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Diálogos con la historia (XLIV parte)

Fecha: 

19/04/2011

Fuente: 

Periódico El Sol de México
Múrsmank. Despedida de Fidel Castro Ruz en el aeródromoLOS PUEBLOS DE CUBA Y DE LA URSS SIRVEN A UNA CAUSA COMÚN Y TIENEN UNA MISMA BANDERA
 
* FRAGMENTOS DE LA INTERVENCIÓN DE FIDEL CASTRO RUZ POR LA RADIO Y LA TELEVISIÓN CUBANAS A SU REGRESO DE LA VISITA A LA URSS
 
La Habana, junio 5 (Prensa Latina) Moderador.- Muy buenas noches señores televidentes. Hoy se han reunido en cadena todas las estaciones de Radio y Televisión de Cuba para presentar, en un programa extraordinario, el Informe del Primer Ministro, Dr. Fidel Castro, acerca de su visita a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, en la que fue objeto de una impresionante recepción popular y de los mayores honores y agasajos jamás tributados por el Gobierno Soviético a un huésped de honor.
 
Periodista.- Comandante, ¿qué impresiones más sobresalientes trae usted del viaje a la Unión Soviética?
 
Comandante Fidel Castro.- Bueno, por mi cuenta, quiero, antes de contestar a la pregunta, hacer una explicación respecto a la forma en que se hizo el viaje, tanto de ida como de regreso. El pueblo comprende perfectamente bien las razones de elemental seguridad para realizar el viaje sin previo aviso. Es decir, que hubo que adaptarse a las condiciones en que tenemos que vivir a 90 millas del imperialismo yanqui. Entonces, por eso no se comunicó exactamente qué día íbamos a salir, sino simplemente se anunció la noticia del viaje a la URSS y con posterioridad se anunció ya cuando estábamos en Múrmansk; con respecto al regreso fue lo mismo.
 
... Y entonces, por lo demás, le voy a contestar a la pregunta. Usted me pregunta las impresiones sobre la Unión Soviética. En primer lugar, ha habido una información bastante amplia de toda la trayectoria del recorrido, los pronunciamientos, es decir, que se conocen mucho nuestras impresiones en general. Ahora, desde luego, que yo leía, por ejemplo, los periódicos, las noticias que llegaban desde la URSS, para saber más o menos lo que se publicaba. Cuando uno, desde allá, viviendo en el centro de todos los hechos, ve las noticias, nunca se queda satisfecho, porque parecen un pálido reflejo de la realidad. Yo si tuve oportunidad de ver algunos noticieros -no los que se hicieron aquí, que me han dicho que hay buenos noticieros- porque el cine, la película podía mostrar mejor todo, cómo se desenvolvía todo el recorrido; tuve oportunidad de ver algunos documentales que filmó Karmen -un cineasta conocido por nosotros porque hizo la película «Alba de Cuba»- y eran muy buenos, recogían muy bien, se tenía una impresión más directa de cómo era; las fotografías que venían muchas veces eran enviadas... ¿cómo le llaman a ese sistema? por radio foto, salían muy claras, cierto problema que tenemos en la impresión. Pero, además, no era posible recoger bien, no es porque no se haya hecho un gran esfuerzo, se hizo un gran esfuerzo, por parte de las agencias de información cubanas y soviéticas, escritos muy buenos realizados por periodistas cubanos y periodistas soviéticos.
 
La impresión de la Unión Soviética, para da cualquier respuesta hay que tener en cuenta, en primer lugar, cómo uno miraba la Unión Soviética. Y en realidad, nosotros teníamos un concepto muy alto de la Unión Soviética, en todos los órdenes, el rol histórico que había desempeñado la Unión Soviética, la Revolución de Octubre, los logros que habían alcanzado, es un concepto muy alto. Pero es que, en realidad, cuando se va al contacto directo, yo puedo decir que lo que nosotros hemos visto supera el concepto que teníamos de la Unión Soviética en general y era muy alto el concepto ese.
 
