Discursos e Intervenciones

DISCURSO PRONUNCIADO POR EL COMANDANTE EN JEFE FIDEL CASTRO RUZ EN EL ACTO CLAUSURA DEL IV CONGRESO DE LA UJC, EFECTUADO EN EL TEATRO "KARL MARX", EL 4 DE ABRIL DE 1982

Fecha: 

04/04/1982

DISCURSO PRONUNCIADO POR FIDEL CASTRO RUZ, PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE CUBA, EN EL ACTO CLAUSURA DEL IV CONGRESO DE LA UJC, EFECTUADO EN EL TEATRO "KARL MARX", EL 4 DE ABRIL DE 1982, "AÑO 24 DE LA REVOLUCION".


Distinguidas delegaciones invitadas;

Compañeras delegadas y compañeros delegados al IV Congreso;

Compañeras y compañeros cubanos:


Como todos sabemos, coincidiendo con la clausura del IV Congreso se conmemora hoy el XX aniversario de la fundación de la Unión de Jóvenes Comunistas.

Mientras elaboraba algunas ideas y revisaba algunas notas para esta clausura, se me ocurrió revisar qué habíamos dicho hace 20 años, el 4 de abril de 1962 (APLAUSOS), y realmente no pude resistir la tentación de traer algunas palabras, algunas ideas, y recordarlas aquí hoy, tanto por el contraste que marca entre aquellas circunstancias y estas, como por el hecho de que muchas de ellas tienen todavía plena vigencia.

Decíamos nosotros entonces, hace 20 años:

"¿Por qué hacemos revolución? ¿Hacemos revolución para nosotros? ¡No!, hacemos revolución para ustedes. ¿Hacemos revolución por nosotros? ¡No!, hacemos revolución por ustedes. ¿Podemos hacer la Revolución con nosotros? ¡No!, podemos hacer la Revolución con ustedes".

Y más adelante:

"... A nosotros nos han correspondido tal vez los momentos más duros, los más difíciles; nos ha tocado el momento de la Revolución en que las ideas tienen que abrirse paso por entre el bosque de los prejuicios, de los hábitos, de las costumbres y de las ideas de la sociedad vieja.

"A nosotros nos ha correspondido lidiar con toda la herencia que nos dejó el pasado. Pero, en cambio, confesamos que nosotros sentimos una emoción profunda; sentimos una compensación muy grande cuando empezamos a ver en ustedes los frutos de la Revolución que estamos haciendo, cuando empezamos a ver en esta muchedumbre de jóvenes al pueblo de mañana, cuando empezamos a ver en ustedes la imagen del porvenir, cuando empezamos a ver en ustedes la justeza de la obra de la Revolución".

"... nosotros creemos en los jóvenes... creer en los jóvenes significa una actitud, creer en los jóvenes significa un pensamiento".

"¡Bien vale la pena toda la sangre que se ha derramado y todos los sacrificios que se han hecho, para poder decir esto: que nuestra sociedad será una sociedad sin explotadores ni explotados, sin privilegiados ni discriminados!"

"Cada ciudadano se acostumbraría a mirar a su semejante no como su enemigo, sino como su hermano, no al hombre fiera contra el cual tenga que defenderse, sino al hombre verdaderamente humano en el cual tiene a un hermano, en el cual tiene a quien le ayude; no verá en su semejante al superior o al inferior, verá en su semejante a su igual; y no verá privilegios, sino méritos, ya que el mérito ha de ser lo que distinga a un ciudadano de otro, ya que el mérito ha de ser la única regla que se le pueda aplicar a un ciudadano".

"Para pertenecer a la Organización hay que dar pruebas fehacientes e indudables de que se trata en todo caso de un joven verdaderamente modelo, de un joven verdaderamente digno de llamarse joven comunista".

"...ser joven comunista no significará privilegio de ninguna clase, sino todo lo contrario: ser joven comunista significará sacrificio, significará renunciamiento, significará abnegación...".

"Nadie está obligado a pertenecer a la Unión de Jóvenes Comunistas: es una asociación absolutamente libre, de jóvenes revolucionarios...".

"... hay que tener temple para ser un joven comunista... abnegación... vocación... Si se es estudiante, hay que ser inexorablemente buen estudiante; si se es trabajador de una fábrica, hay que ser obrero modelo en esa fábrica; hay que ser ejemplo de buen compañero...ser ejemplo de sacrificio, ...ser ejemplo de voluntad; han de ser los primeros en todo, en el trabajo, en el estudio, en los deportes, en la vida de relación con los demás compañeros".

"... El joven comunista ha de ser, antes que nada, un compañero modesto, porque la modestia es una de las primeras virtudes del revolucionario".

"El joven comunista, además, tiene que estar dispuesto a dar su vida por la Revolución y por la Patria sin vacilación. ...así, el carácter y el concepto del joven comunista tienen que ir formados de todos esos atributos, de todas esas cualidades, de todas esas virtudes, de manera que ser joven comunista constituya el más alto, el más señalado y el más preciado galardón de todo joven".

"Es importante que nuestros jóvenes tengan presente que su obra, su ejemplo, no solo será útil a la Patria, sino que será útil también a todos los pueblos de América Latina... Por eso es tan importante la misión que tienen ustedes, la misión de ser no solo abanderados del futuro, de la sociedad más perfecta, de la sociedad comunista; no solo de ser los abanderados de las ideas del porvenir, sino ser también el ejemplo..., ser también los abanderados de los ideales de todos los jóvenes de América Latina".

A esto solo podría añadírsele, ser el ejemplo, ser también los abanderados de los ideales de todos los jóvenes del mundo.

A pesar de que estábamos a comienzo de 1962, no albergábamos ningún temor en proponer el nombre de Unión de Jóvenes Comunistas. Ya desde entonces no queríamos subterfugio de ninguna clase, puesto que el papel de la organización era el de formar comunistas.

Han transcurrido 20 años. ¡Qué tiempos tan distintos! Hay hoy una educación y una cultura política infinitamente mayor que entonces. Y ahora podemos afirmar que no podría concebirse nuestro proceso revolucionario, no podría concebirse la tarea y la misión de nuestro Partido sin la Unión de Jóvenes Comunistas. A pesar de que, como se decía en el Informe, ningún éxito, ningún avance, nos da el derecho a detenernos, nos da el derecho a descansar, es incuestionablemente justo reconocer que esta organización ha jugado, está jugando y jugará un rol extraordinariamente importante.

Nosotros acabamos de presenciar el saludo de los pioneros. La atención a la organización de pioneros es una de las tareas importantes, importantísimas, podríamos decir, de la Unión de Jóvenes Comunistas. La organización de pioneros es el primer escenario, la primera institución social a la que pertenecen nuestros niños. Desde ahí, puede afirmarse, comienza a formarse un comunista.

Qué peso tiene esto en nuestra sociedad y en nuestro proceso, qué importancia tienen los pioneros, lo demuestra el hecho de que no solo la organización cuenta hoy con 2 millones de niños y adolescentes, sino que en las filas de la organización han ingresado 4 millones de niños y adolescentes. Prácticamente casi toda la juventud de nuestro país, todas las personas que hoy cuentan entre 7 y 30 años pertenecen o han pertenecido a la organización de pioneros desde su fundación, hace 21 años. Estoy seguro de que una gran parte de ustedes han pasado por la organización de pioneros. Es decir, ya tenemos una generación que empezó su organización por los pioneros. De ahí la importancia tan grande que tiene su atención y todo lo que se haga por los pioneros.

Puede parecer que hemos hecho mucho. Pienso que hemos hecho algo, la Revolución ha hecho algo por los pioneros. En algunos sentidos mucho: en el campo educacional, por ejemplo; en la construcción de escuelas, en la elaboración de los programas, en todas las inversiones que se han hecho para formar a los niños; hemos logrado la escolarización desde hace años de casi todos los alumnos en edad primaria. Se han hecho realidad importantes esfuerzos por la salud y educación de los niños. Pero todavía, ¿cuántos municipios no tenemos sin un modesto palacio de pioneros? Y no se trata de un edificio nuevo. Ya el pasado año hablábamos de la necesidad de ir adaptando locales, mientras podamos construir los palacios de pioneros, porque aspiramos a que cada capital de provincia tenga su palacio, y aspiramos a que cada municipio tenga el suyo; pero mientras tanto, y pasará tiempo, porque tenemos que dedicar los recursos a otras cosas que son también muy importantes, digamos a hacer un hospital pediátrico, a construir una sala de terapia intensiva, que todos comprendemos tendría prioridad, o a muchas otras actividades, sin embargo, se puede impulsar la adaptación de edificaciones para la creación de los palacios de pioneros en cada municipio. Eso tiene una enorme importancia para la organización de los círculos de interés científico-técnicos.

La experiencia de los últimos tiempos ha demostrado la posibilidad de esa brillante iniciativa de crear, con modestos recursos, los centros de exploradores de pioneros. Se han creado también campamentos, algunos de ellos muy buenos, por cierto, como "José Martí" e "Ismaelillo"; en conjunto se ha creado una capacidad para la participación de alrededor de 600 000 niños, entre campamentos, palacios de pioneros, centros de exploradores; es decir, 600 000 niños en un año. Es algo. Pero debemos tener conciencia de la importancia de esta actividad, para que todos hagamos el máximo de lo que esté en nuestras manos para seguir creando la base material de la organización de pioneros.

Siempre la Unión de Jóvenes Comunistas se ha interesado y es mucho lo que ha hecho por los pioneros. Esa tarea es imprescindible, esa función de la Unión de Jóvenes Comunistas es insustituible.

Tenemos después el trabajo que realiza la Unión de Jóvenes Comunistas con los estudiantes, a través de la FEEM y de la FEU y también a través de la organización de pioneros. Y los resultados están a la vista, los resultados del esfuerzo que realiza en este campo o en cooperación con las demás organizaciones de masas, Federación de Mujeres, CDR, sindicatos, organizaciones campesinas. Se puede apreciar en el hecho, de que, por ejemplo, ya la escolarización entre los 6 y los 16 años alcanza, como se reflejaba en el Informe, el 91,7% de los niños y adolescentes. Es casi total en la primaria y algo inferior en la secundaria. ¿Pero qué país de este hemisferio, entre esas edades, tiene una escolarización de 91,7? Se eleva la retención escolar; la promoción alcanza más del 90% en todos los tipos de enseñanza que es alto, aun teniendo en cuenta las dificultades y ciertas debilidades que fueron analizadas durante el Congreso; de todas formas, la promoción se ha ido elevando y, como aquí se enfatizó, era necesario elevarla no solo en cantidad sino también en calidad.

La participación de los estudiantes en las tareas productivas es casi universal. Están incorporados a las actividades productivas todos los estudiantes de las escuelas secundarias básicas y los preuniversitarios en el campo, y el 95% de los estudiantes de las escuelas secundarias y preuniversitarias urbanas.

Ya eso se refleja en nuestros estudiantes, en nuestra juventud; la combinación del estudio y del trabajo, se puede apreciar en sus actitudes. Incluso hoy no serían concebibles varias de nuestras producciones agrícolas, sin el trabajo de los estudiantes; prácticamente sería imposible concebir los planes de cítricos y muchos planes de viandas, vegetales, tabaco, etcétera, sin el trabajo de los estudiantes, sin los cientos de miles de estudiantes que se mueven en las épocas de las cosechas. Creo que nuestro país ha alcanzado un nivel superior a ningún otro en ese campo. Y sinceramente pienso que tenemos razones para sentirnos orgullosos de nuestras concepciones educacionales. Y son muchos los visitantes a nuestro país que expresan su admiración por nuestras escuelas de estudio y trabajo en las cuales se forman hoy no solo cientos de miles de estudiantes cubanos, sino también alrededor de 10 000 estudiantes extranjeros, ubicados en la Isla de la Juventud.

Grande fue el esfuerzo realizado por el país para construir esas escuelas y dar respuesta a aquella explosión de alumnos que entraba en el nivel medio. ¿Pero cómo habríamos podido resolver el problema de los profesores de esos cientos de miles de estudiantes, que en el término de un quinquenio alcanzaron la cifra de más de un millón? ¿Cómo íbamos a resolver ese problema, si por aquellos días había apenas 200 ó 300 estudiantes en las escuelas de pedagogía? ¿Cómo íbamos a resolver el problema, cuando todavía un por ciento alto de maestros primarios carecía de títulos? ¿Cómo podíamos resolver el problema, sin el esfuerzo y el aporte de la Unión de Jóvenes Comunistas? Y fue precisamente en el II Congreso cuando surgió la idea del Destacamento Pedagógico "Manuel Ascunce Domenech", y un problema que parecía insoluble halló respuesta en la actitud revolucionaria de nuestros jóvenes, en la disposición de nuestros jóvenes; halló respuesta, sencillamente, en el Destacamento Pedagógico.

Ya los propios jóvenes cubanos, los propios estudiantes en los primeros años de la Revolución, habían realizado la gran proeza de la campaña de alfabetización, de erradicar un atraso que databa desde hacía varios siglos; una reedición, en un nivel superior, de aquella proeza fue precisamente el trabajo del Destacamento Pedagógico. Y en el Destacamento Pedagógico en estos 10 años, porque pudiéramos decir que el Destacamento Pedagógico cumple años también hoy (APLAUSOS), ya que fue en el II Congreso, que surgió la idea. Y en ese Destacamento han ingresado en estos 10 años, 51 000 estudiantes, 51 000. Y, como se expresaba en el Informe, no solo eso, sino que suscitó un movimiento en los maestros, y después decenas de miles de maestros primarios iniciaron también sus estudios para profesores, a la vez que en ese período desaparecía ya mediante el estudio y la superación todo lo que fuera maestro no titulado, y se creó, además, la carrera de Licenciatura de Enseñanza Primaria. Son avances realmente extraordinarios y no puede menos nuestra sociedad y nuestro Partido que expresar su reconocimiento a la atención y al esfuerzo que desplegó la Unión de Jóvenes Comunistas en esta tarea, y a la respuesta de los jóvenes.

Pero si el II Congreso fue padre del Destacamento "Manuel Ascunce Domenech", es a la vez abuelo del Destacamento "Carlos J. Finlay" (APLAUSOS), porque de la idea del Destacamento Pedagógico surgieron otras muchas ideas: surgieron otros destacamentos, otros contingentes; pero surgió uno muy importante —si nos empeñamos como vamos a empeñarnos, en que nuestro país se convierta en una potencia médica—, de la idea de ese Destacamento surgió la idea del Destacamento de Ciencias Médicas, y creo que ha sido un gran paso de avance en esa dirección.

De nuevo nuestra juventud y nuestro estudiantado dieron la respuesta que se esperaba de ellos: se ofrecieron 14 200 estudiantes de preuniversitario para el primer contingente. Desde luego, la posibilidad de disponer de 14 200 estudiantes de preuniversitario que planteaban que estaban dispuestos a estudiar medicina era otro de los frutos de la enorme revolución educacional en que tanto participó nuestra juventud; poder hablar de 14 200 aspirantes a ingresar en los estudios de medicina, cuando hubo épocas en que eran unos pocos cientos los bachilleres con que podía contarse para ingresar en esta carrera y se ofrecieron 14 200.

