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¿Fidel aconseja a Obama? ¡Ojala!

Fecha: 

24/06/2010

Fuente: 

Radio Habana Cuba
Casi dos meses después del derrame, el presidente Obama se dirigió a la nación (15 de junio). Él dijo que “lucharía contra este derrame con todo lo que tenemos durante el tiempo que sea necesario”. Yo no viviré para verlo. Y quizás él tampoco.

“Obligaremos a BP a pagar los daños que su compañía ha provocado”, prometió. ¿Veinte mil millones de dólares? ¿Cuánto pagará BP por los pelícanos, tortugas y nutrias de mar que han muerto? ¿Con cuánto compensará a sus familiares? ¿Pueden BP y sus co-conspiradores –como Halliburton— pagar compensación por la vida de los 11 trabajadores muertos?

Los horribles desastres provocados por el hombre exigen un liderazgo fuerte, no un procurador de consenso que desea aprobación. Cincuenta y siete días después del peor derrame de petróleo de la nación, él se reunió con los ejecutivos de BP.

Mi amigo Nelson Valdés me dijo: “Este país necesita a alguien con la habilidad de un Fidel”, lo que significa una persona que se haga cargo, que observe una crisis mientras simultáneamente calcula cómo organizar y coordinar los recursos físicos y humanos para enfrentarse a ella.

Sí, pensé. Fidel no trató de apaciguar y llegar a un compromiso cuando se enfrentó cara a cara con el bien y el mal –la agresión imperial, la brecha entre ricos y pobres. Es más, el liderazgo de Fidel se centró en definir necesidades y luego prescribir una estrategia para lograrlas. En dos décadas transformó la salud y el analfabetismo en la isla.

Los norteamericanos perciben a Fidel como alguien que da largos discursos; los cubanos escucharon las explicaciones de la realidad política y se movilizaron para convertirse en actores del drama de su vida –maestros en el país, liberadores militares en África del Sur o misioneros médicos en decenas de países. Los discursos de Fidel a menudo ofrecían a los cubanos las oportunidades para sobreponerse a las banalidades. Compárese la petición de Fidel en 1960 para que se sumaran a la milicia, después de que un barco con armas estallara en el puerto de La Habana (se sospecha de la CIA), matando a cientos, con el consejo de Bush a los norteamericanos, posterior al 11/9, de que se fueran de compras y llevaran a la familia a Disney World.

FDR demostró que la participación pública se vuelve crucial para cumplir objetivos de política, lo cual aplicaron Kennedy y Johnson (Cuerpos de Paz y Vista). Hagan que los ciudadanos se involucren más allá de votar por un candidato mediocre.

Imaginen el consejo de Fidel a Obama.

“Primero, ordene al Fiscal General Eric Holder que arreste y espose ante las cámaras de TV a los ejecutivos de BP. Acúsenlos de homicidio, crímenes contra la naturaleza y conspiración para ocultar delitos –incluyendo su información y anuncios (que aparecían diariamente en The New York Times) explicando sus falsos planes de limpieza.

“No sea más el Presidente Buena Gente. No delegue autoridad a un nuevo jefe de Administración de Minerales o prometa convocar a expertos y compañías petroleras para estudiar el problema. Responda confiadamente al pueblo. El pueblo quiere que usted controle, no delegue autoridad o busque la conciliación entre los públicos impotentes y los poderosos gigantes petroleros. Y elimine ‘con la ayuda de Dios’ de sus discursos, a no ser que crea que los gansos van a aprender a jugar béisbol.

“Yo nunca hubiera permitido que perforaran en aguas peligrosas unos idiotas interesados solo en las ganancias. Recuerde al pueblo la manera en que George W. Bush rescindió en 2008 la prohibición de su padre de perforar en aguas profundas, y aseguró a todos que las compañías petroleras poseían tecnología para garantizar la seguridad absoluta. Sus expertos en relaciones públicas debieran mostrar una y otra vez los videos de Palin, McCain, Romney y Giuliani cantando ‘Perfora, baby, perfora’. Exija diariamente que sus enemigos políticos presenten sus planes con especificidades: cuándo y cómo ellos solucionarían el problema del derrame. Manténgalos en el candelero.

“Pronuncie largos discursos al aire libre. Movilice a 5 millones de personas para que llenen el Mall de Washington. Debiera haber al menos 150 millones de televidentes. Luego diga: ‘He prohibido las perforaciones peligrosas. Le pido al Congreso que apruebe una ley de transporte que haga obsoleto la mayor parte del uso de automóviles en un plazo de 20 años. Pido a los líderes del mundo que realicen campañas a favor de salvar el planeta, la transición de la vida insostenible basada en combustibles fósiles a una que esté en armonía, no que choque con la Naturaleza’.

“Haga una pausa por los aplausos. Luego continúe: ‘Estoy alistando a ciudadanos para que se hagan miembros de una nueva milicia que garantice que los avariciosos e irresponsables entre nosotros no hagan más daño a nuestro frágil hábitat. El nuevo siglo 21 comienza hoy. ¿Quién se unirá a mí?’

“Mantenga la calma, como hizo cuando la crisis, y piense estratégicamente. Con toda justicia, usted no tuvo que soportar décadas de prueba ante un enemigo poderoso: Bahía de Cochinos, la Crisis de los Misiles, incontables intentos de asesinato y la desaparición de la Unión Soviética.

“Desarrolle ingredientes de un poderoso liderazgo. Desafortunadamente, hasta en Cuba la ciencia médica no ha perfeccionado aún los trasplantes de voluntad y de carácter.

“Incluyo algunas de mis palabras que usted puede usar:

‘…Somos testigos del agotamiento en casi dos siglos de los hidrocarburos que la naturaleza tardó 400 millones de años en crear. De la misma manera se están agotando los cruciales recursos minerales no renovables que requiere la economía mundial. Al mismo tiempo, la ciencia ha creado la capacidad de destruir varias veces el planeta en cuestión de horas. La principal contradicción de nuestros tiempos es precisamente la capacidad de la especie humana para la autodestrucción y su incapacidad para gobernarse… El ser humano logró llevar sus posibilidades de vida hasta límites que exceden su propia capacidad de sobrevivir, y en esta batalla están consumiendo a un ritmo acelerado las materias primas disponibles’.

“Patria o M…, digo, buena suerte”.