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Amor con amor se paga

Fecha: 

26/10/2000

Fuente: 

Granma
El presidente cubano Fidel Castro arriba a Venezuela en horas del mediodía. Es su primera visita de Estado en 40 años a esta nación sudamericana. El mandatario venezolano Hugo Chávez le brinda una calurosa bienvenida en el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar, donde es recibido con amplios honores militares mientras cientos de personas agitan banderas de Cuba.

Minutos antes, en el propio aeropuerto, al ser interrogado por los periodistas sobre la critica de sus opositores a la visita de Fidel, Chávez, dijo: “el pueblo está "alborotado esperando a nuestro hermano que nos trae ese ejemplo de dignidad, coraje y de lucha.”

Fidel inicia su visita al país con un recorrido por la población costera de Macuto, en el Estado de Vargas, ubicada a unos 40 kilómetros al norte de Caracas que fue devastada en diciembre del pasado año por deslaves producidos por unas fuertes lluvias que dejaron hasta 30 000 muertos.

El dirigente cubano llegó a Macuto acompañado de Chávez quien Io llevó a un recorrido por el poblado costero en una camioneta gris Grand Cherokee.

El Jefe de Estado venezolano vistiendo de uniforme militar camuflado, fue guía y chofer de Fidel, quien en medio del recorrido cambió su acostumbrada gorra militar verde oliva por otra de color negro con las siglas de la Armada de Venezuela.

Fidel como copiloto dijo "observar, observar y observar" como la gente le pedía ayuda al popular mandatario venezolano a quien alabó por tomar notas y escuchar detenidamente las solicitudes.

En medio de una calle repleta de escombros y rocas, y una decenas de edificios que aun permanecían cubiertos de tierra y resto de árboles hasta de 8 metros de altura, Fidel alabó las labores desplegadas por el gobierno para recuperar las zonas devastadas por las inundaciones.

Fidel expresó su asombro por la magnitud de la tragedia, una de las peores en este siglo en América Latina. "He visto tantas cosas, he visto la destrucción, he visto el pueblo, he visto la ansiedad y las esperanzas de la gente", declaró a los periodistas que lo abordaron en Los Corales, localidad vacacional para la pequeña elite venezolana y convertida en una montaña de piedras y escombros.

"Lo que más me ha impresionado es la confianza que tienen en Chávez, a la vez que ansiedad porque le piden que no los olvide, no se olvide de nosotros. Al principio de la revolución veía mucho eso, la esperanza de la gente, quería escuela, quería asistencia médica, quería trabajo", precisó Fidel.

"Venezuela saldrá adelante" dijo el presidente cubano a la vez que señaló que "han hecho un trabajo extraordinario ante las dimensiones titánicas de la tragedia".

Abordado por los representantes de los medios de comunicación Fidel manifestó que apoyaba la creación de un "nuevo polo de poder en América Latina", tal como lo ha propuesto su colega venezolano.

“Cuba tiene un vecinillo con el cual lleva más de 40 años luchando y aquí seguimos de pie. No tengo dudas que la unidad latinoamericana será posible con hombres como Chávez", afirmó Fidel.

El recorrido culminó en el Comando de Operaciones del Ejército de Macuto donde las autoridades del estado costero de Vargas exhibieron a Fidel una película sobre la tragedia natural de diciembre pasado donde murieron unas 30.000 personas y otras 100.000 perdieron sus viviendas a consecuencia de las devastadoras inundaciones y el derrumbe de algunas montañas

Uno de los sobrevivientes de la tragedia, Marcos Pereira, 28 años, se acercó a la comitiva presidencial para tratar de ver de cerca al líder cubano. Pereira se confesó gran admirador del presidente cubano "por ser un símbolo de la dignidad y la, resistencia latinoamericana en contra del imperialismo", y agregó que "se que en Cuba hay problemas, pero no han sido por falta de voluntad de Fidel es culpa de bloqueo".

