Cordoví Núñez, Yoel

El 24 de febrero de 1895 no se dejó morir el espíritu independentista cubano

A Juan de Dios Barrios la historia le tenía reservado un encargo sublime. Aquel humilde tabaquero sería el responsable de hacerle llegar a Juan Gualberto Gómez las nuevas instrucciones de José Martí, Delegado del Partido Revolucionario Cubano. El documento, breve y conciso, vendría acompañado de otras dos firmas: la de Enrique Collazo, representante del Occidente, y la del brigadier José María Rodríguez, comisionado del general Máximo Gómez.