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Fidel en el Escambray (II): La lucha contra bandidos

Fidel en las cercanías de La Lima, 1961
Fidel en las cercanías de La Lima, 1961

Fecha: 

09/06/2017

Fuente: 

Café Mezclado

Autor: 

Elio Jorge Martínez cumplirá 102 años el próximo octubre. Es nativo de Calabazar de Sagua, pero hace décadas reside en Manicaragua. Allí fundó su familia y se quedó para siempre. Figuró como administrador de granjas agropecuarias y miliciano cazabandidos. Todavía sus recuerdos e ideas son tan cristalinas como el agua que emanan los manantiales del lomerío.
 
Fue de los hombres que a partir de 1960 estuvo en la Limpia del Escambray. Cursó instrucción militar en La Campana, donde aprendió, entre campesinos y obreros, la combinación de las operaciones tácticas con labores político-cultural.  Las clases las impartían “combatientes, algunos de la columna número 1 de Fidel, gente muy buena que nos enseñó el arte de pelear”, dijo.
 
Allí por vez primera vio al Comandante en Jefe, y como todos, recogió su saludo. “El 7 de septiembre, un día antes de salir los 18 pelotones de operaciones para perseguir a los bandidos, llegó a la escuela. Estaba encima de unos sacos llenos de arena, y dijo: …arrímense para acá que les voy a hablar: tengo que dar unos detalles que cumplirán, y atiendan bien. Ustedes van a llevar dinero para comprar todo lo que vayan a comer por ahí. Al campesino tienen que pagarle lo que compren, incluso darle un poquito más de lo que piden. No pueden meterse en ninguna casa, y sobre todo respetar las familias. Cuando divisen a los bandidos se tiran en el suelo y disparan al aire hasta que se entable el combate.
 
“Eso me sirvió mucho a mi porque una vez me topé con unos alzados y hubo tremendo volumen de fuego allá en Aguacate, y el humo de la pólvora se confundía con la neblina. Allí le di un tiro a Ismael (Látigo Negro) Heredia en una pierna. Enseguida salieron corriendo. Nosotros éramos pocos hombres.”
 

Elio Jorge Martínez, centenario miliciano y productor, residía en Manicaragua, y
figuró entre los entrevistados para el libro Operación Jaula, escrito por José R. Herrera Medina, y publicado en 2008.

Jorge Martínez, de hablar pausado, recuerda cuando “en La Cariblanca, Fidel se montó en una mula y le regaló su camisa a un combatiente. Siempre fui forjado en la estirpe de Enrique Otero (Gallego) , Gustavo Castelllón (El Caballo de Mayaguara) y Puro Villalobos. Todos éramos rastreadores de bandidos. De esos hombres había muchos en todo en el Escambray. De lo contrario no se liquidaría el bandidismo y tampoco echaríamos pa´lante en todas las acciones militares y productivas que nos esperaban. En la Cariblanca estaban las mayores fuerzas de alzados. De allí, en la casa que le prestaron la mula, el Comandante se llevó para La Habana a un niño, y quería que se educara en la ciudad. Tremendo humanismo sintió la familia de Domingo Fuentes, un campesino agradecido de la Revolución.”
 
LMO: ¿Fuentes tenía muchos hijos?
 
EJM: No, era un guajiro que no estaba mal. Tenía un cafetalito.
 
LMO: ¿Y a Fidel porqué le dio por montarse en una mula?
 
EJM: Oye, para llegar a la Cariblanca no era fácil. La loma es muy parada, y allí estaban los combatientes revolucionarios y había cercos y peines contra los alzados. Fue una operación que duró días y cogimos más de 170 bandidos que llevamos para Topes de Collantes. Allí se hicieron juicios y se aplicaban condenas, y hasta algunos se soltaban y cogían otra vez para el monte. Nosotros nuevamente a rastrearlos.
 
“Aquello fue tremendo y Fidel dando órdenes, con su ejemplo. Yo era jefe de una compañía serrana. Después hubo una pequeña tregua, pero qué va, de nuevo a la guerra frente a la contrarrevolución. Estuve entre los primeros campesinos que se sumaron a las órdenes del Comandante Manuel (Piti) Fajardo, y después con Raúl Menéndez Tomassevich, Comandante también, quien recibía misiones directas de Juan Almeida Bosque, jefe del Ejército Central, quien creó en julio de 1962 la sección de Lucha Contra Bandidos (LCB). Tenía bajo mi mando a 60 campesinos; eran guajiros desmochadores, curtidos al sol, y sin miedo para nada. Por el día a trabajar, y por la noche en recorridos y vigilancia revolucionaria.
 
