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Operación Patty Candela: Fidel Castro en la mirilla de la CIA

Fecha: 

12/10/2007

Fuente: 

Enciclopedia contra el Terrorismo

Autor: 

Con posterioridad a la derrota de Playa Girón, la CIA intentaría la reagrupación de los grupos y organizaciones contrarrevolucionarias que habían logrado sobrevivir a la ofensiva de la Revolución Cubana en aquellos momentos.

La CIA deseaba demostrar que a pesar del descalabro sufrido, aun podía resolver la situación cubana y continuaban percibiendo como la única acción realista, el asesinato de los principales dirigentes de la Revolución.

Según diferentes autores, esta Operación fue conocida como Patty, Patty-Candela o Plan de Acción Inmediata. Involucraba a la CIA y el Servicio de Inteligencia de la Base Naval de Guantánamo, los que actuarían mediante cabecillas y miembros de organizaciones contrarrevolucionarias dentro del país. El nuevo complot, que comenzó a organizarse desde el mes de mayo de 1961, perseguía el doble asesinato del presidente cubano Fidel Castro Ruz y su hermano Raúl Castro Ruz, simultáneamente con una autoagresión en la Base Naval yanqui, lo cual podría justificar la intervención militar de los Estados Unidos contra Cuba.

Esta operación preveía sus principales acciones en las ciudades de Santiago de Cuba y La Habana, lugares donde tendrían lugar actos conmemorativos por el 26 de julio en 1961. El plan consistía principalmente en atentar contra la vida del Comandante en Jefe en el acto en la Plaza de la Revolución en la capital y contra el comandante Raúl Castro en el estadio de Santiago de Cuba, ambos atentados simultaneados a la autoagresión en la Base Naval y otros actos terroristas. El armamento fue facilitado por la Base Naval de Guantánamo. El también llamado Plan de Acción Inmediata, ocupado a uno de los cabecillas en la antigua provincia de Oriente, establecía un grupo de medidas para el atentado en Santiago de Cuba, consistían en tomar posición en una casa adyacente a la tribuna donde haría uso de la palabra el comandante Raúl Castro Ruz, e instalar en la misma una ametralladora calibre 30, con dos hombres a su cargo, mientras otros cuatro, armados con granadas de mano, facilitarían la retirada. Seis hombres armados con sub ametralladoras M-3, se situarían en la carretera del aeropuerto en el caso que el atentado no surtiera efecto y el dirigente se dirigiera a tomar un avión para partir hacia La Habana. El plan se ejecutaría a partir de las 10:00 de la mañana y se sincronizaría con un ataque con morteros a la Refinería “Hermanos Díaz” en la propia ciudad de Santiago de Cuba. Los complotados habían estudiado cuidadosamente las instalaciones del estadio, las áreas adyacentes y la mencionada carretera, en particular, el sitio en que se bifurca en el tramo final al aeropuerto. Simultáneamente, se situarían en una finca llamada “El Cuero”, limítrofe con la base naval, no menos de cuatro morteros, que dispararían seis obuses cada uno contra ese enclave yanqui. Otro mortero atacaría un emplazamiento de artillería que las fuerzas armadas cubanas tenían en un lugar cercano. Pretendían que ambas instalaciones militares se creyesen agredidas y respondieran al fuego, lo que provocaría artificialmente un incidente que pudiese servir de base al gobierno de los Estados Unidos para una intervención militar en Cuba.

Según otras fuentes, los contrarrevolucionarios en La Habana, utilizarían un mortero de 82 milímetros en las inmediaciones de la Plaza de la Revolución, para disparar contra la tribuna, una vez iniciado el acto. Ese día, otros grupos terroristas de diferentes provincias, ejecutarían acciones de ese carácter contra instalaciones de servicios públicos y vías de comunicación. Según estos cálculos, una vez iniciada la Operación Patty, el caos y la desestabilización crearían condiciones favorables para una presunta agresión militar de Estados Unidos.

El 22 de julio de 1961, las fuerzas de la Seguridad del Estado Cubano detuvieron a los principales complotados en todo el país, ocuparon abundantes armas y pertrechos bélicos de la operación. Posteriormente, el gobierno denunció públicamente la nueva agresión.

De acuerdo a informaciones de los órganos de la Seguridad del Estado, de finales de julio de ese año, uno de los principales cabecillas del complot se nombraba José Amparo Rosabal, alias el Zorro. Este elemento se escondía en la Base Naval de Guantánamo desde la fracasada invasión de Playa Girón, y desde allí participaba en la organización del complot y enviaba material bélico que recibía directamente de la jefatura de dicha base a los grupos contrarrevolucionarios internos. José Rosabal mantenía contacto directo con el jefe de la base, el Almirante O'Donell y sus ayudantes, recibiendo de ellos orientaciones y suministros de guerra, los que sacaba de la base por mar o a través de la cerca.

La Operación Patty no sería la excepción en aquel período posterior a la derrota de Girón.

Pocos meses después sería detenido otro agente de la CIA, quien revelaría un nuevo plan de atentado que había sido preparado para el mes de octubre contra el presidente cubano Fidel Castro y el Consejo de Ministros en pleno, en la Terraza Norte del Palacio Presidencial.

La nueva operación de la CIA, conocida por Liborio, concebía también el asesinato de los principales dirigentes de la Revolución y otras acciones terroristas y de guerra sicológica.

El año 1961 finalizaría con la aprobación del gobierno de los Estados Unidos de la Operación Mangosta, concebido como uno de los programas subversivos de mayor alcance para intentar destruir la Revolución Cubana.