Se pudo hacer una excelente selección por los expedientes de los estudiantes, mas no se hizo solo la selección por expedientes, sino en primer lugar por el aval de su aula. Esto enseña a todos los jóvenes estudiantes a que cuando aspiren a una carrera que les interesa, su comportamiento, su actitud, su conducta los debe hacer acreedores al aval del aula. Luego, el análisis de la real vocación del estudiante y, después, el expediente académico, que fue la regla seguida para la selección de los 3 807 alumnos que ingresan en el Destacamento este año.

Como ustedes saben, en ese Destacamento también ingresarán algunos trabajadores, que es otra de las vías para el que no pudo ingresar por expediente, hacerse técnico medio de la salud, trabajar dos años y después mediante examen ingresar. Habrá una cuota para esos trabajadores todos los años, y otra importante cuota para los egresados del Servicio Militar, y que no habían ido a la universidad por no disponer del nivel correspondiente a las exigencias académicas existentes en el momento en que terminaron sus estudios de preuniversitario. Pero como realmente las Fuerzas Armadas constituyen una extraordinaria institución educadora, se consideró la conveniencia de reservar un determinado y creciente número de plazas en las universidades para los egresados del Servicio, y ahora más de 400 jóvenes egresados del Servicio están ingresados en una escuela, precisamente en el edificio de un preuniversitario en el campo, estudiando, recibiendo un curso, y todos estamos admirados de la organización y la disciplina que tienen esos estudiantes.

Y aquí se va a poder comprobar que determinadas notas no obedecen fundamentalmente a que unos jóvenes sean mucho más inteligentes que otros, sino que determinadas notas obedecen al hábito de estudio, a la disciplina, a la voluntad, a la atención en clases, al estudio a lo largo del año. Yo tengo muchas esperanzas, por la disciplina y por el interés mostrado por esos egresados del Servicio, de que un gran número de ellos puedan formar parte del Destacamento de Ciencias Médicas, y creo que van a ser un importante aporte. Eso nos da también otra lección. Es posible que estas ideas —porque unas ideas generan otras, toda idea siempre es la semilla de nuevas ideas—, la forma en que se ha constituido el Destacamento de Ciencias Médicas tal vez nos aporte el método ideal de seleccionar a los estudiantes universitarios entre los bachilleres.

Desde luego que solo un número reducido de estudiantes varones ingresará directamente en la universidad por su expediente, puesto que nos interesa que los jóvenes estudiantes de preuniversitario se apliquen el máximo estimulados por la idea de poder ingresar directamente en la universidad si obtienen excelentes notas.

Las necesidades del Servicio Militar exigen hoy día que técnicos medio y bachilleres presten sus servicios en las Fuerzas Armadas, van quedando muy atrás aquellos tiempos en que eran muchachos de primer grado, segundo grado o tercer grado los que ingresaban en nuestras Fuerzas Armadas, y no concibo cómo la técnica moderna pueda ser manejada de modo eficiente por jóvenes que tengan un primero, un segundo o un tercer grado, y en cambio concibo que además de su coraje, su valentía, su preparación, sus conocimientos, sus niveles de instrucción se conviertan en un nuevo e importantísimo factor en la eficiencia del empleo de las armas. Pero es lógico tener especiales consideraciones con esos jóvenes que cumplieron sus dos años, o sus dos años y medio, o sus tres años de servicio en las Fuerzas Armadas. Y por eso consideramos que a ellos debe reservárseles una importante cuota, que un día debe ser mayoritaria, de los ingresos en las universidades. Me refiero en el caso de los varones, un número determinado, reducido, por expedientes, y una mayoría de varones procedentes del Servicio Militar.

Creo que la experiencia aplicada con los jóvenes egresados del Servicio que aspiran a pertenecer al Destacamento de Ciencias Médicas, nos induce a considerar la posibilidad de aplicarla también en las demás carreras universitarias; es decir, organizarlos, darles un curso para refrescar los conocimientos y hacerles un examen, como se va a hacer con los que van a ingresar en el Destacamento. Es imprescindible. Pueden ser una magnífica fuente para las universidades esos jóvenes: bachilleres que hicieron el Servicio, técnicos medios que hicieron el Servicio, pero es imprescindible el examen. De lo contrario, después de dos años y medio o tres años, apartados de las aulas y de los estudios sistemáticos, tenemos el problema de que no van a estar preparados para los estudios; van a tener más interés, más voluntad, pero menos base, y el resultado puede ser el aumento de la mortalidad académica. Por eso nosotros estamos siguiendo con mucho interés esta experiencia de los egresados del Servicio que están internados, van a pasar un curso de cuatro meses. Aspiramos a que sean en el futuro no menos de seis meses. Estamos muy interesados en ver el rendimiento académico de esos jóvenes, con su interés, su voluntad y su disciplina. Estamos interesados en ver cómo se comportan a lo largo de la carrera y cuáles son los resultados no solo del curso que están recibiendo, sino los que van a tener después. Y tenemos la esperanza de que los resultados sean buenos.

Decía que sería mejor seis meses, de modo que puedan hacer el Servicio, digamos, dos años y medio, y los últimos seis meses del período de tres de esos jóvenes que aspiren a ingresar en la universidad, recibir un curso para refrescar los conocimientos y para prepararse.

Por eso estas experiencias nos deben llevar a analizar cuáles son los métodos más correctos para seleccionar a los jóvenes que ingresan en la universidad, y cumplir el principio de que los estudiantes universitarios deben ser revolucionarios y deben ser los más revolucionarios (APLAUSOS), cumplir el principio de los requisitos académicos y los requisitos morales que se exijan de un estudiante universitario.

Quizás no debamos dejar eso en manos de la famosa computadora, sino que la computadora sea una auxiliar para cuando haya que hacer la lista por expedientes. Si hay 100 plazas y hay 200 aspirantes con los mismos requisitos político-morales, nos diga cuáles son los 100 que corresponden, pero la evaluación la tienen que hacer los estudiantes, la tiene que hacer la Juventud; la máquina no evalúa, la máquina debe decidir entre los evaluados, aunque en el método actual hay cierta evaluación.

A nosotros nos parece extraordinaria la experiencia con el Destacamento de Ciencias Médicas, porque evaluó, en primer lugar la clase, la propia clase, los propios compañeros, y después se continuaron los análisis, las evaluaciones.

¿Cómo habríamos podido hacer esto sin el esfuerzo de la FEEM y de la Unión de Jóvenes Comunistas? Recuerdo con gratitud y reconocimiento cuán fáciles resultan tareas, al parecer difíciles, cuando esas tareas se ponen en manos de la Juventud, de la FEEM y de la FEU (APLAUSOS). Recuerdo con reconocimiento cómo tan pronto se habló con la Juventud y con la FEEM, ellos se dieron de inmediato a la tarea de crear el Destacamento de Ciencias Médicas, y llevaron adelante un trabajo de gran calidad, con la cooperación de todos, desde luego, de los organismos de educación y los organismos de Salud Pública.

Recordaba también aquellos tiempos arduos en que fue necesario crear el Destacamento Pedagógico, el esfuerzo realizado por la Juventud y por la FEEM, y cómo muchos de los cuadros de la FEEM y de la Juventud pasaron, para dar el ejemplo, al Destacamento Pedagógico. No hay tarea y no hay problema que se le plantee a nuestra Unión de Jóvenes Comunistas y a nuestras organizaciones de masas y estudiantiles que no sean resueltas rápidamente y con calidad (APLAUSOS). Por eso nos atrevemos a hacer cosas difíciles, nos atrevemos a proponernos metas altas.

Una vez ya elaborada la idea del Destacamento nos hicimos la pregunta: ¿y qué hacemos con los actuales estudiantes de medicina, si los actuales estudiantes de medicina van a ser los futuros médicos en los próximos seis años? Entonces se le planteó la tarea a la Juventud y a la FEU, qué hacer, y surgió así el Movimiento "Mario Muñoz", la Avanzada Estudiantil "Mario Muñoz", otra idea que yo no sé ya si es nieta o biznieta del II Congreso, porque esa idea vino después de la otra. Inmediatamente se pusieron a trabajar, elaboraron las ideas, las llevaron a la aplicación, y prácticamente el ciento por ciento de los actuales estudiantes de medicina se comprometieron a aspirar a la condición de miembros de la Avanzada "Mario Muñoz", esto ha producido un espíritu emulativo entre los actuales estudiantes, que es muy importante. También esto nos ha ayudado a descubrir algunas de las dificultades que teníamos, entre otras, con los libros de textos; en las facultades de medicina; esto y todo un esfuerzo que alrededor de esa idea se ha estado realizando, un esfuerzo muy serio, incluso revisando conceptos, revisando programas, etcétera. Surgió, pues, la Avanzada "Mario Muñoz".

Creo que esto nos enseña cuántas cosas mejores, mucho mejores todavía podemos hacer, en muchos campos donde al parecer existieran razones para sentirnos muy satisfechos. Por eso yo me he extendido un poquito en el tema con la aspiración de que la Unión de Jóvenes Comunistas siga trabajando y elaborando estas ideas. Y creo que si el país ha sacado grandes frutos del Destacamento Pedagógico va a sacar extraordinarios frutos del Destacamento de Ciencias Médicas, y puede, por esa vía, esperar mucho en el futuro del esfuerzo que el país hace y de los recursos que invierte en nuestros centros de enseñanza superior. Y estoy seguro de que en la medida en que la Juventud tome estas ideas se podrán llevar adelante y se podrán aplicar. ¿Cómo puede subestimarse la importancia de la actividad que realiza la Unión de Jóvenes Comunistas en el seno de nuestros estudiantes?

Otro campo muy importante en el que ha desplegado su trabajo la Unión de Jóvenes Comunistas es en el campo de la cultura. Se refleja en algunas cifras analizadas en el Congreso, y señaladas en el Informe, por ejemplo en el hecho de que más de la mitad de los estudiantes de primaria y de media participan en los grupos de aficionados. Lo demuestra el hecho de la existencia de más de 100 000 grupos de aficionados entre los estudiantes de enseñanza primaria, media y universitaria, con más de un millón de participantes. Eso realmente abre una extraordinaria perspectiva y constituye una verdadera promesa en el campo de la cultura. Y me pregunto cuántos países habrán alcanzado ya esos niveles, y cuánto más podremos alcanzar nosotros. Sabemos que tiene sus debilidades y sus deficiencias; pero es un esfuerzo de considerable magnitud en favor del desarrollo cultural de nuestro pueblo.

Es notable el esfuerzo realizado en el campo de la cultura entre los jóvenes, por la Brigada "Hermano Saíz", la Brigada "Raúl Gómez García" y el Movimiento de la Nueva Trova. Es decir que se está dando un impulso, se le está brindando atención y se están ayudando a miles de jóvenes en el campo de la literatura y el arte, se les está estimulando, ayudando, y además, contribuyendo notablemente a su formación. Creemos que todo esto tiene mucha importancia para el desarrollo futuro de nuestra intelectualidad y de nuestra cultura, y el desarrollo de una intelectualidad revolucionaria sólida, que sea inmune al virus del diversionismo, que sea inmune a las basuras ideológicas de la sociedad capitalista (APLAUSOS).

Aspiramos a contar con magníficos y revolucionarios trabajadores intelectuales. Y cuando hablo de trabajadores intelectuales no me estoy refiriendo exclusivamente a escritores, artistas, pintores, ¡no!; me refiero a todos los trabajadores intelectuales, me refiero a los ingenieros, a los médicos, a los arquitectos, a los profesores, a los maestros. Aspiramos a una fuerza intelectual revolucionaria de primera línea.

Por eso valoramos mucho el esfuerzo que realiza la Unión de Jóvenes Comunistas con los estudiantes universitarios y con los intelectuales. Valoramos extraordinariamente el aporte que está haciendo en el campo de la cultura. Y creo que si vamos a ser una potencia médica, también podemos ser una potencia cultural (APLAUSOS). Así sucesivamente podemos ser potencia en muchas cosas. Depende de los métodos que apliquemos, de la preocupación que mostremos; depende de la aplicación, además, del principio que mencionaba hace 20 años del mérito; de modo que en nuestra tierra prospere por encima de todo el mérito del hombre, sus condiciones humanas, sus condiciones intelectuales, sus condiciones revolucionarias, como se hizo con el Destacamento "Carlos J. Finlay", por ejemplo. No hubo una sola violación a la regla, a los principios que se aplicaron en la selección. No hubo un solo estudiante de dedo, ni familia de nadie, ni pariente de nadie, incluido arbitrariamente, ¡ni una sola excepción! (APLAUSOS)

Y desde luego, hay casos que son dramáticos: estudiantes con una tremenda vocación, con un deseo de años; sabemos de casos que les faltaron fracciones de puntos, sobre todo en el caso de algunas muchachas, porque como suelen tener mejores notas que los varones, si escogíamos solo por puro expediente, 67% de mujeres, 33% de hombres. Y nosotros decíamos: por este camino, aparte de ciertas dificultades, va a resultar que las estudiantes de medicina no van a tener ni siquiera novios (RISAS), 33 contra 67. Y aunque yo no lo quise sugerir, les confieso que me gusta la idea de matrimonios de estudiantes de medicina; pero no precoces, sino cuando salgan a cumplir ya sus misiones internacionalistas (APLAUSOS). Por eso fue necesario establecer una cuota, por lo menos una cuota, de 45% de hombres entre los estudiantes y 55% de mujeres. Pero para cualquiera de esos casos traumáticos siempre queda un recurso, una muchacha, por ejemplo, puede hacerse técnico-medio de la salud, y después de dos años de trabajo ingresar mediante examen en el Destacamento. Queda una vía, como queda también para varones la vía del Servicio Militar. Porque puede ser que tengan expedientes incluso para otra carrera y no les tocó la de medicina; pero si quieren medicina van al Servicio y después tienen oportunidad de estudiar la medicina, quedan vías para los casos traumáticos, pero también fundadas en el mérito, exclusivamente en el mérito y en la voluntad y el tesón de los estudiantes.

Creo en la aplicación consecuente de estos principios, que son principios genuinamente marxista-leninistas, porque el marxismo- leninismo tiene que continuar desarrollándose en la práctica de todos los días en un sentido revolucionario, y veremos si hay revolución que retroceda si se aplican correctamente los principios del marxismo-leninismo (APLAUSOS), y si se aplican creadoramente, y sobre todo si se aplica el principio de aplicar los principios (APLAUSOS). Porque luego surgen los problemitas, cuando no se aplican correctamente los principios que tanto explotan los enemigos del socialismo, que tanto explotan los capitalistas para tratar de darle oxígeno a su sistema decrépito, inhumano y prehistórico. Pero esa parte nos corresponde a nosotros, los revolucionarios. Porque es fácil equivocarse y muchas veces se cometen equivocaciones y las equivocaciones son el resultado de falta de análisis serio, profundo; resultado de falta de análisis colectivos, que es uno de los principios fundamentales también del marxismo-leninismo. La aplicación de los principios verdaderamente democráticos y la lucha intransigente contra toda manifestación de privilegio, corrupción, etcétera, etcétera, etcétera. Creo que ese debe ser el deber número uno de nosotros los revolucionarios cubanos, y muy especialmente de la juventud, en la cual tenemos, con razón, tantas esperanzas; esperanzas que se fortalecen después que se tiene el privilegio de presenciar un Congreso como este (APLAUSOS) .

