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Todo el tiempo y para siempre

Fuente: 

Yelina Gómez Martínez

Autor: 

A las 2.23 a.m. del sábado 26 de noviembre recibí un SMS: ¡Se murió Fidel! La noticia me dejó consternada. Inmediatamente encendí el televisor y por TeleSur se retransmitía la intervención de Raúl donde informaba la tristísima desaparición física de Fidel, nuestro Comandante en Jefe.

Más que mis condolencias, expreso mi compromiso ineludible con la revolución socialista, la revolución de todo el pueblo, la revolución que ese gran hombre gestó y triunfó en enero del 59. Revolución que rebasó las fronteras de esta pequeña isla para convertirse en faro de lucha por la independencia y por la equidad social para todos los oprimidos del mundo.

Fidel fue un hombre excelso, sus ideas, su valentía, su firmeza, su moral, su solidaridad humana son incuestionables.

Siento orgullo de haber nacido en Cuba, dentro de un sistema sociopolítico que por casi sesenta años es verdaderamente libre; y somos nosotros los hombres y mujeres de este pueblo los responsables de seguir manteniéndonos libres, siempre con las ideas de Fidel.

Hoy, que el imperialismo angloestadounidense continúa introyectando en la mente de los individuos, sobre todo en los más jóvenes, la naturalización del capitalismo, es obligatorio para los cubanos y sus nuevas generaciones estudiar seriamente el pensamiento antimperialista, marxista y martiano de Fidel. Fidel es una luz, que seguirá iluminando todo el tiempo y para siempre.