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Fidel, fiel

Fecha: 

08/12/2006

Fuente: 

Revista La Jiribilla

No estuvo y sí estuvo. Siempre estará. Fidel, en su cumpleaños 80, agasajado por la Fundación Guayasamín y arropado por más de 1 500 personas, entre intelectuales, dirigentes políticos, activistas sociales y gente de bien de 80 países, recibió el privilegio enormemente ganado de ser motivo de análisis y reflexión. No fue la exégesis de la obra de un hombre, sino el espejeante fulgor de la hazaña de un  pueblo que se comunica a plenitud con otros muchos pueblos del mundo. 

Prueba al canto, las palabras que se dijeron en la clausura del coloquio Memoria y Futruro: Cuba y Fidel, que por tres días tuvo lugar en la capital cubana. 

Aquí estuvo Evo Morales, consecuente y radical al plantear su respeto y admiración por el Comandante y el pueblo de Cuba, a los cuales consideró paradigmas de la justicia social, igualdad y solidaridad.

El recién electo presidente nicaragüense, Daniel Ortega recordó cómo dialogar con Fidel lo hace a uno cada día más sensible, humano, solidario, firme, y decidido para defender los ideales más nobles de la Humanidad.

Precisó que en todas las batallas libradas después del triunfo de la Revolución cubana, en cualquier comunidad del planeta, ya sea en Asia, África, América Latina, Norteamérica o en Europa, ha estado presente el pensamiento y el ejemplo de Fidel.

René Preval, presidente de Haití, conmovió al decir: “Los más de 1 000 jóvenes de mi país que se forman aquí están listos para poner al servicio de sus compatriotas los conocimientos adquiridos. Eso es algo que hemos aprendido con Cuba y Fidel.  Ellos son la vanguardia para la transformación económica y social en mi nación”.

También patentizó el reconocimiento a Fidel el primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalvez. Un pequeño estado insular del Caribe, como el que representa, ha recibido múltiples muestras de solidaridad y cooperación.

Hondo calado tuvieron las palabras del Canciller cubano, Felipe Pérez Roque, quien es un cercano colaborador del mandantario cubano, al caracterizar la estatura épica y humana de Fidel.

Subrayó cómo encarna la unidad de nuestro pueblo. También la ética, el desprendimiento, la coherencia, el ejemplo personal, el apego a la verdad, la sensibilidad y la modestia. Exaltó el deber revolucionario de aprender del rigor personal, la concepción de que una derrota no es tal mientras no sea irreversible; la aspiración a la justicia para todos, la fuerza de las ideas, el humanismo y la ausencia de odio aún hacia enemigos y traidores.

“Fidel —expresó Pérez Roque—, que aspira a que de él sólo queden las ideas, está convaleciendo, recuperándose y regresando al combate, propinará a esos enemigos asentados en el odio y la mediocridad una nueva derrota".

Los conceptos de libertad e igualdad, intencionalmente deformados por los poderosos en el camino de implantar un nuevo orden político internacional, a imagen y semejanza de sus deseos de dominación mundial, motivaron reflexiones de los participantes en el coloquio

El ex presidente ecuatoriano Rodrigo Borja se refirió a como el imperialismo utiliza los avances científicos y tecnológicos para saquear y explotar a los pobres del planeta, en vez de ponerlos al servicio del bien de la humanidad.

Borja ponderó la gran capacidad de Fidel de adelantarse a los acontecimientos. Con esa luz larga que lo caracteriza, explicó, sentó las bases para impulsar el desarrollo de la educación y la ciencia en Cuba, cuyos resultados han estado siempre a disposición de los pueblos.

Entre tantas intervenciones, esta sintetizó el sentido del coloquio. Crítico y veraz, agudo y sustantivo. A la altura del líder que estuvo en el alma de cada uno de los participantes.

Fidel, fiel, fidelidad, consecuencia. Esa es una verdad de nuestra época y de mañana.