Ya desde el primer momento, el contacto con la primera ciudad, ya casi era un contacto con la Unión Soviética. Y esa primera impresión continuó en desarrollo a lo largo de todo el recorrido. Y es que allí, en la Unión Soviética, hay que tener en cuenta... porque nosotros decimos: el pueblo soviético. Está bien, porque en el concepto queremos englobar a toda la población del país. Pero no es «el pueblo», son los pueblos soviéticos, integrados por más de cien nacionalidades.
 
Periodista.- Compañero Fidel: el 25 de mayo se publicó en La Habana el Comunicado Conjunto...
 
Comandante Fidel Castro.- ¿Tú vas a empezar por el final? El comunicado es casi al final.
 
Periodista.- Es que como se trata de un documento que en realidad es una pieza brillante de la solidaridad comunista, pues yo deseaba saber algo sobre el Comunicado y como ha pedido preguntas concretas, pues yo quisiera saber exactamente de este Comunicado las cuestiones económicas tratadas en él y la repercusión que tienen para Cuba.
 
Comandante Fidel Castro.- Bueno, mira, en el Comunicado hay una parte que se refiere a la cosa económica: la declaración que el Gobierno Soviético está dispuesto a seguir brindando la máxima ayuda para el desarrollo de la economía cubana, es una cosa de tipo general. Desde ese punto, todavía cosas mucho más concretas se llevaron a cabo en las conversaciones con el compañero Nikita Jruschov. Porque el Comunicado lo que hace es una referencia de tipo general. Yo voy a hablar también, después de eso, en términos generales, sobre las cosas concretas que hablamos respecto a lo económico.
 
Quisiera -si tú me lo permites- dejarlo para un poquito más adelante.
 
Periodista.- Pero entonces tengo otra, que siempre en nuestro periódico nos hicimos esta pregunta: ¿Qué sintió usted en aquel gigantesco Estadio Lenin, ante aquella multitud? ¿Pensó usted en algún momento, ante aquella demostración enorme de pueblo, en la Plaza de la Revolución, en nuestras concentraciones?
 
Comandante Fidel Castro.- Se experimentan muchos sentimientos y muy variados sentimientos en una circunstancia como esa. En primer lugar, experimenta un sentimiento de tipo universal, se puede decir, siente muy de cerca eso que se llama la solidaridad entre los pueblos, la unión entre los pueblos, el amor entre los pueblos, el sentimiento internacionalista, desde el momento en que, prácticamente, las barreras todas desaparecen y se sienten confundidos así los pueblos en un mismo sentimiento, en una misma causa.
 
Es la emoción que se siente, cuando se está delante de las masas, delante del pueblo, más aún la emoción que suscita ver de parte del pueblo, que no es el pueblo donde uno ha convivido, que no es el pueblo que ha recibido beneficios, que no es el pueblo por el cual se haya trabajado y que, por lo tanto, manifiesta esa cosa de manera espontánea hacia un visitante, por reconocimiento, por simpatía, por solidaridad hacia otro pueblo, un pueblo que está a miles y miles de millas de distancia, eso es un gran impacto. Y se llega a sentir hasta cierto sentimiento de orgullo nacional, dentro de todo eso, de sano orgullo nacional, cuando se ve la bandera de Cuba allí, los honores dedicados al propio país de uno.
 
Periodista.- Fidel, fue en el país soviético donde por primera vez las fuerzas armadas revolucionarias eran producto del poder popular. ¿Cuál es su opinión, por lo que ha visto, del soldado soviético desde el punto de vista técnico?
 
