Carta y Mensaje

Sobre las nuevas agresiones económicas del gobierno norteamericano y la respuesta cubana (2004)

Queridos compatriotas:

El pasado 10 de mayo, un cable de la BBC daba cuenta de una multa aplicada por la Reserva Federal de Estados Unidos a un banco suizo, aduciendo la supuesta violación de las sanciones estadounidenses contra Libia, Irán, Yugoslavia y Cuba. Al banco suizo se le acusaba de aceptar billetes de dólares de Estados Unidos o enviarlos a países que estuvieran bajo el régimen de sanción del gobierno de Estados Unidos.

Unos días después, la agencia NOTIMEX informaba sobre declaraciones del bandido Otto Reich, en las cuales refiriéndose a las recientes medidas adoptadas por el gobierno de Estados Unidos, indicaba que algunas ya estaban siendo implementadas y otras en proceso. Concretamente dijo, en tono amenazante:

"Muchas de ellas requieren de establecimiento de reglamentos y de ciertos aspectos burocráticos, y en eso están los abogados y otros funcionarios del gobierno y están en camino de ser implementadas muchas otras más".

En esa misma fecha, en El Nuevo Herald de Miami apareció un artículo cargado de infamias y groseras mentiras, bajo el título de "Cuba lavó $3.900 millones en banco suizo", en el cual, además de tergiversar todo lo relativo a las operaciones comerciales normales que Cuba realiza con el exterior, incitaba a las autoridades norteamericanas para que tomaran nuevas acciones en contra de nuestro país. En su parte final decía ese artículo:

"Sabemos que la Reserva Federal tiene autonomía, y evidentemente no tiene interés en hacer cumplir la Ley Helms Burton, pero OFAC [siglas en inglés de la Oficina para el Control de Activos Extranjeros] es parte del poder ejecutivo y sí se le puede exigir que explique mejor la parte cubana del affair UBS [Unión de Bancos Suizos], que fue elegantemente barrida bajo la alfombra por el Comité de Banca del Senado. Tal vez los congresistas cubanoamericanos puedan convocar audiencias en los comités correspondientes de la Cámara de Representantes para que se aclare este colosal escándalo."

El gobierno cubano, fiel a su costumbre de mantener a nuestro pueblo debidamente informado, publicó el día 8 de junio una Nota Informativa en el periódico Granma, donde explicaba en detalle el origen de nuestras operaciones con los bancos extranjeros destinadas a depositar en cuentas bancarias los dólares en efectivo que se reciben en el país, con el fin de saldar obligaciones derivadas de nuestro comercio exterior.

Decía esta Nota Informativa, entre otras cosas:

"...hemos visto cómo en los últimos días la ultraderecha de la administración Bush está dando claramente pasos dirigidos a bloquear los ingresos a nuestro país por turismo y otros servicios y a reducir a cero la posibilidad de que los cubanos residentes en Estados Unidos puedan enviar remesas a sus familiares en Cuba, utilizando el método más perverso, artero e hipócrita que se podría imaginar: simplemente impidiendo que Cuba pueda depositar en bancos extranjeros los dólares que obtiene por concepto de las ventas en las tiendas en divisas, por actividades relacionadas con el turismo y otros servicios comerciales. De esta manera, Cuba no podría usar esos dólares para adquirir medicinas ni alimentos ni para importar los suministros necesarios para las propias tiendas donde adquieren los productos aquellos que reciben las remesas de familiares residentes en Estados Unidos.

"Con ese taimado propósito, el Gobierno de Estados Unidos presiona a bancos extranjeros para que no reciban de Cuba fondos cuyo origen es absolutamente legal y honesto. Además promueve la publicación, en la prensa de la mafia terrorista de Miami, de la repugnante infamia de que tales fondos podrían incluso estar relacionados con actividades que son enérgicamente combatidas por nuestro país, como el lavado de dinero y el tráfico de drogas."