Fidel y Chávez luego salieron hacia la población costera de La Guaira para rendir un homenaje y condecorar a una decena de médicos cubanos que llegaron a Venezuela a finales del año pasado, y que permanecen en la zona prestando atención a los sobrevivientes de la tragedia.

Algunos comentaristas destacaron la empatía entre ambos lideres, a pesar de la diferencia generacional entre Fidel, que emergió con su revolución en la época de la guerra fría, y Chávez, de 46 años, que prometió cambios radicales en Venezuela a través de Io que llama una "revolución bolivariana".

El viaje de Fidel se realiza en momentos en que Venezuela atraviesa la transición impulsada por Chávez, quien en 1992 encabezó un fallido golpe de Estado y siete años después emergió como un líder revolucionario electo democráticamente.

En su primera actividad el viernes, el presidente cubano rindió tributo en el Panteón Nacional al prócer de la independencia Simón Bolívar, como parte de una visita que por un lado llena de satisfacción a su colega venezolano Hugo Chávez, y por el otro encoleriza a la oposición.

Fidel, que vestía un uniforme de gala militar, depositó una ofrenda floral ante el sarcófago que contiene los restos del Libertador. Se colocó guantes blancos para sostener junto a Chávez la espada de oro con incrustaciones de brillantes, que el Perú le obsequió a Bolívar, en reconocimiento por su gesta emancipadora en el siglo XIX. El líder cubano se mostró impresionado por la exquisitez de la pieza histórica.

Posteriormente, ambos gobernantes, en medio de los vítores de cientos de sus entusiastas admiradores y bajo o consignas tales como "Cuba si, gringos no", se trasladaron caminando al ahora Museo San Carlos, ubicado a poca distancia del Panteón Nacional.

Fidel, 74 años, vestido con su traje militar de gala, soportó con la misma fortaleza de su popular y joven homólogo de 46 años, el inclemente sol sobre Caracas, y tras caminar unos 1.000 metros saludó a una pequeña avalancha de gente que rebasó el férreo cinturón de seguridad.

"El que quiere a Chávez, quiere a Fidel, son grandes amigos. Todo el que quiera a Chávez, yo Io quiero", dijo Janis Peraza, una asistente de 60 años que esperó pacientemente la llegada de Fidel y se conformó con verlo de cerca.

Chávez acostumbrado a romper el protocolo se detuvo a saludar un niño y pareció contagiar con ello a Fidel, quien en lugar de mantenerse distante se animó a acercarse a la multitud que Io ovacionaba.

El cuartel, una antigua prisión militar convertida hoy en museo, albergó en una de sus celdas al ahora mandatario venezolano, que encabezó un fallido golpe de estado en 1992.
En un recorrido por las instalaciones, las autoridades le entregaron a Fidel un libro con la historia del lugar que durante 17 años fue cuartel militar.

De ahí se dirigieron a la escuela donde impartió clases José Martí, ubicada en la zona alta de Sarría y seguidamente se encaminaron en medio de la multitud hacia la casa natal de Simón Bolívar y el museo adjunto.

Desde allí dirigieron sus pasos hacia la Plaza Bolívar, donde el alcalde Freddy Bernal, le hizo entrega a Fidel las llaves de la ciudad y lo declaró hijo ilustre de Caracas

En unas breves palabras, Fidel agradeció el homenaje y dijo que “Cuba, en 40 años de bloqueo aprendió el milagro de hacer mucho con muy poco. Si la pequeña isla resistió, como no van a resistir el continente de Bolívar y la tierra de tantos próceres. No tengo ninguna duda en decir: como no va a persistir cuando tienen hombres como Chávez.”

En la tarde el presidente cubano participó en una sesión solemne en la Asamblea Nacional. En su intervención que duró 65 minutos, arrancó 29 veces los aplausos , y hasta las risas, del publico congregado en el salón protocolar del Palacio Federal Legislativo, Fidel advirtió que Chávez debe cuidar su seguridad personal ante la posibilidad de que sea objeto de un atentado.

