Discursos e Intervenciones

Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz el día de los trágicos hechos ocurridos en Estados Unidos, el 11 de septiembre del 2001

Fecha: 

11/09/2001

"Ninguno de los actuales problemas del mundo se puede resolver por la fuerza."

Profesores, constructores, trabajadores, estudiantes, familiares e invitados:

Vamos a ver cómo sale esto, porque los actos en los estadios y en los lugares así, como las gradas de este coliseo, siempre son complicados, unos están detrás, otros a un lado, otros a otro y cuando aparece uno que dice: "¡No se oye!", entonces viene la tragedia (Aplausos y exclamaciones).

Ayer (Exclamaciones de: "¡Aquí no se oye!")... Bueno, pues me voy y les hablo por televisión (Exclamaciones de: "¡No!"). Hagan un esfuercito; ustedes, que son los que parece que están allá más complicados, tengan un poco de paciencia y ayuden a que haya orden hoy (Exclamaciones de: "Se oye, se siente, Fidel está presente").

Les iba a decir que ayer era un día tranquilo, nos preparábamos para dos eventos importantes: primero, la reinauguración de la escuela y el curso de enorme importancia que comenzaba con esta masa de estudiantes, y, además, muchos compatriotas estaban esperando las noticias sobre los resultados del famoso Grammy, donde una importante y numerosa delegación de artistas cubanos estaría presente.

La única preocupación, cuando nos marchamos de madrugada, bastante tarde, era si llovería o no en nuestra escuela, ya que los días previos se habían caracterizado por grandes aguaceros y casi siempre a esta hora, más o menos. Tomamos la precaución de organizar un lugar alternativo donde inaugurar, de todas formas, el curso y reinaugurar la escuela.

Se previó todo y suerte que lo hicimos así, porque en aquella zona, con lo que llovió hoy, aquello estaría inundado de agua y lleno de fango, a pesar de que se había preparado un lugar especial para la actividad, donde participarían, entre alumnos, familiares, invitados, trabajadores y vecinos, 12 000 personas.

Bien, apenas llevábamos algún tiempo descansando, comienzan a llegar noticias de que graves hechos estaban ocurriendo en Estados Unidos —y, aparte de eso, un día bien nublado y lluvioso aquí—; aquellas noticias tenían y tienen gran importancia. Medida tomada de inmediato fue solicitar al ICRT que trasmitiera, de forma rigurosamente exacta, e incluso utilizando programas de las televisiones norteamericanas, las noticias de lo que estaba ocurriendo allí, y después esperar.

El acto no pensábamos suspenderlo, ni podía suspenderse, a pesar de la tensión internacional creada por los acontecimientos. Imagino que muchos los conozcan; pero, en esencia, consistieron en que, aproximadamente a las 9:00 de la mañana, un Boeing, de los grandes, se estrella directamente contra uno de los dos edificios de la famosa torre de Nueva York, uno de los más altos del mundo, que tiene dos alas. Como es natural, aquello se incendia con todo el combustible de uno de esos grandes aviones; empiezan a ocurrir escenas tremendas, y 18 minutos después otro avión, también de una empresa aérea norteamericana, ataca y se estrella directamente contra la otra ala de la torre.

Al mismo tiempo, unos minutos más tarde, otro avión se estrella contra el Pentágono. Llegan noticias, en medio de cierta confusión, de una bomba frente al Departamento de Estado y otros hechos alarmantes, aunque he mencionado los más importantes.

Evidentemente, el país había sido víctima de un violento y sorpresivo ataque, inesperado, inusitado, algo verdaderamente insólito, que dio lugar a escenas impresionantes, en especial cuando ardían las dos torres y, sobre todo, cuando ambas se desploman, con sus 100 pisos, sobre otras edificaciones próximas, y se conocía que allí trabajaban decenas de miles de personas en diversas oficinas que representan numerosas empresas de variados países.

Era lógico que aquello produjera una conmoción en Estados Unidos y en el mundo, las bolsas de valores comenzaron a derrumbarse, y por la importancia política, económica, tecnológica y el poder de Estados Unidos, el mundo hoy estaba conmovido con aquellos acontecimientos que fue necesario seguir durante todo el día, a la vez que por nuestra parte se mantenía la atención sobre las condiciones y las circunstancias en que se realizaría este acto.

Por tanto, había dos temas: la escuela y su importantísimo curso, y la catástrofe de tipo político y humano que se había producido allá, especialmente en Nueva York.

Hablaré primero de la escuela.

Debo decir, en primer lugar, que los constructores hicieron un enorme esfuerzo y han reconstruido esa escuela, prácticamente en unos meses; un tipo de tarea de tal magnitud, nunca se había hecho en un tiempo tan breve.

