Acerca de la intervención el 11 de mayo de 2005
Fecha:
12/05/2005
Fuente:
Periódico Granma
El tribunal que juzgue a Posada Carriles debe también juzgar a Orlando Bosch. Así lo exigirá el pueblo cubano a la opinión pública internacional, a los pueblos del mundo y al de Estados Unidos cuando el próximo martes, en Marcha Combatiente, se pronuncie contra el terrorismo y a favor de la justicia y la verdad.
A ello se refirió el Presidente Fidel Castro al analizar los vínculos entre estos dos connotados terroristas y exponer detalles reveladores sobre su actividad criminal al amparo de las autoridades norteamericanas, que no acaban de actuar para poner fin a la impunidad de la cual gozan tan repugnantes personajes en ese país.
No son solo Posada y Bosch los culpables, habría que llenar un teatro de acusados con los creadores del terrorismo, los que desarrollaron las técnicas, los métodos, los objetivos y la ideología terrorista, reiteró.
Tanto al auditorio que asistió a la comparecencia en el Palacio de las Convenciones como a quienes la siguieron por radio y televisión, impactó sensiblemente la desvergüenza de las declaraciones de Orlando Bosch, reflejadas en entrevistas a medios de Venezuela y de Estados Unidos (la última hace apenas unos días), en las que justifica el ejercicio del terrorismo contra personas inocentes y no muestra el menor remordimiento por sus vandálicos actos. Por el contrario, se regodea en sus ímpetus asesinos.
Fidel recordó que Bosch fue indultado por George Bush padre y figuró entre los invitados de Bush hijo —el führercito— en una celebración del 20 de mayo, lo cual revela las estrechas relaciones entre la Casa Blanca y esta clase de personajes.
En un paréntesis de la Intervención de Fidel, Ricardo Alarcón de Quesada, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, señaló que Bosch, en una de las entrevistas, al preguntársele por el equipo de esgrima asesinado en la voladura del avión cubano en Barbados, las describió como "cinco negritas". Tan soez pronunciamiento, por su carácter racista, pudiera motivar el encausamiento de Bosch en cualquier ciudad norteamericana menos en Miami, donde vive.
CUBA NO BUSCA UNA MEZQUINA VENGANZA, SINO JUSTICIA
El líder de la Revolución comenzó su comparecencia citando el editorial publicado el martes por el diario The New York Times en el que se dice que "Posada debe ser arrestado y extraditado para que sea juzgado no solo por el atentado de la aeronave, sino también por otros ataques terroristas que ha reconocido planificar, incluido uno en 1997 que acabó con la vida de un hombre de negocios italiano que visitaba a La Habana".
Desafortunadamente, comenta el diario, el Gobierno de Bush no cree en la Corte Penal Internacional, la cual sería uno de los escenarios adecuados para juzgarlo.
En opinión del rotativo, "la única cosa que el Gobierno de Bush no puede hacer es refugiar a Posada concediéndole asilo político", pues ello ofendería a la nación norteamericana, atentaría contra sus principios y sentaría un precedente sumamente perjudicial.
Sin embargo, al evaluar la posibilidad de que sea extraditado a Venezuela, atendiendo a la petición que tramita el Gobierno de Caracas, el diario indica que esto "significaría que con el tiempo, Posada podría terminar siendo juzgado en La Habana".
Sobre este último punto, Fidel aclaró que no hay la menor posibilidad de que Posada sea juzgado en Cuba, y eso se hizo saber desde un primer momento, para no dar el más mínimo pretexto para que no sea extraditado y juzgado por Venezuela, donde, incluso, la ley no concibe la pena capital.
Otra propuesta sería la remisión a un tribunal internacional, en un país neutral —si es que existe alguno, acotó—, siempre que Venezuela, nación que ostenta el principal derecho legal para ventilar el caso, estuviera de acuerdo. Cuba, subrayó, siempre apoyaría el derecho de Venezuela a juzgar al criminal Posada. No hay ningún derecho a desconfiar de Venezuela.
