Santiago

El privilegio de llamarse Fidel

Hay nombres que no consiguen ser indiferentes: se imprimen en la memoria, se transmiten como herencia en cada generación, se resignifican, se enfundan como señal de dignidad y compromiso. Fidel es de esos nombres imprescindibles en la historiografía cubana y universal, de esos que marcaron un país entero, de los que renunciaron a su condición de sustantivo propio para convertirse en la denominación de todo un pueblo. Pasará el tiempo y ese nombre seguirá motivando causas justas en cualquier confín lejano de la Tierra.