La directora explicó que aquella escuela había ido decayendo mucho, sufrió todo el período especial y llegó a convertirse en albergue de cientos y cientos de familias. Un día la visité y no era ni sombra de cuando la habíamos inaugurado, el 5 de diciembre del año 1974, como escuela de formación de maestros primarios para la capital; durante 14 años que funcionó como tal escuela, graduó a decenas de miles de maestros. Después desempeñó otros importantes papeles docentes, era una facultad de docencia superior; pero vino el período especial y con él todas las dificultades.

La situación de la primaria en la capital no sufría entonces la escasez de maestros que estaba padeciendo en estos tiempos, una crisis verdaderamente seria, que se puede definir o señalar con el hecho de que este año que acaba de concluir solo se gradúan 37 licenciados en enseñanza primaria.

La ciudad tenía la peor situación del país, de modo que alrededor del 80% de los alumnos estudiaba en aulas con 30, 35, 40, 45 y, en ocasiones, hasta 50 alumnos; había casi 400 aulas con más de 40. Aquello se reflejaba en la educación, como es lógico; estaba la capital por debajo, muy por debajo, de algunas provincias como Santiago de Cuba y otras, era una situación realmente grave. No había vocaciones, se habían acabado en nuestra capital las vocaciones de maestros primarios.

El estado físico de las escuelas era también crítico, tras 10 años de período especial y gran escasez de recursos. Los padres aconsejaban a sus hijos que no se hicieran maestros primarios; los egresados de los numerosos preuniversitarios pedagógicos, cuando concluían el curso y se les preguntaba qué querían estudiar, cada uno escogía la materia de su gusto: maestros primarios, menos de 5 de cada 100; y los demás, historia, matemática, literatura, geografía, en fin, alrededor de 12 ó 14 diferentes carreras, mas no la de licenciados en enseñanza primaria.

Aquello no se conciliaba con las necesidades, casi todos los alumnos de la Facultad Docente de la capital estaban ayudando en las escuelas secundarias; podían sostenerse las escuelas secundarias por el apoyo de los centros docentes superiores, y por la idea surgida, hacía apenas dos años, de la colaboración de numerosos estudiantes universitarios para impartir una u otra materia.

Habíamos caído bajo el mito de las vocaciones y era imposible concebir un programa de estudio donde a veces faltaba uno, dos o tres profesores, o un profesor tenía que dar clases a cuatro grupos de 40 ó de 50 alumnos —digo cuatro, porque a veces eran cinco y seis—, y conozco a una excelente directora de escuela que en determinados períodos les daba clase de historia a los 13 grupos de su escuela.

Este es un tema importante, porque es la tarea que nos desafía cuando ganemos esta batalla, ya casi ganada, que estamos emprendiendo ahora con relación a la primaria. La batalla de ahora era formar, con los conocimientos adecuados y de forma adecuada, y, además, urgente, miles de maestros primarios para la capital de la república y reducir el número de alumnos por aula a no más de 20. Este problema se aborda el primero de septiembre, hace apenas un año, y se planteó para resolverlo en el mes de septiembre del 2002. Parecía algo imposible.

Se analizó bien el problema, se visitaron 8 080 heroicos maestros primarios que a lo largo del período especial, junto a los pocos nuevos maestros que se graduaban, sostuvieron la educación primaria en nuestra capital.

Las edificaciones estaban, como dije, en una situación terrible y, a medida que se profundizaba, se vio la necesidad de proceder, con un programa emergente, al arreglo de las 659 escuelas primarias y secundarias de la capital. Esta última tarea suponíamos que tardaría por lo menos tres años; pero a los pocos meses de iniciada se inauguró la número 100, y aún entonces pensaban que harían falta dos años más. Pronto se inaugurará la número 200, a la vez que más de 100 estarán en el período de restauración completa de la escuela.

No debo invertir tiempo en hablar sobre estos detalles, ya que habrá otro momento cuando se inaugure la restauración número 200. Lo importante es que en septiembre del próximo año las 659 escuelas estarán completamente restauradas, como nunca lo estuvieron, ni antes del período especial, ni en ningún otro período, porque serán todas juntas restablecidas, arregladas, con todos los problemas de agua solucionados, es decir, del agua corriente. Muchas de ellas tenían grandes problemas, a algunas no les llegaba el agua, la situación de los baños era tremenda; no funcionaba prácticamente ningún equipo de refrigeración. En fin, no quiero repetir, todo el peso del período especial y de nuestras escaseces había caído sobre esas escuelas y era necesario un esfuerzo excepcional.