"No le quepa la menor duda que adversarios internos y externos tratarán de eliminarlo, se Io dice alguien que ha vivido la singular experiencia de haber sido objeto de más de 600 conspiraciones".

El líder cubano se refirió a que el político venezolano realiza una serie de reformas que, por sus alcances revolucionarios, Io ponen en la mira de enemigos, comparando sus inicios como gobernante con los de su colega venezolano.

Fidel dijo que no era la primera vez que le pide a Chávez que preste atención a su seguridad. "El no contribuye en nada a su propia seguridad. Es absolutamente renuente al mínimo de medidas adecuadas en ese sentido.”

“Ay de ustedes", advirtió Fidel dirigiéndose a los legisladores y público presente en la legislatura. Persuádanlo de que se cuide.

En su discurso Fidel pidió "excusas" a unos 40 congresistas opositores que protestaron por su visita, y expresó que lamentaba haber sido motivo de disgusto.

En su intervención señaló que las preocupaciones de que Venezuela podría enrumbarse por el mismo destino socialista de Cuba, no tenían base.

Fidel descartó que Chávez tenga planeado"'regalarle" petróleo a Cuba, tal como han señalado algunos grupos opositores que han cuestionado un acuerdo petrolero que suscribirán en los próximos días ambos países. El presidente cubano dijo que los barriles petroleros que obtendrá Cuba a través del acuerdo energético, será "rigurosamente saldado" con dinero y servicios.

El mandatario cubano elogió a Chávez, y sostuvo que es un líder que sigue la tradición de su propia revolución.

Fidel, dijo que sus días como revolucionario están por terminar, mientras que Chávez, de 46 años, apenas está comenzando su proceso. "Yo he realizado una parte de mis sueños. No soy como Chávez, un líder joven Ileno de vida que quien tiene un gran trabajo por cumplir. El debe ser cuidadoso"

Desde 1999 Chávez se ha esforzado en estrechar los vínculos entre Cuba y Venezuela. Su intima amistad con Fidel ha inquietado a los Estados Unidos y a algunos venezolanos, sobre todo al expresar durante una visita a Cuba que Venezuela "navega hacia el mismo mar de la felicidad" que la isla.

El sábado, 28 temprano en la mañana, Fidel comenzó su tercer día de visita al país viajando al vecino poblado de Sabaneta, donde naciera Chávez y vive el padre del presidente, Hugo de los Reyes Chávez, un maestro de escuela retirado que fue electo gobernador del estado suroccidental de Barinas en 1998, y posteriormente reelecto en los comicios generales de julio.

El líder cubano hizo la travesía en avión al estado Barinas, donde Chávez le esperó junto a una nutrida comitiva oficial y un grupo de simpatizantes que le recibieron al grito de “¡Fidel, amigo, el pueblo está contigo!''.

A su arribo a Sabaneta, pueblo natal de Chávez en los llanos venezolanos, Fidel fue vitoreado por simpatizantes congregados en el aeropuerto mientras recibía honores militares.

Sabaneta, a unos 400 kilómetros al suroeste de Caracas con una población de 40 000 habitantes tiene como sus principales renglones económicos la ganadería y la producción de caña de azúcar.

Ambos mandatarios vistiendo sus uniformes militares de campaña recorrieron a pie algunas de las calles del poblado llanero y se detuvieron en una pequeña casa pintada de blanco y azul que tenia en una sus paredes un letrero que dice "aquí nació Hugo Chávez".

Al finalizar el recorrido en medio del entusiasmo de campesinos y pobladores en un acto publico el alcalde del pueblo le hizo entrega a Fidel de las llaves de la ciudad.

En un breve discurso, el presidente cubano dijo que "así como van a Caracas a ver la casa donde nació Simón Bolívar, algún día vendrán a visitar Sabaneta donde nació Chávez".

