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Fidel rematricula en la universidad el 4 de noviembre de 1952

Fecha: 

05/11/2012

Fuente: 

Periódico Granma
Los antecedentes de la Generación del Centenario

El dinamismo político de Fidel, incrementado tremendamente, por la necesidad de dar una rápida y contundente respuesta revolucionaria a la tiranía batistiana, lo llevó a valorar la unidad de su presencia en la universidad, escenario donde en aquellos momentos se manifestaban las principales muestras de rebeldía contra el régimen.

Para ello, sin embargo, actúo con toda la perspicacia de su talento conspirativo. Sorpresivamente, el 4 de noviembre de 1952 se presentó en la colina a matricular como alumno para el recién iniciado curso académico 1952-1953. De esta manera podría burlar cualquier pesquisa política, ya que la condición de estudiante justificaría su libre acceso a los predios universitarios.

Es así como dos años después de haber terminado a un mismo tiempo tres carreras universitarias, Fidel Alejandro Castro Ruz volvía a ser alumno oficial de la Universidad de La Habana en la Facultad de Filosofía y Letras. Desde luego que ahora no iba a dedicar todo su apasionamiento a sus estudios, como lo había hecho en el curso 1949-1950 cuando examinó y aprobó 32 asignaturas en solo 12 meses. Otro objetivo distinto, superior tenía adelante a cumplir.

A partir de entonces, si bien es cierto que aparecería en algunos actos públicos de la universidad, se esforzó por que quienes no tenían por qué saberlo establecieran su relación con Pedro Miret (encargado de adiestrarlos en el uso de las armas), y la de este con los hombres que secretamente ya pertenecían al movimiento.

En ninguna oportunidad Fidel iba a estar presente en las prácticas de combate de sus hombres en la universidad. Cuando estas se efectuaban él no aparecía por allí, enviaba a otros compañeros de absoluta confianza, precaución que también demuestra la severa cautela que asignaba al trabajo clandestino.

Esa medida de seguridad presenta un carácter ejemplar, ya que permitió que las relaciones entre Fidel y Miret se mantuvieran en el mayor secreto, aun para personas muy vinculadas a la universidad.