Hoy me atrevo a asegurarles aquí que el próximo mes de septiembre estarán las 659 escuelas. Es un trabajo serio, pero todo eso que se ha ido haciendo con gran discreción, iba unido a la creación de capacidades para 20 000 jóvenes estudiantes en esta y otras provincias: capacidades para disponer, por ejemplo, de todos los maestros primarios; capacidades para la formación de 7 000 trabajadores sociales —entre los cursos importantes—; la preparación de los profesores que van a dar clases de computación a todos los alumnos primarios, ya que los que iban a impartir esas materias en la secundaria venían siendo preparados hasta el momento en que se tomó la decisión, bien meditada, de introducir la enseñanza de la computación desde los 5 años de edad; es decir, desde el prescolar.

Otras escuelas importantísimas que no menciono, un enorme y callado esfuerzo, con muy poca o ninguna publicidad, en virtud del nuevo método, digamos, de pocas promesas y muchos hechos, inaugurar las instalaciones. A veces se inaugura una escuela en nombre de 15, como fue la Escuela de Instructores de Arte inaugurada en Santa Clara, cuando estaban funcionando ya todas en todo el país, con 4 000 alumnos.

Fueron grandes esfuerzos que se hicieron en este período de la batalla de ideas, en este período de lucha iniciada hace más de 21 meses con el secuestro del niño Elián González. Son los datos fundamentales.

Grande es el mérito de los obreros. Muchos de ellos vinieron de otras provincias, de oriente, Camagüey, de todas partes. Han trabajado sin tregua; han hecho las cosas con la máxima calidad posible, aunque todos sabemos que cuando se termina una obra que se va a usar de inmediato, porque no podíamos perder tiempo, siempre hay que hacerle algunos arreglos: alguna tubería que no resistió, algún techo que pueda tener una filtración, con respecto a lo cual se ha establecido el principio de que apenas en cualquier escuela aparezca un detalle, una filtración, un problemita, debe ser resuelto de inmediato. Se ha concebido y se ha organizado todo así.

Puede ser que en la escuela —y sé que están haciendo algunas cosas y tendrán que hacer algunas reparaciones, como consecuencia de las grandes lluvias caídas y porque ellos acaban de terminarla, y el curso no podía perder tiempo... Bueno, hemos perdido unos cuantos días, hemos perdido siete días; pero ya muchos alumnos están en la escuela, y los problemitas que puedan aparecer, nadie se desespere, que va a quedar un buen número de trabajadores allí para coger todos los detalles que puedan presentarse, en esa escuela y en todas las demás; porque se inaugura esta hoy —digo esta porque me imagino que estamos allá— y se inaugura otra para la preparación emergente de 1 000 enfermeras, ya que tenemos déficit también de enfermeras en nuestra capital, que hay que resolverlo y resolverlo bien.

Es una tarea dura la de las enfermeras, sobre todo cuando hay que hacer guardias en horas de la madrugada.

¿Qué significan estas escuelas? ¿Qué significa este curso? Que sumados los dos cursos de la escuela de Melena, han sido ejemplos excepcionales de pedagogía, porque en cada curso ingresaron 501 alumnos y no hubo una sola deserción, ni en el primero ni en el segundo. Y si en el primero dos no llegaron a reunir todos los conocimientos y experiencia necesaria para aprobar, en el segundo curso aprobaron todos; la escuela ha adquirido un gran prestigio, de modo tal que ahora todo el mundo quiere ir para aquella escuela, y esta vez tuvieron que poner unas literas más y admitir a varios alumnos adicionales, porque no había forma humana de no aceptar a un grupo de ocho o nueve que, adicionalmente, querían estudiar allí.

Los métodos que se usan con los jóvenes son, a mi juicio, los más correctos: conversar con ellos, discutir con ellos, escucharlos, atender sus problemas, tratar de atender a sus necesidades y muchas veces a sus deseos, cuando es posible. Porque cada uno de estos cursos nuevos y variados, por su contenido, los hace acreedores a todos ellos, a la posibilidad de comenzar a trabajar bajo la guía, si se trata de un maestro, de una licenciada en enseñanza primaria con mucha experiencia, y si se trata de una enfermera, bajo la guía de una licenciada en enfermería.

Cada uno de estos jóvenes tendrá un catedrático, inscripción automática en la universidad, opción para escoger, según se trate, entre ocho carreras diferentes, o nueve, o diez, o quince. Se les abren posibilidades reales; pero, a la vez, se les educa en la conciencia que debe tener un joven de cuáles son las necesidades del país y cómo, dentro de una variada lista de posibilidades, muchas de ellas son capaces de atraer al mismo joven, en dependencia del contacto y la familiarización que puedan tener con esa materia. Porque he visto un montón de jóvenes que estaban pensando en otra cosa, de los que no pensaban escoger la carrera de maestros primarios y, sin embargo, ha crecido enormemente el número de los que optan definitivamente por ella.