Hay mucho que meditar sobre todo esto, porque nosotros estamos aquí en las fauces mismas del imperialismo, con la boca abierta siempre, que recuerda la boca de un tigre, con colmillos y todo, o la boca de un tiburón, y nosotros llevamos ya, vamos acercándonos, o hemos sobrepasado ya los 23 años de revolución en la boca del monstruo (APLAUSOS), Y el monstruo trata —y sigue tratando— de crearnos problemas, de crearnos dificultades, de extremar su bloqueo, etcétera, ¿por cuánto tiempo? Nadie sabe. Pero esperamos resistir al monstruo, en cualquier variante, lo mismo si trata de engullirnos, procurar crearle la más terrible de las indigestiones (APLAUSOS), como si el monstruo lograra crearnos más dificultades en el terreno económico, cualesquiera que sean, cualesquiera que sean. Estamos decididos a seguir enfrentando el monstruo y a ganar cualquier batalla en cualquier campo y vencer cualquier dificultad, las más inimaginables, como si nos impusieran un bloqueo naval total, para citar un ejemplo, o nos impusiera cualesquiera otras fechorías. Estamos seguros de que vamos a resistir con ustedes en la vanguardia, con nuestra juventud (APLAUSOS y EXCLAMACIONES DE: Fidel, donde sea, como sea, Comandante en Jefe ¡ordene!)

Trabaja y se esmera la Unión de Jóvenes Comunistas también en el campo de la recreación para los jóvenes. No podemos decir que sea mucho lo que hayamos avanzado, pero hay ya 19 círculos, 6 000 clubes —en español— juveniles que nos parece muy buena iniciativa, que vale la pena desarrollar y que merece apoyo; la iniciativa del campismo popular, nos parece algo realmente revolucionario, dado los recursos naturales que tiene el país. ¿Vamos a esperar acaso que se tenga un rascacielos al lado de cada montaña para unas vacaciones? ¿Cuándo podrían los jóvenes pasar unas vacaciones, entrar en contacto con la naturaleza, vivir días felices? Aparte de que esto depende del concepto y, bien pensado, el lugar más infeliz para pasar unas vacaciones debe ser un rascacielos. Tenemos grandes recursos y bellezas naturales. No disponemos de recursos para ponernos a construir y construir ese tipo de instalaciones si tenemos montones de problemas todavía, si tenemos aún sin resolver el desesperante y angustioso problema de la vivienda para muchas familias. Imposible esperar tener un hotel en Varadero o en otra playa, o al lado de una presa ¿por qué? Si con recursos muy modestos se pueden crear las condiciones adecuadas para el descanso, para las vacaciones, para el contacto con la naturaleza, y así surgió este plan de campismo popular, y empezó a desarrollarse y creo que se habría desarrollado más si no llega a ser por la epidemia. Si se ha llegado solo a 60 000, esos 60 000 son contando solo los fines de semana porque hubo que suspender el plan cuando la epidemia. Precisamente en su mejor momento, en julio y agosto, en que se planeaba pleno uso de los recursos y semanas completas de descanso, de lo contrario habrían pasado más de 100 000, o de 120 000 ya por los planes. Ese es otro trabajo que con mucha seriedad abordó la Unión de Jóvenes Comunistas: seleccionaron los lugares, movilizaron la cooperación y la ayuda para dejarlos en las condiciones adecuadas. Cuando mucha gente ni pensaba en eso, cuando no se sabía cuál iba a ser la reacción de la juventud, iniciaron su empeño calladamente hablando con algunos de esos clubes, y con algunos estudiantes y con algunos comités, y ahora están en una situación ya en que la demanda es mayor que la oferta. Se empezó un poco experimentalmente para ver los resultados, y parece que promete mucho. Desde luego, queríamos hacerlo sobre la base de los costos; eso no tiene nada comercial, no se quiere ni un centavo de ganancia, sino los costos. Se calcularon los costos del pasaje, de todas las demás cosas, para hacer la recaudación que cubriera los costos. Todavía no cubre los costos, hay que decir la verdad; por lo menos opinan los especialistas, y sobre todo el compañero del Buró de la Juventud que está al frente de la actividad, que va a tardar algún tiempo en cubrir los costos, por la no utilización de todos los recursos. Y así tenemos, por ejemplo, que dejaron de asistir unos 60 000 por los meses de julio y agosto. Nosotros debemos procurar que esos planes se desarrollen sobre la base de cubrir los costos.

Claro, había grupos de aficionados al campismo, etcétera, que no tenían ni una casita de campaña, no tenían ni un transporte; ahora se les ha ido dando recursos; transporte, ómnibus, otros vehículos; también casas de campaña, ya tienen miles de casas de campaña; hamacas, nylon, etcétera, etcétera. Sobre la base de que la comida se lleva de la casa, y se les venden también algunos suministros.

Está avanzando ese plan y ya se comienza a extender a otras provincias; todas las provincias tendrán por lo menos una base en el próximo verano, una base de 600, aparte de las 12 bases de Pinar del Río. Creo que se va a llegar a alrededor de 20 000 capacidades, 20 000 capacidades de una sola vez. Claro, La Habana tiene pocos bosques, no muchas montañas; a pesar de eso, La Habana está preparando cuatro bases. Pero Pinar del Río se ha convertido en el centro de recreación, por su naturaleza, de la Ciudad de La Habana, por la gran cantidad de montañas, bosques, presas, ríos, etcétera. Para este verano habrá 20 000 capacidades; por lo tanto, es posible que en este verano pasen ya por las montañas, y los ríos, y las presas, y caminen, entren en contacto con la naturaleza alrededor de 100 000 personas, la mayoría jóvenes, pero no se excluye a nadie: pueden ir los niños, puede ir la suegra, puede ir la abuela, todo el mundo puede ir (RISAS). Y me han hablado de casos que ha ido la familia completa, la abuela y los nietos, y la han pasado excelentemente bien. Por eso auguro el éxito de ese plan. Lo auguro porque está en manos de nuestra pujante Unión de Jóvenes Comunistas (APLAUSOS).

Yo lo que quisiera saber si por Varadero pasan una semana 100 000 personas durante julio y agosto. Sería bueno conocer esos datos, cuántos pasan por Santa María del Mar. Me refiero a una semana, varios días, hospedados. Y que se analicen los costos de una cosa y otra para el país. Aparte de que esto nos entrena, ¡nos entrena! Esto forma parte, pudiera decirse, incluso, de nuestra adaptación a condiciones difíciles; forma parte, pudiéramos decir que de nuestra preparación para cualquier circunstancia dura.

Hay que seguir desarrollando iniciativas de este tipo.

He mencionado varios campos ya donde el papel de la Unión de Jóvenes Comunistas resulta insustituible. Ahora vamos a hablar de otros campos: la defensa por ejemplo.

Ya incluso desde antes que existiera la organización, en Girón, los jóvenes jugaron un rol importante cuando ingresaron en masa en las milicias, cuando se hicieron artilleros, cuando participaron en las luchas contra bandidos, etcétera; ya los jóvenes jugaron un rol destacado. Pero es precisamente la juventud la que nutre a nuestras Fuerzas Armadas Revolucionarias y a nuestro Ministerio del Interior. La inmensa mayoría de los cuadros y de los combatientes de estas instituciones para la defensa del país y para la defensa de la Revolución, está integrada por jóvenes. Y son fuertes precisamente las organizaciones, muy fuertes las organizaciones de la juventud en nuestras Fuerzas Armadas y en nuestro Ministerio del Interior; juegan un papel fundamental, insustituible, los comités, las organizaciones de jóvenes comunistas, en el seno de esas instituciones; también en la preparación político-ideológica de los jóvenes que van a ingresar en las Fuerzas Armadas, y luego cuando ya han ingresado. Ahí tenemos una actividad vital para el pueblo, vital para nuestra sociedad, en la que también brindan una extraordinaria contribución los jóvenes comunistas. Eso se podía apreciar aquí en el Congreso, en el elevado número de combatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y del Ministerio del Interior que participaron en el mismo.

Y, ¿acaso a lo mencionado hasta aquí se limita la tarea de la Unión de Jóvenes Comunistas? ¡No!, ni mucho menos. Tenemos algo tan vital y fundamental como la producción y los servicios.

Hoy, según los datos, la tercera parte de la fuerza laboral de nuestro país son jóvenes. Y es aquí, en este campo, donde la juventud puede ofrecer la más universal de sus contribuciones, y donde tiene una participación creciente. No en balde expresaba con entusiasmo el compañero Veiga lo que significa la Unión de Jóvenes Comunistas en el movimiento sindical, de la misma forma que lo expresaba el compañero Armando Acosta, Pepe Ramírez, y también —supongo— la compañera Vilma, que habló en el día de hoy: el papel de la Unión de Jóvenes Comunistas en el seno de sus respectivas organizaciones. Los trabajadores reflejaban eso, su alta valoración, el número elevado de cuadros de los sindicatos que son jóvenes comunistas. Aquí es donde se despliega y puede desplegarse extraordinariamente la tarea de la Unión de Jóvenes Comunistas.

Han surgido en años recientes nuevas iniciativas: un ejemplo, las obras de choque. Son relativamente recientes, han prosperado y se van convirtiendo en una promesa. De ellas se trató en el Congreso. Son miles y miles los jóvenes que pertenecen a este Movimiento de las Obras de Choque, y tengo entendido que estas son ya 29, y son las más importantes, las más fundamentales, las más difíciles. Recuerdo cuando se construía la fábrica de cemento de Artemisa, o cuando se construía la fábrica de cemento de Cienfuegos, el aporte de los jóvenes; más de una vez hablé con ellos. Supe de brigadas de jóvenes que trabajaban 14 horas, 15 horas; que después de terminada la jornada normal, se comprometían a realizar determinadas tareas. Pero, no era un trabajo simple, no era un trabajo sencillo, no era un trabajo fácil, eran metas serias, esfuerzos grandes, realizados de día, de noche, de madrugada, y recuerdo cuánto contribuyeron a la construcción de esas obras. Ya, desde luego, los organismos de la construcción lo que desean es que la Juventud le declare a determinada obra: obra de choque, porque se sabe lo que eso significa.

Surgió la nueva iniciativa, llamada precisamente "Iniciativas económicas juveniles", ahora, relacionadas con el Congreso. Se calcula el aporte en 64 millones de pesos a la economía. Y se planteó en el Congreso la idea correcta de mantener ese movimiento. Incluso los santiagueros —como ustedes recordarán— se comprometieron a hacer un aporte, con motivo del XXX aniversario del Moncada, de 30 millones con las iniciativas, 30 con 30 (APLAUSOS). Aparentemente un millón por cada año del aniversario, y lo decían con mucha seguridad. Después de ver que parece que se llevaron una serie de trofeos por ahí (EXCLAMACIONES), no tenemos ningún derecho a dudar del cumplimiento de ese propósito que se han hecho (APLAUSOS). Ahí tienen un importante aporte de la Organización a la producción.

A esto hay que sumar otra iniciativa, que yo considero valiosísima, que viene desarrollándose hace años, que tiene crecientes perspectivas: las Brigadas Técnicas Juveniles.

Nosotros hemos visitado las exposiciones, conocemos el volumen económico de los aportes que han hecho, de las innovaciones que han desarrollado; sabemos que el movimiento cuenta ya con 178 000 miembros, y aspiramos a que crezca, porque le habían puesto el límite de los 30 años de edad, y entonces resulta que cuando más sabían... En eso estaba pasando como con los pioneros, que cuando ya empezaban a manejar mejor los instrumentos musicales y tenían más dominio de sus actividades, se los llevaban, pasaban entonces a la FEEM. Y en el pasado Congreso se luchó y se logró elevarlo, cosa muy correcta, hasta 9no. grado.

Lo mismo le pasaba a las Brigadas Técnicas Juveniles, cumplían 30, y abajo, ya dejaban de ser de las Brigadas, precisamente cuando estaba en situación de aportar el máximo. Entonces, negociamos con la CTC, y ellos estuvieron muy de acuerdo, porque ellos tienen su movimiento, pero que no hay conflicto de ninguna clase entre el trabajador que es miembro de la Brigada Técnica y los innovadores de la CTC, no hay ninguna contradicción; y a fin de darle más posibilidades a ese movimiento y aprovechar un poco más los justos frutos del esfuerzo que se realiza con esos jóvenes, se decidió elevar la edad hasta los 35 años. Como cada vez hay más egresados de las escuelas técnicas, pues, figúrense. Baste recordar, según se explicaba aquí, que desde el II Congreso al IV Congreso el número de estudiantes de las escuelas técnicas se ha multiplicado por seis, y el número de estudiantes universitarios se ha multiplicado creo que por 3,7. Claro, muchos de los que ingresan ya, ingresan con un nivel mejor, están capacitados para formar parte de las Brigadas Técnicas. Y no sería extraño que en un futuro este movimiento abarcara unos 300 000 jóvenes. Es una aspiración, no es una meta, la meta es cuando ya la aspiración se convierte en objetivo; en este caso es una aspiración que todavía no se ha convertido en meta. Se habló para 1985, puede ser que sea en 1987. Pero creo que sí, que este movimiento si se le atiende, si se le da impulso debidamente tiene muchas perspectivas. No se sabe lo que promete este movimiento y cuánto podría ayudar al país en una situación difícil, digamos en una situación de bloqueo total, todas esas inteligencias innovando, buscando soluciones a los problemas.

Ya eso se ha demostrado en otros países. Cuando uno tiene oportunidad de conocer lo que hicieron los soviéticos, por ejemplo, durante la Segunda Guerra Mundial, cómo fueron capaces de trasladar fábricas enteras, en meses, prácticamente en semanas, a la profunda retaguardia, y ponerlas a producir, en plena guerra; cuando se toma en cuenta, cómo reconstruyeron el país, en el tiempo en que lo hicieron, cuando los imperialistas creían que iban a tardar 10 años en reconstruir una fábrica, en las condiciones en que había quedado, y la hacían en un año, año y medio, dos años; cuando uno ve esas proezas se da cuenta de que cuando ya se cuenta con un pueblo instruido, calificado, con niveles técnicos, con preparación, y llegan las horas decisivas, no hay milagro que el socialismo no pueda llevar a cabo. Porque creo que la proeza del traslado de las fábricas durante la guerra no tiene precedentes, y el esfuerzo con que los soviéticos reconstruyeron la economía después de la guerra no tiene precedentes. Pero tenían al hombre, y al hombre socialista, que conocía, que tenía un nivel técnico.

Recuerdo los primeros tiempos de la Revolución, las cosas que hicieron nuestros obreros calificados, nuestros trabajadores, cuando se produce el bloqueo económico, cuando no se podía disponer de una sola pieza para muchas máquinas, cómo se las arreglaron nuestros trabajadores para mantener las textileras y las demás industrias funcionando años sin recibir una sola pieza. Me imagino ahora con los niveles de técnica que tiene nuestra juventud, con su nivel de instrucción, con esas Brigadas Técnicas, lo que podrían hacer en una circunstancia difícil.

