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¡Aquí no se rinde nadie!

Los sueños de la generación que asaltó el Moncada son hoy una realidad palpable en el Tercer Frente. Foto: Marcelino Vázquez
Los sueños de la generación que asaltó el Moncada son hoy una realidad palpable en el Tercer Frente. Foto: Marcelino Vázquez

Fecha: 

07/03/2019

Fuente: 

Periódico Granma

Autor: 

Tan varada en el tiempo sigue la administración estadounidense que, en su afán de asfixiar a Cuba con el Título III de la Ley Helms-Burton, quizá ni siquiera ha reparado en que el abrupto lomerío donde el Comandante Juan Almeida fundó, por orden del Comandante en Jefe, el III Frente Mario Muñoz Monroy, no es el mismo 61 años después.
 
Seguramente aún se lo imagina con aquellos humildes campesinos de tristes rostros y niños de vientres abultados, sin médicos ni escuelas, carente de carreteras, electricidad y comunicaciones, condenado como fácil manjar a la extracción irracional de madera preciosa y al saqueo del aromático café.
 
Seguro ignora por demás que la guerrilla rebelde que barrió para siempre de esta serranía a la tiranía batistiana sustentadora de ese inhumano cuadro, plantó en Loma La Esperanza la bandera rojinegra de la victoria, donde también eternizó en el imponente mausoleo levantado entre palmeras y rosas, la vida entregada por sus héroes y mártires en la justa causa de Fidel.
 
Desde ese alto no hace falta Google para apreciar a los pies el nuevo Cruce de los Baños, con su gente ataviada a la usanza moderna, las escuelas, círculos infantiles, el policlínico, la estación de investigación del café, modernas viviendas, antenas de internet, carreteras y hasta un estudio de televisión, surgidos todos tras el triunfo del 1ro. de enero de 1959.
 
Por eso, bien debió haber visto este 6 de marzo a hombres, mujeres, jóvenes y niños, ascender al sagrado lugar y acompañar, en tributo a los héroes y mártires, las ofrendas florales dedicadas por el Primer Secretario del Comité Central del Partido, General de Ejército Raúl Castro Ruz; el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, los Consejos de Estado y de Ministros, y todo el pueblo de Cuba.
 
De no conocer esta historia, la administración estadounidense debía averiguarla, para saber que en el Tercer Frente su gente duerme tranquila, consciente de que, como diría Almeida, ¡Aquí no se rinde nadie!