Artículos

Diálogos con la historia (XXV parte)

Fecha: 

31/03/2011

Fuente: 

Periódico El Sol de México
Encuentro de Fidel Castro con J. Tursunkúlov, tres veces Héroe del Trabajo Socialista.UZBEKISTÁN. GRANDE ES LA FUERZA DE LA AMISTAD Y LA FRATERNIDAD
 
Tashkent, 8 de mayo. (De los enviados especiales de «Pravda»). Hoy, a las cuatro de la tarde, (hora local), ha llegado a Tashkent el Primer Ministro de la República de Cuba, camarada Fidel Castro.
 
Millares de habitantes de la ciudad se han congregado en el Aeródromo con flores, banderines y pancartas. «¡Bienvenidos!», se refleja en el edificio del aeropuerto el saludo uzbeko, ruso y español. En el frontis, grandes retratos de N. S. Jruschov y de Fidel Castro.
 
Todas las miradas están fijas en la aeronave de la que, entre una ovación atronadora, desciende el Jefe de la Revolución Socialista Cubana, Fidel Castro.
 
Los queridos huéspedes son recibidos por Sh. Rashídov, Candidato a Miembro del Presídium del CC del PCUS y Primer Secretario del CC del PC de Uzbekistán; V G. Lomonósov, Presidente del Buró de Asia Central del CC del PCUS; R. Kurbánov, Presidente del Consejo de Ministros de la RSS de Uzbekia; Y. S. Nasriddínova, Presidente del Presídium del Soviet Supremo de la República y otras personalidades oficiales.
 
Al encuentro de Fidel Castro y de los camaradas cubanos que le acompañan, corren los pioneros. Entregan a los queridos huéspedes aromosos ramos de rosas.
 
El Jefe de la Guardia de Honor da el parte al Primer Ministro de la República de Cuba. Fidel Castro saluda a los representantes de las organizaciones dirigentes de la República.
 
De los congregados en el Aeródromo se destaca un grupo de jóvenes con una gran bandera cubana. Los jóvenes gritan fuertemente en ruso: «¡Fidel! ¡Fidel! ¡Estamos aquí!» Son muchachas y muchachos cubanos, estudiantes de los centros de enseñanza superior de Tashkent.
 
Sh. R. Rashídov se dirige al huésped de honor con unas palabras de salutación.
 
Hoy, en este emocionante minuto, experimentamos una profunda y extraordinaria satisfacción, dice. Nuestra alegría es inmensa por habernos tocado la suerte de recibirlos aquí, en la capital del Uzbekistán soviético, a nuestros queridos huéspedes, a los enviados de la heroica Cuba, que cada hombre soviético lleva en el corazón.
 
Con sincero júbilo, con toda el alma, le acogemos, camarada Fidel, gran amigo nuestro, hijo fiel de su Patria, intrépido Jefe de la Revolución Cubana, admirado en el mundo entero y a sus compañeros de lucha, que vienen con usted a hacernos una amistosa visita.
 
Les saludamos afectuosamente, de corazón, queridos amigos cubanos, en la hospitalaria tierra de Uzbekistán y les expresamos nuestra honda admiración ante la valentía y firmeza del heroico pueblo cubano, su elevada moral revolucionaria y sus magníficos éxitos en la edificación de una vida nueva.
 
El pueblo cubano ha recorrido un glorioso camino de lucha y de victorias. Con honor, ha resistido la dura prueba del fuego en encarnizados combates de clase y ha sido el primero en el continente americano que ha empezado a construir con éxito el socialismo.
 
Nikita Serguéievich Jruschov, en el mitin celebrado en la Plaza Roja de Moscú con motivo de su llegada, querido Fidel dijo:
 
«La heroica Cuba no está sola en su lucha. A su lado están las simpatías y el apoyo de la Unión Soviética, de todos los países de la comunidad socialista y de las fuerzas progresistas del globo terráqueo. Cuantos aman la causa de la paz y del progreso social, elevan hoy su voz en defensa de la heroica Isla de la Libertad y exigen categóricamente: ¡Fuera las manos de la Cuba revolucionaria!».
 
En estas palabras del Jefe del Gobierno soviético está la voz de todos los soviéticos, su pensar y su sentir.
 
Los trabajadores del Uzbekistán Soviético, como todo nuestro pueblo soviético, siempre se han sentido al lado del pueblo revolucionario de Cuba, tanto en los días de zozobra como en los de júbilo. Y están dispuestos a tenderle en cualquier minuto su mano de fraternal ayuda.
 
