Carta y Mensaje

A Juan Almeida

Querido Almeida:

He luchado por adelantar lo más posible los preparativos para la Operación Santiago, a fin de hacerla coincidir con la farsa electoral con el propósito de obligar a las fuerzas enemigas a una batalla de gran envergadura por esos días, que junto con otras medidas que vamos a tomar hicieran imposible su celebración. Pensaba igualmente trasladarme a ese territorio con el mayor número de efectivos posible este mismo mes, pero analizando bien todo comprendí que era imposible por varias razones: a) el abastecimiento de armas y parque no ha adquirido todavía su máximo ritmo; b) la multitud de asuntos y tareas de todo orden que hay que encarar este mes quedarían sin resolver o resueltas a medias si me aparto de aquí y emprendo esa larga marcha.

Persistente como sabes que soy en mis propósitos, me ha costado grandemente renunciar a la idea de partir; al mismo tiempo para dar empleo rápido a todas las fuerzas con vista a las elecciones, he iniciado una serie de movimientos hacia distintos territorios de la provincia, pero procurando, que estos movimientos al mismo tiempo que lleven objetivos específicos, con vistas al 3 de noviembre, sirvan de base a la estrategia a desarrollar en las semanas venideras al transcurso de esa fecha. Es decir, que las tropas que ahora mando a los territorios de Victoria de las Tunas, Puerto Padre, Holguín y Gibara, están llamadas a cumplir importantes objetivos en los meses finales del año.

El plan de tomar primero Santiago de Cuba lo estoy sustituyendo por el plan de tomar la provincia. La toma de Santiago y otras ciudades resultaría así mucho más fácil, y sobre todo podrán ser sostenidas. Primero nos apoderaremos del campo; dentro de doce días aproximadamente todos los municipios estarán invadidos; después nos apoderaremos y si es posible destruiremos todas las vías de comunicación por tierra (carreteras y ferro-carril). Si paralelamente progresan las operaciones en Las Villas y Camagüey, la tiranía puede sufrir en la provincia un desastre completo como el que sufrió en la Sierra Maestra.

Esta estrategia resulta para nosotros mucho más segura que cualquier otra y entre tanto, lejos de concentrar el grueso de nuestras fuerzas en una dirección, lo que lleva tiempo, requiere gran acumulación de víveres e implica riesgos de consideración, las distribuimos de forma que puedan mantener al enemigo bajo hostigamiento constante en todas partes.

Al Frente tuyo, que es el frente de Santiago de Cuba, quedan asignadas por ahora las columnas 3, 9 y 10. Tienes que hacer de esas tropas una potente y disciplinada fuerza que vaya dominando progresivamente y sobre todo estudiando minuciosamente la zona para cuando llegue la hora […]

No tengo en este momento una sola bala M-1 y sí muchas armas recién llegadas sin balas. La estancia prolongada de Pedro Luis ha retardado el abastecimiento y este problema de las balas hay que resolverlo. Tienes que organizar gente que trate de comprarlas a los soldados; si es preciso puedes llegar a pagar hasta un peso por cada bala 30.06 o M-1. Es un precio tentador y a nosotros el dinero nos puede sobrar; no debe importarnos gastar medio millón de pesos en medio millón de balas. Lo que no podemos es quedarnos sin balas de ninguna manera. Yo urgiré el envío desde afuera, pero cada vez son más fusiles y hay que buscarle al problema otras vías de solución.

Si recibo algo de balas esta semana, te envío sin falta.

Ahora te remito las dos calibre 50 con todas las balas que hay, (cerca de ochocientas); dos antitanques con cinco magazines y 120 balas para cada uno, y dos fusiles que por tener la mirilla igual que los antitanques te los puse con ellos. Fidel Vargas va con todo esto y el grado de teniente. Te mando de momento también 4 minas, si es que Crespo me las tiene listas. Espero que estas armas alegren a los muchachos.

Aquí me quedan como sesenta Springfields y 30 M-1 sin una bala, pero yo prefiero mandarte esas 2 000, porque si recibo en estos días ya esas estarán llegando a ti por adelantado.

