Carta y Mensaje

Tomás López Jiménez a Fidel (2006)

Querido Comandante en Jefe:

Al escuchar las menciones que usted hizo a las primeras investigaciones de la Universidad para el desarrollo de la Computación en Cuba en el acto central por el aniversario 15 del Palacio Central de Computación y la inauguración de 300 nuevos Joven Club de Computación y Electrónica, me pareció que pudiera ser de alguna utilidad enviarle algunos datos y referencias de esa etapa, que se han ido precisando como parte de una investigación que estamos realizando en la Universidad de las Ciencias Informáticas sobre la historia de la Computación en el país, en lo que usted ha tenido la idea y la visión clara de lo que debemos hacer.

Recientemente el Dr. Erwin Roy John, director del Laboratorio de Investigaciones del Cerebro de la Universidad de Nueva York, que colaboraba con la Universidad de La Habana y el Centro Nacional de Investigaciones Científicas en materia de formación de posgrado e investigaciones del cerebro, nos confirmó que recuerda perfectamente que en el segundo semestre de 1968 tuvo la oportunidad de conversar casi toda la noche con usted, con Chomi y otros compañeros, ocasión en la que recomendó organizar y realizar investigaciones en Electrónica en interés de las investigaciones y servicios médicos. Plantea que mencionó la Computación, pero que él pensaba que eso sería más a largo plazo, por lo que recomendó hacer fuentes de alimentación y pequeños equipos como medidores de pH y así por el estilo. También nos comunicó que para su gran sorpresa, al visitarnos unos 18 meses después, se le mostró la primera computadora cubana en pleno funcionamiento. Efectivamente, usted vio mucho más allá, desarrollando la idea y poniéndonos la meta clara de lograr la primera computadora cubana.

El grupo de investigación, origen del actual Instituto Central de Investigaciones Digitales, se organizó en abril de 1969, unos pocos meses después de usted fijar la nueva idea, el nuevo sueño. La CID-201, así se nombró la primera computadora cubana, una minicomputadora de tercera generación, funcionó el 18 de abril de 1970, escasamente un año después de organizado el grupo de investigación de la Universidad de La Habana, como parte de la entonces Escuela de Ingeniería Eléctrica de la Facultad de Tecnología (CUJAE), al que se integraron también estudiantes y profesores de las escuelas de Matemáticas, Arquitectura, Mecánica, Industrial y el Instituto de Economía. Exactamente como usted dijo, no eran muchos los países en el mundo que podían mostrar una capacidad de desarrollar una computadora, la que fue base de ciertas producciones en los años subsiguientes. Esta, nuestra primera minicomputadora de diseño propio, pues no teníamos acceso a la información y a tecnología por el bloqueo y falta de recursos, se encontraba escasamente a unos 18-24 meses de su análoga más avanzada del mundo, la norteamericana nombrada PDP-8L/I y solo a unos 4,5-5 años de haber aparecido en EE.UU. por primera vez públicamente el concepto de minicomputadora.

Continuando con los datos precisados en la Universidad de las Ciencias Informáticas, con el concurso de diversas fuentes, la tarea de la primera computadora cubana, que funcionó por primera vez justamente a los nueve años de la gloriosa victoria de Playa Girón, el 18 de abril de 1970, usted había orientado que se desarrollara con la idea de utilizarse en la Industria Azucarera para la aplicación en el transporte de caña, ayudando en la organización y control del ferrocarril cañero. Sobre esto usted, el 4 de noviembre de 1969, cuando despedía a los soldados y oficiales que participarían en la zafra de 1970, entre otras cosas les planteó: “Y muchas de las tareas son complejas: las tareas de dirigir todo el tráfico en un central azucarero, el itinerario de los trenes, el programa. De tal manera que nosotros estamos ahora analizando, incluso tratando de producir una primera computadora que diariamente en cada central azucarero señale cuál debe ser el itinerario óptimo de los trenes”.

Efectivamente, alrededor de febrero de 1971 se aplicó una minicomputadora cubana CID-201A en el central Camilo Cienfuegos, exactamente en la tarea que usted les dijo a nuestros militares. Un poco después, en esa misma zafra, se llevó una segunda computadora al central Ecuador.