Pero no hay que pensar solo en las circunstancias especiales, sino lo mucho que pueden ayudar a la economía en circunstancias normales. Y hay que reconocer que las Brigadas Técnicas Juveniles son una genuina creación de la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba (APLAUSOS).

Luchan los jóvenes comunistas para combatir el despilfarro, el derroche, las ineficiencias; luchan por elevar la producción y elevar la productividad. Conocemos la importante proeza que realizan los macheteros jóvenes, los jóvenes del Ejército Juvenil del Trabajo, los operadores de equipos, de combinadas; qué esfuerzo realizaron, por ejemplo, el año pasado para liquidar la roya, cuando se plantaron más de 30 000 caballerías de caña; el esfuerzo que realizan en las construcciones, los jóvenes, y en otras ramas. Es decir que hay un creciente aporte de nuestra juventud y de los jóvenes comunistas a la producción y a los servicios: esta es una cuestión vital, fundamental, para el país.

¿Hay alguna tarea más importante que esta? Bueno, pudiéramos decir que hay una, más importante que todas, y es la actividad de la organización en la formación de una conciencia comunista en nuestros jóvenes (APLAUSOS). Y eso es vital, vital, decisivo.

Nadie puede hacer más que la Unión de Jóvenes Comunistas en este terreno, porque prácticamente recibe a la nueva generación desde el prescolar y la atiende hasta que ingresa en el Partido; el Partido recibirá, en gran parte, lo que sea capaz de hacer la Unión de Jóvenes Comunistas. En la actitud del joven ante el estudio, ante el deber, ante todas las obligaciones, bien sea en la escuela, bien sea en la unidad militar, bien sea en una fábrica, bien sea en un centro de servicios, en una escuela como maestro, o como médico, o como enfermero o enfermera, o técnico medio en un hospital, en la actitud de ese joven ante sus deberes, el papel de la organización es fundamental, decisivo. Y es ahí, en esa práctica, en esa lucha diaria, donde se toma una conciencia verdaderamente comunista.

Y se notan cambios ya, es cierto que se puede hablar ya de actitudes nuevas, y que son el fruto del trabajo de estos años, de nuestras instituciones socialistas, de nuestras escuelas de estudio y de trabajo, del esfuerzo de las organizaciones pioneriles, de nuestros maestros revolucionarios, de nuestras escuelas revolucionarias, y de nuestras organizaciones de masas, juveniles y de la Unión de Jóvenes Comunistas. Ya se percibe.

Ahora, se percibe también este trabajo con la conciencia de los jóvenes en el interés con que la organización ha mantenido enarboladas las banderas del trabajo voluntario, y eso es fundamental. Es fundamental, por cuanto las realidades de la construcción del socialismo nos obliga a ciertas fórmulas y ciertos métodos que no son comunistas, son socialistas, y ustedes saben bien las diferencias entre socialismo y comunismo. Hay dos fórmulas: "A cada cual según su trabajo", o "a cada cual según su necesidad". En el socialismo, cada cual se supone que aporte según su capacidad y recibe según su trabajo; en el comunismo, cada cual aporta según su capacidad y recibe según su necesidad.

Nosotros en ciertos momentos idealistas queríamos saltar etapas, realmente, y tuvimos oportunidad de ver las consecuencias y la honradez de comprenderlo y de rectificarlo. Está claro eso. Y está claro también que la fórmula comunista es superior. Está claro que Marx, Engels y Lenin soñaron con la sociedad comunista. Marx decía que la distribución en el socialismo todavía estaba enmarcada dentro de los estrechos horizontes del derecho burgués.

Claro, si hay dos cargadores de sacos en el muelle y yo soy muy fuerte y puedo cargar más sacos que el otro, suponiendo que el otro puede cargar la mitad, el pobre, recibió la mitad que yo, pero él no tiene la culpa de no ser un tipo que pueda cargar 200 sacos en vez de 100 sacos, y quizás tenga iguales o mayores necesidades. No es justa o no es totalmente justa esa distribución, la distribución socialista. Y nosotros aspiramos a que algún día la sociedad comunista rectifique esa injusticia.

La vinculación, lógico, es una fórmula socialista. El que tiene más habilidad y más fuerza puede ganar más, y muchas veces el que tiene más voluntad, desde luego. Pero siempre hay un componente de desigualdad en el hombre: unos tienen más facilidades para una cosa, más habilidades, más fortaleza física, más resistencia, que otros.

Tenemos que acudir a los estímulos materiales, es una necesidad que nos impone el tránsito del capitalismo al comunismo, es decir que nos impone la etapa socialista. No puedo nunca olvidar la gran preocupación que el Che tenía por todas estas cosas, su gran vocación y consagración por todo eso, cómo fue ejemplo en el trabajo voluntario, iba a una combinada, o a cortar caña, o a poner ladrillos, o a manejar una carretilla por el muelle, porque él lo predicó con el ejemplo, y tenía siempre grandes preocupaciones por todas estas cosas.

Sin embargo, nosotros hemos tenido que adoptar determinadas medidas porque nos las impone la necesidad y nos las impone la realidad. Ayudan, desarrollan la economía, el desarrollo de la economía aumenta los recursos, aumenta las posibilidades de desarrollo de la sociedad y aumenta la riqueza de la sociedad.

Si no hay riqueza, habrá pocas cosas que distribuir. Esa es una realidad, y la Revolución, en la rectificación de sus errores de idealismo, abordó valientemente y adoptó las medidas pertinentes; pero se producen contradicciones. Y tenemos que evitar que las fórmulas socialistas comprometan la conciencia comunista; tenemos que evitar que las fórmulas socialistas comprometan nuestros más hermosos objetivos, nuestras aspiraciones, nuestros sueños comunistas; tenemos que evitar que el descuido ideológico y la no comprensión de estas verdades hipotequen la meta de formar un hombre comunista. Si el hombre trabaja más porque gana más, es una actitud positiva, en un sentido ayuda, produce más, pero no es una actitud comunista. Si hace más porque va a recibir un estímulo material, puede ser útil y puede aumentar la distribución, la riqueza y ayudar al desarrollo, pero no forma una conciencia comunista.

La realidad impone a la sociedad sus reglas y sus fórmulas, el Partido y la Unión de Jóvenes Comunistas tienen que llevar al hombre la conciencia. Y digo que ser comunista no va a depender solo de riquezas ilimitadas para repartir, para cuando haya tantas que sobren —y no sé qué cosa es lo que va a sobrar en un mundo cuya población se multiplica como la de los curieles y cuyos recursos naturales son limitados. No solo sobre la base de la abundancia de riquezas se puede hablar de conciencia comunista, nadie puede esperar por eso.

A mi juicio, el desarrollo de la sociedad comunista es algo en que el crecimiento de las riquezas y de la base material tiene que ir aparejado con la conciencia, porque puede ocurrir incluso que crezcan las riquezas y bajen las conciencias. Es muy importante que los jóvenes mediten sobre esto, y estoy seguro de que habrán meditado y estoy seguro de que se habrán preguntado, porque yo mismo he meditado mucho sobre esto y me lo he preguntado muchas veces, y tengo la convicción de que no es solo la riqueza o el desarrollo de la base material lo que va a crear una conciencia ni mucho menos. Hay países con mucha más riqueza que nosotros, hay algunos. No quiero hacer comparaciones de ninguna clase, no es correcto. Pero hay experiencias de países revolucionarios donde la riqueza avanzó más que la conciencia, y después vienen incluso problemas de contrarrevoluciones y cosas por el estilo. Puede haber quizás sin mucha riqueza mucha conciencia.

Está mal que nosotros nos pongamos de ejemplo, pongamos de ejemplo a nuestro país. Pero yo tengo la convicción de que dentro de la limitación de nuestras riquezas, de nuestro relativo desarrollo material, en nuestro país se ha desarrollado mucha conciencia, mucha conciencia, y un ejemplo de ello es el espíritu internacionalista de nuestro pueblo. Eso es importante, es importante comprender todas estas cosas, si no se comprenden, entonces somos más débiles.

Una conciencia internacionalista implica la renuncia a los chovinismos, implica combatir los egoísmos nacionales, porque el egoísmo nacional no tiene nada de marxista, nada de leninista, nada de comunista.

Hay veces que nosotros sí, hemos tenido que hacer una carretera en otro país, cuando nos puede faltar una carretera aquí; incluso aeropuerto, cuando nos pueden faltar aeropuertos.

Nosotros tenemos Ciego de Avila y Sancti Spíritus que no tienen aeropuertos, y nosotros hemos ayudado a hacer aeropuertos en otros países. Sí, hacemos esfuerzos, ayudamos a otros países, y después puede haber alguno que diga: bueno, si nos faltan cosas, por qué ayudamos. Esa no es una manifestación revolucionaria, esa es una manifestación de egoísmo nacional.

En primer lugar, el internacionalismo es también una cuestión de conciencia, implica sí, implica privarse de cosas para ayudar a otros que lo necesitan mucho más, que son mucho más pobres. Desde luego, tiene mérito el pobre cuando da algo de lo suyo, y nosotros que somos un país subdesarrollado damos algo de lo nuestro. Yo creo que eso es una manifestación de conciencia internacionalista. Y creo que si en el mundo, incluso, no hay la conciencia de la colaboración internacional, el futuro del mundo va a ser un gran desastre.

Sobre algunas situaciones que afectan al mundo subdesarrollado hemos hablado nosotros en otras ocasiones, por ejemplo, cuando hablábamos en el acto de constitución del Destacamento médico. Recordemos, por ejemplo, la situación de Etiopía que tenía 35 millones de habitantes y 125 médicos. Tenía menos médicos creo que Isla de Pinos, yo no sé exacto cuántos tiene este municipio, pero sé que hay municipios de Cuba que tienen más de 125 médicos. Había menos médicos en Etiopía con 35 millones de habitantes que algunos municipios de Cuba. Si nosotros no somos capaces de pedirles a los médicos que hagan un poco más de esfuerzo para enviarle 10 médicos a Etiopía de una provincia de Cuba, o que tal provincia mande 20, y tal otra, otro poco, si se piensa cualquier provincia nuestra tiene muchos más médicos que Etiopía, varias veces más médicos que Etiopía, pues estamos mal, si no les pedimos un esfuerzo para cumplir esos deberes elementales.

Y tenemos necesidades, es verdad, a veces hacemos cosas que podemos hacerlas aquí, pero en lo que para nosotros ya no es esencial, cuando un país relativamente pequeño ha construido 20 000 kilómetros de carreteras y caminos, y deja de hacer 300 kilómetros de carreteras y caminos no es nada, por estar construyendo 200 ó 300 kilómetros en países donde apenas no hay carreteras o tienen muy pocas. Es relativo todo eso, y algunas contribuciones materiales, y algunas contribuciones en técnicos no significan sacrificios de consideración y constituyen sin embargo un gran ejemplo en un mundo lleno de egoísmos.

No todo lo que nuestro país realice en el exterior es donación. A los países más pobres les donamos; los países que tienen recursos económicos, más que nosotros, nos pagan por los servicios productivos que hacemos, es también un recurso del país el trabajo en el exterior.

Es imprescindible tener una sólida conciencia internacionalista.

A veces, por ejemplo, alguien ha hablado. Se cayó un edificio, por diversas razones, fue el edificio que se derrumbó por allá cerca del Capitolio. Se investigó bien, distintos factores, aparte de la edad del edificio, construcciones clandestinas incorrectas, demasiado peso, demasiados muebles arriba y se produjo la desgracia del derrumbe del edificio, y alguno comentaba que cómo exportamos cemento si se cae un edificio. Es muy simplista ese análisis. Significa no entender, incluso, que el país exporta porque no le queda más remedio que exportar, desgraciadamente. ¡Ojalá todo el cemento que producimos pudiéramos dedicarlo aquí a construir!, pero hay que exportar, porque también el país tiene que importar muchas cosas, de todo, empezando por las medicinas, tiene que importar materias primas para la industria, tiene que importar materias primas para la producción de aves, de cerdos, de leche, de todo; tiene que importar muchas cosas, y para importar hay que exportar. Sí, cuánto mejor sería poder dedicar todo el cemento a construir. Pero el problema es que no solo es cemento, no se construye solo con cemento, se necesita acero, se necesita madera, se necesitan cristales, se necesitan tuberías, se necesitan cables, se necesitan decenas de cosas para construir, que hay que comprarlas también. Y lo que limita muchas veces estas construcciones no es el cemento, lo que las está limitando es la falta de madera, y la falta de algunos de estos materiales, desgraciadamente, que no tenemos recursos para adquirir en el exterior.

En este ejemplo que les puse hay dos manifestaciones. Bueno, esto es una manifestación no de falta de espíritu internacionalista, sino de falta de conocimientos, es una manifestación de ignorancia; otras veces es manifestación de falta de espíritu internacionalista.

Pues bien, como el espíritu internacionalista hay que defenderlo como principio, yo digo que sí, que para ser internacionalista hay que dar algo de lo que uno tiene, y hay que estar dispuesto a darlo. Hay que estar dispuesto, incluso, a privarse de algo para hacerlo. Lógicamente, preferiríamos que tuviéramos más médicos todavía atendiendo a los hospitales, asegurar el descanso postguardia, etcétera, y sin embargo, parte de nuestros médicos están prestando servicio internacionalista. Pero no estamos con los brazos cruzados, al mismo tiempo estamos formando legiones de nuevos y buenos médicos.

Bien, digo que el principio internacionalista se defiende por sí mismo. Ahora, la otra cara de la moneda: ¿qué habría sido de nuestra Patria y de nuestra Revolución sin el internacionalismo? (APLAUSOS y EXCLAMACIONES DE: "Ser internacionalistas es saldar nuestra propia deuda con la humanidad"). ¿Qué es lo que hemos hecho nosotros por los demás comparado con lo que los demás han hecho por nosotros en tantos terrenos? Por eso la consigna esa, precisamente, que es saldar nuestra propia deuda con la humanidad. Desde el armamento con que nosotros nos hemos defendido, ¿cuánto vale, cuánto vale todo eso? ¿La cooperación económica que hemos recibido nosotros? Pero no me gusta usar mucho este argumento, porque no es un argumento comunista, puede ser un argumento lógico, dialéctico, pero no es comunista. Sirve, sin embargo, para los no internacionalistas, para que entiendan mejor; no es un argumento para internacionalistas. El argumento para los internacionalistas es: hay que ayudar a los demás aunque nadie nos ayudara (APLAUSOS). Es sencillamente un deber moral, un deber revolucionario, un deber de principio, un deber de conciencia, un deber ideológico incluso: hacer un aporte a la humanidad aunque la humanidad no hubiera hecho ningún aporte por nosotros. ¡Ese es el internacionalismo! Y tenemos que desarrollar esa conciencia internacionalista, que se ha creado mucho en nuestro país. Creo que hay muchos ejemplos de ello.