Lo importante es que el individuo no se escape; que sea sometido a un tribunal para que diga todo lo que tiene que decir y se confirme cómo un personaje de esa calaña ejemplifica la política de agresiones que por tantas décadas han llevado a cabo las administraciones norteamericanas contra Cuba.
A nuestro pueblo, enfatizó, no lo anima ninguna mezquina venganza, sino el más elemental sentido de la justicia.
BOSCH, POSADA, EL CRIMEN EN EE.UU. Y OTROS PAÍSES
Fidel insistió en que debe investigarse más a fondo sobre las relaciones entre Posada, Bosch y la mafia anticubana con los servicios especiales norteamericanos y con el crimen en Estados Unidos y otros países del área.
Al respecto explicó cómo en los propios EE.UU. sospechan de la colaboración de esos delincuentes con la conspiración que culminó con el asesinato del presidente John F. Kennedy.
Fue evidente el intento de implicar a Cuba en la trama del magnicidio. Quien cargó toda la culpa, Lee Harvey Oswald, apareció un día ante la Embajada de Cuba en México para solicitar asilo y que le facilitaran un viaje a la Unión Soviética.
Un procedimiento similar, recordó Alarcón a solicitud de Fidel, se llevó a efecto cuando ese grupo terrorista planificó el asesinato del líder cubano en ocasión de su visita a Chile durante el Gobierno de Allende: hicieron aparecer en la sede diplomática soviética en Caracas a un individuo con la misma fisonomía del que se encargaría de concretar el magnicidio en Chile. El objetivo era claro: de ser asesinado Fidel, la CIA y la mafia, para lavarse las manos, desviarían la atención de la opinión pública hacia una presunta implicación de los servicios de Inteligencia soviéticos.
En todo caso, recalcó, hay que continuar investigando, seguir el hilo de las conexiones entre Félix Rodríguez, un agente de la CIA que participó en el asesinato del Che en Bolivia; Bosch, Posada Carriles, el bandido de Otto Reich, las organizaciones contrarrevolucionarias que operan en Estados Unidos, los servicios de Inteligencia de ese país y las autoridades gubernamentales; poner en claro quiénes reclutaron a los terroristas de origen cubano.
Desde siempre estas organizaciones, expresó, han actuado bajo la orientación y en coordinación con los gobiernos de Estados Unidos; disfrazadas con diferentes nombres, un día la CORU (Coordinadora de Organizaciones Revolucionarias Unidas), otro la FNCA (Fundación Nacional Cubano Americana), pero a fin de cuentas armadas, financiadas, alentadas y protegidas por las autoridades norteamericanas.
GALIMATÍAS EN EL DEPARTAMENTO DE ESTADO
En otro momento de su Intervención, Fidel glosó las insólitas declaraciones del vocero del Departamento de Estado ante las preguntas de un periodista sobre si el Gobierno de EE.UU. sabía dónde se encontraba Posada, sí conocía cómo había entrado al territorio norteamericano, si ya habían analizado la solicitud de asilo y qué harían ante este caso.
El vocero se fue por la tangente, con evasivas de todo tipo, pronunciando un verdadero galimatías para no dar ninguna respuesta concreta. Le sugirió al periodista que le preguntaran al Departamento de Justicia y al de Seguridad Interna, porque él no sabía nada del asunto, ni siquiera que Venezuela estuviera tramitando la extradición.
También el líder de la Revolución dio lectura a un artículo aparecido en el diario Washington Times, conocido por sus posiciones de derecha, en el que admite que Posada es un problema para el Gobierno de Bush que pudiera comprometer su credibilidad.
PAPELES REVELADORES
Sumamente reveladores resultaron los documentos publicados este 10 de mayo en el sitio web de los Archivos de Seguridad Nacional de la Universidad George Washington y que Fidel dio a conocer.
Se trata de 14 documentos desclasificados correspondientes a la CIA y el FBI, que prueban fehacientemente el reclutamiento y la subordinación de Posada a la Agencia Central de Inteligencia y su autoría, junto a Orlando Bosch, de la voladura del avión de Cubana en 1976.