En los largos debates del día 6 se discutió bastante el tema de si el compromiso de cinco años era suficiente, y hemos hecho modificaciones, pero no dejamos de cumplir la palabra. Si hay que hacer un cambio, lo hacemos con los nuevos que ingresan, porque, realmente, como de todas formas un número de esos estudiantes escogerán entre las opciones que tienen, resultaría que cinco años son pocos; pero no les pediremos, y ni siquiera les aceptaremos a los alumnos de los dos primeros cursos de maestros que se comprometan ocho años, porque dijimos cinco y serán cinco.

Desde luego, el estudio tiene que ser intenso, porque, si escogen alguna otra carrera, que pueden escoger desde este mismo mes de septiembre —y ya muchos se han matriculado—, eso requiere un esfuerzo especial, puesto que si están estudiando, por ejemplo, sociología, ellos deben continuar adquiriendo un número de conocimientos de pedagogía, por lo menos tres años; y tienen todas las ventajas de un catedrático particular y estarán enseñando, y cada día deben tener más experiencias y más conocimientos.

Ya la juventud trabaja con ustedes para un compromiso de tres años adicionales, es decir, durante ocho años, independientemente de la carrera por la que prefieran optar. Entonces estarían enseñando ocho años, estarían graduados, incluso, ya, en la carrera escogida, continuarían, si quieren, profundizándola, buscando una maestría, lo que quieran, y enseñando durante tres años más; es decir, ocho en vez de cinco, que es lo que consideramos indispensable para lo que queremos hacer.

Sé que hay una excelente voluntad, pero cada compromiso que hacemos con un joven lo cumplimos, y cada perspectiva que le ofrecemos se la otorgamos; la seriedad y el cumplimiento de la palabra empeñada es cuestión de honor. Y es un método que debemos usar siempre, porque a veces pedimos una colaboración por 20 días y después decimos: hacen falta cinco más, cinco más.

Hace unas semanas más de 5 000 estudiantes, constituidos en Brigadas Universitarias de Trabajo Social, visitaron prácticamente a todos los núcleos de la capital en una encuesta sobre temas sociales y de interés de la comunidad, que iban desde el hospital, la farmacia y la escuela, hasta la posibilidad de plantear cualquier otro tema. De eso ni se ha hablado; pero hicieron un trabajo excelente, extraordinario, y así se han estado haciendo otros muchos trabajos, porque no disponemos todavía de suficientes trabajadores sociales. No tenemos los miles y sería mejor decir las decenas de miles que necesitamos, y no voy a explicar eso ahora por qué, todo a su tiempo, y cuando haya tiempo.

Hemos visto en la juventud una fuerza, un entusiasmo, una disciplina y un espíritu como no lo habíamos visto nunca.

Para ustedes, los alumnos, los 3 500 —había dos datos, había uno que hablaba de 3 500 y otro que habla de 3 599, son diferencias pequeñas asimilables por la escuela—, este será, de acuerdo con lo que tenemos programado hasta ahora, el último curso de formación de maestros emergentes, como se les ha dado en llamar. Su calidad quedó reflejada el 6 de este mes, día del inicio oficial del curso escolar, porque numerosos maestros de formación emergente, respondiendo a aquella inquietud de que no tuvieran suficiente capacidad para cumplir la tarea, o si podía haber duda acerca de su propósito de cumplir sus deberes como estudiantes y como maestros, hablaron con una elocuencia que creo que nunca había visto en personas tan jóvenes. Hay que atribuirlo a los cursos que recibieron, al mayor nivel cultural y político de nuestra población, y a lo mucho que han aprendido en estos 21 meses de batallas de ideas.

Es impresionante y es casi imposible imaginarse lo que serán esos jóvenes, a esa misma edad y en ese mismo grado, en el futuro, con las cosas que ya comienzan masivamente en todo el país, ya que cada aula aquí en la capital tendrá un televisor, y tres municipios completos de la capital, municipios humildes, de obreros, la mayor parte: Diez de Octubre, Arroyo Naranjo y San Miguel del Padrón, ya tienen allí la computación. Los demás van a tardar más, porque ahora en los tres mencionados estarán 149 profesores de los Joven Club que han venido de distintas provincias; pero están preparándose 1 250 jóvenes que van a recibir alrededor de 800 horas de clases, casi tres veces las que se necesitan, pero lo que nos interesa es la disciplina y la conciencia que adquieren en la escuela y ellos no estarán listos hasta marzo. El primero de marzo dispondremos de esos jóvenes profesores, que tienen un enorme entusiasmo y pueden estudiar después alguna de tres carreras diferentes de informática. Es por eso que La Habana será la última ciudad que tendrá el ciento por ciento de los alumnos de primaria estudiando computación.

