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Fidel nos inculcó la pasión por el deporte.-Andrés Telemaco

Fecha: 

12/01/2012

Fuente: 

Trabajadores

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Ni siquiera su inclusión como segunda base titular en el equipo Cuba que asistió en 1969 al Mundial de Santo Domingo, en República Dominicana, marcó tanto la vida deportiva de Andrés Pilotaje Telemaco como el 14 de enero de 1962, cuando Fidel inauguró en el hoy Latinoamericano la Primera Serie Nacional de Béisbol y se puso fin a la pelota rentada en nuestro país.

“Ese acontecimiento fue lo más grande que me pasó como atleta y persona. Imagínate, yo provenía de los pitenes de barrio, de clubes locales como Los Vaqueros, estar junto a Fidel escuchando las razones de la instauración del béisbol aficionado, sus consejos y hasta verlo conectar jit al batear la primera bola”, rememora quien fuera el único pelotero de la actual provincia de Guantánamo presente en esa Serie.

“No pocas personas —evoca Telemaco— pensaron que sin el profesionalismo el béisbol cubano se perdería. Fidel nos demostró lo contrario y, junto al pueblo, convirtió al deporte amateur en una de las principales conquistas de la Revolución. Él confió en nosotros y no lo hicimos quedar mal, como lo demuestran los triunfos de la pelota cubana en la arena internacional”.

Los candidatos a integrar el equipo Orientales fuimos muchos, por eso enfrentamos una rigurosa selección, cuenta el entrevistado, y aclara que en esa Primera Serie defendió la tercera base y no la segunda, donde brilló más tarde. “Pedro ‘Natilla’ Jiménez, el director, me pidió que jugara tercera, pues era la posición del cuadro en que estábamos flojos. En los equipos de base ocupé preferentemente el campo corto y también había lanzado. Antes los peloteros eran más versátiles, menos especializados en una posición”.

El Tele (como cariñosamente aún muchos le llaman) es recordado por su pívot sui géneris en la segunda almohada. “Yo jugaba con un guante bien abierto, lo que me facilitaba retener poco la pelota y ganar fracciones de segundo en el doble play. Soltaba la bola con un giro de la muñeca desde la altura de la cintura, así impedía que el corredor que venía de primera se tirara hacia mí buscando romper la doble matanza. De hacerlo se arriesgaba a ser golpeado por la pelota”, comenta este exjugador de 13 Series Nacionales, víctima en los últimos años de su carrera deportiva de dos graves lesiones, una de ellas por rotura de un tendón de su muslo derecho que requirió 40 puntos de sutura.

Andrés Pilotaje Telemaco integró junto con Agustín Arias una de las mejores combinaciones de la pelota revolucionaria alrededor del segundo cojín. Esa compenetración la resume de la siguiente manera: “Con nosotros nunca se cerraba el cuadro, porque era seguro el doble play o el out en home, gracias a la potencia de nuestros brazos y la seguridad en el fildeo”.

Rápido, con sus seis pies de estatura, elegante en el vestir deportivo y de lustrosos spikes, Andrés Telemaco asegura que salía al terreno a derrochar amor por su uniforme, por el buen espectáculo. “Yo disfrutaba cada encuentro. Esa manera de jugar hizo que muchas personas fueran a los estadios a verme, lo que me estimulaba a entrenar para hacer mejor las cosas. Fue Fidel quien nos inculcó esa pasión por el deporte y también el patriotismo”.