Chávez agradeció a los pobladores la bienvenida, y entre vítores y aplausos expresó que revolución social y económica apenas va a comenzar.

El gobernante venezolano explicó que el recorrido por la zona especial de desarrollo La Marquesa-Puerto Nutrias buscaba impulsar la cooperación agrícola, específicamente en la industria de la caña de azúcar y los sistemas de riego.

Fidel manifestó que su gobierno “está dispuesto, tan pronto como sea requerido, a enviar a sus técnicos para incrementar la producción y lograr así que Venezuela deje de importar azúcar''.

“Nosotros las cosas las organizamos como los soldados, en 24 ó 48 horas'', declaró el gobernante cubano.

Fidel aprovechó el recorrido con Chávez para advertir a los venezolanos que “hace falta organización por parte de los representantes del poder popular para que puedan atender las decenas de miles de problemas que tiene país”.

Chávez señaló que la isla antillana puede cooperar con Venezuela en el desarrollo del "turismo interno en las costa del río Apure en las sabanas de Barinas".

Luego de la visita a Barinas, ambos mandatarios se trasladaron hasta el estado Portuguesa para asistir a una asamblea campesina en el Coliseo ``Carl Herrera'' en el poblado de Guanare, donde entre 2,000 y 3,000 personas esperaron sudorosas con carteles de bienvenida a los dos comandantes.

Al constatar cómo Chávez es asediado por la población para plantearle problemas domésticos y pedirle respuestas inmediatas, Fidel aseguró: “Chávez no puede seguir siendo alcalde de toda Venezuela, no puede estar en todas partes''.

El gobernante afirmó que “la revolución bolivariana que preconiza Chávez presenta un infinito mundo de cosas por hacer, por lo que el popular mandatario no puede resolver todas las situaciones domésticas que le exponen sus compatriotas cada vez que tienen oportunidad y que, además, Chávez siempre escucha atentamente.”

Fidel elogió los resultados del Plan Bolívar 2000, un programa social ideado por Chávez que emplea a la Fuerza Armada como herramienta, aunque indicó que “los militares no son suficientes para afrontar los problemas comunitarios” y recordó que “además hay que cumplir otras funciones relacionadas con la defensa de la patria''.

“Lo que necesitan los venezolanos es un poquito de tiempo para que, a la velocidad de la luz, se organicen, y todo un ejército de trabajadores por el pueblo pueda dedicarse a la tarea'' de afrontar y resolver sus propios problemas,” agregó Fidel.

En un momento determinado en que Fidel dialogaba con un productor local de caña de azúcar Chávez interrumpió y le recordó a Fidel que aún le quedaba por participar en un juego de pelota y lo mandó amablemente a sentarse.

“Mira Fidel, tú decide si te quedas ahí, pero tú vas a jugar pelota esta noche. No vayas a decirme después que estás cansado'', le conminó entre risas Chávez al interrumpir el diálogo.

Fidel dejó el bombardeo de preguntas sobre hectáreas, fertilizantes, promedios de producción, y se fue a sentar, no sin antes hacerle sonriente a Chávez el saludo militar con su mano derecha.

“Fidel está haciendo comparaciones con la sociedad de Cuba, en todo lo que ellos nos van a ayudar en el convenio integral para elevar la productividad y asociarlos en el negocio de la caña y muchas cosas: petróleo, gas, educación, salud, la revolución social, por eso anda preguntando tanto'', explicó Chávez a los sorprendidos presentes.

Seguidamente ambos dirigentes se reunieron con unos 10 000 estudiantes en la Universidad Politécnica Antonio José de Sucre en Barquisimeto y de otros centros de educación superior, a quienes dictó una clase magistral y respondió numerosas preguntas que le hicieron los jóvenes.