Alrededor de eso hay muchas ideas, muchos programas, muchos planes, asociados con un nivel de enseñanza y preparación incomparablemente superior, apoyados por todos los medios técnicos más modernos, que situarán a nuestro país, en materia de educación primaria, secundaria y media, por largo trecho, digamos por varias pistas, como el país más avanzado del mundo en materia de educación, y educación es todo. Educación es el futuro.

Después, cuando se termine este curso, tenemos planes bien ambiciosos que se relacionan con el otro salto, que es el que hay que dar en la enseñanza secundaria, y tendremos en la escuela que reinauguramos hoy, con el total de su capacidad, 4 500 alumnos.

En este proceso hemos tenido el privilegio de entrar en contacto con un increíble número de personas valiosísimas, talentosas, cumplidoras, patrióticas, que ayudan a cualquiera a explicar por qué este país resistió más de 40 años el bloqueo y, sobre todo, cómo este país resistió con tanto heroísmo, con tanto honor y tanto patriotismo los terribles 10 años del período especial que hemos ido venciendo, pero que no está aún totalmente vencido.

Es maravilloso y alentador ver cuánto es posible hacer y lo que podrá hacer nuestro pueblo en el futuro, lo que ya está haciendo, y no solo en el campo de la educación, sino también en el de la cultura, en el campo social, con el desarrollo de métodos y profesionales para realizar el trabajo enorme que hay que hacer todavía en ese campo.

Termino la parte cubana. He tratado de ser breve, pues me veo obligado a utilizar el tiempo que me resta para hablar sobre la situación internacional creada en las últimas horas.

Hoy es un día de tragedia para Estados Unidos. Ustedes saben bien que aquí jamás se ha sembrado odio contra el pueblo norteamericano. Quizás, precisamente por su cultura y por su falta de complejos, al sentirse plenamente libre, con patria y sin amo, Cuba sea el país donde se trate con más respeto a los ciudadanos norteamericanos. Nunca hemos predicado ningún género de odios nacionales, ni cosas parecidas al fanatismo, por eso somos tan fuertes, porque basamos nuestra conducta en principios y en ideas, y tratamos con gran respeto —y ellos se percatan de eso— a cada ciudadano norteamericano que visita a nuestro país.

Además, no olvidamos al pueblo norteamericano que puso fin a la guerra de Viet Nam con su enorme oposición a aquella guerra genocida; no olvidamos al pueblo norteamericano que, en un número superior al 80%, apoyó el regreso de Elián a nuestra patria (Aplausos); no olvidamos cuánto idealismo, perturbado muchas veces por el engaño, porque —como hemos dicho muchas veces— para llevar a un norteamericano a que apoye una causa injusta, una guerra injusta, primero hay que engañarlo, y el método clásico utilizado en la política internacional de ese enorme país es el método de engañar primero, para contar después con el apoyo de la población. Cuando sucede a la inversa y su pueblo descubre que algo es injusto, por su tradición de idealismo, se opone a aquello que ha estado apoyando, muchas veces, causas muy injustas, convencido de que lo que apoyaba era justo.

Por eso nosotros —que sabemos no el número exacto, pero que hemos visto escenas impresionantes de sufrimientos y posibles víctimas— hemos sentido dolor profundo y tristeza por el pueblo norteamericano, fieles a la línea que hemos seguido siempre.

No andamos adulando a gobiernos, ni pidiendo perdones, ni favores, ni se alberga en nuestros pechos ni siquiera un átomo de temor. La historia de la Revolución ha demostrado cuán capaz es de desafiar, cuán capaz es de luchar, cuán capaz es de resistir lo que tenga que resistir, algo que nos ha convertido en un pueblo invencible. Esos son nuestros principios, una Revolución que se basa en ideas, en la persuasión y no en la fuerza. Espero que no quede loco por el mundo capaz de decir que 1 200 000 ciudadanos desfilaron por ese malecón el pasado 26 de julio obligados, por la fuerza.

Nuestra reacción ha sido la que dije, y quisimos que nuestro pueblo viera las escenas y contemplara la tragedia. Y no hemos vacilado en expresar públicamente nuestro sentimiento. Aquí mismo está una declaración que se entregó a la prensa internacional alrededor de las 3:00 de la tarde, elaborada tan pronto se conocieron los hechos; mientras tanto, nuestra televisión estaba enfrascada en la divulgación de los acontecimientos. Sería comunicada a nuestro pueblo en el noticiero de la noche.

