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Con pasos seguros el pie diabético en Venezuela

El programa del Buen Vivir del Diabético, sustentado en el convenio de colaboración Cuba-Venezuela, ha reducido el índice de amputación a menos del 1 %. Foto: Cuba Coopera Venezuela
El programa del Buen Vivir del Diabético, sustentado en el convenio de colaboración Cuba-Venezuela, ha reducido el índice de amputación a menos del 1 %. Foto: Cuba Coopera Venezuela

Fecha: 

25/08/2019

Fuente: 

Periódico Granma

Autor: 

Venezuela.–Para los venezolanos Luisa y Jesús, el Programa del Buen Vivir del Diabético es «como una bendición» y tras la afirmación relatan que después de múltiples tratamientos, ya habían perdido las esperanzas de salvar sus extremidades afectadas por úlcera del pie diabético, asociada a esa terrible enfermedad: la diabetes mellitus.
 
«Pero llegaron los médicos cubanos y el Heberprot-P y todo comenzó a cambiar para bien», aseguran y confiesan que ante cada crisis política, lo que más les preocupa es que cese esta colaboración, y elogian la profesionalidad de los especialistas, y demás profesionales de la salud en el tratamiento de las impresionantes lesiones que origina este padecimiento. «La empatía, el comportamiento ético. Son como nuestros hermanos. Somos como una gran familia. Esta unión debe seguir», expresan.
 
La génesis del bien
 
De acuerdo con datos ofrecidos por la doctora Marisela Bermúdez, viceministra del Ministerio del Poder Popular para la Salud (MPPS) de Venezuela, estudios realizados en el 2014 develaron que la diabetes mellitus era la tercera causa de muerte en el país, donde cerca de un millón 300 000 personas, el 15 % de la población total la padecía y que investigaciones más recientes lo enmarcan en el 13 %.
 
«Esa realidad y la voluntad de los ­gobiernos encabezados por Fidel Castro y Hugo Chávez de atender esas penurias a escala social son las cimientes de estas realizaciones», destaca el doctor Rafael Marcos Pimentel Pérez, coordinador nacional del Programa que organiza el mpps con el soporte de la Misión Médica Cubana Barrio Adentro, el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de Cuba (CIGB) y el Centro de Inmuno Ensayos (CIE).
 
Dice que el 18 de agosto de 2008 está marcado como la fecha en que el primer venezolano recibió el medicamento Heberprot-P, de factura cubana y único en el mundo contra este mal, por lo que ya celebramos el aniversario 11, «periodo en el que se han tratado a más de ­217 000 pacientes y realizado más de seis millones de consultas».
 
Agrega que en los meses transcurridos de este año ya suman una cifra superior a los 11 000 atendidos y prevalece la intención de continuar ampliando la prestación de estos servicios de gran impacto, porque facilitan la reinserción social de los enfermos, su independencia y utilidad.
 
Destaca que, como resultado de esta labor, el índice de amputaciones de los enfermos con úlceras del pie diabético que recibieron oportunamente el tratamiento hoy es menor al 1 %, lo que refleja su eficacia, «pues antes era de alrededor del 40 %», significa.
 
El galeno refiere que actualmente está implementado en 22 Estados –con las excepciones de Delta Amacuro y Amazonas, los dos de menor incidencias de esta enfermedad–, donde 13 angiólogos y 20 promotores asumen la sensible tarea de procurar el bienestar de los aquejados en 96 consultas habilitadas, en las cuales laboran mancomunadamente especialistas de las dos naciones.   
 
Una mirada integral al paciente
 
La licenciada Loreley Sánchez Gutiérrez, coordinadora regional de este programa en el Distrito Capital (Caracas), afirma que es objetivo prioritario el tratamiento de las alteraciones que se originan por la enfermedad en sus formas más agresivas: retinopatía, nefropatía diabética y el pie diabético, y cada una de ellas con terapéuticas direccionadas a aumentar el nivel de vida de los pacientes y también para paliar, de alguna forma, los signos y síntomas que en su conjunto se presentan.
 
La doctora Yailín Ríos Caballero, especialista en Angiología y Cirugía ­Vascular, es la coordinadora técnica del programa y una apasionada defensora de las acciones de promoción y educación para la salud y del trabajo de detección precoz de la afección, porque «los pacientes que llegan en estadios iniciales y reciben oportunamente el medicamento del factor de crecimiento epidérmico tienen más posibilidades de evitar la amputación».
 
Gracias a esos esfuerzos, el pie diabético en Venezuela anda con pasos seguros y los afectados tienen una rama fuerte para anclar sus ansias de mejoramiento.