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Posada Carriles, un monstruo en el vientre de Estados Unidos

Fecha: 

12/04/2005

Fuente: 

Cubadebate

Autor: 

En nombre de las víctimas de tantos actos terroristas cometidos contra Cuba con la anuencia de Washington, y en presencia de sus familiares, el Comandante en Jefe Fidel Castro emplazó a W. Bush a responder por la presencia del connotado terrorista Luis Posada Carriles en EE.UU., algo de lo que se dio noticia hace tres semanas.

Un mutismo total por parte de la administración republicana ha seguido a revelaciones sobre un asunto “muy grave, muy serio”, dijo Fidel.”Usted tiene una responsabilidad ante la opinión pública mundial, ante el pueblo de EE.UU., ante las víctimas norteamericanas del terrorismo en cualquier lugar, ante América Latina, ante el pueblo de Cuba y ante los familiares aquí reunidos, que no han recibido jamás el consuelo siquiera de una palabra de arrepentimiento o una solicitud de perdón por parte de ningún gobierno de Estados Unidos”, recordó el Comandante en Jefe al dignatario de la Casa Blanca.

“¿Sabía Ud o no sabía que Posada Carriles estaba en territorio norteamericano hace tres semanas?”, exigió respuesta Fidel, entre otras demandas.

En su comparencia, el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros recordó el largo historial de crímenes cometidos por Posada y sus cómplices de Panamá -igualmente protegidos por Washington-, y desnudó la hipocresía y la doble moral del mandatario estadounidense.

“¿Qué seguridad tiene la población norteamericana si su presidente no sabía que allí estaba el señor Posada Carriles?”, preguntó Fidel, luego de recordar la enorme y multimillonaria maquinaria de seguridad e inteligencia que ha puesto en vigor Estados Unidos después de los sucesos del 11 de septiembre. “Y si lo sabía, ¿por qué no se ha informado a la opinión mundial?”, cuestionó.

El Comandante en Jefe reveló que la administración norteamericana se encuentra ahora en una situación de embarazo, con “un monstruo” en el vientre, sin poder darle marcha atrás a la divulgada presencia de Posada en Miami, así como las pretensiones de acogerlo en ese país, a la vez que inquirió por qué no se pronuncia la Casa Blanca antes de la decisión que deberá tomar la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.

“Es algo así como que Bin Laden estuviera en territorio de Estados Unidos y el presidente de ese país no lo supiera, o no hiciera por saberlo”, comparó el Comandante en Jefe Fidel Castro. “Están esperando que termine el showcito de Ginebra”, develó, en implícita alusión a la votación de la mentirosa y manipulada resolución de EE.UU. contra Cuba.

Fidel pidió su opinión a Europa sobre la manera “amañada, silenciosa, conspirativa” en que Posada fue recibido en territorio norteamericano, mientras Washington cuenta con su bochornoso apoyo en Ginebra.

En lo que calificó también como un alerta a la opinión pública mundial sobre lo que se está fraguando, Fidel recordó la larga historia del proceso amañado y sujeto a innumerables presiones por parte de Washington que se siguió a Posada y sus cómplices en Panamá, y brindó nuevos detalles sobre su ilegal indulto, y la no menos ilegal cobija que han recibido en Miami.

“Estamos informando al mundo antes de que culminen su maniobra”, recalcó. Y denunció: “Han estado manipulando y creando condiciones mínimas para no decir que ha aparecido Posada, de repente, allí, y ha quedado el asunto por ahora ‘en el aire’”.

La idea inicial era mantener a Posada Carriles secretamente en EE.UU. hasta que finalizaran las sesiones, pero la información se filtró antes de lo previsto, aseveró.

Frente a los rumores según los cuales Posada estaría ahora “abandonado” y “en peligro” de ser “capturado” por los cubanos, Fidel recordó que Cuba pudo haberlo apresado en Panamá, en noviembre de 2000, y no lo hizo por ética y por respeto a la soberanía de ese y todos los estados; y apuntó que acciones de ese tipo solo forman parte de la práctica del imperio.

Fidel también dio a conocer que la Cancillería cubana pidió, mediante notas cursadas a la Oficina de Intereses de EE.UU., la confirmación sobre la presencia de Posada en Miami , solicitó su entrega a las autoridades cubanas y demandó que -en caso contrario- fuera juzgado en EE.UU. por el delito de terrorismo internacional si, por consideraciones políticas u otras, la decisión fuera no entregar al terrorista a la justicia cubana.

En tal caso, las autoridades cubanas estarían en disposición de cooperar con las estadounidenses y aportar toda la información disponible sobre el extenso historial terrorista y criminal de ese delincuente internacional.

ASESINOS EN SERIE

En intervención especial en el plenario del Palacio de las Convenciones, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz explicó que desde hace varios días medios informativos norteamericanos vienen abordando el tema de la ’supuesta’ permanencia de Luis Posada Carriles en los Estados Unidos, e ironizó sobre la forma en que la mayoría de esos medios reflejan la noticia, mostrando a quien es un asesino horrendo como un “símbolo de la lucha contra la dictadura de Fidel Castro”.

Posada Carriles, quien cumplía ocho años de confinamiento por tratar de asesinar junto a otros terroristas a Fidel durante la Cumbre de Jefes de Estado en Panamá, fue liberado de una prisión istmeña gracias al indulto firmado por la ex presidenta Mireya Moscoso y rechazado por toda la sociedad de ese país.

