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El Comandante en la tierra del Padre de la Patria y del desembarco

Las cenizas del Líder de la Revolución descansaron este viernes en el Parque Museo Ñico López, otrora Cuartel Carlos Manuel de Céspedes. Foto: Armando Contreras Tamayo/AIN
Las cenizas del Líder de la Revolución descansaron este viernes en el Parque Museo Ñico López, otrora Cuartel Carlos Manuel de Céspedes. Foto: Armando Contreras Tamayo/AIN

Fecha: 

03/12/2016

Fuente: 

Diario Juventud Rebelde

Autor: 

 

A las 8:04 minutos de la noche de este 2 de diciembre, ante gritos y lágrimas de miles de personas, los fuegos de Fidel —que no sus cenizas— llegaron a la emblemática Plaza de la Revolución de Bayamo.
 
Vuelve a ser esta una llegada histórica, porque justamente hace 60 años el líder de la Revolución, con otros 81 hombres, arribaba a otro punto de la actual provincia de Granma (Los Cayuelos, Niquero) a conquistar la libertad.


Los coros de «¡Fidel, Gigante, eterno Comandante!», «Se oye, se siente, Fidel está presente» y «Yo soy Fidel» estremecieron cada uno de los sagrados espacios del corazón histórico de esta ciudad, cuna del Himno Nacional.
 
Precisamente, el momento más emotivo en la Plaza de la Revolución fue cuando las personas entonaron a viva voz el Himno, justo frente al edificio del Poder Popular municipal —el antiguo Ayuntamiento de la ciudad—, el mismo sitio desde donde el líder de la Revolución le habló a una muchedumbre que recibió la Caravana de la Victoria, el 2 de enero de 1959.
 


A 60 años exactos del desembarco del Granma, el pueblo de Bayamo recibió a su comandante.Foto: Periódico La Demajagua
 
La caja con los restos de Fidel atravesó parte de la ciudad hasta llegar al Parque Museo Ñico López, donde descansó anoche para seguir hoy rumbo a Santiago de Cuba.

 
Ese sitio, otrora cuartel Carlos Manuel de Céspedes, fue asaltado por un comando de la Generación del Centenario, el 26 de julio de 1953. Cerca de este se encuentra el Retablo de los Héroes, donde están los restos de Francisco Vicente Aguilera, el bayamés que dejó toda su fortuna por alzarse en armas en 1868. Por eso, su viaje hasta allí fue solemne y cargado de emociones.
 
Asimismo, miles de granmenses se fueron la noche de este vienes a la Plaza de la Patria a homenajear al Gigante, al hombre, al héroe.

 
En el centro histórico de la ciudad, los bayameses entonaron el Himno Nacional para honrar a Fidel. Foto: La Demajagua
 
Ese lugar fue el último donde Fidel le hablara a Cuba en un acto por el 26 de Julio, justamente hace diez años.
 
Y en ese sitio tuvo lugar una vigilia estremecedora, impresionante, hermosa.

 
Raúl Torres, Eduardo Sosa, Luna Manzanares y Annie Garcés cantaron por primera vez en público Cabalgando con Fidel y removieron las almas de la multitud.
 
Desde las 9:50 de la noche, durante aproximadamente una hora y media, se escucharon versos y textos que hablaban de Patria, honor, vida y Fidel.
 
El Quinteto Rebelde, el Coro Profesional de Bayamo, el coro infantil Ismaelillo, actores locales, el grupo Huracán, los solistas Arys Rodríguez, Mariela Stivens, Yudenia Manso y Teniente Rey también conmovieron en este homenaje para el guerrillero y el amigo.
 
Desde la plaza muchos partieron con fotos, velas, banderas hasta el Parque Museo Ñico López. Querían darle un adiós, o mejor, un ¡Hasta la Victoria Siempre a Fidel!
 
La caravana, que entró a Granma por Cauto Cristo flanqueada por un mar de banderas, fotos de Fidel y letreros alusivos al líder de la Revolución, viajará hoy por la Carretera Central hasta Jiguaní, para despedirse del territorio granmense y enrumbarse a su Santiago amado.
 

La caravana que proclamaba el triunfo
 
En la mañana del 2 de enero de 1959 partió la Caravana de Santiago de Cuba rumbo a Bayamo, donde se ubicaban el Puesto de Mando de Operaciones y la plaza militar de Bayamo, la unidad más poderosa que le quedaba a la tiranía en toda la provincia de Oriente y que tenía más de 3 000 soldados, tanques y artillería.
 
El Comandante Juan Almeida Bosque recordaba así aquella jornada: «Nos detenemos en Cautillo. Se efectúa la reunión con los oficiales en el club, junto al río. En las conversaciones, inclinan las banderas y rinden las armas. Sin combatir, sin sangre, se gana una victoria más. A las 11 de la noche entra la Caravana con Fidel al frente, a Bayamo... Avanzamos por la calle General Calixto García hasta el parque Céspedes».
 
A la vez que se acercaba a la urbe, Fidel evocaba intensamente a los jóvenes que habían atacado el cuartel Carlos Manuel de Céspedes, el 26 de julio de 1953.
 
«Al paso de Fidel, surge de los corazones del pueblo el grito de: “¡Viva Fidel, viva Fidel, viva!”, que repiten con entrañable sentimiento y alegría. El pueblo nos rodea en multitud… Ya de madrugada, desde el ayuntamiento, Fidel le habla al pueblo bayamés», narraba Almeida.
 
Ese día, al llegar al costado del parque, los integrantes de la Caravana recibieron una sorpresa. La banda de música de la ciudad, bajo la batuta del maestro Rafael Cabrera, interpretaba la primera versión para ese formato instrumental de la Marcha del 26 de Julio.
 
Al amanecer del 3 de enero, el Comandante en Jefe recibe a Camilo Cienfuegos, quien había volado hasta allí para rendir cuentas de su misión en la capital cubana, analizar de conjunto la situación y recibir instrucciones.

Fidel y Camilo durante su reunión en Bayamo. Foto: Archivo.

 
Rememoraba Almeida: «A media mañana, Fidel habla con una multitud de soldados del ejército, acompañados de clases y oficiales, subtenientes, tenientes, capitanes y tenientes coroneles, concentrados en el campamento donde el horror se había impuesto a la población de Bayamo por la atrocidad y el crimen.
 
«Se separan y detienen, para ser juzgados, los grandes responsables. En el estadio local se incorporan a la Caravana compañías de infantería, artillería y los tanques, conducidos por soldados y rebeldes. Con los militares unidos a la Revolución y al pueblo, abierta la conciencia y el sentimiento revolucionario, marchamos juntos, proclamando el triunfo de la Revolución». (Tomado del libro Caravana de la Libertad, de Luis Báez y Pedro de la Hoz)
 

Hay muchas velas encendidas en Cuba por Fidel. Foto: Yuli Yunier Vidal.


«Me alegro, compañeras y compañeros de Bayamo, de esta oportunidad de reunirme con ustedes, así, de forma espontánea, para cambiar impresiones y decirles que como ayer en la guerra y como después en estos años duros de la Revolución, ustedes, los granmenses, conserven su eterno espíritu patriótico, su espíritu revolucionario, su eterno entusiasmo, y que esta provincia esté en el pelotón de la vanguardia, para alcanzar los nobles objetivos del socialismo y del comunismo». Fidel en Bayamo el 19 de diciembre de 1986