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Fidel viaja a Venezuela, en enero de 1959

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Periódico Granma
He venido a Venezuela a traer un mensaje de pueblo a pueblo, Fidel Castro, 23 de enero de 1959Cuando habían transcurrido solo 15 días de su llegada a La Habana desde la Sierra Maestra, al frente de la Caravana de la Libertad, el Comandante en Jefe Fidel Castro hizo su primer viaje al exterior luego del triunfo revolucionario del primero de enero de 1959.

El objetivo de su periplo por Venezuela era responder a una invitación oficial de ese gobierno a participar en los festejos por el primer aniversario del derrocamiento del dictador Marcos Pérez Jiménez.

El líder cubano partió desde el habanero aeropuerto militar de Columbia en la mañana del 23 de enero, en compañía de Celia Sánchez, Violeta Casals, Luis Orlando Rodríguez, Jorge Enrique Mendoza y los comandantes Pedro Miret y Paco Cabrera –este último jefe de su escolta–, entre otros miembros de la delegación.

Minutos antes de que el avión aterrizara en el aeropuerto internacional de Maiquetía, en Venezuela, Fidel envió un mensaje de saludo al solidario pueblo, que horas después lo aclamó en Caracas, la capital, como a un héroe continental.

En el país sudamericano, el contralmirante Wolfang Larrazábal, presidente de la Junta Patriótica que tomó el poder tras la derrota de la dictadura en Venezuela, recibió al líder de la Revolución Cubana junto al pueblo, con múltiples muestras de cariño hacia la isla caribeña. En este recibimiento también participó Fabricio Ojeda, periodista, y el líder del movimiento patriótico y de masas, incluyendo sectores de la Fuerza Armada Nacional (FAN), que condujeron la lucha para el derrocamiento de Pérez Jiménez.

En el transcurso del viaje miles de personas lanzaban flores al paso de la caravana que encabezaba; unos lloraban de emoción y en una buena parte del camino, el pueblo lo llevó en hombros.

Durante el acto de bienvenida efectuado en el Congreso, uno de los oradores dijo: “Estamos recibiendo a un hijo de Venezuela, porque Fidel Castro tiene carta de naturaleza en nuestro país. Venezuela, madre de libertadores, debe premiar como hijo suyo a quien ha sabido libertar de la opresión y el terror a un país hermano”.

Esa tarde, el líder histórico de la Revolución Cubana significó ante sus anfitriones que: “De ahora en adelante, sepan los tiranos que para hacer daño a Venezuela hay que contar con Cuba, así como hay que contar con Venezuela cuando se piense en dañar a los cubanos”.

A su llegada a la antigua alcaldía, conocida como Santiago del León de Caracas, en el Consejo Municipal del territorio, Fidel fue declarado Huésped de Honor y luego, en la Universidad Central, tuvo la oportunidad de conocer al poeta chileno Pablo Neruda, quien dio lectura a su obra titulada “Un canto para Bolívar”.

Finalmente, en la plaza de El Silencio se produjo una ovación que a todas luces parecía interminable, cuando se anunció que el dirigente cubano había llegado al lugar para encontrarse con el bravo pueblo venezolano.

Apenas unos días antes del triunfo de la Revolución, el 7 de diciembre de 1958 había arribado a la Sierra Maestra un avión procedente del país sudamericano con el más importante alijo de armas que hubiera llegado al lugar por vía aérea durante la contienda.

Ese aporte lo había enviado el contralmirante Wolfang Larrazábal, el mismo militar que un año atrás tuvo bajo su mando a los navíos que precipitaron la caída de Pérez Jiménez. Desde la Sierra, Fidel le escribió por esos días una carta en la que expresaba: “Hay que llevar dos años luchando contra todos los obstáculos, las armas confiscadas antes de llegar a Cuba, los frutos de los sacrificios económicos de tantos compatriotas perdidos la mayor parte por la persecución de los gobiernos, para comprender con cuanta emoción y gratitud recibimos la ayuda que usted nos envía en nombre de Venezuela”

Para finalizar significaba: “Desde hoy le digo que cualquiera que sea la posición que usted ocupe en su país, la más alta o la más modesta, para nosotros será siempre el primero de los venezolanos”.