Destacar la vida y obra del ex presidente cubano, líder de la Revolución Cubana y Comandante en Jefe, Fidel Castro, es cabalgar en la historia, en su historia desde su nacimiento hasta el presente que con luz larga hacia el futuro para que las nuevas generaciones de jóvenes en el mundo tengan un espacio de confluencias de paz, de vida y sentido perpetuo en pos de conservar la vida del planeta.

Contar sus palabras en cada uno de sus discursos serían cifras interminables, pero sí podemos resaltar siempre su amor infinito en defensa de las causas justas, el derecho a la vida, la educación, la salud, el deporte, la cultura, al constante desarrollo del conocimiento, protección y cuidado al medio ambiente, a la no proliferación de las armas nucleares, al espacio que tiene y se ha ganado la mujer dentro de la sociedad como madre y trabajadora.

Su sentido profundo por la humanidad lo hacen navegar, cada día, en la investigación y comentar, a través de sus Reflexiones, la importancia que tiene para las naciones el uso irracional de los recursos naturales y humanos, también señala la superexplotación a la que son sometidos los pueblos en vías de desarrollo ante un maquiavélico y desigual intercambio comercial en un mundo cada vez más sometido a una crisis financiera, alimentaría y política.

Declarado por él mismo como hombre de firmes convicciones, marxista leninista y Martiano, llega a este siglo con la esperanza en su mochila de guerrillero y soldado revolucionario, de que un Mundo Mejor es posible. Y será posible sí: se eliminan las distancias entre las naciones ricas y pobres, sí se eliminan las bases militares bajo la bandera de luchar contra el narcotráfico y el terrorismo, sí se pone fin a las guerras, si las tecnologías se ponen solo al servicio ético del conocimiento para el bien social, si los océanos dejan de ser vertederos de los residuos nucleares, si se respeta el Tratado de Kyoto y la ONU asume su verdadero papel por el cual fue creado y no que UNO SOLO decida qué hacer con el resto de las naciones escudado en una organización guerrerista y carnicera como la OTAN.

Se han indignado los pueblos y se levantan las voces de millones de jóvenes y trabajadores en el mundo por el derecho a justas y verdaderas políticas que los conduzcan a una dirección de futuro cierto y lejos de inseguridad y barbarie. Un mundo donde se respire aire limpio y los alimentos estén al alcance de todos por igual.

Por estas cosas que se presentan en este Nuevo Mundo, Fidel no deja de señalar con su acostumbrado dedo y enfáticas palabras en su Columna de Reflexiones que se ha perdido demasiado tiempo. Es hora ya de hacer algo.

Y a este hacer, reitero, el líder de la Revolución Cubana reposa toda su confianza en la juventud cubana y del resto del mundo porque ¨Si los jóvenes fallan, todo fallará¨, como señaló en su Respuesta al Mensaje de la juventud Comunista, 23 de junio de 2007.