Comandante Fidel Castro.- Bueno, yo he visto de todo. Yo te voy a decir, en primer lugar, que el soldado soviético es, como todo, un producto de la revolución soviética, un producto del pueblo soviético, un producto de la educación soviética, un producto del Partido Comunista de la Unión Soviética. En primer lugar, un ejército revolucionario, un ejército muy politizado, muy consciente de lo que hace, un ejército del pueblo, integrado, naturalmente, de sus cuadros técnicos que son militares profesionales, la oficialidad y la masa de las filas del ejército que está integrada por los jóvenes soviéticos, los trabajadores soviéticos y que prestan servicio en la defensa del país durante un tiempo determinado con el servicio militar obligatorio y con eso satisfacen las necesidades que tienen de hombres.
 
Un tipo de soldado... bueno, lo ha demostrado, ¿no? Que el pueblo que ha tenido que combatir años enteros, en primer lugar cuando la invasión, la invasión como de quince naciones capitalistas, que llegaron a reducir el territorio de la URSS, lo que quedaba en manos de los bolcheviques era la quinceava parte del territorio de la URSS.
 
Y en medio de esas condiciones organizaron el Ejército Rojo, reclutaron los campesinos y comenzaron a recuperar el territorio y derrotaron a toda la fuerza internacional.
 
Después vino la invasión fascista.
 
Un pueblo fuerte, luchador, patriota, de magníficos soldados... Y las proezas que realizaron desde el punto de vista militar son increíbles. Una de ellas fue la de Leningrado, que nosotros pudimos apreciarla, conocerla. Novecientos días de cerco. Visitamos el cementerio donde hay seiscientas mil víctimas, seiscientos mil muertos, soldados y población civil, muertos en combate y muertos también por el hambre en 900 días de cerco bajo el bombardeo.
 
Periodista.- Entre los estudiantes soviéticos, compañero Fidel, ¿usted habló de la revolución de la naturaleza y explicó las tareas que tenía ante sí la juventud soviética y que se presentarían también ante la juventud cubana?
 
Comandante Fidel Castro.- La primera vez que yo estuve meditando sobre eso, fue a consecuencia de una conversación con Boris Polevói, el escritor soviético, autor de «Un hombre de verdad», «Somos hombres soviéticos», escribe en una revista para la juventud y él me pidió algunas opiniones sobre eso: «¿ Qué iba a hacer la juventud después que no hubiera revoluciones?» ¿Qué hacer? Imagínate, nosotros puestos ya en una sociedad comunista y la gente que nace con una cierta vocación por la revolución. Pues claro, las revoluciones se hacen, las sociales, cuando hay clases; pero también los hombres tienen vocación, que se orienta en un sentido o en otro. La gente joven, la gente inquieta, que nazca en una sociedad comunista, donde le digan: ya está hecha esta sociedad y oigan hablar de la historia, todo cómo se desarrolló y vino al mundo esa sociedad. Se preguntarán: ¿Qué hacer? Los espíritus inquietos, los espíritus revolucionarios, que cada vez van a ser más y más, porque el revolucionario se relaciona también con la mente humana, el grado de cultura, el desarrollo de conciencia que alcance. Entonces, hay una revolución eterna que hacer. Las revoluciones se acaban cuando terminen las clases y el sistema de explotación y se cree la sociedad comunista, con ello se pondrá fin a la era de las revoluciones sociales; pero se iniciará, en mayor grado que nunca, la era de las revoluciones naturales, de las revoluciones de la naturaleza.
 
Yo a veces me pregunto: ¿Qué me gustaría ser si no fuera revolucionario? Y aún siendo revolucionario, ¿qué me gustaría ser? Me gustaría ser investigador. ¿Por qué? Porque se puede ir revolucionando la naturaleza y en mínima parte creando una variedad nueva de plantas, de animales, cualquier cosa en el terreno de la agricultura, pero también en el terreno de la física, de la química. En todos los órdenes hay una eterna revolución que realizar y que el hombre tendrá que ir realizando. Y hacia eso tendrán que ir; concentrar sus ímpetus y su impulso, la juventud, la gente inquieta, siempre en ese perenne afán de renovar y de progresar que tiene la humanidad y sobre todo tiene la gente joven.