Ello solo entre 16 y 18 meses después de usted haber anunciado ese objetivo. Todo el software básico y de aplicación de esas computadoras en ese momento era autóctono cubano, fruto de la idea de haber creado ese grupo, ese centro, dentro de una Universidad, un poco menos de dos años antes. Es realmente, como usted dijo Comandante, una verdadera lástima que unos años después esa línea se descuidara y se perdieran varios años, aunque luego su participación cortara ese curso y nos encaminara nuevamente a recuperar esta perspectiva que hoy es una realidad que conmemoramos en esta fecha, con la fortaleza y logros de los Joven Club de Computación y Electrónica y demás programas de la Batalla de Ideas en este campo, dentro de los que la Universidad de las Ciencias Informáticas es uno de mucha importancia.

Los Joven Club de Computación y Electrónica, la Universidad de las Ciencias Informáticas, los Institutos Politécnicos de Informática, la introducción de la computación en todos los niveles de la enseñanza, la Televisión Educativa, todos estos programas de la Batalla de Ideas, que hoy soportan el desarrollo más avanzado del capital humano, me hacen recordar que estas ideas usted las ha tenido claras desde hace mucho tiempo, por eso somos una potencia médica, una potencia en Educación y lo seremos en Informática, en su educación y aplicación en interés social, como la más efectiva perspectiva para ese mundo mejor que haremos posible.

Recuerdo con claridad aquella tarde que no puedo precisar si fue de 1971 o 1972, en que usted llegó al actual Instituto Central de Investigaciones Digitales, donde producíamos las computadoras y una parte importante del software cubano de aquellos tiempos, venía de una visita a la Computadora grande francesa de la JUCEPLAN (actual Ministerio de Economía y Planificación), que de alguna forma usted mencionó en este acto, y según recuerdo, nos dijo más o menos así: “Compañeros, he venido aquí después de ver aquella computadora, adonde casi no se puede entrar, donde el pueblo no tiene acceso, para solicitarles que hagan muchas computadoras para que el pueblo, los estudiantes puedan tener acceso a ellas, estudiarlas, aprender la Computación. Somos un país sin recursos naturales, pero tenemos un recurso muy importante, la inteligencia del cubano, que tenemos que desarrollarla, la Computación logra eso y estoy convencido de que los cubanos tenemos una inteligencia especial para dominar la Computación”. Por eso es que vivo convencido de que estas ideas usted las ha tenido muy claras desde hace mucho tiempo y se han potenciado hoy, en los últimos años, con extraordinario impulso desde 1987. Sin dudas que esto es y será un extraordinario aporte a la humanidad, a hacer realidad ese mundo mejor que es posible.

Querido Comandante: la Unión Internacional de Telecomunicaciones, la que ha organizado las dos cumbres mundiales de la Sociedad de la Información, ha convocado a un Foro de Juventudes en la Exposición Mundial TELECOM 2006, que se realizará en China en diciembre.

Premiará a una muchacha y un muchacho de cada país miembro para que participen en dicho foro y los escogerá de entre dos parejas de candidatos de acuerdo con la respuesta que den a la siguiente pregunta: “Si usted fuera uno de los grandes, ¿qué programa de tecnologías de la información y de la comunicación utilizaría para mejorar la vida de la gente de su país y del mundo? En otras palabras, ¿cuál sería su visión digital?”. Nosotros decimos que esa respuesta la ha dado usted, el revolucionario más grande de todos los tiempos, cuando en este acto dijo:

“Para que el mundo sea mejor, tiene que ser diferente y eso está relacionado con los avances de la ciencia y la técnica, del conocimiento y la inteligencia, siempre puestos en función de la igualdad, la justicia, la paz, el bienestar de las personas y la supervivencia de la vida en el planeta”, para lo que es imprescindible la enseñanza y dominio de la Computación, la Informática, las tecnologías de la información y las comunicaciones, que horizontalmente comunican a todos y les permiten colaborar para el mejoramiento humano en todos los campos.

Con toda la confianza en el futuro,

Tomás López Jiménez

Profesor de la UCI e Investigador Titular
Integrante del equipo de la UCI que investiga la historia del desarrollo de la Informática en Cuba.

09/03/2006