Yo hablaba de que precisamente no es la riqueza lo que hace una conciencia. La conciencia tiene que desarrollarla el Partido, la Unión de Jóvenes Comunistas, la tiene que desarrollar la Revolución. Y decía que nuestro modesto país ha desarrollado bastante conciencia internacionalista. Somos todavía egoístas, no hemos llegado al non plus ultra de la conciencia internacionalista, pero hay mucho más egoísmo en el mundo que el que nosotros ostentamos, creo que vamos desarrollando una creciente conciencia internacionalista, y hay ejemplos. Cuando se pidieron los maestros para Nicaragua se ofrecieron, creo que fueron, 29 500 maestros, se ofrecieron 29 500, y eso sí era difícil, era para dar clases en las condiciones más difíciles. Y cuando ayer la compañera delegada nos traía un álbum que representaba los veintitantos álbumes con la firma de 92 000 maestros, dispuestos a ocupar el lugar de Francisco de la Concepción, de Pedro Pablo Rivera, o Bárbaro Rodríguez, o Aguedo Morales, que habían sido asesinados allí cumpliendo el deber de maestros en Nicaragua, ¿qué es eso? (APLAUSOS). ¿Eso no es una conciencia internacionalista? ¿Podemos dudarlo? Yo, por lo pronto, no dudo que esos 92 000 maestros están dispuestos a cumplir su compromiso. ¡Y qué extraordinaria cosa poder decir que nuestra Revolución, a los veintitantos años tiene 92 000 maestros dispuestos a cumplir una misión internacionalista en condiciones de probado riesgo! (APLAUSOS) ¡Qué cosa realmente extraordinaria, admirable, increíble! ¿Por qué, por qué? Antes de la Revolución, ¿de cuántos maestros disponíamos para ir a dar clases en las condiciones que hay que darlas en Nicaragua?, pero si no los teníamos ni para enviarlos a Güines, a Güines que está en las proximidades de la capital. No los teníamos para enviar los a Baracoa, a Guantánamo, no los teníamos para nuestro propio campo, no teníamos los maestros. ¿Qué país en América Latina con mucha más población que nosotros tiene 92 000 maestros dispuestos a hacer eso?

¿Y cómo se formó este espíritu, de casualidad? No, fue la Revolución la que creó esa conciencia, fue el Partido, fue la Unión de Jóvenes Comunistas. No la crearon las riquezas, desde luego; la creó el trabajo político, el trabajo ideológico, el trabajo revolucionario, el ejemplo. No hacía falta ser más ricos que Estados Unidos para tener una conciencia internacionalista. Eso quiere decir que la conciencia hay que formarla, la conciencia comunista y la conciencia internacionalista que, como se dijo aquí —creo que lo dijo Landy, rememorando la frase del Che— el internacionalismo es el escalón más alto de la conciencia comunista. Che dijo el escalón más alto de la especie humana; Landy dijo el escalón más alto de la conciencia comunista, y es verdad, porque el que es internacionalista es ya un comunista consagrado. Solo se puede ser internacionalista si se es comunista. Pero podríamos decir incluso que no es posible ser comunista sin ser internacionalista. Se puede apreciar así la importancia que tienen estos problemas de la formación de la conciencia, la importancia que tiene el desarrollo del trabajo voluntario en la juventud, aquel ejemplo, aquella conducta de la que nos dejó tan inapreciable tesoro el Che (APLAUSOS PROLONGADOS) .

Y ese espíritu ha impregnado las jornadas de trabajo voluntario que han hecho ustedes y sobre todo ha impregnado las iniciativas económicas juveniles. Mantener eso muy en alto, les pedimos a los jóvenes, como se lo pedimos a nuestros trabajadores; pero sobre todo a los jóvenes trabajadores.

Aquí se tocó el punto del espíritu de lucro, y yo creo que es muy importante. Se habló del espíritu de lucro de algunos casos de profesionales, y se citaron determinados ejemplos muy elocuentes, que es el caso de este ingeniero, arquitecto, o lo que sea, graduado por la Revolución, como hemos visto nosotros por ahí por algunos anuncios de Opina ejerciendo privadamente la profesión y que cobran sumas elevadas a los trabajadores por pequeños planos para arreglos de viviendas y Opina es un magnífico librito para ver muchas deformaciones, y muchas irregularidades. Si no hagan una prueba anunciando ciertas cosas; porque un día por casualidad, en una oficina, cerca de donde yo estaba, llamaron por teléfono creyendo que vendían un carro, uno de uso de esos, creo que era Chevrolet del 58, y ocurrió porque se habían equivocado en el periódico, salió el número aquel y llamó cada gente allí, cada lumpen, caballero... A decir verdad, hasta gente decente llamaron. No vaya decir que no. Una persona se expresaba: ¿Cómo, 10 000 pesos? ¡Cómo, hombre, yo creía que eso valía 400! Dice: No, no puedo, yo no puedo de ninguna manera. A otro se le preguntaba: ¿Tienes los 10 000 pesos? "Yo sí, yo los tengo". "¿Tú tienes los 10 000 pesos?" "Sí". "¡Ah!, ¿dónde trabajas?" Uno trabaja en un centro de distribución de piezas y otro en un restaurante de lujo. Muy interesante, no había manera de explicarse de dónde sacaban los 10 000 pesos. Era un verdadero misterio.

Pero bueno, esto es simplemente una anécdota.

Pero el otro anuncia en Opina y no estoy criticando por cierto a Opina: "Hago plano de casa". Va un ciudadano y en el municipio le piden un plano para hacer un arreglo, Urbanismo, no sé quién, le pide un planito. El hombre cobra 800, cobra 900, cobra 1 000 pesos por hacer un planito. Que a eso se refirieron por aquí con toda, todísima razón. Eso es un robo, es decir, un técnico que ha formado la Revolución, que posiblemente trabaja incluso, en alguna empresa u organismo. Yo creo que eso es una prostitución de la idea del trabajo por cuenta propia (APLAUSOS).

Ha habido prostituciones de este tipo alrededor de varias iniciativas, de varias medidas establecidas, por una necesidad o por otra, o por un esfuerzo de mejorar los servicios o liberar fuerza de trabajo, que enseguida los espíritus mezquinos y los egoístas aprovecharon para desvirtuar, porque aquí se han desvirtuado unas cuantas cosas, y se han desvirtuado, con la colaboración de mucha gente, porque para que se produzcan esas desvirtuaciones ha habido irresponsabilidades de administradores que han hecho fáciles las cosas, violando lo establecido sobre determinadas contrataciones, grupitos de trabajadores, por ejemplo, que se ganaban unos miles de pesos para hacer en horas supuestamente extras y libres lo que tenían que hacer en las horas de trabajo. Es repugnante cuando se conocen de esos casos. Y ganarse miles de pesos en unos días. El administrador que haga cualquier tipo de contratación en que un grupo de técnicos, de trabajadores calificados, cualquiera se gane miles de pesos es simplemente un corruptor y un corrompido (APLAUSOS) .

Se dieron casos hasta de militantes comunistas con esos problemas. ¡A dónde vamos a llegar: Por un lado haciendo conciencia y por otro lado destruyéndola. Y entonces alguno que decía: Bueno, si yo voy a la Plaza —y salió la dichosa Placita también— me cobran 50 pesos por una cutara (RISAS), lo cual es verdad; pero son cadenas de cosas que se producen.

Porque si las buenas ideas engendran buenas ideas, las malas cosas engendran por otro lado malas cosas. Y está claro que aquí realmente el técnico que tenga trabajo en el Estado, que tenga posibilidad de emplearse dignamente no se le debe dar derecho a hacer esas cosas. Esa no es fórmula socialista de resolver los problemas. La fórmula socialista sería hacer gabinetes, o grupos, oficinas de arquitectos por el Poder popular, por quien fuera, para que cuando el trabajador tenga que hacer un arreglo a su casa, y aparte de que tiene que pagar los materiales y tiene que pagarlo todo, le exigen el planito —y es lógico que le exijan planito, para que no se anden haciendo construcciones clandestinas que después dan lugar al derrumbe de los edificios—, debe haber un servicio socialista del Estado en que ese arquitecto gane lo que gana el arquitecto que está en Moa, está en Santiago, o está construyendo una escuela en el campo, o que está cumpliendo una misión internacionalista, y no diez veces más (APLAUSOS).

Hay que buscar fórmulas socialistas a los problemas y no fórmulas capitalistas, porque no nos damos cuenta y empiezan a corroernos, empiezan a contaminarnos, como decía Landy en la sesión de ayer de las cosas que nos contaminan y que contaminan nuestras conciencias. Y la virtud hay que cultivarla. El vicio es espontáneo como las malas hierbas y crece solo. Hay que tener presente eso. De lo contrario, vamos a estar por un lado cultivando virtudes y por otro creando caldos de cultivo al vicio. Para todas esas cosas fórmulas socialistas y no fórmulas capitalistas. Esa es la realidad, no podemos perder de vista eso.

Y creo que no le van a dar permiso para esas actividades. Al que se graduó antes de la Revolución, que viva como se educó. No tiene ninguna deuda particular contraída; pero las normas para los graduados por la Revolución tienen que ser distintas, porque los médicos hace mucho tiempo, pero mucho tiempo que renunciaron a la consulta privada. Y aquí hay muchos médicos eminentes que podrían estar ganando 10 000 pesos por ahí en un país capitalista, y tienen un modesto sueldo socialista trabajando aquí para nuestro pueblo. Esos sí son ejemplos (APLAUSOS). Y pienso que en parte a eso se refería Tony en su intervención ayer sobre los problemas ideológicos, de la necesidad de la fortaleza de nuestra juventud para no dejarse influir por la ideología burguesa.

Porque, claro, ya se sabe que en el capitalismo una eminencia de esas gana montones de dinero. Por eso es tan necesaria la conciencia revolucionaria y la conciencia comunista, y la conciencia internacionalista, para trabajar por su pueblo con muchos menos ingresos, en condiciones más modestas y en condiciones más duras. Ese es el tipo de técnico, ese es el tipo de revolucionario, ese es el tipo de comunista que queremos nosotros formar (APLAUSOS PROLONGADOS).

No vamos a competir a base de dinero con el imperialismo yanki, con los capitalistas, que explotando a los pueblos y explotando a los trabajadores acumularon enorme riqueza. Se robaron los mejores cerebros de todas partes para hacer desarrollos tecnológicos y lograr tecnologías de las cuales están privados los países subdesarrollados. Sí, dinero tienen. Nosotros tenemos algo más poderoso que el dinero y eso se llama conciencia (APLAUSOS). Y el comunista es por eso más poderoso que el capitalista, porque el comunista no se vende por ningún dinero, el comunista tiene conciencia y el capitalista dinero y nada más que dinero, no hay patria, donde más gane esa es su patria. El capitalismo por naturaleza es apátrida, va donde más gane; y el comunista por esencia es internacionalista, pero además es patriota: cumple el deber internacionalista donde sea y cumple su deber comunista con su propio pueblo, ese es el hombre que tenemos que formar. Los jóvenes tienen que formar ese hombre, y tienen la oportunidad de formar ese hombre y esa conciencia.

Por eso es muy correcto lo que se planteó sobre el lucro, muy correcto, y no tenía por qué abarcar exclusivamente a profesionales, porque otra de las iniciativas sobre las cuales se crearon actividades especulativas y de lucro fue alrededor de los mercados campesinos, ¿comprenden? Una fórmula capitalista, porque esa fórmula es capitalista, que toma en cuenta el hecho de que existen todavía muchos agricultores individuales, considerándose que había cierto trapicheo, y en busca de las posibilidades de algunas producciones marginales que el Estado, las grandes empresas agrícolas especializadas, no suelen producir, o para llevar un poco más de mercancías al mercado, esa que se contrabandeaba o se consumía, o para lograr un poquito más de esfuerzo de esos campesinos individuales y por ello se autorizaron tales mercados. Bueno, inmediatamente una plaga de intermediarios empezó a crearse alrededor de eso, una plaga de intermediarios, que no producían nada, y compraban y acaparaban productos que en muchos casos los campesinos debían haber vendido a acopio para su normal distribución. Había un sujeto que tenía 50 000 plátanos. Ah, 50 000 plátanos en un almacén, ah, en el almacén de un militante —cosa curiosa—, nos corrompen al militante, 50 000 plátanos que habían sido trasladados desde Holguín. ¿Cuánto dinero ganaba ese hombre vendiendo un plátano a 80 centavos en unos días? Esos son los que después quieren comprar hasta el teatro "Carlos Marx" (RISAS), y si no pueden comprar el teatro tratan de comprar al administrador del teatro.

Existe el Mercado Libre Campesino, es una concesión por determinadas necesidades. Tendremos que abordarlo, cuando discutamos con los campesinos ese problema; veremos qué medidas se adoptan, porque en un año sus usufructuarios ganaron 200 millones de pesos, y solo se pagaron 400 000 pesos de impuestos. Yo pienso que en ese año se debieron haber cobrado por lo menos 100 millones de impuestos, y ya que venden caro y ganan más que vendiendo a acopio, y a veces trasladando al mercado libre los productos que debían ir a acopio, sería muy bueno que ese dinero sirviera para hospitales, para escuelas, para ayudar a los pioneros, para los planes vacacionales, para todo eso (APLAUSOS). Hay muchas cosas hermosas que se pueden hacer con ese dinero, por lo menos con la mitad, ah, la mitad para el pueblo, para el mismo pueblo que lo está pagando allí, que le sirva al pueblo en un plan vacacional, en el campismo, en un palacio de pioneros, muchas cosas bellas y buenas, repito, se pueden hacer con ese dinero, mucho mejor que hacer burgueses, mucho mejor que hacer ricos, mucho mejor que hacer corruptores.

Admitimos que siga el mercado libre, ajustándose estrictamente a las regulaciones establecidas, pero bueno, hay que cobrar impuestos serios, porque ese individuo además —curioso—compra el huevo barato a seis centavos o a siete, bueno, ahora está más caro, a nueve o a 10, si no hubiera la producción de huevos que realizan los trabajadores de las granjas estatales no podría adquirir ese alimento a tan modesto precio. Ah, pero el Estado se tiene que encargar en sus granjas de producir miles de millones de huevos para que alcance, el Estado produce igualmente casi el ciento por ciento de la leche que consumen los niños en este país y consumen las familias, los ancianos y los enfermos, el ciento por ciento de las carnes de aves que se distribuyen en hospitales, en escuelas, que se distribuye a la población, en los centros gastronómicos, el Estado la produce. Claro que no tenemos más recursos, pudiéramos producir el doble de carne de ave, eso es fácil, sabemos de memoria cómo hacerlo, pero también sabemos cuántos millones de dólares hay que gastar en soya, en maíz y en otros productos, y no los tenemos; es muy fácil producirla con alta eficiencia, la producimos realmente con eficiencia. Claro, no tenemos la materia prima, porque si no sería cuestión de hacer granjas, sabemos muy bien hacerlas y somos uno de los países que tiene más alta eficiencia en la producción de carne de ave y en la producción de huevo, extraordinaria, resultado de la genética y la técnica que ha desarrollado la Revolución. Tenemos gran eficiencia en la producción de carne de ave, de cerdo, sabemos lo que eso requiere, y ahí es donde están los limitantes: las materias primas. Incluso se aprovecha en alto grado los desperdicios de alimentos para la cría de cerdos. Pero a pesar de eso lo que produce el Estado lo lleva allí, al hospital, a la escuela, etcétera, a la casa de la familia: la leche, el huevo, la carne de ave, de res, de cerdo.