En la presentación de los documentos, Peter Kornbluh, director del proyecto de Archivos sobre Cuba en la citada institución académica, escribió que la presencia de Posada en EE.UU., representa un desafío para el Gobierno de Washington y precisó que los papeles desclasificados no dejan duda alguna acerca de que Posada ha sido uno de los más persistentes ejecutores de la violencia terrorista en el mundo.
Quedan expuestos a la luz pública los antiguos vínculos de Posada con la CIA, desde los días de la invasión a Playa Girón (estuvo en uno de los barcos pero no desembarcó). Mientras servía en el Ejército norteamericano, entre 1963 y 1965, recibió entrenamiento en técnicas de demolición con explosivos. Aparentemente cesó en la Agencia hacia julio de 1967, pero cuatro meses después es reincorporado hasta 1974.
Sin embargo, los propios documentos confirman cómo prosiguió contactos sistemáticos —casual y sintomáticamente— hasta tres meses antes del sabotaje al avión cubano y ponen de manifiesto la participación activa del terrorista, luego de que se fugara de la cárcel de Caracas, en operaciones de suministro de armas a la contra nicaragüense desde la base salvadoreña de Ilopango, nada menos que bajo las órdenes de Oliver North, alto funcionario de la Administración de Reagan.
Uno de los reportes secretos que más indignación generó en el auditorio fue el que redactó el Buró del FBI en Venezuela, apenas unos días después del cobarde atentado. El FBI, según el escrito, recibió información de una fuente que habló con Ricardo Morales Navarrete, un exiliado cubano que trabajaba en la DISIP (servicio de Inteligencia venezolano). Conocido como el Mono Morales, refirió a la fuente del FBI sobre dos reuniones en las que tomó parte para planear la explosión del avión; una en el Anauco Hilton y otra en la habitación del propio Morales en el Hilton.
Un pasaje clave revela que Morales afirmó que alguna gente del Gobierno venezolano estaba involucrada en la voladura de la nave y que si Posada Carriles habla, entonces Morales y los otros del Gobierno venezolano se hundirían. Dijo que si esta gente habla, tendríamos un Watergate. Morales contó cómo uno de los hombres que puso la bomba llamó a Bosch y reportó: "Un ómnibus con 73 perros se despeñó y todos están muertos".
Antes, un día después del atentado, el FBI ya había atribuido con certeza a Bosch y a Posada Carriles el papel de planeadores de la explosión de la aeronave e informaba sobre los intentos de la DISIP por sacarlos de Venezuela.
Otro documento del FBI, en fecha tan temprana como el 7 de julio de 1965, registra el desembolso monetario que Jorge Más Canosa, a la sazón al frente de la organización terrorista RECE, hizo a Posada, para que saboteara a barcos surtos en puertos mexicanos. Posada adquirió 100 libras de explosivos C-4 y detonadores y minas-lapas con el objetivo de usarlas en esa operación.
El canciller Felipe Pérez Roque intervino para puntualizar que cuando Orlando Bosch fue indultado, el Gobierno de EE.UU. sabía de todas sus fechorías porque Bush padre había sido el director de la CIA en toda la etapa de contactos con Posada Carriles y Bosch; que la CIA, el FBI y el Gobierno de EE.UU. supieron de todos los planes siempre y jamás avisaron a Cuba; que ocultaron amañadamente la afiliación de Posada Carriles a la CIA y que el Gobierno de EE.UU. supo desde el primer momento que Posada Carriles y Bosch eran los autores del sabotaje al avión de Cubana.
NO QUIEREN PELEARSE CON LOS PODEROSOS DEL NORTE
Refiriéndose a las declaraciones del vocero del gobierno chileno en el sentido de que no procedía que se pronunciaran sobre el emplazamiento hecho al Presidente de Chile y al canciller Insulza, Fidel enfatizó que no van a hablar de Posada Carriles porque no hay principios, no hay ética, no quieren pelearse con el poderoso del Norte.