En su intervención Fidel hizo referencia a la fuerte impresión que le produjo observar en la miseria en que vivía una familia campesina, en tonos que recordaba al personaje Juan, el Veguero, de la novela Cantaclaro, del escritor venezolano Rómulo Gallegos. Aprovechó la ocasión para invitar a 250 estudiantes a visitar a Cuba.

Tarde en la noche ambos jefes de Estado asistieron a un Juego de la Amistad de béisbol, para tratar de lograr la revancha de la derrota que sufrió Venezuela en un juego similar en La Habana, en noviembre de 1999. En esta ocasión el escenario fue el estadio Antonio Herrera Gutiérrez de Barquisimeto.

Al arribar Fidel y Chávez el partido de pelota entre antiguas estrellas del deporte de ambas naciones había terminado con una paliza de 17-6 a favor de los visitantes, lo que frustró el deseo de Chávez de "vengar" la derrota sufrida en un choque similar en La Habana hace un año.

Chávez jugó en la inicial y estuvo a punto de perder un elevadito. "Casi se me cae. Pero Dios es muy grande", manifestó entre carcajadas. Salió del encuentro con dolores en sus muñecas que ameritaron vendaje con hielo.

Los ojos se le iluminaron a Chávez cuando un emisario del dogout caribeño se le acercó para decirle que Fidel quería batearle. "Lo voy a ponchar. Fidel va a pagar los platos rotos", aseguró sonriendo y se dirigió a la lomita. El inquilino de Miraflores no es de los que extasían al hablar de globalización, pero sus efectos los llevaba en los pies: salió a lanzarle a su amigo con unos spikes marca Nike.

"Tengo como 20 años que no bateo, pero me siento bien porque he estado practicado en secreto", confesó Fidel ataviado con chaqueta deportiva encima del celebérrimo uniforme verde oliva y unos zapatos tenis.

Fidel hizo un swing descolgado al primer lanzamiento de Chávez. El segundo strike fue un intento fracasado de toque y el tercero fue cantado por el umpire pero el mandatario cubano se dirigió hacia la inicial como si hubiera sido la cuarta mala.

Mientras de las tribunas se podía escuchar a los que aguantaron hasta casi la una de la madrugada gritar: “Chávez, Chávez" y también "Fidel, Fidel". Unos estudiantes de la isla coreaban estribillos como "Venezuela, Cuba te quiere así de grande" y "Pa' lo que sea Fidel". Eso sin contar carteles que apoyaban la hermandad Cuba-Venezuela: "Fidel y Chávez. Los sueños de Martí y Bolívar hechos realidad". "La UCV solidaria con Fidel". "Venezuela y Cuba: juntas vencerán".

Todo ese ungimiento de respaldo popular a una amistad puesta en entredicho era lo que deseaba Chávez. No fueron importantes los jonrones de los cubanos Víctor Mesa, Ray Anglada y Antonio Muñoz, como tampoco lo fueron los errores del criollo Raúl Salmerón en tercera, el castigo recibido por Alfonso Collazo, el buen relevo de Luis Mercedes Sánchez, la labor de Luis Peñalver arruinada por pecados de la defensa, el turno como emergente de Víctor Davalillo.

De hecho, el propio jefe del Estado venezolano hizo este comentario a su homólogo huésped: "A los cubanos los queremos tanto que no nos cansamos de que nos sigan ganando". Esto teniendo como fondo una gaita zuliana que sonó en la tribuna junto con guarachas que hacían moverse en la cueva

El domingo en la mañana se rompió la apretada agenda de actos protocolares. Fidel participó en cuadragésima novena edición radial del programa “Aló Presidentes” que conduce Chávez.

En esta ocasión se transmitió desde el Campo de Carabobo, lugar histórico donde Venezuela libró su última batalla por la independencia el 24 de junio de 1821, en Valencia, situado a dos horas en automóvil al oeste de Caracas.