Me adelanto aquí algunos minutos para hacerles conocer la Declaración Oficial del Gobierno de Cuba, frente a los hechos ocurridos en Estados Unidos.

"El Gobierno de la República de Cuba ha recibido con dolor y tristeza las noticias sobre los ataques violentos y sorpresivos realizados en la mañana de hoy contra instalaciones civiles y oficiales en las ciudades de Nueva York y Washington, que han provocado numerosas víctimas.

"Es conocida la posición de Cuba contra toda acción terrorista" —nuestra historia lo demuestra, eso lo saben bien todos los que conocen la historia de nuestras luchas revolucionarias. "No es posible olvidar que nuestro pueblo ha sido víctima durante más de 40 años de tales acciones, promovidas desde el propio territorio de Estados Unidos.

"Tanto por razones históricas como por principios éticos, el Gobierno de nuestro país rechaza y condena con toda energía los ataques cometidos contra las mencionadas instalaciones y expresa sus más sinceras condolencias al pueblo norteamericano por las dolorosas e injustificables pérdidas de vidas humanas que han provocado dichos ataques.

"En esta hora amarga para el pueblo norteamericano, nuestro pueblo se solidariza con el pueblo de Estados Unidos y expresa su total disposición a cooperar, en la medida de sus modestas posibilidades, con las instituciones sanitarias y con cualquier otra institución de carácter médico o humanitario de ese país, en la atención, cuidado y rehabilitación de las víctimas ocasionadas por los hechos ocurridos en la mañana de hoy" (Aplausos).

Esto no solo lo hemos hecho público, sino que lo hemos trasmitido por vía oficial, en horas de la tarde, especialmente cuando empezaron a aparecer sumas impresionantes de posibles víctimas y conocimos que los hospitales estaban llenos de heridos.

Aunque no se sepa si son 5 000, 10 000, 15 000, 20 000 las víctimas, se sabe que solo en los aviones que fueron estrellados contra las torres, o contra el Pentágono, viajaban cientos de pasajeros, y ofrecimos lo que podíamos si hiciera falta.

Ese es un país que tiene un gran desarrollo científico, médico, recursos; pero hay momentos en que pudiera hacer falta sangre de un grupo, plasma —cualquier otro producto que nosotros podamos donar lo haríamos gustosamente—, o apoyo médico, o de personal paramédico, porque sabemos que muchos hospitales tienen déficit de determinados técnicos y profesionales. En fin, lo que queríamos era expresar nuestra actitud y nuestra disposición con relación a estos trágicos acontecimientos.

Todo esto tiene algunos antecedentes, porque les mencioné que habíamos soportado más de 40 años de terrorismo; es más, hemos publicado que en determinadas ocasiones le hemos trasmitido al gobierno de Estados Unidos importantes riesgos para la vida de ciudadanos norteamericanos. Aquí tengo un ejemplo, es una página y cuarto.

En los días posteriores a los ataques terroristas a nuestros hoteles por la mafia terrorista radicada en la Florida, que proyectaba y pagaba los ataques terroristas contra Cuba, al igual que decenas de planes de atentados contra mí las veces que he tenido necesidad de viajar al exterior, el grupo, encabezado por el monstruo de Posada Carriles, al que habíamos capturado ya algunos cómplices que eran mercenarios extranjeros, al ingresar al territorio nacional, con los medios correspondientes, tenía proyectado utilizar el procedimiento sofisticado de las bombas que ponían en los hoteles o en lugares concurridos por turistas extranjeros como La Bodeguita del Medio, y que podían explotar hasta 99 horas después de colocadas para atacar naves aéreas. Podían viajar, poner la bomba en el avión, pasarse tres días de fiesta y regresar a su país antes de que la misma estallara. Hubo el caso de aquel mercenario salvadoreño que proyectó colocar cinco en hoteles y lugares públicos de la capital para hacerlas estallar casi simultáneamente, una detrás de otra. Véase adónde se había llegado.

Más de una vez nos comunicamos por vías confidenciales con el gobierno de Estados Unidos y aquí hay uno de los mensajes directos al que presidía el país en ese momento —mensajes por vías confidenciales, no vamos a decir cómo, a través de personas de entera confianza, que tenían amistad con nosotros y con él, a las que explicábamos con exactitud lo que queríamos que comunicaran—; ya una vez se usó una parte de ese material, pero voy a citar textualmente un ejemplo:

"Un asunto importante.