A lo largo de toda su intervención, Fidel hizo referencia a algunos de los capítulos más tenebrosos de la vida terrorista de Posada Carriles, además de aclarar que Cuba lo reclamaba por su participación en el atentado de una nave aérea en Barbados en 1976, que costó la vida a 73 personas, hecho por el cual es igualmente requerido en Venezuela, tras haber escapado de una cárcel en ese país donde cumplía prisión por ese acto.

Fidel leyó algunos titulares de noticias pro mafiosas que preparaban el terreno de la opinión pública para la aparición de este. “Activista emerge de las sombras”, como lo calificaba un diario, mientras otros se referían al “misterio que rodea la historia de Posada Carriles”, diciendo  que había “hermetismo” acerca de ese “militante cubano” que buscaría asilo en Miami.

Lo más increíble es que Luis Posada Carriles ha reconocido reiteradamente su participación en diversos actos terroristas contra suelo cubano, desde diversos países y aun dentro de los mismos Estados Unidos. Incluso los reconoció abiertamente ante una periodista del influyente The New York Times.

Con la lectura de una sucinta biografía de Posada Carriles, el Comandante en Jefe desentrañó el horrendo expediente de este terrorista, involucrado en múltiples organizaciones contrarrevolucionarias; integrante del ejército de los Estados Unidos, donde recibió entrenamiento militar; entrenador en explosivos y demolición, torturador de revolucionarios en Venezuela, organizador de sabotajes y asesinatos de líderes políticos, y que estuvo vinculado a organismos terroristas como Comandos L, Alpha 66 y CORU.

Fidel, al valorar también al “amigo” de Posada, Orlando Bosch, enfatizó: “Ese es el mismo que ahora está en Estados Unidos, indultado por el padre del actual presidente Bush”. Y parafraseando el conocido refrán afirmó: “En este caso es el Diablo el que los cría, y es también el Diablo el que los junta”.

El Presidente cubano leyó una larga lista de acciones violentas organizadas y ejecutadas no solo por Posada Carriles, sino también por los otros “indultados” en Panamá: Gaspar Jiménez Escobedo, Pedro Remón y Guillermo Novo Sampoll.

De la actuación de los organismos de inteligencia norteamericanos con respecto a ellos, sería el propio Posada quien se encargaría de aclarar la posición de los Estados Unidos al afirmar: “El FBI y la CIA no me molestan”. “¿Cómo lo van a molestar, si es un magnífico y obediente hijo?”, se preguntó Fidel. Y al respecto agregó: “Ellos están dispuestos siempre a ayudarlo por ser tan obediente”.

“Ese es el ‘veterano y el intrépido luchador’, como le llaman el Miami Herald y los voceros del imperio, esos que aparentemente luchan contra el terrorismo, y lo que hacen es apoyar el terrorismo que ejercen estos personajes sobre nuestra nación”, significó Fidel.

CUATRO MILLONES Y UN CARRO PARA COMPRAR A MOSCOSO

Con fecha exacta de cada acontecimiento, Fidel relató los sucesos a partir de que los tres secuaces -”amiguitos” de Bush- llegaron a Miami, luego de ser liberados en Panamá, junto a Luis Posada Carriles. Allá los recibieron con agasajos, les organizaron fiestas, desayunos de homenaje, ruedas de prensa, y hasta recogieron dinero para ayudarlos.

Desoyeron abiertamente las múltiples notas diplomáticas de protesta de Cuba, y a la propia opinión pública de Panamá, dijo Fidel, quien agregó: “Los bandidos no habían liberado aún a los otros bandidos por medio de la ‘bandidita ilustre’ que presidía por entonces Panamá, y ya se veía venir, por lo que el Gobierno cubano emitió varias notas diplomáticas de preocupación e indignación”.

De hecho, como afirmara el Comandante en Jefe, la misma prensa del Istmo comentó la visita de Colin Powell, destinada a expresar de boca a oído a Mireya Moscoso el interés del mandatario norteamericano en que los reos fueran juzgados en ausencia, o la visita a Centroamérica del también terrorista Otto Reich, muy preocupado por hacer una obra “solidaria”, sin importar las vidas que estos segaron en sus acciones contra Cuba en la región.

El líder cubano detalló todas las maniobras de la entonces presidenta de Panamá no solo para manipular el proceso, sino para después de juzgados, otorgarles el “indulto” comunicado previamente al embajador norteamericano en ese país, y calificado por ella como algo “humanitario”.

La verdad, en cambio, sería develada en todo detalle por Fidel al explicar según artículo del sitio Rebelión, fuentes bien informadas aseveraron que el indulto fue negociado en Miami por la suma de cuatro millones de dólares, que se le entregaron a la hermana de la Presidenta, además de que le regalaron un auto con un precio de 125 000 dólares; y que de esa transacción se encargó el abogado de la defensa de los terroristas.

TAN CULPABLE COMO LOS TERRORISTAS

A pesar de que hace diez días está rodando la noticia de que Posada Carriles está en Miami, el gobierno norteamericano no ha dicho nada oficialmente, como si el señor Bush no supiera nada. Por eso el Comandante explicó que decidió efectuar esta comparecencia para advertir a la opinión pública mundial de lo que estaban tramando en silencio.

En los círculos de la ultraderecha se comenta que ahora existe una gran expectativa por el costo político que deberá pagarse por la administración Bush ante la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra, y eso explica el silencio total de los cabecillas contrarrevolucionarios y las autoridades norteamericanas.

Y es que Bush, como expresara el Comandante en Jefe Fidel Castro, parece haber olvidado sus propias palabras cuando afirmaba que “si alguien apoya a un terrorista, si alguien esconde a un terrorista, si alguien alimenta a un terrorista, es tan culpable como los terroristas”.