Ellos empezaron cuando se comprometieron a democratizar a Cuba y no constituye una gran ofensa el calificativo de tonto cuando lo que formaron fue un chanchullo que equivale a una traición, precisó Fidel, quien admitió el uso de métodos poco formales de su parte, pero enfatizó que hay que decir la verdad, duélale a quien le duela, quéjese quien se queje.
Agregó que no tenía la menor intención de ofender al Presidente de Chile, pero que estaba cansado de tanto engaño y de tanta mentira, de los seudorrevolucionarios, de los seudoizquierdistas.
Aprovechó para recordar que Cuba hizo mucho por Chile y que sin embargo se demoraron muchísimos años para restablecer las relaciones diplomáticas. Se creen que tienen democracia y nosotros no, comentó, para luego señalar que tenía muy buena opinión de los verdaderos revolucionaros chilenos, los dignos, los que murieron luchando contra Pinochet.
Citó el Jefe de la Revolución al prestigioso dirigente Evo Morales, quien declaró que Bolivia, país al que hace más de cien años le han negado la salida al mar, debía irse de la Organización de Estados Americanos (OEA); que debía llegarse a un consenso para disolver esa basura, antes de sentenciar que mientras más se vayan, mejor y mientras más sillas vacías, más honor para este hemisferio.
Dio lectura a la carta del Partido Comunista chileno al presidente Ricardo Lagos —redactada con todas las formalidades, acotó—, en la que le solicita el apoyo a la extradición de Luis Posada Carriles de Estados Unidos a Venezuela, y que a la vez interceda por la libertad de los Cinco Patriotas cubanos detenidos injustamente en cárceles de EE.UU. por combatir ese terrorismo.
MOSCOSO LE DEBÍA FAVORES A LA MAFIA
Retornando al tema de Posada Carriles, señaló que el Gobierno de EE.UU. mandó a sus emisarios a interceder con la Moscoso para que soltaran al criminal, porque le debía favores a la mafia que le dio las elecciones fraudulentas en la primera ocasión.
Analizó que Bin Laden, que le dio primero la excusa para la guerra de conquista, se convirtió después en un factor fundamental para la reelección de Bush, al aparecer en los días previos en un documental donde no solo reconoció los ataques contra las Torres Gemelas, sino también prometió nuevos ataques terroristas.
Nadie sabe dónde está ahora Bin Laden, puntualizó, exhortando además a que alguien averigüe sobre dicho documental de origen desconocido.
Con respecto a los documentos desclasificados, Fidel concluyó que lo sabían todo, lo conocían todo los gobiernos de Estados Unidos y han tenido que transcurrir 29 años para que la opinión mundial pueda conocerlo (hizo la salvedad de que el Gobierno de Carter tuvo una posición ética, además de llegar ganando las elecciones).
MARCHA CONTRA EL TERRORISMO
Al comentar sobre la catarata de trabajos publicados, en total 141, sobre la desclasificación de los documentos y la repercusión de su intervención del martes, Fidel se refirió al título de una de esas notas para aclarar que la Marcha Combatiente del próximo martes no será contra EE.UU., sino contra el terrorismo. Una Marcha a favor del pueblo de Cuba y a favor del pueblo de EE.UU., víctimas del terrorismo, que tiene el mismo origen, métodos, la misma academia, que allá costó 3 000 víctimas y aquí más de 2 000 a lo largo de los años; más de 5 000 acciones terroristas en 40 años, como la quema de El Encanto, el ataque a Boca de Samá, la misma agresión de Playa Girón, traicionera, aviones con banderas cubanas, ilegales, violando leyes internacionales.
Han engañado siempre a su pueblo, afirmó Fidel. Inventaron el secuestro de aviones y fue Cuba quien lo resolvió, cuando se convirtió en un problema para ellos. Y se portaron tan cochinos que nunca dieron ni las gracias, ni informaron sobre aquellos ciudadanos que devolvimos, hasta que un día nos enteramos de que los habían condenado a 40 años.