"Número uno: Se mantienen planes de actividad terrorista contra Cuba, pagados por la Fundación Nacional Cubano Americana y usando mercenarios centroamericanos. Se han realizado ya dos nuevos intentos de hacer estallar bombas en nuestros centros turísticos, antes y después de la visita del Papa.

"En el primer caso los responsables pudieron escapar, regresando por vía aérea a Centroamérica, sin lograr sus propósitos, dejando abandonados los medios técnicos y los explosivos, que fueron ocupados.

"En el segundo intento fueron arrestados tres mercenarios, ocupándose los explosivos y demás medios; son de nacionalidad guatemalteca. Por cada una de las cuatro bombas que debían estallar, recibirían 1 500 dólares" —fueron de los primeros capturados, no del que puso el mayor número de bombas.

"Ambos casos fueron contratados y suministrados por agentes de la red creada por la Fundación Nacional Cubano Americana; ahora están planeando y dando ya pasos para hacer estallar bombas en aviones de las líneas aéreas cubanas o de otro país que viajen a Cuba, trayendo y llevando turistas desde y hacia países latinoamericanos.

"El método es similar: colocar el dispositivo de pequeño tamaño en lugar oculto del avión, explosivo potente, detonante controlado por reloj digital que puede ser programado hasta con 99 horas de anticipación, abandonar la nave normalmente en el lugar de destino; la explosión se produciría en tierra o en pleno vuelo posterior. Procedimientos verdaderamente diabólicos: mecanismos fáciles de armar, componentes casi imposibles de descubrir, entrenamiento mínimo para su empleo, impunidad casi total, sumamente peligrosos para las líneas aéreas, instalaciones turísticas o de cualquier otro tipo; instrumentos utilizables para crímenes y delitos muy graves.

"Si llegan a divulgarse y conocerse tales posibilidades" —nosotros nos oponíamos a que se divulgara la tecnología que usaban— "pueden convertirse en una epidemia, como ocurrió en otros tiempos con los secuestros de aviones. Otros grupos extremistas de origen cubano, radicados en Estados Unidos, comienzan a moverse en esa dirección.

"Las agencias policiales y de inteligencia de Estados Unidos poseen informaciones fidedignas y suficientes de los principales responsables, si realmente lo desean pueden hacer abortar a tiempo esta nueva forma de terrorismo; imposible frenarla si Estados Unidos no cumple el elemental deber de combatirla. No se puede dejar la responsabilidad de hacerlo solo a Cuba, muy pronto podría ser víctima de tales actos cualquier país del mundo."

Esto lo informamos, le prestaron atención, a extremo tal que nos consultan sobre la conveniencia de enviar un texto del gobierno norteamericano a compañías aéreas.

Mandaron el texto en que les comunicaban a las líneas aéreas: "Hemos recibido información sin confirmar acerca de un complot para colocar artefactos explosivos a bordo de naves aéreas civiles que operan en Cuba y países latinoamericanos. Las personas involucradas en el control planean dejar un pequeño artefacto explosivo a bordo...", en fin, explican lo que les habíamos trasmitido.

"No podemos descontar la posibilidad de que la amenaza pueda incluir operaciones de carga aérea internacional desde los Estados Unidos.

"El gobierno de Estados Unidos continúa buscando información adicional para esclarecer, verificar o refutar esta amenaza."

Nosotros les expusimos nuestra oposición a que publicaran ese aviso, porque uno de los objetivos que estaban persiguiendo los individuos era sembrar el pánico, y les expusimos que había otros procedimientos, como los que usamos nosotros: montamos las guardias pertinentes dondequiera que había un riesgo de poner una de esas bombas, chequeamos y sabíamos quiénes podían ponerlas y quiénes andaban envueltos en los planes. Estuvimos vigilando, que es lo que hay que hacer, si no quiere sembrar pánico, crear escándalo u otorgarles a los autores el objetivo que buscaban de afectar la economía del país y sembrar el terror.

De todas formas publicaron la información. Está bien, ya nosotros habíamos fortalecido mucho los mecanismos para capturar a los individuos y desde entonces no pudieron poner una bombita más, y la guardia se mantiene donde es necesario. Cuando fueron a hacer el atentado allá en Panamá, nosotros sabíamos más de lo que estaban planeando que lo que ellos mismos sabían. Eso está clarísimo.

Ahí está la mafia de Miami haciendo esfuerzos por poner en libertad a los terroristas sorprendidos in fraganti y arrestados en Panamá. Tienen ya planes de cómo hacerlo, por qué país evacuarlos y cómo, haciéndose allí los enfermos y moviéndose; reciben visitas de Miami por la libre, y hasta, incluso, participaron en el envío de una filtración armada a Cuba hace unos meses, por Santa Clara.

