Artículos

Productiva jornada en Lisboa

Fecha: 

18/05/2001

Fuente: 

Granma

Autor: 

La vitalidad, el buen humor y las excepcionales dotes de buen interlocutor del líder cubano, Comandante en Jefe Fidel Castro, se pusieron nuevamente de manifiesto durante su breve estadía de hoy en la capital de Portugal.

Desde su llegada a Lisboa a finales de la tarde, se enfrascó en un intenso programa que abarcó de todo, desde entrevistas con los máximos gobernantes del país, encuentros con los medios de comunicación y una inexorable visita a la embajada de Cuba para dialogar con compatriotas y amigos.  

Tras su reunión con el Primer Ministro Antonio Guterres, dedicada a pasar revista a las relaciones bilaterales y a la situación internacional, no tuvo reparos en conversar con los periodistas.  

Entre otros temas, se abordó el del bloqueo norteamericano a Cuba que dura ya más de cuatro décadas, sobre el cual llamó la atención de que EE.UU. no lo aplicó a las dictaduras militares argentinas que dejaron una estela de entre 10 000 y 30 000 desaparecidos.  

Mencionó que esa política no se empleó contra quienes derrocaron y asesinaron al presidente chileno Salvador Allende ni tampoco en Guatemala contra los que derribaron al gobierno de Jacobo Arbenz.  Por eso, acotó, la pregunta que podría hacerse es por qué lo mantienen contra Cuba y la respuesta pudiera ser porque han fracasado en ese criminal empeño.  

Prácticamente sin pausa, Fidel se trasladó al Palacio de Belem, donde fue recibido por el Presidente de la República Portuguesa, Jorge Sampaio, quien le ofreció una cena, en la cual estuvieron los ministros de Relaciones Exteriores de ambos países, Jaime Gama y Felipe Pérez Roque, además de otras personalidades.  

En el curso del convite se estableció también un animado diálogo, que el líder cubano calificó de cordial y muy bueno.  De inmediato, a pesar de lo avanzado de la hora y sin tener en cuenta los normales efectos de un recorrido de visitas oficiales por seis países (Argelia, Irán, Malasia, Qatar, Siria y Libia) iniciado el pasado día 5, el Comandante en Jefe llegó hasta la embajada de Cuba, donde lo esperaban un grupo de amigos y los miembros de ese colectivo.  Tras saludar a cada uno de los presentes y complacer todas las peticiones de fotos, se enfrascó en un animado y extenso diálogo con los visitantes que se prolongó hasta pasada la medianoche.  

En un círculo estrecho que se caracterizó por un cambio de impresiones sobre la situación cubana actual y los más variados temas de la vida internacional, así como de valoraciones sobre el recorrido, se juntaron varias figuras de la sociedad portuguesa.  Entre ellos estuvieron Carlos Carvalhas, secretario general del Partido Comunista Portugués (PCP), el general retirado Vasco Goncalves, primer ministro de uno de los gobiernos provisionales surgidos con la Revolución de los Claveles de abril de 1974, y el almirante Alva Rosa Cutinho, uno de los héroes de aquella gesta.  Un momento de singular emoción se produjo cuando el embajador cubano, Reinaldo Calviac, leyó una carta del General de Ejército Raúl Castro, Segundo Secretario del Partido Comunista de Cuba, dirigida a Goncalves.  En ella le comunicó la decisión del Consejo de Estado de la República de Cuba de otorgarle la Orden Playa Girón en ocasión de su aniversario 80 y por sus extraordinarios méritos "en la lucha contra el imperialismo y las fuerzas de la reacción y por grandes hazañas a favor de la paz y el progreso de la humanidad".  

Goncalves, visiblemente emocionado, recibió la copia de la misiva, agradeció el gesto cubano y se estrechó en un abrazo con Fidel, quien lo felicitó.  En la animada reunión se produjeron varios momentos de alegría y emoción, como el protagonizado por el abogado Fernando Carlos, un indoblegable amigo de Cuba, quien le obsequió al líder cubano una botella de vino de Oporto de 1926, año del nacimiento del líder cubano.  Otros de ellos fue el diálogo con Eduardo Gajeiro, considerado el más destacado fotógrafo de Portugal, con gran reconocimiento internacional, quien se presentó como "un hombre de Abril", al tiempo que expresó su deseo de realizar uno de sus trabajos con el líder cubano durante su próxima visita a la Isla.  

No pudo faltar la plática con los niños cubanos, hijos de los funcionarios de la embajada, marcado por un intercambio de bromas e indagaciones sobre sus estudios.  Nadie ni nada fue olvidado, solo quizás el tiempo que transcurrió inexorablemente y marcó el momento de la despedida.  Ya en la partida, en breve diálogo con Prensa Latina, el líder de la Revolución Cubana, sin perder el buen humor, dijo que esta es la escala técnica más larga e intensa que ha realizado y, como resumen, calificó de muy buenos los contactos con los gobernantes portugueses y de muy productiva la estadía.