Prosigue la nota publicada en Granma:

"Estas acciones resultan más indignantes si se tiene en cuenta que la única razón por la cual los turistas que visitan Cuba tienen que utilizar efectivo, es que el bloqueo yanqui les impide usar tarjetas de crédito o cheques de viajeros emitidos por bancos u otras entidades financieras norteamericanas que controlan ese mercado. Además, solamente se le ha otorgado licencia a una empresa norteamericana para tramitar envíos de remesas a Cuba por vía bancaria, de tal suerte que actualmente los cubanos residentes en el exterior son sometidos a un verdadero vía crucis para hacer llegar la ayuda económica a sus familiares, que al final se ven obligados, en la mayoría de los casos, a enviarla en efectivo. La misma persecución y amenaza que constantemente se mantiene contra quienes envían dinero a sus familiares en Cuba desde Estados Unidos, contribuye a que estos prefieran muchas veces hacerlo en efectivo, para no dejar rastros documentarios que los sometan a la persecución de las autoridades norteamericanas y a las acciones violentas de terroristas residentes en Miami.

"No puede concebirse una fórmula más cínica y perversa ―continuaba la nota de Granma―: Estados Unidos con su criminal bloqueo obliga a que los envíos de remesas y los pagos de visitantes extranjeros en Cuba tengan que hacerse en efectivo, y ahora, con groseras presiones, trata de impedir que Cuba pueda utilizar ese efectivo para pagar por sus importaciones."

Y terminaba afirmando:

"Todas sus trampas están condenadas al fracaso. Con la firmeza y serenidad de siempre, nuestro pueblo heroico luchará y vencerá frente a un enemigo poderoso pero ruin y cobarde, verdaderamente despreciable por su política genocida y sus métodos nazi-fascistas."

Sobre estas consideraciones podríamos agregar que en el período de siete años a que se hace alusión Cuba ha ejecutado importaciones por más de $30.854 millones de dólares, de manera que los $3.900 millones que según se dice fueron remitidos al banco suizo en cuestión y transferidos a otros beneficiarios, son aproximadamente el 13 por ciento del total de pagos realizados por Cuba en ese período para enfrentar el costo de sus importaciones, de las cuales una parte sustancial la constituyen sus necesidades de alimentos, combustibles, medicamentos o materias primas para su producción, otros productos intermedios para nuestras industrias, artículos que se venden en la red de tiendas en divisas, etcétera.

Al día siguiente, un artículo adicional de El Nuevo Herald insistía en el tema y, con la mayor perfidia, sugería que los fondos depositados en el banco suizo mencionado eran acreditados a "personas o entidades desconocidas en bancos no revelados", cuando en todos los casos tales fondos se utilizaron para transacciones comerciales normales con empresas comerciales e industriales internacionalmente reconocidas. Y de manera histérica demandaba el diario:

"Esos son los nombres que se deben saber. Los congresistas de la Florida Ileana Ros-Lehtinen y Lincoln Díaz-Balart deben presionar para que se sepa a dónde fue a parar ese dinero y de dónde venía."

En una clara campaña para atraer la atención internacional sobre este tema, el día 10 de junio El Nuevo Herald informaba otra vez que la mafia de Miami, a través de sus más connotados voceros, los congresistas Ileana Ros-Lehtinen y Lincoln Díaz-Balart, estaba solicitando al gobierno federal de los Estados Unidos una investigación sobre el origen y el destino de los mencionados fondos. Decía El Nuevo Herald en este artículo:

"Estados Unidos debe investigar el origen y el destino de unos $3.900 millones que el gobierno de Cuba ‘lavó’ a través de un programa internacional de la Reserva Federal, declararon ayer los congresistas de la Florida Ros-Lehtinen y Lincoln Díaz-Balart en cartas enviadas a la Reserva Federal y a la Comisión de Finanzas de la Cámara."

"‘Estamos profundamente desconcertados con que una violación tan grave de la ley federal por parte de la UBS [Unión de Bancos Suizos] pueda haber ocurrido’, escribieron los congresistas al presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan. ‘Esperamos que las investigaciones puedan responder a muchas preguntas que tenemos sobre el tema.’"

En un comunicado de prensa del día 22 de junio, Ileana Ros-Lehtinen, "La loba feroz", con su acostumbrada histeria, decía:

"Estoy conmocionada con que un banco al que se le ha encomendado la responsabilidad crucial de distribuir la nueva moneda estadounidense, violase las regulaciones de este país con respecto a un estado identificado como terrorista."