A usted, querido camarada Fidel Castro, a todos los huéspedes cubanos le esperábamos con impaciencia los trabajadores del Uzbekistán Soviético. Y ahora cuando se encuentran ya en nuestra tierra, les abrazan como a hermanos muy queridos y dicen a una voz: ¡Jush kelibsiz! ¡Bienvenidos!
 
Fidel Castro pronuncia unas palabras de respuesta.
 
Esto era una oportunidad largamente esperada, dice. Nuestro viaje a este país es algo que se concibió durante mucho tiempo. Muchas personas que me oyeron hablar de nuestra visita a la URSS nos decían que teníamos que conocer a Uzbekistán. Nosotros también sabíamos que nuestro gran amigo Nikita Jruschov estaba interesado en que conociéramos esta región de la URSS y además ya teníamos algunas amistades. Nosotros habíamos tenido el honor de recibir en nuestro país al compañero Rashídov, pero no sólo a Rashídov, muchos especialistas de Uzbekistán han estado en Cuba. Además nuestros cubanos han estado en el Uzbekistán. Y así han ido formando, en realidad una serie de lazos fraternales entre ustedes y nosotros.
 
Como país muy desarrollado agrícolamente y que ha alcanzado una gran experiencia en este campo, diciendo también que Cuba es un país dedicado fundamentalmente a la agricultura, existía pues la base para estas relaciones.
 
Nosotros estábamos muy interesados en los éxitos alcanzados por ustedes en la agricultura, en los sistemas de regadío que ha implantado, aunque desde luego nosotros sabemos que también está muy desarrollada la industria en Uzbekistán, que también nos interesa.
 
Al llegar aquí hemos tenido la impresión como si llegáramos a nuestro propio país, su cielo, las nubes, la temperatura, la tierra.
 
A nosotros nos han recibido muy bien en toda la URSS, con mucho calor en los corazones, pero a determinadas horas hacía frío y aquí nosotros nos hemos encontrado calor, no sólo en los corazones sino también fuera de los corazones.
 
También fue muy agradable para nosotros oír las exclamaciones de nuestros compatriotas que están estudiando aquí. Nosotros sabíamos que había un número grande de cubanos estudiando en el Uzbekistán, pero no sabíamos que iban a estar aquí. Y esto ha sido muy agradable, pero además parece que los tratan muy bien, están fuertes.
 
Nosotros sabemos también que están progresando sus conocimientos técnicos.
 
De esta manera, entre dos países que prácticamente están en el polo opuesto uno del otro, se ha establecido una amistad ejemplar, una gran confraternidad.
 
Estamos muy contentos de encontrarnos aquí, muy interesados en conocer su pueblo, su país, sus grandes éxitos en todas las esferas, concluyó.
 
La caravana de automóviles avanza lentamente por las calles céntricas del Tashkent viejo y joven, al propio tiempo, con sus fastuosas galas de primavera. Centenas de millares de habitantes llenaron sus calles mucho antes de la llegada de sus huéspedes de honor. En sus manos hay retratos de N. S. Jruschov y Fidel Castro, lienzos con salutaciones. En las fachadas de las casas pancartas con inscripciones en uzbeko y en español: «¡Viva Cuba!», «¡Estamos con ustedes, amigos cubanos!», «¡Viva Fidel Castro!».
 
Desde el Aeródromo hasta la residencia, los huéspedes de honor van por un pasillo abierto entre el gentío, les acompañan atronadores aplausos y aclamaciones.
 
Después de un pequeño descanso, ha tenido lugar una entrevista de Fidel Castro con los dirigentes de la República. Durante el amistoso cambio de impresiones, Sh. R. Rashídov y R. Kurbánov han hablado a los huéspedes cubanos de las realizaciones de Uzbekistán en el fomento de la economía y la cultura. Fidel Castro ha dado a conocer a los dirigentes de la República los éxitos del pueblo cubano en la edificación del socialismo en Cuba.
 
A continuación los huéspedes cubanos han recorrido Tashkent. A los camaradas cubanos les ha interesado, especialmente, la nueva gran barriada de viviendas de Chilanzar, erigida en los últimos años. Aquí se la denomina cariñosamente el Cheriómushki de Tashkent.
 
En unión de los habitantes de la ciudad, todo el Uzbekistán trabajador ha recibido con entusiasmo la llegada del Jefe del fraternal pueblo cubano.