Debe quedar bien claro que no estamos contra ellos y recordó cómo el niño Elián González agradeció recientemente al pueblo de EE.UU. por su ayuda, lo que fue de su iniciativa.
A ello se refirió el Presidente Fidel Castro al analizar los vínculos entre estos dos connotados terroristas y exponer detalles reveladores sobre su actividad criminal al amparo de las autoridades norteamericanas, que no acaban de actuar para poner fin a la impunidad de la cual gozan tan repugnantes personajes en ese país.
No son solo Posada y Bosch los culpables, habría que llenar un teatro de acusados con los creadores del terrorismo, los que desarrollaron las técnicas, los métodos, los objetivos y la ideología terrorista, reiteró.
Tanto al auditorio que asistió a la comparecencia en el Palacio de las Convenciones como a quienes la siguieron por radio y televisión, impactó sensiblemente la desvergüenza de las declaraciones de Orlando Bosch, reflejadas en entrevistas a medios de Venezuela y de Estados Unidos (la última hace apenas unos días), en las que justifica el ejercicio del terrorismo contra personas inocentes y no muestra el menor remordimiento por sus vandálicos actos. Por el contrario, se regodea en sus ímpetus asesinos.
Fidel recordó que Bosch fue indultado por George Bush padre y figuró entre los invitados de Bush hijo —el führercito— en una celebración del 20 de mayo, lo cual revela las estrechas relaciones entre la Casa Blanca y esta clase de personajes.
En un paréntesis de la Intervención de Fidel, Ricardo Alarcón de Quesada, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, señaló que Bosch, en una de las entrevistas, al preguntársele por el equipo de esgrima asesinado en la voladura del avión cubano en Barbados, las describió como "cinco negritas". Tan soez pronunciamiento, por su carácter racista, pudiera motivar el encausamiento de Bosch en cualquier ciudad norteamericana menos en Miami, donde vive.
CUBA NO BUSCA UNA MEZQUINA VENGANZA, SINO JUSTICIA
El líder de la Revolución comenzó su comparecencia citando el editorial publicado el martes por el diario The New York Times en el que se dice que "Posada debe ser arrestado y extraditado para que sea juzgado no solo por el atentado de la aeronave, sino también por otros ataques terroristas que ha reconocido planificar, incluido uno en 1997 que acabó con la vida de un hombre de negocios italiano que visitaba a La Habana".
Desafortunadamente, comenta el diario, el Gobierno de Bush no cree en la Corte Penal Internacional, la cual sería uno de los escenarios adecuados para juzgarlo.
En opinión del rotativo, "la única cosa que el Gobierno de Bush no puede hacer es refugiar a Posada concediéndole asilo político", pues ello ofendería a la nación norteamericana, atentaría contra sus principios y sentaría un precedente sumamente perjudicial.
Sin embargo, al evaluar la posibilidad de que sea extraditado a Venezuela, atendiendo a la petición que tramita el Gobierno de Caracas, el diario indica que esto "significaría que con el tiempo, Posada podría terminar siendo juzgado en La Habana".
Sobre este último punto, Fidel aclaró que no hay la menor posibilidad de que Posada sea juzgado en Cuba, y eso se hizo saber desde un primer momento, para no dar el más mínimo pretexto para que no sea extraditado y juzgado por Venezuela, donde, incluso, la ley no concibe la pena capital.
Otra propuesta sería la remisión a un tribunal internacional, en un país neutral —si es que existe alguno, acotó—, siempre que Venezuela, nación que ostenta el principal derecho legal para ventilar el caso, estuviera de acuerdo. Cuba, subrayó, siempre apoyaría el derecho de Venezuela a juzgar al criminal Posada. No hay ningún derecho a desconfiar de Venezuela.
Lo importante es que el individuo no se escape; que sea sometido a un tribunal para que diga todo lo que tiene que decir y se confirme cómo un personaje de esa calaña ejemplifica la política de agresiones que por tantas décadas han llevado a cabo las administraciones norteamericanas contra Cuba.