“Después vi por tercera vez a Fidel en Topes de Collantes. Había una reunión y vino a dar instrucciones. En el lugar estaba un jefe del INRA de Trinidad, un tal Anastasio, un tipo despótico que hizo trastadas, o era un bruto o un sinvergüenza, porque el ganado intervenido al gallego Manuel Cadaía fue para la granja Juan Abrahantes, centro que yo dirigía en zonas de San Rafael de la Ceiba, La Majagua, Las Moscas y Bocas de Carreras. Anastasio quería sacar las reses de allí, pero qué va, le contesté que solo sería con una orden del Comandante Félix Torres.
 
“En la reunión con Fidel alguien mencionó a Anastasio, y el hombre fue a hablar, y el Comandante en Jefe le atajó: ¡Ah, pero tú eres Anastasio! ¨, y le colocó una mano en el pecho para que se quedara sentado, y dijo: Estás haciendo más daño que un elefante arriba de un tejado, y aquello resonó alto y provocó una risotada en todos. “Hasta Fidel mostró su sonrisa por el sentido campechano de la inusual ocurrencia. De inmediato cogieron preso al antiguo administrador, y el poder estatal y los métodos de trabajo cambiaron. Todos aprendimos la lección del Comandante en Jefe, cortar las cosas por lo sano; ni más ni menos es su rectitud ante lo mal hecho. Por eso gusta de cumplir con su palabra. Ese es nuestro Fidel de siempre que reconoce el sacrificio de los hombres y mujeres de nuestro país y el mundo”.
 
¿Qué fue La Lucha contra Bandidos?
 
La Revolución enfrentó una respuesta violenta desde que ascendió al poder. Las fuerzas más reaccionarias de la pequeña, mediana y gran burguesía nacional, amenazadas por una verdadera ola de justicia social, comenzaron a conspirar y actuar contra el nuevo régimen, en contubernio con los órganos de inteligencia, de la defensa, y las grandes finanzas, norteamericanos.
 
Esbirros, oficiales y soldados del antiguo ejército, junto a otros comprometidos, con bien cargadas cuentas para con la justicia, acorralados en el país, prefirieron alzarse en armas en lugares montañosos antes de ser capturados.
 
Si bien una buena parte de los luchadores clandestinos se incorporaron a los órganos de la defensa y el orden interior, las masas populares manifestaban de continuo su interés en defender el futuro de un país independiente y soberano.
 
A finales de agosto de 1959 Fidel creó, a modo de experiencia, en Pinar del Río, una escuadra de milicias constituida por campesinos que pasó a la historia con el nombre de Los Malagones. Este destacamento cumplió con creces su misión de neutralizar una banda y capturar a su jefe, un peligroso asesino.
 
Comprobada la viabilidad de defender con éxito la Patria por el pueblo organizado, entrenado y armado, y dado el incremento de los alzamientos, el Comandante proclamó el 26 de octubre siguiente la creación de las Milicias Nacionales Revolucionarias (MNR) aunque ya adelantadas, las organizaciones revolucionarias de San Antonio de los Baños habían constituido unas milicias armadas con similares objetivos.
 
Fue en el Escambray donde el Gobierno de Estados Unidos consideró que existían mejores condiciones geográficas y socioeconómicas para el desarrollo de esta modalidad de su agresión contra Cuba. Así, esa zona fue convertida en el teatro principal de operaciones de las bandas mercenarias y en ella la CIA concentró el mayor apoyo material y financiero a los bandidos. Siete de las 10 misiones mencionadas explícitamente por el Inspector General de la Agencia en su informe secreto ya desclasificado, ejecutadas por la CIA para suministrar con armas, parque y equipos desde el aire a las bandas contrarrevolucionarias entre septiembre de 1960 y marzo de 1961, tuvieron como objetivo las zonas montañosas de la antigua provincia de Las Villas.
 
De acuerdo a la generalidad de la procedencia social de los integrantes de las bandas, los investigadores clasifican el bandidismo contrarrevolucionario cubano en dos etapas, a saber, hasta abril de 1961, cuando se alzaron ex-miembros de los cuerpos represivos del tirano Batista, delincuentes comunes y prófugos de la justicia.
 
Alrededor de esa fecha comenzaron a manifestarse deserciones de oficiales y soldados -de diversas organizaciones que habían operado en las montañas- frustrados por las afectaciones a terratenientes, demás ricachones y sus cortes, así como disgustados por la nacionalización de la enseñanza, demás leyes promulgadas por la naciente Revolución y la imposibilidad de enriquecerse ilegalmente amparados en su historial guerrillero.
 