Y con la mayor impertinencia demandaba:

"Espero el resultado de las investigaciones … si el UBS (Unión de Bancos Suizos) es hallado culpable de violar las restricciones de Estados Unidos sobre las transacciones que implican a regímenes terroristas tales como el de Cuba, es de vital importancia que los responsables sean multados de manera apropiada."

Continuando con su campaña, el día 30 de junio Ileana Ros le escribía una carta al presidente del Comité de Relaciones Internacionales de la Cámara de Representantes, demandando una investigación sobre el tema.

Evidentemente, detrás de estas campañas y groseras presiones se veía con claridad el objetivo de atemorizar a todos los bancos que pudieran tener relaciones financieras con Cuba, a fin de impedir que recibieran los billetes de dólares que nuestro país debe remesar regularmente hacia el exterior por los motivos ya explicados.

Ya a esta altura se comenzó a percibir con claridad que muchos bancos estaban siendo presionados por las autoridades norteamericanas para tratar de bloquear estos envíos y crear una situación extraordinariamente crítica a nuestro país.

En estas circunstancias, se comenzaron a analizar todas las variables posibles a fin de evitar que una nueva acción criminal del gobierno de Estados Unidos pudiera crear serios perjuicios económicos a nuestro país, al impedir el empleo con fines comerciales de los dólares en efectivo que se reciben en Cuba.

En tanto Cuba analizaba de manera serena y reflexiva todas las alternativas, llovían las mentiras e infamias sobre este tema.

El día 3 de junio, El Nuevo Herald arremetía contra el Banco Interamericano de Desarrollo y la CEPAL (Comisión Económica para América Latina), acusándolos de inflar sus estimados de remesas familiares de Estados Unidos a Cuba, con lo cual, según ellos, se tendía a justificar la procedencia legal de los $3.900 millones.

Al respecto decían:

"Todo este tinglado es el que encubren el BID [Banco Interamericano de Desarrollo] y la CEPAL con las cifras infladas de remesas que le atribuyen a la comunidad cubanoamericana. Hay que aclararlo. Además, el escándalo del lavado de dinero refleja que Cuba es refugio confidencial para dinero de terroristas y malversadores. Hay que revelarlo."

Con el burdo sensacionalismo característico de la canalla de Miami, bajo el título de "Buscan en Estados Unidos vínculos con fondos de Cuba", el 23 de julio en El Nuevo Herald se publicaba un artículo que entre otras cosas informaba:

"Estados Unidos ha comenzado una investigación judicial para determinar posibles vínculos de ‘entidades y personas norteamericanas’ con los $3.900 millones que Cuba filtró en el sistema bancario internacional utilizando un programa de la Reserva Federal.

"La operación se hizo a través de la Unión de Bancos Suizos (UBS).

"‘Existe en este momento una investigación abierta por la fiscalía del Distrito Sureste de Nueva York’, aseguró Juan Zárate, subsecretario del Tesoro de Estados Unidos a cargo de la lucha contra el financiamiento al terrorismo, durante una visita realizada ayer a El Nuevo Herald."

Aparentemente, eran tantas y tan groseras las mentiras que diariamente se publicaban en Miami sobre este asunto, que a pesar de la proverbial discreción de los bancos suizos, la institución bancaria vinculada con este caso se sintió en la obligación de negar públicamente cualquier acusación de blanqueo de dinero y un despacho de la agencia France Presse publicado en Zurich el 25 de julio informaba lo siguiente:

"La Union des Banques Suisses (Unión de Bancos Suizos, UBS), el mayor banco suizo, desmintió ayer haber blanqueado dinero para Cuba, como lo acusaron tres miembros de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, que exigen una investigación.

"Un portavoz de UBS en Zurich indicó que no tenía conocimiento de nuevas investigaciones sobre el banco y negó toda acusación de blanqueo."

[…]

"De acuerdo con el portavoz de UBS, la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) y la Comisión Federal Suiza de Bancos (CFB) ya examinaron este caso."