A nuestro pueblo, enfatizó, no lo anima ninguna mezquina venganza, sino el más elemental sentido de la justicia.
BOSCH, POSADA, EL CRIMEN EN EE.UU. Y OTROS PAÍSES
Fidel insistió en que debe investigarse más a fondo sobre las relaciones entre Posada, Bosch y la mafia anticubana con los servicios especiales norteamericanos y con el crimen en Estados Unidos y otros países del área.
Al respecto explicó cómo en los propios EE.UU. sospechan de la colaboración de esos delincuentes con la conspiración que culminó con el asesinato del presidente John F. Kennedy.
Fue evidente el intento de implicar a Cuba en la trama del magnicidio. Quien cargó toda la culpa, Lee Harvey Oswald, apareció un día ante la Embajada de Cuba en México para solicitar asilo y que le facilitaran un viaje a la Unión Soviética.
Un procedimiento similar, recordó Alarcón a solicitud de Fidel, se llevó a efecto cuando ese grupo terrorista planificó el asesinato del líder cubano en ocasión de su visita a Chile durante el Gobierno de Allende: hicieron aparecer en la sede diplomática soviética en Caracas a un individuo con la misma fisonomía del que se encargaría de concretar el magnicidio en Chile. El objetivo era claro: de ser asesinado Fidel, la CIA y la mafia, para lavarse las manos, desviarían la atención de la opinión pública hacia una presunta implicación de los servicios de Inteligencia soviéticos.
En todo caso, recalcó, hay que continuar investigando, seguir el hilo de las conexiones entre Félix Rodríguez, un agente de la CIA que participó en el asesinato del Che en Bolivia; Bosch, Posada Carriles, el bandido de Otto Reich, las organizaciones contrarrevolucionarias que operan en Estados Unidos, los servicios de Inteligencia de ese país y las autoridades gubernamentales; poner en claro quiénes reclutaron a los terroristas de origen cubano.
Desde siempre estas organizaciones, expresó, han actuado bajo la orientación y en coordinación con los gobiernos de Estados Unidos; disfrazadas con diferentes nombres, un día la CORU (Coordinadora de Organizaciones Revolucionarias Unidas), otro la FNCA (Fundación Nacional Cubano Americana), pero a fin de cuentas armadas, financiadas, alentadas y protegidas por las autoridades norteamericanas.
GALIMATÍAS EN EL DEPARTAMENTO DE ESTADO
En otro momento de su Intervención, Fidel glosó las insólitas declaraciones del vocero del Departamento de Estado ante las preguntas de un periodista sobre si el Gobierno de EE.UU. sabía dónde se encontraba Posada, sí conocía cómo había entrado al territorio norteamericano, si ya habían analizado la solicitud de asilo y qué harían ante este caso.
El vocero se fue por la tangente, con evasivas de todo tipo, pronunciando un verdadero galimatías para no dar ninguna respuesta concreta. Le sugirió al periodista que le preguntaran al Departamento de Justicia y al de Seguridad Interna, porque él no sabía nada del asunto, ni siquiera que Venezuela estuviera tramitando la extradición.
También el líder de la Revolución dio lectura a un artículo aparecido en el diario Washington Times, conocido por sus posiciones de derecha, en el que admite que Posada es un problema para el Gobierno de Bush que pudiera comprometer su credibilidad.
PAPELES REVELADORES
Sumamente reveladores resultaron los documentos publicados este 10 de mayo en el sitio web de los Archivos de Seguridad Nacional de la Universidad George Washington y que Fidel dio a conocer.
Se trata de 14 documentos desclasificados correspondientes a la CIA y el FBI, que prueban fehacientemente el reclutamiento y la subordinación de Posada a la Agencia Central de Inteligencia y su autoría, junto a Orlando Bosch, de la voladura del avión de Cubana en 1976.