Después del 3 de noviembre todos tus pensamientos debes dirigirlos hacia la preparación del momento en que decidamos aislar y sitiar a todas las ciudades simultáneamente. A las fuerzas tuyas corresponderá aislar las ciudades de Palma Soriano y Santiago de Cuba. Tienes que ir pensando en la destrucción de la carretera, lo que quiere decir destrucción de puentes, escavamiento de fosas antitanques, estudio de alturas y puntos estratégicos cerca de la misma. Tienes que ir reuniendo la mayor cantidad de picos y palas, así como cables y pilas para hacer detonadores: la instalación de minas en las carreteras de asfalto es un problema técnico a resolver. Hay que hacerle a la carretera el mayor número de hoyos y baches, de forma que en cualquiera pueda situarse una mina. Si la carretera está completamente lisa las primeras veces se puede sorprender al enemigo con una mina instalada en el asfalto, pero después cualquier bache se hace sospechoso. A medida que aumente el dominio sobre las carreteras hay que producir baches con picos; esto mientras no puedan hacerse fosas antitanques.

Quiero decirte que si después de explotar una o dos minas en la carretera, una patrulla en una noche pica el asfalto por varios lugares, los tanques se tienen que detener a registrar uno por uno. También se pueden poner minas en los paredones de tierra, una a cada lado, frente a la otra, para explotarlas simultáneamente. La explosión sale del paredón contra el lado del tanque y si este es comprimido entre dos explosiones, creo que no podría resistir, pero es cuestión de distancia y otros detalles. Lo importante es que hay que resolver el problema del uso de las minas en las carreteras de asfalto, porque es nuestra arma más poderosa contra los vehículos blindados, y eso lo dejo a la imaginación y a la inteligencia siempre pródiga de los rebeldes.

Mientras tanto hay que mantener todo el tiempo, antes y después del día 3, una guerra sistemática contra el transporte, como lo están haciendo ustedes hasta ahora. Hay que arruinar las compañías de transportes, si no suspenden el tráfico por las carreteras y por las vías férreas. Estoy seguro que no podrán resistir las pérdidas y tendrán que paralizar, creándose con esto uno de los problemas más serios a la dictadura.

Las comunicaciones hay que mejorarlas día a día, estableciendo el mayor numero posible de plantas. Sobre esto le hablé a José Antonio cuando vino aquí.

Otra cosa: la gente debe tratar por todos los medios no solo de ocasionar bajas, sino de ocupar armas al enemigo. Yo pensaba que las tres columnas a esta fecha habrían podido apoderarse de más armas. Me parece que le han metido mucho miedo a las microondas y va a ser difícil cazarlas después de las demostraciones de fuerza que se han hecho. Se van a acuartelar demasiado pronto y nos hubiera convenido una etapa de pesquería por las carreteras antes de que eso ocurriera. Ahora bien, cuando se acuartelen y salgan cada ve menos, hay que iniciar entonces la destrucción sistemática de carreteras y caminos; luego pondremos una línea maginot entre pueblo y pueblo; luego no dejaremos entrar ni agua ni comida, y verás como vamos a cogerlos mansitos a todos.

Pero es de suma importancia que estos planes se mantengan en secreto absoluto, así pues que te lo encarezco mucho. La experiencia nos enseña que hasta los comandantes son poco discretos. No hago alusión a tu persona, pues sé que eres un viejo zorro con estas cuestiones, pero te lo recuerdo para tu gobierno. Sobre todo, hay que guardar el secreto sobre la estrategia posterior al 3 de noviembre, que no debe nunca sospechar el enemigo a fin de que no pueda prepararse para contrarrestarla. Yo iré moviéndome y situando fuerzas y en el momento oportuno daré la orden. Considero que todavía es cuestión de meses. A muy pocos le revelaré las intenciones, cada cual irá recibiendo sus instrucciones por parte.

Mándame el mayor número de informes sobre tus comunicaciones y terrenos de tu zona. Debes asignar ese trabajo a alguna persona capacitada para que se ocupe de ello. Consíguete mapas y elabora cuanto plano consideres necesario para una buena información, mandándome copia.

No tengo por el momento ninguna otra cuestión importante que comunicarte.

Espero impaciente noticias del Che y Camilo. Tengo la impresión de que ha sido duro el avance para ellos, pero que han salido bien.

Te felicito por el golpe formidable del teniente coronel. Recibí las estrellitas y el carnet. Cuando esté bien, mándalo para acá.

Escríbeme entonces con noticias de aquello en todos los órdenes: económico, militar, orden público, etc.

Recibe un fuerte abrazo.

Fidel

08/10/1958