Tales declaraciones no impidieron que los mafiosos de Miami y sus órganos de prensa continuaran con su pérfida campaña, y el 16 de septiembre Ileana Ros-Lehtinen hacía nuevas declaraciones:

"‘Esto pica y se extiende’, comentó a El Nuevo Herald la congresista. ‘Hay por lo menos tres personas que tuvieron que ver con esta manipulación de fondos y se está mirando a otros bancos’, agregó."

Véase la clara amenaza cuando dice "se está mirando a otros bancos".

En esta fecha solicité al Banco Central de Cuba acelerar los trabajos sobre este tema, e indiqué ―señala el Comandante― que se concentrara el análisis en la posibilidad de utilizar el peso convertible en sustitución del dólar, de manera tal que el país no fuese vulnerable ante las nuevas presiones de la mafia de Miami y del gobierno de Estados Unidos.

Tal vez ustedes recuerden que el día 28 de septiembre, en la segunda Mesa Redonda sobre los temas de la electricidad, durante mi intervención alerté a la opinión pública sobre estos problemas sin dar muchos detalles. Al respecto dije textualmente:

"Tenemos un enemigo que por más de 45 años ha estado tratando de destruirnos por todas las vías posibles, que hasta el dinero que pague un turista no pueda circular por el mundo, porque como ellos son los dueños de la principal moneda, y dueños del mundo, prohíben que se use el dólar en cualquier transacción de Cuba."

Y en cuanto a las medidas en las cuales trabajábamos, en la Mesa Redonda del día 29 también sobre la cuestión de la electricidad, anticipaba:

"Hacen todos los esfuerzos, y también nosotros estamos pensando cómo nos vamos a defender, porque no vamos a estar indefensos. No les vamos a decir nada, que hagan lo que quieran, que fastidien, que traten de reventar, pero no se quedará sin respuesta cualquier medida de esas que trate de bloquear y luego acusen al país de lavar dinero, como si fuera dinero ganado en el juego, en el contrabando, lavado de dinero; es dinero nuestro ganado con el sudor de nuestra frente y honradamente. Entonces toman medidas para que no circule ese dólar, pero ya veremos, seguro que encontraremos respuesta para tales medidas, y fracasarán, como han fracasado siempre."

En fecha tan reciente como el 9 de octubre, exactamente 11 días antes de mi caída accidental, se tuvo conocimiento de un discurso pronunciado por Daniel W. Fisk, subsecretario para asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de Estados Unidos, ante la Asociación de Veteranos Cubanoamericanos, en el cual, con un cinismo sin límites, se ufanaba del supuesto éxito de las criminales medidas tomadas por el gobierno de Bush contra nuestro pueblo. Entre otras cosas decía:

"Más aún, otro pilar en nuestra estrategia es identificar el flujo de ingresos, ignorado durante tanto tiempo, para el régimen de Castro, y luego obrar para que disminuya. Por ejemplo, el turismo, que ha sustituido a las exportaciones de azúcar como principal fuente de divisas.

[…]

"Como muchos de ustedes conocen, para continuar reduciendo el flujo de recursos que permiten a Castro mantener reprimido al pueblo cubano, hemos fortalecido nuestra política sobre las remesas, los paquetes de donaciones y los viajes familiares a la isla. Estas entradas habrían generado un estimado de $1.500 millones anuales en fondos y bienes enviados a Cuba por los que viven fuera de la isla.

[…]

"…hemos privado al gobierno de Castro de más de $100 millones de dólares en moneda dura. Estos son 100 millones menos que tiene Castro para reprimir a su pueblo y mantener su puño en el poder.

"Además, cuando se proyectan estas cifras a un año natural completo, estimamos una pérdida anual neta para el régimen de $375 millones, y sólo de reducir los viajes.

"Cuando se computa la disminución de todos los flujos de ingresos, estimamos que le hemos negado al régimen al menos 500 millones de dólares que Castro hubiera empleado en apoyar su aparato de seguridad e inteligencia."

Entre tanta arrogancia imperial y tanta fanfarronería, había un párrafo en específico que requería una cuidadosa consideración.

Decía el señor Fisk:

"Hemos establecido un Grupo de Persecución de Activos Cubanos integrado por funcionarios responsables del cumplimiento de las leyes de varias agencias para investigar nuevas vías para los movimientos de divisas hacia y desde Cuba y detenerlos."

