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Una visita a Finca Vigía

Interior de la Finca Vigía, casa museo del escritor estadunidense Ernest Hemingway en La Habana, Cuba
Interior de la Finca Vigía, casa museo del escritor estadunidense Ernest Hemingway en La Habana, Cuba

Fecha: 

22/07/2017

Fuente: 

Cubahora

Autor: 

Hace 55 años, el 21 de julio de 1962, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz dejaba inaugurada la casa Museo Finca Vigía. Se cumplía así el acto de última voluntad de Ernest Hemingway, gran amigo de la revolución cubana.
 
Fue el 23 de agosto de 1961, semanas después del suicidio del novelista, cuando su cuarta y última esposa, Mary Welsh, se reúne con Fidel Castro y le hace entrega de la propiedad al Estado Cubano. El comandante tuvo la idea de convertir la Finca en un Museo para perpetuar el legado de Papa Hemingway.
 
No sé cuál será el misterio pero quien llega a la casa habanera del Premio Nobel de Literatura (1954), quiere regresar. Lo digo por experiencia propia. He recorrido Finca Vigía en más de cinco ocasiones. Ahora aproveché una visita de trabajo para llevar a mi pequeño hijo Angelo quien, emocionado, cuando ya nos marchábamos, no paraba de preguntarme: mamá, ¿cuándo me vas a volver a traer?
 
Finca Vigía se encuentra ubicada en la localidad de San Francisco de Paula, en el municipio capitalino de San Miguel del Padrón. Las cifras de visitantes norteamericanos han ido en aumento desde 2015 con el proceso de restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos.
 
Lo cierto es que todos quieren conocer el paraíso donde vivió Hemingway entre 1939 y 1960. En el pasado año 2016 la visitaron 171 000 extranjeros, entre alemanes, canadienses, japoneses, norteamericanos y chinos.
 
Pese a encontrarse bastante alejada del centro de la capital, en 2016, unos 9 000 cubanos llegaron al encuentro con la vida y obra del autor de Adiós a las armas. Hasta el mes de junio de este 2017, 5 000 personas naturales de este archipiélago caribeño han llegado hasta el museo.
 
Finca Vigía posee una extensión de 4,3 hectáreas y cuenta con un área boscosa integrada por más de 200 matas de mango, 150 palmas, árboles de especies como aguacate, tamarindo, mamoncillo, ciruela, naranja agria y almendra, entre otras.


CREACIÓN EN FINCA VIGÍA


En la habitación personal de Hemingway aún se conserva la máquina de escribir marca Royal. Allí fluyó libre la creación del novelista y nacieron algunos de sus grandes títulos: A través del río y entre los árboles, Islas en el Golfo, El jardín del Edén, Verano sangriento, Por quién doblan las campanas, El viejo y el mar y Paris era una fiesta.
 
La casa Museo es como una gran colmena. Pese a las carencias y limitaciones que impone el bloqueo económico de los Estados Unidos hacia la Isla, los trabajadores de Finca Vigía han mantenido viva, en estas cinco décadas y media, la impronta de Hemingway en Cuba.
 
Desde la década de los noventa del pasado siglo, el Museo organiza, cada dos años, el Coloquio Internacional Ernest Hemingway, donde participan investigadores de todo el orbe que poseen un altísimo nivel intelectual.
 
Como resultado de esos eventos han nacido sueños que todavía quedan por materializar: la ampliación del centro de documentación del museo y un proyecto de senderismo por el área boscosa de Finca Vigía, con el apoyo del Tree Institut de la Florida, Estados Unidos.
 
Muy bien recibido por el público nacional y foráneo sería, sin dudas, otro proyecto que no se ha podido llevar a la práctica, al menos de manera institucional. Se trata de La Ruta de Hemingway, para promover la visita a los sitios cubanos preferidos por el escritor.
 
En esa ruta patrimonial no podrían faltar: la Fortaleza de Cojímar y el restaurante Las Terrazas en ese poblado pesquero de La Habana, escenario de la novela El viejo y el mar; el Hotel Ambos Mundos, su primera residencia en Cuba entre 1932-1939; La Bodeguita del Medio y el restaurante El Floridita, sobre los cuales expresó con satisfacción Hemingway: “Mi daiquirí en El Floridita, mi mojito en La Bodeguita”. La ruta concluiría con un recorrido por la casa Museo Finca Vigía.
 
Por lo pronto, le recomiendo que si tiene la oportunidad vaya con su familia este verano a Finca Vigía. Es una aventura que vale la pena.