Aquí no es como en otros lugares en que los imperialistas dicen: en tal país socialista el minifundio produce tanto por ciento de leche, de carne, de huevo, aquí no hay nada de esos tantos por ciento, aquí el ciento por ciento de la leche la produce la agricultura estatal, la que se distribuye precisamente al pueblo. Prácticamente todo. El huevo y la carne de ave y la carne de cerdo y casi toda la carne de res que se distribuye a la población, se produce con eficiencia. No producimos más porque no tenemos los recursos. Ahora, imposible que nosotros produzcamos guanajos para repartir en toda la República, una cuota de un guanajo semanal, qué sé yo, no sé cuántos harían falta.

Entonces un individuo produce el guanajo, y lo vende allí a 100 pesos. Tiene algunas cosas en cantidades bastante modestas que no por falta de eficacia deja el Estado de producirla mas, sino por falta de recursos ya que todos los disponibles los emplea para producir considerables cantidades de alimentos esenciales que distribuye al pueblo, a los más módicos precios y en muchos casos subsidiados. Ah, el individuo ese la medicina la toma al precio, barata, él compra además leche al precio de 25 centavos, va a un hospital y no le cuesta absolutamente nada, agarra un ómnibus y le cobran cinco centavos, aunque con el dinero que tiene: carro de alquiler y cacharro, y soborna a aquel que anda en la piquera y de todo porque con tanto dinero figúrese... El lo tiene todo a precios módicos o gratis y cuando le vende a un obrero una gallina se la vende en 15 pesos y le vende un plátano en 80 centavos, porque no había plátano de ese tipo, o pasó un cicloncito por La Habana y el plátano lo trajo de Cienfuegos u Holguín. Y vende entonces la cabeza de ajo a un peso, porque no tenemos ajo. Esas cosas.

Claro, él no va a vender el huevo a 20 centavos, porque el Estado está repartiendo esos productos por la libre a mucho menos precio. Quién sabe por cuánto tiempo nosotros tendremos que aplicar una distribución racionada de algunos productos esenciales, tratamos de liberar los más posibles, es mejor liberar que andar con el engorro del racionamiento, pero bien arreglados estaríamos si distribuyéramos la carne a base de precio aquí, porque el burgués nuevo ese la compra toda y el trabajador no puede comprar ninguna. Porque si la carne aquí se pone por la libre haciendo como hacen por allá por Europa que usted la pone a 10 pesos la libra, se acabó el racionamiento, sobra carne, sobra. Pero el problema es que no sería correcto aplicar esa política con un producto esencial y se quiere hacer una distribución socialmente justa. A base de precios es como lo resuelven los capitalistas todo, no lo resuelve así el socialismo. Entonces en esas circunstancias no son suficientes o faltan algunos productos y se especula. Bien, correcto, el Mercado Libre Campesino es una cosa autorizada por determinadas razones, buscando determinados objetivos.

Ahora, no concibo a un joven comunista —de verdad, ya no a un profesional, no concibo a un joven comunista— vendiendo una gallina en el mercado libre a 15 pesos, ni una cabeza de ajo a peso, ni un plátano a 80 centavos, y especulando y trayendo plátanos, desde cientos de kilómetros, vaya a ver usted a cuánta gente sobornó por el camino para traer tanto plátano, y poder tener todo un almacén de plátanos. Indiscutiblemente que el Mercado Libre Campesino es fórmula capitalista para resolver algunas necesidades.

Bien, tengo esperanza de que no sea eterno, tengo esperanza de que con el desarrollo de la agricultura socialista, las cooperativas, y cuando desaparezca ese minifundio especulativo e improductivo, no exista esa situación, y si existe un mercado libre, que sea un mercado libre regulado sobre otras bases y otras condiciones, y donde el ingreso principal sea para el pueblo, aunque los campesinos puedan ganar un poquito más allí. Creo que el desarrollo de las cooperativas, que es tan necesario, nos va a ayudar a incrementar productividades; y si siempre se quedara aunque sea una hoja de cilantro que no aparece por ahí por el mercado, puede haber alguna solución para la hoja de cilantro, y hasta incluso para un guanajo, pero sobre otras bases. Por ahora tendremos que cargar con esto, y creo que el impuesto para captar parte sustancial de la ganancia, pueda ser una mejor solución, de manera que cuando le cobren a alguien diga, estoy contribuyendo a una escuela, y no solo a que este bergante que le estoy dando tanto dinero, se haga rico.

Es así. Vamos a hablar claro, que es mejor hablar claro y que se sepa que sabemos las cosas y estamos conscientes de todo esto, y que no nos gustan ni un poquito, esa es la realidad. Así no se forma un comunista, desde luego, ni un campesino comunista.

Alrededor de la Placita, que fue una actividad de Cultura, ocurrieron también irregularidades. Ya antes de eso había empezado a proliferar el comercio individual, cuando se autorizan actividades por cuenta propia y ya en cada esquina algunos querían poner un timbiriche. Se dijo que no, Artesanos vendan producciones individuales, pero véndanlas al Estado, que el Estado las comercialice. Y fue así. Se tomó a tiempo la medida, porque si no nos llenaban de timbiriches las esquinas de La Habana. Porque siempre falta algo, aunque sea un palillo de dientes o un imperdible de esos... ¿Cómo le llaman a este de la ropa, al palillo ese de colgar las sábanas? (RISAS)

Algo siempre falta, desgraciadamente. Ahora, ¿cómo debemos resolverlo? ¿Por la vía capitalista? Yo creo que la solución de eso está en las empresas locales, fórmulas socialistas, no tiene que ser centralizado, ni producto de la planificación nacional, sino de la iniciativa de los poderes populares: voy a poner una fábrica de palillos de estos de colgar la ropa, o de percheros, porque no hay percheros; y no que descubre un tipo que no hay percheros, los fabrica, los vende en la esquina, y los vende a diez veces lo que vale un perchero, y ese tipo gane diez veces lo que gana un obrero, y hasta incluso deja el trabajo en una fábrica o centro de servicios para ir a hacer percheros. Eso realmente no le conviene a nadie. Fórmula socialista, las empresas locales para resolver todos esos problemas, y no fórmulas capitalistas.

Se suponía que la plaza famosa estaba circunscripta a artesanos de verdad, a artistas, trabajos artísticos; pero inmediatamente empezaron a proliferar los burgueses, los neoburgueses, y compra por allí, roba por allá, compra piel por acá y a hacer unas zapatillas, las zapatillas famosas de los 50 pesos. Y empezó a desarrollarse alrededor de eso un neocapitalismo. Experiencia muy interesante.

Nadie piensa atentar contra la sacrosanta Placita, pero que sean artistas de verdad y artesanos de verdad. Y si cobran muy caro, al Estado no le quedará más remedio que poner un buen impuesto también para captar las ganancias excesivas, porque no es razonable eso.

Cuando usted vende esa gallina, aunque la produjera, en 15 pesos, usted está ganando con unas cuantas gallinas en varias semanas más que lo que gana un obrero en un año, esa es la verdad. Y eso es un robo, es un robo. Si todavía se la estuviera vendiendo a otro lumpen... Y eso puede pasar, que se cree una clase de lumpen con dinero y que negocien entre ellos y se vendan caro (RISAS). Pero el problema es cuando le venden al obrero, a un trabajador, a ese trabajador aunque sea porque quiere celebrar el cumpleaños de su hija, ese día compró el guanajo, lo compró, ¡carísimo!; entonces, ese obrero es el que mantiene el transporte, es el que produce la tela, es el que construye viviendas, construye escuelas, construye hospitales, produce caña, produce azúcar, produce leche, produce huevos, produce carne para el pueblo, pero él tiene un modesto sueldo y el otro gana diez veces más con menos trabajo que él. Y eso es lo que no se concilia con el concepto que se pueda tener del socialismo y del comunismo, esa es la verdad.

Hablo de estos temas aquí, porque creo que el mejor lugar, el mejor ambiente para hablar de estas cosas es en el seno de este Congreso y en el seno de la Juventud (APLAUSOS). Estas cosas tienen que preocuparnos. Estas son manifestaciones capitalistas, son burguesas, son antisocialistas, son anticomunistas, son antiinternacionalistas, y promueven la corrupción. Pero esa corrupción no se promueve solo alrededor de esas cosas neocapitalistas, ¡no!, se promueven también alrededor de actividades que son socialistas, alrededor de actividades que son netamente socialistas, como resultado de descontroles, debilidades y falta de exigencia, como se pudo descubrir a raíz de esta operación que creo que llamaron Cocodrilo. Era el problema con los coleros y el problema de los administradores y empleados que se dejaban sobornar. Y había hasta guapos en las colas. Pero lo curioso es que, corno hemos avanzado en la igualdad de la mujer, había guapos y guapas, de los dos tipos (RISAS), que hacían colas; se llevaban todos los primeros puestos y se los repartían allí entre ellos, y la trabajadora, ama de casa que no estuviera dispuesta a fajarse allí, pues no compraba un ventilador. Y cosas por el estilo. ¿Eso? Falta de exigencia y de controles. Bueno, se habían apoderado del control.

Está probado que por Mariel no se fue todo el lumpen y que quedó, desde luego. Yo lo sabía, no es nuevo, pero queda todavía lumpen aquí, está probado (APLAUSOS). Esos tipos no trabajan, hacen colas; realmente viven de robarle a la gente. Son ladrones, sin duda; sin duda que son ladrones. Bueno, eso es lumpen puro ya, no vamos a hablar de jóvenes comunistas aquí bajo ningún concepto, es innecesario. Yo hablaba de jóvenes comunistas vendiendo una gallina, que decía que era un robo también, de otro tipo pero es un robo.

Se da eso, y corrompen, corrompen, esos individuos corrompen con regalos y con cosas, y con dinero. Y creo realmente que a esos tenemos que darles una batida, a estas actividades abusivas y antisociales y a ese propósito obedecen las acciones del Ministerio de Comercio Interior y de la Policía Nacional Revolucionaria, que no les van a dar tregua ni a los mercachifles intermediarios que se han metido en el Mercado Libre Campesino (RISAS), ni a los coleros, ni a funcionarios y administradores corrompidos, ni a negociantes de cualquier tipo (APLAUSOS PROLONGADOS Y EXCLAMACIONES DE: "¡Fidel, seguro, a los lumpen dales duro!").

No concibo, desde luego, a un joven comunista en ninguna de esas actividades. Porque una ley puede legalizar el robo, como es el guanajo a 50 pesos, a 80, no sé, o el ajo a peso; pero ninguna ley puede dignificar una conducta inmoral. Y eso es sencillamente inmoral, aunque la ley lo permita. Y el comunista, el joven comunista tiene que privarse de cosas que la ley permita simplemente para que su conducta sea moral, sea revolucionaria y sea comunista. Ni vivimos todavía en una sociedad comunista, ni todos nuestros ciudadanos tienen una conducta comunista, no. Pero el comunista debe tener una moral comunista y una conducta comunista.

Por eso sabemos que nuestra Juventud va a luchar contra esos vicios, que luchará contra la indisciplina, luchará contra las irresponsabilidades, luchará contra toda manifestación de corrupción dondequiera que se encuentre, luchará por la calidad y la producción en los servicios, luchará contra el fraude, luchará contra el espíritu de lucro, luchará incluso contra la mala educación, la descortesía, la grosería, dondequiera que se encuentre, y hará suya la bandera de la educación formal de la juventud y de todo el pueblo; que la Juventud luchará por las formas superiores de producción agrícola, y luchará por fórmulas socialistas, por soluciones socialistas a los problemas.

Es ya alentador el dato que aparece en la síntesis del Informe, de que siendo un 10% los jóvenes de los campesinos, son, en cambio, un 20% de los cooperativistas. Creo que esa batalla se ganará por el espíritu revolucionario de nuestros campesinos, que no hay que confundir a nuestros campesinos con ese lumpen, con esos intermediarios que aparecen a veces.

Pensamos que seguirá avanzando el movimiento cooperativo con la ayuda de la Unión de Jóvenes Comunistas al esfuerzo que realiza la ANAP.

He hablado de internacionalismo, de conciencia internacionalista; pero creo que uno de los momentos más impresionantes del Congreso fue ese: cuando se tocó el tema defensa e internacionalismo, con más fuerza, con más vigor. Aquí apareció el trabajo de nuestra juventud, en la formación de esa conciencia, que se expresó en el esfuerzo por la creación, por ejemplo, del contingente "Ernesto Che Guevara" (APLAUSOS), de jóvenes, que dan clases en Angola, que son miembros del Destacamento; el contingente de maestros "Frank País" que labora también allí, el contingente "Augusto César Sandino" (APLAUSOS), constituido por 2 000 maestros que dan clases en condiciones duras, difíciles y a veces riesgosas en el hermano pueblo de Nicaragua. Cómo no tener muy presente cuando se habla del internacionalismo, que casi 120 000 compatriotas nuestros han cumplido misiones internacionalistas solo a través de las Fuerzas Armadas Revolucionarias; cómo no pensar en que pasan ampliamente de 150 000 los compatriotas que han cumplido misiones internacionalistas en los últimos años, no solo como combatientes, sino como médicos, constructores, maestros, técnicos. Consideramos que es una cifra impresionante y que es bueno el récord de nuestra Revolución y de nuestra Patria en el campo del internacionalismo. En esa conciencia, en ese espíritu, está en buena parte el trabajo de la Unión de Jóvenes Comunistas.

Pero también es la Unión de Jóvenes Comunistas forjadora de cuadros y militantes del Partido, otra fundamental y decisiva misión suya, donde también se reflejan los avances de estos años, en el 92% que recibieron el aval para ingresar en el Partido, en el 83% de los procesados que recibieron el ingreso. Creo que esos índices son realmente alentadores, como es alentador el hecho del crecimiento de las filas de nuestra Unión de Jóvenes Comunistas en los sectores obreros y en los trabajadores de los servicios; aunque es lógico que este criterio no se puede medir exactamente igual que en el Partido, porque la Juventud tiene que atender también a los estudiantes y es muy importante el trabajo con los estudiantes. Es importantísimo el trabajo con los obreros; pero no se puede descuidar, en lo más mínimo, el trabajo con los estudiantes.