La relación entre la sucia campaña de la mafia de Miami sobre el tema del supuesto lavado de dinero y esta nueva y criminal acción del gobierno de Estados Unidos, al crear un grupo que persiga los flujos de divisas hacia y desde Cuba, no podía ser más clara; de manera que las acciones para proteger los intereses de nuestro país ante esta nueva agresión debían ser tomadas sin más dilación. De inmediato orienté al Banco Central de Cuba preparar un cronograma para poner en vigor la circulación del peso convertible en sustitución del dólar en la fecha más temprana posible.

Ese cronograma se ha ido ejecutando y en estos momentos ya estamos en posición de anunciar oficialmente que, a partir del día 8 de noviembre, el peso convertible comenzará a circular en sustitución del dólar de Estados Unidos en todo el territorio nacional.

Lo primero que debemos aclarar es que esto no significa que se penalice la tenencia de dólares u otra moneda libremente convertible. La población puede tener en su poder cualquier cantidad de dólares sin que esto constituya una violación de la ley. De lo que se trata es de que, a partir de la fecha mencionada, 8 de noviembre, el dólar no será aceptado en nuestros comercios en divisas, los cuales solamente recibirán pesos cubanos convertibles.

Quien tenga cualquier moneda libremente convertible, sea un cubano o un visitante extranjero, desde el 8 de noviembre, para hacer sus compras en el territorio nacional en la red de establecimientos que operan en divisas, deberá primero adquirir pesos convertibles en las Casas de Cambio (CADECAS), en las sucursales bancarias, e incluso en un número importante de las propias tiendas que venden en divisas, que también brindarán este servicio. Como cuestión adicional se ha decidido que a partir de la fecha indicada, 8 de noviembre, todo el que desee adquirir pesos convertibles con dólares en efectivo deberá pagar un gravamen del 10 por ciento. Este gravamen servirá como compensación a los riesgos y costos que origina la manipulación de dólares de Estados Unidos a la economía cubana, como consecuencia de las mencionadas medidas del gobierno de Estados Unidos, que tratan de impedir a nuestro país utilizar los dólares en efectivo para fines comerciales normales.

Es muy importante reiterar, para que no haya confusión alguna, que este gravamen comienza a partir del 8 de noviembre, de manera que todo el que tenga dólares dispone de dos semanas para ejercer su derecho de cambiarlos por pesos convertibles a la tasa de uno por uno y sin gravamen alguno; o, si lo desea, también puede comprar mercancías en dólares antes de esa fecha como se hace en estos momentos. Si tiene cuenta en dólares en el banco, puede depositarlos y extraerlos posteriormente en pesos convertibles a la tasa de uno por uno, o en dólares en el momento que quiera, también sin ningún tipo de gravamen; o si no tiene cuenta, puede abrirla y depositar sus dólares en el banco y extraerlos en el futuro, en pesos convertibles a la tasa de uno por uno, o en dólares, en el momento que quiera, sin ningún tipo de gravamen.

El que usualmente recibe fondos del exterior, dispone desde hoy de dos semanas para coordinar, si así lo desea, con sus familiares, a fin de que en el futuro no le envíen sus remesas en efectivo en dólares, sino en otras monedas tales como euros, dólares canadienses, libras esterlinas o francos suizos, a las cuales no se les aplicará el gravamen del 10 por ciento.

Esto quiere decir que se han buscado fórmulas para que nadie sea perjudicado por esta medida, ya que se ofrece tiempo suficiente para realizar los arreglos convenientes con los dólares en efectivo de que se disponga, a fin de no tener que pagar el gravamen establecido.

Reitero que esta no es una acción que tiene un fin de recaudar divisas mediante un gravamen, sino que es una respuesta a una amenaza real por una criminal medida del gobierno de Estados Unidos y una desvergonzada campaña para atemorizar a los bancos extranjeros.

Quiero también enfatizar que todas las cuentas bancarias en dólares, en pesos convertibles o en cualquier otra moneda están totalmente garantizadas y, como ya señalé, no se les aplicará ningún gravamen a los fondos depositados en los bancos, con independencia de la fecha en que los clientes deseen extraerlos, sin límites de ningún tipo.