En la presentación de los documentos, Peter Kornbluh, director del proyecto de Archivos sobre Cuba en la citada institución académica, escribió que la presencia de Posada en EE.UU., representa un desafío para el Gobierno de Washington y precisó que los papeles desclasificados no dejan duda alguna acerca de que Posada ha sido uno de los más persistentes ejecutores de la violencia terrorista en el mundo.
Quedan expuestos a la luz pública los antiguos vínculos de Posada con la CIA, desde los días de la invasión a Playa Girón (estuvo en uno de los barcos pero no desembarcó). Mientras servía en el Ejército norteamericano, entre 1963 y 1965, recibió entrenamiento en técnicas de demolición con explosivos. Aparentemente cesó en la Agencia hacia julio de 1967, pero cuatro meses después es reincorporado hasta 1974.
Sin embargo, los propios documentos confirman cómo prosiguió contactos sistemáticos —casual y sintomáticamente— hasta tres meses antes del sabotaje al avión cubano y ponen de manifiesto la participación activa del terrorista, luego de que se fugara de la cárcel de Caracas, en operaciones de suministro de armas a la contra nicaragüense desde la base salvadoreña de Ilopango, nada menos que bajo las órdenes de Oliver North, alto funcionario de la Administración de Reagan.
Uno de los reportes secretos que más indignación generó en el auditorio fue el que redactó el Buró del FBI en Venezuela, apenas unos días después del cobarde atentado. El FBI, según el escrito, recibió información de una fuente que habló con Ricardo Morales Navarrete, un exiliado cubano que trabajaba en la DISIP (servicio de Inteligencia venezolano). Conocido como el Mono Morales, refirió a la fuente del FBI sobre dos reuniones en las que tomó parte para planear la explosión del avión; una en el Anauco Hilton y otra en la habitación del propio Morales en el Hilton.
Un pasaje clave revela que Morales afirmó que alguna gente del Gobierno venezolano estaba involucrada en la voladura de la nave y que si Posada Carriles habla, entonces Morales y los otros del Gobierno venezolano se hundirían. Dijo que si esta gente habla, tendríamos un Watergate. Morales contó cómo uno de los hombres que puso la bomba llamó a Bosch y reportó: "Un ómnibus con 73 perros se despeñó y todos están muertos".
Antes, un día después del atentado, el FBI ya había atribuido con certeza a Bosch y a Posada Carriles el papel de planeadores de la explosión de la aeronave e informaba sobre los intentos de la DISIP por sacarlos de Venezuela.
Otro documento del FBI, en fecha tan temprana como el 7 de julio de 1965, registra el desembolso monetario que Jorge Más Canosa, a la sazón al frente de la organización terrorista RECE, hizo a Posada, para que saboteara a barcos surtos en puertos mexicanos. Posada adquirió 100 libras de explosivos C-4 y detonadores y minas-lapas con el objetivo de usarlas en esa operación.
El canciller Felipe Pérez Roque intervino para puntualizar que cuando Orlando Bosch fue indultado, el Gobierno de EE.UU. sabía de todas sus fechorías porque Bush padre había sido el director de la CIA en toda la etapa de contactos con Posada Carriles y Bosch; que la CIA, el FBI y el Gobierno de EE.UU. supieron de todos los planes siempre y jamás avisaron a Cuba; que ocultaron amañadamente la afiliación de Posada Carriles a la CIA y que el Gobierno de EE.UU. supo desde el primer momento que Posada Carriles y Bosch eran los autores del sabotaje al avión de Cubana.
NO QUIEREN PELEARSE CON LOS PODEROSOS DEL NORTE
Refiriéndose a las declaraciones del vocero del gobierno chileno en el sentido de que no procedía que se pronunciaran sobre el emplazamiento hecho al Presidente de Chile y al canciller Insulza, Fidel enfatizó que no van a hablar de Posada Carriles porque no hay principios, no hay ética, no quieren pelearse con el poderoso del Norte.