Creo que este Congreso nos dio ejemplos sobresalientes. A mí hay algo que realmente me hizo pensar y me conmovió, cuando el compañero René Valdés, joven trabajador que se prepara en Checoslovaquia, delegado a este Congreso, llegó y entregó los 1 000 pesos que él había ganado con el sobrecumplimiento de sus planes, 1 000 pesos ganados con grandes esfuerzos; vino, y los entregó aquí, y son 1 000 pesos. Quizás con esos 1 000 pesos habría podido ir mil veces al cine (RISAS), y si no va a un mercado libre ni a la Plaza, quién sabe cuántas cosas habría podido obtener con su dinero (RISAS). Vino y lo entregó. Esa es la conducta de un comunista (APLAUSOS PROLONGADOS). Y él no habría hecho absolutamente nada ilegal, era absolutamente legítimo usar ese dinero; él no habría hecho nada absolutamente inmoral, habría sido absolutamente honesto usar para sí ese dinero, porque lo ganó con su trabajo y con sobrecumplimiento de su trabajo; es absolutamente inobjetable su derecho a ese dinero, la forma digna, honesta en que lo adquirió, no lo adquirió lucrando ni haciendo nada.

Entonces yo comparaba la actitud de ese joven, la actitud de los obreros que hacen los esfuerzos, los dos delegados presentes aquí que cortaron 150 000 arrobas ya en esta zafra, del que se comprometía a tantos miles de metros de tela por una cuestión de honor (APLAUSOS). Esas son las actitudes comunistas, esos compañeros reflejan lo que es hoy nuestra juventud. Lo digo con toda convicción, los compañeros del Partido y de la dirección del Partido que hemos participado en este Congreso, nos sentimos satisfechos. Yo podría decir algo más: nos hemos sentido felices con este Congreso, felices (APLAUSOS), porque hemos visto su calidad, que refleja lo que es hoy nuestra juventud.

Los escépticos que podían albergar dudas y que tuvieron oportunidad de verla en las últimas grandes batallas, en las marchas del pueblo combatiente y en las movilizaciones frente a las amenazas imperialistas, donde expresaron su fuerza, su vigor, su combatividad.

Creo que el Congreso ha sido fiel reflejo de lo que es nuestra juventud y ha sido sin duda un magnífico Congreso, impresionante, por su nivel, por la calidad humana que se respiraba aquí, por el espíritu comunista e internacionalista (APLAUSOS); por el compañerismo, el calor humano, la pureza que se reflejaba en todos los aspectos; la sinceridad, la honestidad, los principios, la formación sólida de todos los que aquí hablaron —y fueron 170 y tantos, si mal no recuerdo—, los planteamientos, la forma correcta; los acuerdos, que revelaron un espíritu que es unánime, una conciencia que es unánime y una educación que es universal; las intervenciones fueron breves, fueron fecundas, fueron útiles, fueron todas interesantes, y muchas de ellas emocionantes. Se apreció igualmente el espíritu democrático de este Congreso, la forma incluso espontánea con que se manifestaban los delegados, la libertad para exponer los puntos de vista, que nos enorgullecen a todos, frente a la representación de las numerosas delegaciones de jóvenes extranjeros que se encontraban presentes.

No debo dejar de decir aunque sean breves palabras, que otras de las cosas que surgieron en este Congreso fue la iniciativa relacionada con las donaciones de órganos, cuestión tan importante, seria, profunda. Sobre esto habló el delegado médico, que conoce a fondo el problema y explicó la importancia que tenía la donación de órganos. No estamos hablando de que un vivo done un órgano (RISAS), no se le está pidiendo a nadie un brazo, un dedo, un riñón, aunque se han dado casos entre familiares que uno le ha dado el riñón a otro. No, no, no estamos hablando de eso. Nos referimos a otra cosa, pero que es delicada, porque tiene que ver con esa cosa sacrosanta que se llama el cuerpo humano, y el cadáver, y la mística, y la superstición incluso.

Se trata de que para cuando uno muera, para cuando uno haya muerto done órganos, realmente cuando ya no los necesita absolutamente para nada, esa es la verdad (RISAS). Un riñón, pues un riñón; un ojo, si hace falta un ojo; un pedazo de hueso, cualquier parte del cuerpo que se necesite. Se trata de crear una conciencia y una cultura sobre esto. Yo creo que nosotros debemos ser dueños de lo que hacemos con nosotros, ¿verdad? ¿Y por qué nos van a estar manipulando después de muertos, y haciendo con nosotros lo que otros decidan? Si nosotros tenemos derecho a donar algo de nosotros mismos. Es lo más legítimo, bueno, hay que crear una cultura, porque encima del dolor de la muerte, surgen sentimientos con relación al cadáver, pueden ser muy explicables y muy humanos, muy naturales, todo lo que se quiera, pero que no son racionales, y el comunista tiene que luchar contra todo lo que no sea racional, cuando se busca un objetivo noble y humano.

El médico, el delegado médico decía que hay 1 200 personas que todos los años pierden las funciones renales, y la mitad se pudiera salvar, pero hace falta el riñón. Y en cambio, otros mueren en accidentes, o mueren en determinadas circunstancias específicas, por lo general excepcionales, y está el riñón perfectamente sano que puede ayudar a vivir a aquellas personas. En parte la persona que lo dona, en una pequeña parte sigue viviendo, sigue viviendo en su riñón allí en la otra persona (RISAS). Como el que done un ojo, sigue viviendo con su ojo en la otra persona. El decía que hay 3 000 ojos ciegos esperando donaciones, ¡3 000 ojos ciegos esperando donaciones, que podrían recuperar la vista con la donación! No pueden, porque no la tienen. Se trata de casos con ciertas afecciones que son recuperables con trasplantes. El decía que había 3 000 inválidos que necesitan un hueso, una pieza y no la tienen.

Ahora bien, cuando se mire este problema, no hay que mirarlo solo desde el ángulo que son 1 200 que tienen problemas renales por año, o 3 000 que tienen problemas en la vista, o 3 000 que tienen problemas de invalidez. Esto no se puede medir así cuantitativamente. El problema es la seguridad que le daría a todo el pueblo, la seguridad que les daría a los 10 millones de personas de este país que somos una sociedad civilizada, y que si un día el padre, o el hermano, o el hijo, el esposo o la esposa tienen un problema en la vista que pueda resolverse, o con el riñón, o con un hueso, o con lo que sea. La seguridad que les daría a los 10 millones de ciudadanos de este país que aquí hay conciencia, educación, cultura, civilización suficiente sencillamente para hacer algo tan poco costoso como es donar un ojo cuando nos morimos, ya, realmente, si después se lo van a comer los gusanos (RISAS), puesto que tenemos la costumbre de enterrar entero allí todo, y los gusanos se lo comen, ese es el problema.

Recuerdo que una vez —y no sé cómo lo habrán resuelto otros países, pero tengo entendido, no estoy seguro, que hay países que han hecho leyes sobre eso—, cuando una vez se habló aquí sobre esa posibilidad yo dije: no, este es un problema que no se puede hacer mediante ley, no se debe hacer mediante ley en nuestro país, debe hacerse mediante conciencia, mediante conciencia que tenemos que formar, por el trabajo de la Juventud, de las organizaciones de masas, de todo. Y bueno, ya todos los delegados donaron, firmaron un libro para el caso de que les ocurra un accidente o algún tipo de muerte en que algún órgano pueda ser necesario y útil. Yo tenía ganas de firmarlo, pero como no era delegado no lo firmé (RISAS), pero gustosamente dono. No tengo la edad de ustedes, pero me siento todavía saludable, puedo donar algunas cosas (APLAUSOS PROLONGADOS). Alguien, creo que un especialista dijo que los riñones se podían donar hasta los 70 años.

Los padres lo pueden hacer por sus hijos, porque aquí no le privan a nadie nada. Pero tiene que ser una cuestión de conciencia; no por ley, no tendría sentido educativo, no tendría sentido revolucionario, no sería un avance hacer una ley, que por lo demás sería una ley antipática.

Entonces, hay que resolverlo por esa vía, a ver si todos los millones de ciudadanos de este país expresamos esa disposición y autorizamos, y entonces les quitemos un poquito a los gusanos (RISAS), los órganos que puedan ser útiles en caso de muerte en determinadas circunstancias.

Y vuelvo a decir, no se mire esto numéricamente, piénsese en el grado de seguridad que les da a los 10 millones de habitantes del país. Nada de leyes, cuestión de conciencia, ya que nos proponemos hacer una sociedad superior, más justa, más civilizada. Nos despojamos de esos prejuicios, de algunos sentimentalismos que no tienen justificación y tengamos una conciencia de algo superior, la conciencia del beneficio extraordinario, de que en el momento de que una vida se pierde, podamos darle vida a otra persona; en los momentos en que unos ojos se cierran, poderle dar luz a otra persona. De eso se trata.

Y creo que es histórica esta iniciativa. Esta lucha que ustedes inician, este ejemplo que dan nos parece algo muy digno de este Congreso.

Yo no quiero extenderme mucho más. Tenía pensado hablar un poco de la situación que está viviendo el mundo, difícil, complicada, pero voy a limitarme... (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: "¡Sí, que hable, que hable, que hable!") Voy fundamentalmente a recordarles que vivimos en un mundo en crisis, con grandes peligros, con una carrera armamentista que se desata desenfrenadamente, como consecuencia de la política imperialista. Recordarles cómo se continúa y se multiplica la producción de armas de todo tipo: armas nucleares, portadores de esas armas, cohetes, aviones sofisticados, armas neutrónicas, armas químicas, armas biológicas, que constituyen una amenaza para un mundo que, además, está viviendo una de las más tremendas crisis económicas que se recuerdan, y cuya solución no se avizora por ninguna parte.

Son tiempos difíciles y es bueno que la juventud sepa que se viven tiempos difíciles, que tiene que prepararse para ese mundo. Es lo que estamos haciendo cuando nos educamos, cuando desarrollamos una conciencia, un espíritu, una política de principios, una firmeza, el heroísmo, el internacionalismo, prepararnos para ese mundo difícil. Hay que estar conscientes de esa realidad.

Es decir, el problema global es complicado, amenaza complicarse más. Los planes imperialistas, por ejemplo, de instalar 572 proyectiles de alcance medio en Europa constituye un tremendo peligro para la comunidad socialista, para la Unión Soviética, puesto que no sólo los amenazan los cohetes intercontinentales, los amenazarían proyectiles que están allí, que en cuestión de unos minutos podrían caer sobre la capital soviética, las ciudades soviéticas, sobre las capitales socialistas; una gran locura, tanto más grande si se recuerda que los imperialistas pusieron al mundo al borde de la guerra cuando en nuestro país se instalaron 42 proyectiles de alcance medio. Ahora quieren instalar en la frontera de la Unión Soviética 572 proyectiles más sofisticados. ¿Cómo no esperar que si esa política se lleva adelante se produzcan muy serias complicaciones y grandes peligros para el mundo?

Para nuestro país en particular, aparte de los peligros mundiales y la crisis económica general, tenemos los peligros particulares de las amenazas imperialistas contra nosotros que ustedes conocen, que nos han obligado a tomar medidas serias. En la intensificación de las actividades de bloqueo económico contra nosotros; se mueven los imperialistas, trabajan activamente para incrementarlo, para crearle mayores dificultades a nuestro pueblo, presionando fuertemente en todos los países occidentales, contra las relaciones financieras y comerciales de dichos países con Cuba. Ellos han estado buscando todos los medios de intensificar el bloqueo y crearnos dificultades serias.

También hablaron de la subversión. Como ustedes recuerdan, se habló incluso, de una estación de radio que le iban a poner nada menos que el nombre de José Martí. Bueno, todavía estamos esperando la estación. La verdad es que hasta ahora nos han dejado simplemente un poco defraudados, como el boxeador que llega al ring y el contrario no está (APLAUSOS). No sé si pensaban asustarnos con su estación, el hecho es que todavía no se ha concretado en nada, no se sabe siquiera si la van a establecer o no. Sería más constructivo que no la establecieran, pero nosotros somos boxeadores, no hay que olvidarse de eso. Por principio queremos la paz; por deporte, preferimos el boxeo (RISAS), y si al fin y al cabo se iba a formar un enfrentamiento dialéctico entre ellos y nosotros, ellos con su estación subversiva y nosotros con nuestra réplica, pues lógicamente es mejor que no se dé el match, es más pacífico. Pero estábamos preparados para dar condigna respuesta a su radio subversiva. Preferimos, desde luego, que no la instalen, porque lo otro va a ser nuevos motivos de fricción, de irritación y de tensión. A mi juicio sería una posición sensata que no lo hicieran.

Frente a las amenazas de agresión hemos tomado muchas medidas, hemos organizado muchos planes; cómo resistir, por ejemplo de la forma más eficiente a un bloqueo total al país. Ya todos ustedes saben de esas cosas algo, qué medidas tomar igualmente contra cualquier acción militar, contra cualquier golpe sorpresivo. Hemos trabajado ardua y calladamente durante muchas semanas, hemos hecho esfuerzos, sacrificios, pero no hemos vacilado en hacerlos. Hemos cumplido el deber de elevar al máximo nuestras capacidades defensivas, desde el año pasado lo venimos haciendo, desde que nos amenazaron, porque fueron en primer lugar, precisamente las amenazas de bloqueo y de agresiones militares las que originaron el ingreso de grandes cantidades de armamento en nuestro país. No lo hicimos por deporte, no lo hicimos por gusto, lo hicimos porque nos vimos amenazados. Por eso creamos las Milicias de Tropas Territoriales, por eso hemos elaborado planes contra bloqueo naval, por eso hemos elaborado planes eficientes contra acciones militares enemigas de cualquier tipo. Esa es la razón, no hay que buscar ninguna otra explicación porque es única y exclusivamente esa. Hemos trabajado ardua y calladamente, repito, para enfrentarnos a todos estos tipos de riesgos, y estamos tranquilos, estamos serenos.

En el área hay tensión. Se habla de esas tensiones, de los peligros del área y son reales; de los problemas de Centroamérica y del Caribe que se han venido a convertir en una especie de foco de conflicto internacional. Y ustedes conocen bastante, por lo que se ha publicado en estos días, sobre la situación en El Salvador y en Nicaragua. Conocen también, incluso, de muchas personalidades, organizaciones, y de la opinión mundial que se pronuncian por una solución política negociada en El Salvador y por soluciones políticas negociadas en Centroamérica y el Caribe en general. Muchas organizaciones, las Naciones Unidas, en primer lugar, la Internacional Socialista y otras; muchos países, Francia, México; no solo la opinión pública internacional, sino también la propia opinión pública de Estados Unidos, el propio Congreso de Estados Unidos se manifiesta en favor de una solución política negociada en Centroamérica. Se ha opuesto sistemáticamente la administración de Estados Unidos. Han preferido optar por el aplastamiento militar de los revolucionarios, han impuesto estas elecciones increíbles, en medio de una guerra civil, en medio del genocidio y del terror, donde el que no votara ya podía sentirse en peligro de que incluso lo asesinaran por el terror existente en el país, donde estaba excluida la izquierda. Nadie creía en esas elecciones, nadie veía una solución en esas elecciones, solo el gobierno de Estados Unidos. Y sin embargo, las elecciones no han sido ninguna solución, y están cada vez más lejos de ser una solución. Hay incluso posibilidades de que el gobierno lo asuma la extrema derecha, o se produzca un enjuague entre la Democracia Cristiana de la actual Junta y la extrema derecha. Pero lo que puede afirmarse categóricamente es que no significan ninguna solución y que los fascistas y los genocidas no podrán jamás aplastar a los revolucionarios (APLAUSOS), no saldrá adelante ni triunfará la idea de liquidar por la fuerza a los revolucionarios.