Tal vez, para una más fácil comprensión del tema, Randy podría leer la resolución del Banco Central mediante la cual se pone en vigor esta medida, y a partir de ahí se podrían hacer algunos comentarios aclaratorios.

Como ya expliqué, lo primero que establece la resolución es que la población puede mantener en su poder, sin restricciones de ningún tipo, al igual que hasta el momento, dólares de Estados Unidos o cualquier otra moneda convertible en cualquier cantidad. Entre el día de mañana y el día 7 de noviembre, todo se mantiene como hasta el presente y se continuarán aceptando dólares en las tiendas; al que quiera cambiar sus dólares por pesos convertibles no se le aplicará el gravamen del 10 por ciento, y se hará sobre la base de uno por uno; se pueden abrir nuevas cuentas en dólares sin restricción de ningún tipo o realizar nuevos depósitos en las cuentas existentes, y esos fondos se pueden extraer en el futuro en el momento que se desee, en pesos convertibles a la tasa de uno por uno o en dólares a elección del cliente, sin estar sujeto a ningún tipo de gravamen.

Ya a partir del 8 de noviembre entra en vigor la obligación de pagar en pesos convertibles en todos los establecimientos que operan en divisas, y para cualquier operación de adquisición de pesos convertibles con dólares en efectivo se aplicará el gravamen del 10 por ciento. Recuerden que esto no es un cambio en la tasa entre el dólar y el peso convertible, que sigue siendo de uno a uno, sino que es simplemente un gravamen a la compra de pesos convertibles con dólares en efectivo. Si usted tiene un peso convertible, puede comprar un dólar; pero si usted tiene un dólar y quiere comprar un peso convertible, debe pagar el gravamen del 10 por ciento, de manera que por su dólar sólo recibirá 90 centavos de peso convertible.

Recuerdo de nuevo que para las demás monedas que se aceptan en el país ―euros, francos suizos, libras esterlinas y dólares canadienses― no existe ningún tipo de gravamen. El gravamen del 10 por ciento se aplica exclusivamente al dólar en efectivo en virtud de la situación creada por las nuevas medidas del gobierno de Estados Unidos para asfixiar al país.

Con el fin de facilitar los cambios de moneda, estos se harán a partir del día 28 en las Casas de Cambio (CADECAS), sucursales bancarias, hoteles y tiendas, con las precisiones que ya Randy leyó en la resolución.

La resolución también establece que a las transacciones que se hagan con tarjetas de crédito o débito no se les aplica ningún gravamen, con independencia de la moneda en que sean, incluyendo el dólar. La explicación es que, cuando la transacción es con una tarjeta de débito o crédito, no está involucrado el movimiento de efectivo, de manera que no existen los costos y riesgos asociados con la manipulación de billetes de dólares en efectivo.

Hay algunas medidas que se han tomado en el sistema bancario para facilitar los cambios de moneda. Por ejemplo, los bancos abrirán el sábado 6 y el domingo 7 de noviembre, y del 28 de octubre al 5 de noviembre, a partir de las 12 del día, estarán totalmente volcados a las operaciones de cambio de moneda y no se realizará en ese horario ninguna otra operación, para darle mayores facilidades a la población y que nadie que lo desee deje de cambiar sus dólares por pesos convertibles antes del día 8, de manera que no tenga que pagar el gravamen del 10 por ciento.

Por supuesto, debemos aclarar en el mismo orden de razonamiento que a quien desee comprar pesos cubanos en CADECAS con dólares de Estados Unidos también se le aplicará el gravamen del 10 por ciento, ya que estaríamos recibiendo dólares en efectivo.

Quiero aclarar también que esta medida no impedirá ni obstaculizará en modo alguno las garantías otorgadas por instituciones financieras cubanas a entidades extranjeras, ni la disponibilidad de fondos en moneda libremente convertible para honrar sus obligaciones. Esto tiene solamente un alcance interno y estamos solamente ordenando lo relativo a la circulación monetaria dentro del territorio nacional y protegiéndonos de una agresión económica externa.

25/10/2004