Ellos empezaron cuando se comprometieron a democratizar a Cuba y no constituye una gran ofensa el calificativo de tonto cuando lo que formaron fue un chanchullo que equivale a una traición, precisó Fidel, quien admitió el uso de métodos poco formales de su parte, pero enfatizó que hay que decir la verdad, duélale a quien le duela, quéjese quien se queje.
Agregó que no tenía la menor intención de ofender al Presidente de Chile, pero que estaba cansado de tanto engaño y de tanta mentira, de los seudorrevolucionarios, de los seudoizquierdistas.
Aprovechó para recordar que Cuba hizo mucho por Chile y que sin embargo se demoraron muchísimos años para restablecer las relaciones diplomáticas. Se creen que tienen democracia y nosotros no, comentó, para luego señalar que tenía muy buena opinión de los verdaderos revolucionaros chilenos, los dignos, los que murieron luchando contra Pinochet.
Citó el Jefe de la Revolución al prestigioso dirigente Evo Morales, quien declaró que Bolivia, país al que hace más de cien años le han negado la salida al mar, debía irse de la Organización de Estados Americanos (OEA); que debía llegarse a un consenso para disolver esa basura, antes de sentenciar que mientras más se vayan, mejor y mientras más sillas vacías, más honor para este hemisferio.
Dio lectura a la carta del Partido Comunista chileno al presidente Ricardo Lagos —redactada con todas las formalidades, acotó—, en la que le solicita el apoyo a la extradición de Luis Posada Carriles de Estados Unidos a Venezuela, y que a la vez interceda por la libertad de los Cinco Patriotas cubanos detenidos injustamente en cárceles de EE.UU. por combatir ese terrorismo.
MOSCOSO LE DEBÍA FAVORES A LA MAFIA
Retornando al tema de Posada Carriles, señaló que el Gobierno de EE.UU. mandó a sus emisarios a interceder con la Moscoso para que soltaran al criminal, porque le debía favores a la mafia que le dio las elecciones fraudulentas en la primera ocasión.
Analizó que Bin Laden, que le dio primero la excusa para la guerra de conquista, se convirtió después en un factor fundamental para la reelección de Bush, al aparecer en los días previos en un documental donde no solo reconoció los ataques contra las Torres Gemelas, sino también prometió nuevos ataques terroristas.
Nadie sabe dónde está ahora Bin Laden, puntualizó, exhortando además a que alguien averigüe sobre dicho documental de origen desconocido.
Con respecto a los documentos desclasificados, Fidel concluyó que lo sabían todo, lo conocían todo los gobiernos de Estados Unidos y han tenido que transcurrir 29 años para que la opinión mundial pueda conocerlo (hizo la salvedad de que el Gobierno de Carter tuvo una posición ética, además de llegar ganando las elecciones).
MARCHA CONTRA EL TERRORISMO
Al comentar sobre la catarata de trabajos publicados, en total 141, sobre la desclasificación de los documentos y la repercusión de su intervención del martes, Fidel se refirió al título de una de esas notas para aclarar que la Marcha Combatiente del próximo martes no será contra EE.UU., sino contra el terrorismo. Una Marcha a favor del pueblo de Cuba y a favor del pueblo de EE.UU., víctimas del terrorismo, que tiene el mismo origen, métodos, la misma academia, que allá costó 3 000 víctimas y aquí más de 2 000 a lo largo de los años; más de 5 000 acciones terroristas en 40 años, como la quema de El Encanto, el ataque a Boca de Samá, la misma agresión de Playa Girón, traicionera, aviones con banderas cubanas, ilegales, violando leyes internacionales.
Han engañado siempre a su pueblo, afirmó Fidel. Inventaron el secuestro de aviones y fue Cuba quien lo resolvió, cuando se convirtió en un problema para ellos. Y se portaron tan cochinos que nunca dieron ni las gracias, ni informaron sobre aquellos ciudadanos que devolvimos, hasta que un día nos enteramos de que los habían condenado a 40 años.
Debe quedar bien claro que no estamos contra ellos y recordó cómo el niño Elián González agradeció recientemente al pueblo de EE.UU. por su ayuda, lo que fue de su iniciativa.