Tanto la situación internacional, como la situación en Centroamérica, como la situación del área, aconsejan la idea de una solución política negociada.

Este planteamiento lo hicieron el Gobierno de México y el Gobierno de Francia. En fecha reciente —como ustedes conocen— el presidente de México, José López Portillo, reiteró la posición de su país y defendió la idea de una solución política negociada. Esa política de México recibió el apoyo de Cuba, el apoyo de Nicaragua, y el apoyo de los propios revolucionarios salvadoreños. Tiene amplio apoyo internacional. El imperialismo tendrá que optar entre una política intervencionista, a todas luces absurda, donde no le espera sino el fracaso, o tendrá que aceptar la solución política negociada en Centroamérica y El Salvador.

Nosotros hemos expresado públicamente nuestro apoyo a las posiciones de México y nuestra coincidencia con la posición de los nicaragüenses y de los revolucionarios salvadoreños.

Los mexicanos han ido más lejos todavía: han planteado la necesidad de discusiones, de contactos bilaterales entre Estados Unidos y Nicaragua, entre Estados Unidos y Cuba. Nosotros no hemos rechazado ninguno de estos planteamientos. Es la política del Segundo Congreso de nuestro Partido, la política planteada siempre: que nosotros no nos negamos al diálogo, a la discusión, a las negociaciones.

Nadie pudiera asegurar en este momento en lo más mínimo qué posibilidades hay de que se pueda marchar por ese camino. Va a depender fundamentalmente no de nosotros, no de nicaragüenses, no de salvadoreños revolucionarios; va a depender de Estados Unidos, ellos serán los que tendrán que decidir una política u otra. Si aceptan como una realidad las realidades o marchan a estrellarse contra las realidades; si marchan por un camino intervencionista en el área y en Centroamérica o por un camino político, de diálogo y soluciones políticas.

Recuerdo muy bien ayer, después de las manifestaciones del espíritu combativo de nuestra juventud, la compañera habló de la paz con palabras hermosas y profundas, proponiendo aprobar un acuerdo de apoyo a la lucha por la paz. También recuerdo las elocuentes palabras de Raúl cuando explicaba todo el esfuerzo que hacemos en la defensa del país, y cómo el esfuerzo y los sacrificios que realizamos en la defensa tienden precisamente a aumentar las posibilidades de paz, porque si somos débiles frente al enemigo es peligroso. Si tememos al enemigo es peligroso. Eso alentaría las agresiones. Si somos fuertes, si estamos decididos, si somos valientes, si estamos dispuestos a combatir hasta la última gota de sangre —como hemos afirmado una y mil veces— el enemigo lo tiene que pensar más, y tiene que pensar en el precio de una agresión a nuestra Patria.

Cuando fortalecemos nuestras defensas expresamos una decisión de defendernos, de luchar muy firme y heroicamente, de la cual estoy seguro no duda el imperialismo. El imperialismo no alberga la menor duda sobre eso.

Estamos aumentando las posibilidades de paz, nada más lejos de nuestra voluntad que los deseos de guerra. En el mundo de hoy ningún hombre consciente de la situación y de los peligros podría ser partidario de soluciones militares a los problemas. El mundo de hoy no podría tener soluciones militares de ningún tipo. La creencia de que los problemas del mundo de hoy van a tener soluciones militares es precisamente la creencia imperialista, de que se puede hacer el papel de gendarme; volver atrás la rueda de la historia, imponerse, doblegar a los pueblos, congelar la sociedad humana, impedir los cambios, esas son precisamente las ideas imperialistas. No pueden ser jamás las ideas de los comunistas, no pueden ser jamás las ideas de los internacionalistas.

La posición de nuestro país clara, diáfana, se ha expresado públicamente. Está en disposición de trabajar en la búsqueda de soluciones políticas negociadas a los problemas de El Salvador, de Centroamérica, del área. Apoyamos la posición del ilustre presidente de México y amigo de Cuba, José López Portillo firmemente, seriamente. Incluso los mexicanos plantearon, lo han planteado públicamente, nos lo han planteado a nosotros, se lo han planteado al Gobierno de Estados Unidos, moderación en el lenguaje, que haya cierta desescalada verbal.

Pero ustedes me decían: "A los yankis dales duro". Decían: "Pitchea, que Reagan no batea" (RISAS). Ustedes me estaban exhortando a que yo no fuera moderado en el lenguaje. Yo sin embargo tengo el deber de ser moderado en el lenguaje. Y lo he sido, de hecho. He dicho las cosas con toda claridad, toda franqueza, pero creo yo que con moderación (RISAS).

En definitiva, la esencia de una política no está en la virulencia de los adjetivos, sino en la firmeza de los principios (APLAUSOS), y nosotros hemos sido siempre fieles a esa esencia.

No habría que suponer jamás temor en nuestro pueblo, temor en nuestro Partido, temor en nuestra Dirección; al contrario, este pueblo se siente muy tranquilo, muy sereno, muy confiado en sí mismo, muy convencido de su fuerza, de su razón, de su entereza. Nuestro Partido, nuestra Revolución se siente segura de su historia y de su gloria, de sus victorias. Sabe que nada nos podrá doblegar, nada nos podrá vencer, nada nos podrá dominar. Nos podrán desaparecer de la faz de la Tierra; pero tenemos conciencia de que si se defiende una causa justa, es glorioso desaparecer heroicamente de la faz de la Tierra (APLAUSOS).

No negociamos con los principios, ni albergamos temor; tenemos deberes, tenemos responsabilidades, las tenemos con el movimiento revolucionario internacional, con la paz mundial y con nuestro pueblo, soñamos también, tenemos la esperanza de que nuestro pueblo pueda seguir adelante avanzando, progresando, obteniendo nuevas conquistas. Soñamos con el otro Congreso y el otro del Partido y de la Unión de Jóvenes Comunistas, en un amplio y prolongado futuro. No soñamos nosotros como individuos, soñamos todos, sueña nuestro pueblo, sueña el alma colectiva, sueñan ustedes, porque la Revolución ofrece trabajo duro, sacrificio; pero ofrece también satisfacciones, alegría, sentido de vivirse una vida que vale la pena vivirse, de vivirse una época que vale la pena vivirse; sentimos una gran dignificación en nuestra tarea y en nuestra obra. Ahora, por ella estamos dispuestos a todo, estamos dispuestos a morir todos por nuestra independencia, por nuestros principios, por nuestra Revolución. Por eso decíamos nosotros que la paz se preservará, entre otras cosas, si el imperialismo sabe que estamos dispuestos a morir por ella, a luchar por ella hasta el último aliento. Siempre tenemos esperanza de que la paz se preserve y si podemos poner un granito de arena lo ponemos, con toda seriedad y con toda responsabilidad.

Esa es la situación actual, estamos preparados para todo, estamos preparados para combatir y estamos también preparados para discutir. Estamos preparados para enfrentarnos a la más violenta de las agresiones como estamos preparados también a buscar soluciones políticas y negociadas a los problemas. Estamos tan dispuestos a hacer lo que sea necesario, el sacrificio que sea necesario y el riesgo que sea necesario por preservar a nuestro país frente a la agresión, como estamos dispuestos a trabajar también seriamente por la paz. La paz para el mundo, la paz para Centroamérica, la paz para el Caribe y la paz para nuestra Patria, para nuestro pueblo.

Debemos estar conscientes de todo esto, es lo que puedo decirles sobre la situación, y expresarles una vez más nuestra confianza, multiplicada en la juventud. Lo contentos que estamos del trabajo de ustedes, manifestado en hechos sobresalientes, hechos realmente sobresalientes. No existe problema que planteado a la Juventud y a sus organizaciones no se resuelva. Cuando nos propusimos elevar la eficiencia de los centrales, hacer zafras mejores y nos dimos cuenta de que faltaban miles en esos centros, que había en provincias muchos centrales que no tenían ingenieros, no tenían químicos, economistas y otros profesionales indispensables, y nos dirigimos a la Juventud, nos dirigimos a la FEU y buscamos los estudiantes del último año de distintas facultades universitarias. E inmediatamente se presentaron todos los que hacían falta para cualquier central, y allá están trabajando. Esa fue la disposición de los estudiantes.

Se presentaron necesidades para las Fuerzas Armadas, con motivo de las armas nuevas de que disponemos, de la técnica más compleja, necesitábamos un gran número de ingenieros, sobre todo para las armas de la defensa antiaérea. Había 300 alumnos en el último año de las especialidades que se necesitaban, necesitábamos alrededor de 100 en ese momento, muy urgente. Nos dirigimos a la Juventud y a la FEU y de 300 estudiantes disponibles del último año los 300, ¡el ciento por ciento aceptó ingresar en las Fuerzas Armadas! (APLAUSOS) Ante esa disposición, incluso, se aumentó el número y dijimos: bueno, se incorporarán 150, hombres y mujeres. Algunos de ellos han estado por aquí como delegados al Congreso, con su uniforme y todo, fue una cosa impresionante la respuesta, el ciento por ciento. Creo que esos son números que hablan de la calidad de nuestra juventud.

En Ciego de Avila, un número de jóvenes del Ejército Juvenil debían licenciarse y hacía falta cortadores. Se reunió la Juventud con ellos, les planteó el problema: que se quedaran en la zafra que hacían falta. Ya habían cumplido su Servicio, sus deberes allí, ¡el 90% dio una respuesta positiva! (APLAUSOS) Y el último ejemplo, los nicaragüenses nos pidieron 100 médicos más. De repente estamos esperando que se gradúe el último curso. Decidimos hacer una encuesta con los estudiantes del último año de medicina, próximos a graduarse ya con práctica médica, y se les preguntaba ¿quiénes estaban dispuestos —que necesitábamos 100 médicos—a participar en esa misión internacionalista en Nicaragua? Y de los 1 000 estudiantes del último año de medicina, ¡los 1 000 se ofrecieron para cumplir la misión internacionalista! (APLAUSOS) Y tenemos que escoger 100. ¡Cien! No fue un 10%, ni 20 de 100, ni 50 de 100. En los dos casos: para satisfacer la necesidad de las Fuerzas Armadas ciento por ciento y para los 100 médicos ciento por ciento. Yo creo que tenemos que sentirnos satisfechos, porque ese es el fruto de los años de Revolución, ese es el fruto de los 20 años que hoy conmemoramos de trabajo de la juventud comunista, el fruto de la formación de una conciencia (APLAUSOS).

Estas cosas nos estimulan y nos alientan mucho; es la contrapartida de aquellos problemas del lumpen ese que puede aparecer por ahí, es la contrapartida. Por un lado lo negativo. Por otro lado lo positivo. Pero el lado positivo lo expresan de modo impresionante la inmensa mayoría de nuestro pueblo y nuestra juventud. Esta es nuestra Revolución y nuestra juventud. Y por eso tenemos ese optimismo porque no hablamos con palabras, estamos hablando con números: de 300, 300. De 1 000, 1 000. En la formación del Destacamento "Carlos J. Finlay" 14 200 para escoger 3 807 (APLAUSOS). ¡Qué decir de algo que mencionamos ya! De 92 000 maestros que han firmado su disposición de ir a dar clases en Nicaragua, ¡qué decir! (APLAUSOS)

Creo que realmente son ejemplos sobresalientes. Tenemos razones para sentirnos felices, y por eso tenemos la seguridad esa, esa expresada en frase que preside el acto, lo que más queríamos nosotros. Estamos conscientes de las debilidades de la generación nuestra; las que explicaba yo, las que recordaba ahí por donde comencé la clausura, que dijimos hace 20 años, lo que nos había tocado. Entonces, decíamos difícil en el terreno político-ideológico. Nadie puede asegurar que los tiempos pasados eran más difíciles que los tiempos futuros a los que tengan que enfrentarse ustedes. En otro sentido lo decía, en el sentido político. Ya ahora es diferente y por eso, bueno, no son simples palabras: nosotros tenemos hoy la juventud que entonces soñábamos.

¡Y muy importante, pero muy importante!: vivamos en conflicto o vivamos en paz con nuestros vecinos del Norte, ellos van a ser capitalistas largo tiempo; no se ve a corto plazo cómo el mercantilismo allí ceda paso al socialismo, no se ve. Y nosotros tenemos que ser cada vez más socialistas y cada vez más comunistas, en cualquier circunstancia: haya enfrentamiento violento o haya paz. Por eso nos sentimos seguros de eso que dijimos y que queríamos, que la nueva generación fuera más dura, más revolucionaria, más internacionalista y más inclaudicable que nuestra propia Revolución.

Yo decía que nosotros estábamos dispuestos a donar un ojo, lo que fuera necesario, pero nosotros sí queremos una donación para cuando muramos, los de esta generación que estuvimos en el Moncada, en el Granma y en estos años de dura lucha, nosotros queremos una donación, y es la seguridad de que tenemos un pueblo más revolucionario (APLAUSOS), para cuando nosotros no existamos físicamente, tener desde hoy la seguridad de que todo marchará mejor, que todo marchará más seguro, y que cada vez será más sólida nuestra Revolución, más segura, y basada no en hombres, porque nuestra Revolución no se basa en hombres, se basa en principios. Esa es la donación, que no estamos demandando de ustedes, sino que ustedes con su conducta, su actitud y su espíritu, nos están ofreciendo.

El cuerpo físico no importa; ahora, las ideas sí nos importan mucho, el futuro de la Patria nos importa mucho. Y estoy seguro, y nos da satisfacción pensar que cuando Martí cayó en Dos Ríos, cuando Maceo cayó en Punta Brava, cuando murieron tantos compañeros en la lucha, se habrían sentido muy felices de ver una juventud como esta y de ver un Congreso como este, de ver cuán lejos en el espíritu revolucionario, en el sentido de la justicia, en los valores más elevados y más humanos, ha llegado nuestro pueblo y nuestra juventud. Estoy seguro de eso.

Qué tristeza ofrece cuando se escucha: fue en vano la muerte. Nunca creíamos, y siempre lo decíamos como estudiante, y siempre lo dijo mucha gente, que no era en vano ninguno de los sacrificios que nos precedieron; pero no se había probado todavía que ya estaba dando los frutos. No murió nadie en vano, la Revolución y ustedes se han encargado de reivindicar todas aquellas vidas.

Tenemos una gran confianza, y sabemos que nuestra juventud marchará adelante. Se inspirará siempre en las ideas y el ejemplo de Marx, de Engels, de Lenin, de Martí, de Maceo, de Mella, de Abel Santamaría, de José Antonio Echeverría, de Frank País, de Camilo y del Che (APLAUSOS y EXCLAMACIONES DE: "¡Y de Fidel!"); en las ideas de esa legión inmensa y admirable de revolucionarios puros y verdaderos, de hombres maravillosos, de tantos hombres maravillosos como los que ha producido el mundo y nuestra Patria (APLAUSOS). ¡Que nuestra juventud será constructora del comunismo y forjadora de un mundo nuevo!

¡Patria o Muerte!

¡Venceremos!

(OVACION)

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