Artículos

Hazañas de la Revolución Cubana: Fidel y la educación

Fecha: 

28/11/2017

Fuente: 

Sitio Web Razones de Cuba

Autor: 

Fidel tenía planificado que al derrocar a la tiranía había que formar un gobierno de nuevo tipo, para lograr los cambios radicales de independencia, soberanía de Cuba y bienestar del pueblo. Al triunfo revolucionario se emprendía esa gigantesca tarea, para lo que era indispensable un adecuado nivel educacional, de dirigentes y población.
 
La realidad reflejaba muchos combatientes con altos grados militares ganados heroicamente contra el ejército de la tiranía, pero que tenían baja escolaridad e inclusive algunos no sabían leer ni escribir, mientras que otros pocos tenían nivel medio o universitario.
 
La desastrosa situación educacional del pueblo ya Fidel la había descrito en su alegato “La Historia me Absolverá”. Sin embargo esta había empeorado en los últimos cinco años, y este escenario, había que cambiarlo.
 
La importancia que Fidel da a la educación, así la expone en el año 1961: “Por lo pronto toda revolución es un extraordinario proceso de educación. Por eso revolución y educación son una sola cosa” (1)
 
Se emprende la Hazaña en la Educación, un torbellino de acciones abarcando toda la población, tan amplia que estaría integrada por varias hazañas que se irán describiendo en artículos posteriores.
 
Fidel logró con esto, que el pueblo comprendiera que para el desarrollo económico,  científico y social, era necesario elevar el nivel educacional. La amplia participación del pueblo, sin cuya acción no hubiese sido posible el cambio, demostró la confianza en Fidel, y en el proceso que se llevaba a cabo.
 
Grandes fueron los esfuerzos desplegados: estudiar, a veces desde alfabetizarse; seguir adelante con el 6to y 9no grados; obrero calificado; técnico medio y si era posible, la universidad.
 
Los adultos debían de seguir trabajando; las mujeres, trabajando y atendiendo la familia; pero todos incorporados a la defensa contra las acciones terroristas del imperialismo y otras tareas revolucionarias. Pocas horas les quedaban para dormir.
 
La Ley de Nacionalización General de la Enseñanza y el carácter gratuito de la misma se dictó el 6 de junio de 1961. Pero previamente ya se habían dictado otras leyes y normas que revolucionarían la enseñanza en el país. Al respecto, el jurista Julio Fernández Bulté dijo en una ocasión: “…el camino que va siguiendo el proceso que transforma, insensiblemente, de nacional liberador, agrario y antimperialista, en un proceso de franco contenido socialista….” (2)
 
Algunas de las principales medidas se adoptaron de inmediato para el desarrollo de la educación: Libre acceso al estudio sin discriminación racial ni económica, maestros voluntarios de las ciudades acudían a los territorios montañosos, los antiguos cuarteles militares se convirtieron en escuelas, plan especial de estudio para campesinas.
 
Más adelante le siguió el plan de becas para todos los niveles de enseñanza, la Batalla por el 6to y 9no grados, cursos de seguimiento y superación obrera, creación de miles de aulas y escuelas en todo el país especialmente en las zonas rurales, educación obrera campesina, combinación del estudio y el trabajo, creación de escuelas en el campo, enseñanza especializada para limitados físicos.
 
Además, se desarrollaron investigaciones científicas y sociales, se crearon institutos pedagógicos, se emprendieron reformas universitarias, fue creado el Ministerio de Educación Superior, se amplió de la enseñanza técnica y profesional, y se perfeccionó el sistema educacional.
 
El Comandante en Jefe Fidel Castro anunció en las Naciones Unidas, a pocos meses del triunfo de la Revolución, que se llevaría a cabo una gran campaña de alfabetización que erradicaría el analfabetismo. Sus palabras causaron  incredulidad, pues se trataba de un país subdesarrollado.
 
Así fue que Cuba en el año 1961 fue el primer país en la región libre de analfabetismo, certificado por la UNESCO. También en 1962, Fidel planteaba que Cuba debía de ser un país de científicos. El sueño parecía algo inalcanzable, sin embargo, se crearon condiciones para el desarrollo científico, obteniendo resultados extraordinarios fundamentalmente en el campo de la salud, con reconocimiento internacional.
 
En Cuba, desde hace casi medio siglo el 100% de los niños acuden a la escuela para la educación primaria, sin deserción, donde quiera que vivan. La educación básica tiene una cifra del 98%. Estudiar en el nivel técnico y universitario, está en dependencia de los resultados académicos que acumule el estudiante. La enseñanza universitaria se imparte hasta el nivel municipal.
 
La educación en todos los niveles conlleva el amor a la patria, la independencia y soberanía, la ideología martiana, marxista y del Che, que es lo que Fidel ha proclamado para formar al educando en los valores de una sociedad socialista de los tiempos actuales.
 
Cuba ha proporcionado su experiencia en el tema educacional a varios países, Fidel así lo quería. Millones de personas se han alfabetizado con el Programa “Yo si Puedo”, traducido a varias lenguas. También instauró el sistema de becas para jóvenes de otros países, graduándose en Cuba miles en diferentes especialidades, destacándose la Escuela Latinoamericana de Medicina. El agradecimiento de gobernantes y dirigentes de otras naciones por esa solidaridad  lo hacen llegar constantemente al pueblo de Cuba y a Fidel.
 
Se perfecciona la educación, para como señalara el Comandante en Jefe: “Que cada nueva generación esté más preparada para los grandes desafíos del futuro que esperan a nuestra Patria y a toda la humanidad, es el más profundo anhelo de todos los revolucionarios cubanos” (3)
 
1.Fidel Universidad Popular Educación y Revolución, 9 de abril de 1961. Obra Revolucionaria (19), La Habana, 1961, pag. 53
 
2. Tras las pistas de la Revolución en cincuenta años de derecho, de Dr. Julio Fernández Bulté. Revista “Caminos” No. 57 de 2010, pag.4
 
3. Fidel Castro Ruz, en el acto de inauguración del Curso de Formación Emergente de Profesores Integrales de Secundaria Básica. Teatro «Karl Marx», 9 de septiembre del 2002.