos quedamos solos en el llamado hemisferio occidental, en un mapa político dominado por el imperio como única superpotencia, con casi todo el mundo a sus pies, con excepción de los países socialistas de Asia, a los que agradeció la solidaridad con nuestro país por parte de Viet Nam, de una China que todavía no poseía los crecientes recursos con los que hoy cuenta; y, eso sí, la simpatía de muchos amigos, incluso de los propios Estados Unidos, como Lucius Walker y los Pastores por la Paz, cuya ayuda simbólica y moral nunca olvidamos.

Otro momento de su discurso lo dedicó Fidel a evocar las jornadas de Playa Girón. Justamente al anochecer del 19 de abril de 1961, recordó, él mismo, junto a otros compañeros, se hallaba en el teatro de operaciones militares. Le había llegado la noticia de que parecía estarse produciendo otro desembarco, pero concluyó que en realidad el enemigo se replegaba y pretendía reembarcarse. Explicó cómo a los agresores se les cortó la retirada y se consolidó la histórica victoria.

Una victoria sumamente importante, porque aunque hubo otras en los meses precedentes, comenzando por la propia de Enero de 1959, fue la primera conquistada por el pueblo revolucionario unido y la primera contra el imperialismo en América.

También rememoró los días de la Crisis de Octubre un año después, cuando se logró una victoria de otro carácter, al demostrarse la firmeza, la dignidad y la valentía de un pueblo que no vaciló en arriesgarlo todo antes que acobardarse, dejarse intimidar o llenarse de pánico, frente a la amenaza nuclear; un pueblo en el que los rostros eran de indignación al conocer un desenlace que no dependió de nosotros y en el que se hicieron algunas concesiones humillantes.

Analizó cómo esas concesiones, en aras de evitar la guerra, fueron innecesarias puesto que se habría podido cambiar el curso de la Historia si se hubiera exigido el cumplimiento de los Cinco Puntos reclamados por Cuba como solución del problema, particularmente tres de ellos: el cese del bloqueo, el cese de los ataques piratas y actos de terrorismo, y el cese de la ocupación de la cada vez más tristemente célebre Base Naval de Guantánamo. El bloqueo, recalcó, continuó y permanece desde hace 43 años, y el terrorismo nunca dejó de ejercerse contra nuestro pueblo, mediante ataques a embajadas, atentados a naves áreas, la voladura del avión frente a las costas de Barbados que costó la vida a 73 personas, la introducción de bacterias y virus, como el dengue, que causó la muerte de más de 150 personas, de ellas niños las dos terceras partes. Actos terroristas que han sido alentados y promovidos desde los Estados Unidos, con la complicidad y el apoyo de sus autoridades, y que se corresponden con la ley de la selva que el imperialismo ha implantado en el planeta.

Fidel se refirió al cínico proceder del Gobierno norteamericano cuando a todas luces intenta amparar al connotado terrorista Luis Posada Carriles, a pesar de todas las pruebas que hemos aportado. Se habla de un pedido de deportación a El Salvador como una maniobra para que no sea enviado a Venezuela y juzgarlo en el país centroamericano tal vez por un delito menor como uso de documentación falsa, aseveró.

El jefe de la Revolución dijo que estamos viviendo una batalla tan importante como aquella de Girón, de más trascendencia, alrededor de la cínica, grosera, bochornosa y criminal maniobra que realiza el Gobierno estadounidense con ese asesino monstruoso que se llama Posada Carriles.

Ellos, sentenció, han cometido un gravísimo error como el que cometieron cuando secuestraron al niño Elián González, hecho que obligó a nuestro pueblo a librar una batalla de ideas sin tregua, una batalla de argumentos.

Pero les ha llegado la hora de la verdad, afirmó; si no hacen justicia removeremos el mundo y con seguridad no estaremos solos en esta batalla, que quizás sea más larga que la librada por el regreso de Elián, de cuyo rescate conmemoraremos el quinto aniversario el próximo viernes.



TRABAJAMOS POR UNA MAYOR CALIDAD DE VIDA

Tenemos el privilegio de vivir una época excepcional en la historia, tan excepcional que puede ser la etapa final de esta especie, apuntó el líder de la Revolución cuando invitó a calcular con la más elemental aritmética lo insostenibles que resultan las sociedades de consumo, que han hecho depender a sus ciudadanos de productos no renovables como el petróleo.

Detalló que la demanda está por encima de la oferta; se ha llegado a un punto con matices apocalípticos; la sociedad consumista, trampa en la que se ha caído hoy, esta gastando cada año lo que la Naturaleza tardó tres millones de años en crear.

No hemos encontrado, ni se vislumbra a mediano plazo la solución de la energía, expresó; entonces es obvio que habrá desestabilización en el mundo, se multiplicarán las crisis y vendrán estallidos sociales.

En cambio, indicó, la situación energética nuestra mejora. Ese futuro de incertidumbre no será el de Cuba. Pero debemos avanzar de forma ordenada y civilizada.

Señaló que los cubanos podemos demostrar algunas cosas y lo estamos haciendo mediante una organización racional de la sociedad, en función de propiciar al pueblo una mayor calidad de vida, que no quiere decir tener un automóvil, y sí disponer de servicios de salud, higiene, mayores conocimientos, más cultura, seguridad, paz, trabajo, perspectivas hacia el futuro.

Se verán los resultados y las posibilidades nuevas que van surgiendo, afirmó, y al período especial habrá que hacerle un monumento, porque se ha convertido en una superuniversidad para todos nosotros.

Siguiendo esa idea, criticó cierto espíritu despilfarrador que ha existido y puso como ejemplos el gasto excesivo de electricidad y de recursos en la fabricación de materiales para la construcción. Al respecto subrayó que nos debe acompañar el espíritu de ahorro.

El Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros expuso las muchas posibilidades que tenemos en el presente: movilizar capital, generar ingresos ganados a partir de nuestros esfuerzos, de dirigir mejor nuestra economía para destinar el capital y los recursos hacia donde sean más rentables y seguros.

Destacó el hecho de contar con más de 100 programas como parte de la Batalla de Ideas, y entre ellos enumeró la reparación de escuelas, de policlínicos, la creación de servicios médicos de excelencia. Particularizó que en el caso de la construcción de viviendas el país se propone un impulso grande, que solo no sería posible si ocurre una guerra.

Insistió en que estamos obligados a pensar en soluciones y mencionó algunas de las medidas que se llevan a efecto para enfrentar la sequía, como la construcción de una decena de acueductos y la realización de estudios relacionados con la posibilidad de provocar lluvias.

Fidel precisó que estamos más preparados gracias al prestigio de Cuba en el mundo, a pesar de que los mentecatos creen en esa basura de Ginebra.

Esta Revolución es una fuerza, una potencia en muchas cosas. Nadie puede competir con ella, sobre todo en el capital humano que ha creado, aseguró.

La velada conmemorativa comenzó con la proyección de imágenes sobre la agresión de abril de 1961, y escenas de los combates librados para enfrentar al enemigo, antes de que Sara González interpretara una canción de su autoría que siempre impresiona por la fuerza de su impronta épica: Girón, la victoria, y la pionera Kenia Otaño, de la Ciénaga de Zapata, declamara el poema Gracias, Fidel.