Fidel y Chávez arribaron al helipuerto de Campo Carabobo a las 9:30 am en un Superpuma del Ejército y, seguidamente les rindieron los honores militares correspondientes. Los presidentes pasaron revista a la formación e parada militar, que los esperaba desde tempranas horas de la mañana.

En el transcurso de la trasmisión ambos dirigentes hablaron de los procesos revolucionarios de los dos países, de política, de economía, de béisbol, de mujeres y hasta cantaron, en lo que la prensa consideró como un programa histórico.

Fidel, con su uniforme militar verde olivo, se colocó unos audífonos y se sentó frente a un micrófono para transmitir junto a su similar venezolano el programa radial que calificó de “genial''.

Ambos mandatarios aprovecharon el micrófono abierto para manifestarse una gran simpatía mutua. Hubo química desde el primer segundo, más allá de la diferencia de edad o de historial. En un ambiente cordial, tanto Fidel como Chávez trataron de dejar claro un principio político: ninguno pretende exportar su modelo revolucionario más allá de sus fronteras.

El programa de los presidentes comenzó a las 9.45, hora local, y terminó cuatro horas después. Ambos políticos, conocidos por su fluidez verbal, empataron en el tiempo empleado ante el micrófono.

El programa, que habitualmente realiza Chávez los domingos para conversar con sus simpatizantes y atacar a sus opositores, fue transmitido en la ciudad occidental de Valencia.
Unas 51 emisoras locales, el canal de televisión oficial y los medios cubanos Radio Rebelde, Radio Habana y Tele Rebelde, transmitieron en vivo el programa que se extendió por cuatro horas.

Alrededor de 2,000 personas se aglomeraron en los alrededores del parque histórico para tratar de ver de cerca a los presidentes y pedirle alguna ayuda económica o médica a Chávez.

En la emisión, celebrada en directo, pudieron intervenir los oyentes; hubo llamadas desde La Habana y desde Caracas. Los caraqueños centraron sus preguntas en los problemas nacionales: justicia, empleo, vivienda y salud.

En el transcurso del programa Fidel anunció que Cuba enviará a Haití 600 especialistas de la salud, entre enfermeras, médicos y técnicos,

“Queremos cooperar con Haití, pero en estos momentos la cooperación más fuerte es la de los médicos, de los cuales están solicitando 600 médicos y personal de la salud, especialistas por ejemplo en enfermería, cuidados intensivos y técnicos para la reparación de equipos'', explicó Fidel.

En la conversación ambos presidentes hicieron gala de sus conocimientos de historia. Explicaron, por ejemplo, que en el Campo Carabobo, tuvo lugar la batalla en la que las fuerzas de Simón Bolívar sellaron la independencia de Venezuela, el 24 de junio de 1821.

Fidel reconoció que la independencia cubana la dirigió y organizó la "oligarquía culta" de los terratenientes. Igualmente dio amplias dar muestras de su conocimiento de la historia de Venezuela y mencionó al célebre asturiano Boves el Urogallo, quien sublevó a los pobres y esclavos e inició la lucha de clases contra el libertador Bolívar.

Para despejar los temores estadounidenses suscitados ante su propuesta de crear un nuevo polo de poder en América Latina, Chávez aseguró que la unidad e integración de Latinoamérica está centrada en buscar el desarrollo económico y social. "No pretendo exportar el modelo de Venezuela a otras partes. Y Fidel lo ha dicho: no se trata de que Cuba imponga su modelo a Venezuela. Respetamos la autodeterminación y la particularidad política de cada país. Estamos trabajando unidos para la integración. Es la visión geopolítica de Bolívar".

Chávez puntualizó que el único camino es la unión e integración para "enfrentar con éxito el neoliberalismo y evitar santas alianzas, como dice Fidel; buscamos un nuevo modelo económico, social y político".

En medio del programa Chávez invitó a Fidel a cantar una balada comercial llamada ``Venezuela'', uno de los temas favoritos del mandatario venezolano.