En aquellos años se asumen como creadas cerca de 170 bandas que agruparon unos 2 000 alzados. Tan solo en el Escambray operaron 136 de estas, es decir, casi la mitad del total nacional registrado. Veamos de modo sucinto a algunos de los más connotados hechos:
 
1960
 
15 de agosto: Se alzó Osvaldo Ramírez. En 1959 siendo teniente del Ejército Rebelde, jefe de puesto de Caracusey, apoyó el intento de desalojo campesino planteado por el latifundista Rómulo Díaz, en la Zona de Ciego Ponciano. Respaldado por la CIA fue promovido a jefe contrarrevolucionario, después de las discrepancias con Evelio Duque. A fines del 60 y principios del 61 se guareció con un pequeño grupo en la zona de Méyer, al dejar las armas revolucionarias cercadas y aisladas las zonas de Guanayara, La Sierrita, Cuatro Vientos y Topes de Collantes. En 1961 encabezó la comandancia general de los bandidos del Escambray.
 
Agosto: Es capturado en el Escambray el agente de la CIA Richard Allen Pecoraro, infiltrado en territorio cubano con la misión de supervisar la situación de las bandas que operaban en esas montañas.
 
8 de septiembre: Fidel, al mando de un reducido grupo de combatientes capturó al jefe de banda Alberto Walsh y quince de sus acompañantes.
 
Septiembre: Se alza Tomás San Gil, luego de una discusión con un funcionario estatal que se le opuso a su pretensión de vulnerar la Ley de Reforma Agraria desde sus funciones como administrador de una finca que pertenecía al latifundio de la Ponciano Land Company. Llegó a ser el tercero en ocupar el cargo de Comandante en jefe de las fuerzas del denominado Ejército de Liberación Nacional en el Escambray, después de Evelio Duque y Osvaldo Ramírez.
 
29 de noviembre: Cae en combate el Comandante Manuel (Piti) Fajardo, veterano de la Sierra Maestra y jefe de las operaciones en el Escambray. Fue sustituidopor el Comandante Derminio Escalona.
 
10 de diciembre: Evelio Duque lanza una proclama como jefe único del Ejército anticomunista. Se había alzado a mediados de este año. Tuvo serias discrepancias con Osvaldo Ramírez. En 1961 logró escapar al exterior.
 
1962
 
17 de abril: Fue capturado Osvaldo Ramírez en la finca Aromas de Velázquez, donde estaba su comandancia. Ocupaba la jefatura del bandidismo en el Escambray.
 
3 de julio: Mediante la Directiva 00023, que estableció la formación de las tropas de Lucha Contra Bandidos (LCB) en todo el país, se crea esa sección en el Ejército Central, al frente de la cual se nombró al Comandante Raúl Menéndez Tomassevich, y se perfeccionaron los métodos de enfrentamiento a partir de una mejor utilización de los recursos y de una mayor coordinación entre las tropas en operaciones, las Milicias que participaban voluntariamente en la persecución de los alzados y los Órganos de la Seguridad del Estado.
 
1963
 
28 de febrero: Luego de una eficaz acción, que denotó la consolidación del pensamiento táctico de las fuerzas de la LCB, fue aniquilada la banda dirigida por Tomás David Pérez Días San Gil, quien resultó muerto en la acción. Igual suerte corrió un importante número de sus secuaces, entre los que figuró Mandy Florencia, el denominado Comandante Auditor de los bandidos. San Gil fue el tercero en ocupar el cargo de Comandante en jefe de las fuerzas del denominado Ejército de Liberación Nacional en el Escambray, después de Evelio Duque y Osvaldo Ramírez. Entre sus fechorías más notorias se inscribe el asesinato del maestro Conrado Benítez y el campesino Eliodoro Rodríguez Linares. Julio Emilio Carretero asumió la jefatura de los bandidos.
 
1965
 
26 de julio: El Comandante en Jefe Fidel Castro proclama en Santa Clara, durante la conmemoración del XII Aniversario del Asalto al Cuartel Moncada, la derrota del bandidismo en Cuba.
 
1º de diciembre: Fue detenido Luis Vargas, connotado y escurridizo bandido de la zona del Escambray quien vivía escondido, solo, y fue víctima de una operación de inteligencia donde se le ofrecía sacarlo al exterior.
 
Diciembre: Es capturado José (Pepe) Rebozo, con el cual queda cumplido uno de los objetivos de las operaciones de la Lucha Contra Bandidos en el Escambray
 
El bandidismo se liquidó definitivamente en Cuba al ser localizada y derrotada la última banda, dirigida por Juan Alberto Martínez Andrade, entonces jefe del llamado Frente de Camagüey.
 
El pueblo sufrió los asesinatos de 214 de sus hijos, hombres, mujeres, jóvenes y niños, de campesinos, obreros y estudiantes, milicianos, combatientes, alfabetizadores, maestros voluntarios, administradores y funcionarios. Además, las fuerzas revolucionarias perdieron en combate cerca 600 alistados entre oficiales y soldados.