Ayudado por una copia del texto de la canción, Fidel cantó con Chávez algunas estrofas de la balada.

El dirigente cubano mostró su admiración por la "esperanza enorme" que percibió en su recorrido por Venezuela, que incluyó visitas a las ciudades de Barinas, Barquisimeto y Valencia, en el centro-occidente del país.

El mandatario cubano se prodigó todo el tiempo en loas a su anfitrión. Reprochó a los venezolanos la tendencia a pensar que Chávez puede resolver todos sus problemas y mencionó los millones de papelitos que la gente humilde le hace llegar. "Chávez no es el único alcalde del país. Hay que formar cuadros para que atiendan las necesidades de la población".

Fidel nuevamente aconsejó a Chávez reforzar su seguridad y cuidarse de los atentados. "Yo puedo desaparecer hoy, mañana, en cualquier momento, y no habría trascendencia para nuestra revolución". Los hombres no son hijos de sus méritos, sino del momento histórico que le correspondió nacer. Tú no tienes sustitutos en este país; no puedes ser un quijote. Así que cuídate”, le advirtió.

Terminada la trasmisión Fidel y Chávez depositaron una ofrenda floral ante la Tumba del Soldado Desconocido. Después, realizaron un recorrido por el Monumento a la Batalla de Carabobo, conformado por el Arco del Triunfo y el Altar de la Patria, mientras que un oficial de la Compañía 24 de Junio ofrecía detalles sobre la construcción de la obra.

Una vez finalizado el recorrido, Chávez, al volante de un rústico del Ejército llevó a Fidel por los lugares donde se libró la Batalla y donde fueron levantados los monolitos en honor a los héroes que murieron en la gesta independentista.

La visita concluyó el lunes con la firma de un amplio convenio de cooperación que abarca desde intercambios en materia de energía hasta la agricultura la educación, la salud y el turismo.

En la actividad celebrada en el salón Ayacucho, en el Palacio Presidencial de Miraflores el presidente Chávez impuso a Fidel el Collar de la Orden del Libertador, máximo reconocimiento que otorga el Estado venezolano. A su vez Fidel le obsequió con una replica de la estatua de José Martí.

Algunos grupos opositores cuestionaron el acuerdo petrolero suscrito entre los dos países. "Se le imputa al presidente Chávez querer regalamos petróleo y que el Acuerdo de Caracas es un simple pretexto para ayudar a Cuba", señaló Fidel y agregó: “los barriles petróleo que obtendrá nuestro país serán rigurosamente saldado con dinero y servicios producidos en a isla.”

El convenio energético es similar al llamado Acuerdo de Caracas, firmado hace una semana y a través del cual Venezuela financiará petrolero a otras 11 naciones de Centroamérica y el Caribe en condiciones de pago ventajosas.

Los beneficiarios de este mecanismo de cooperación son Barbados, Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Jamaica, Nicaragua, Panamá y República Dominicana.
Sin embargo, expertos en asuntos interacciónales sostienen que el apoyo dado por Venezuela a la isla podría disgustar a Estados Unidos, el principal mercado para el crudo venezolano.

En sus 20 meses de gobierno, el mandatario venezolano ha estrechado las relaciones con Cuba y se ha opuesto frontalmente al embargo comercial impuesto hace 40 años a la isla caribeña por Estados Unidos.

“También ha criticado la influencia del gobierno de Washington en la región y ha llamado a los países sudamericanos y centroamericanos a formar un solo y nuevo bloque de poder, posición que ha reforzado con la presencia de Castro en Venezuela”, expresó un analista.

Cinco días duró la visita. La relación personal y política entre ambos mandatarios se estrecharon aún más. Chávez, satisfecho por el resultado de los encuentros sostenidos le dijo antes de partir a Fidel:

"Ahora que te conozco mejor, te aprecio más. Amor con amor se paga".