Gracias a muchos amigos que tenemos por todas partes y a hombres como los que están ahí (Se refiere a los patriotas cubanos presos en Miami por buscar información sobre planes terroristas contra Cuba), el país se ha defendido de ese terrorismo (Aplausos).

Lo señalo porque hay una realidad, por ahí hay más papeles y notas y nosotros hemos enviado a veces mensajes verbales, y a veces hemos dejado constancia escrita, y uno de los argumentos que hemos utilizado es un argumento irrefutable: Estados Unidos es el país que tiene el mayor número de grupos extremistas organizados y 400 de ellos están armados.

Los secuestros aéreos, método inventado contra Cuba, se convirtieron en una plaga universal, y fue Cuba la que al fin y al cabo resolvió ese problema cuando, después de advertirlo reiteradamente, devolvimos a Estados Unidos a dos secuestradores; es doloroso, eran ciudadanos cubanos, pero lo habíamos advertido, vinieron y los enviamos, cumplimos la palabra pública; pero nunca, ni siquiera después nos dieron noticias para sus familiares. Tienen su modo de actuar. Nadie sabe. Sé que los condenaron a 40 años, y aquello fue lo que puso fin al secuestro de aviones.

Pero, oiga, allí tienen 800 grupos extremistas. A veces se han encerrado en un lugar por alguna razón, se han dado candela, se han muerto todos; grupos que por una razón, muchos de ellos por razones políticas, a veces por razones religiosas, pero grupos violentos, proclives al empleo de la fuerza o a preparar venenos, productos para actuar contra las propias autoridades norteamericanas. No estoy hablando de la gente de la mafia, estoy hablando de cientos de grupos extremistas organizados y que actúan dentro de Estados Unidos. No hace mucho tiempo hicieron volar el edificio aquel de Oklahoma.

El país más vulnerable al terrorismo es Estados Unidos, el que tiene más aviones, más dependencia de recursos técnicos, vías eléctricas, gasoductos, etcétera, etcétera. Y muchos componentes de esos grupos son fascistas, no les importa matar; mentalmente deben estar mucho más cerca de la locura que de una inteligencia equilibrada. Nosotros les hemos dicho a las autoridades norteamericanas: hay que evitar que tales métodos se divulguen —ese argumento lo usamos—, son fáciles de utilizar, es un peligro para ustedes.

En este mismo momento, cuando yo llegué aquí, no había ningún elemento de juicio para afirmar quién pudo poner esas bombas, porque pudo ser una acción ideada y ejecutada por alguno de estos grupos, que ya lo han hecho, como en Oklahoma, o pueden ser grupos del exterior; pero es evidente, por los detalles que han llegado, que esto fue organizado con bastante eficacia, digamos, bastante organización y sincronización, propio de gente que conocen, que tienen preparación, que contaban con pilotos capaces de manejar los Boeing de gran tamaño, que coordinaron las horas exactas en que los que iban a actuar, secuestraron, sin duda, el avión de la ruta aérea donde viajaban, y tenían los pilotos que podían conducir esos aviones directos a una torre u otros objetivos, y unos minutos después de una la otra, y casi al mismo tiempo, otro dirigido contra el Pentágono.

Es decir, es gente con un nivel de preparación técnica, organización, y no tienen que ser necesariamente grupos grandes; nadie sabe el daño que pueden hacer grupos pequeños, de 20, 25 ó 30 personas fanatizadas, o comprometidas con determinadas ideas, y el lugar donde más daño pueden hacer es en Estados Unidos. Se ve el estudio de la hora en que podía haber más gente en las oficinas, alrededor de las 9:00, el daño que podían hacer, las miles de víctimas que podía causar.

En realidad en este momento tendrán que buscar pistas, alguna pista, porque este hecho tiene características especiales. Es por eso que el deber más importante que, a mi juicio, tienen los dirigentes de Estados Unidos es luchar contra el terrorismo, y en parte estas tragedias son consecuencia de haber aplicado los métodos terroristas, en el caso de Cuba durante un montón de años, y en el de otros países; porque ha difundido la idea del terrorismo, y no hay ningún poder del mundo hoy, por grande que sea, que pueda evitar hechos de esa naturaleza, porque los llevan a cabo personas fanáticas, personas indiferentes totalmente a la muerte. De modo que la lucha contra tales métodos es difícil.

De esto se puede sacar una idea: ninguno de los actuales problemas del mundo se puede resolver por la fuerza, no hay poder global, ni poder tecnológico, ni poder militar que pueda garantizar la inmunidad total contra tales hechos, porque pueden ser acciones de grupos reducidos, difíciles de descubrir, y lo más complicado, aplicados por gente suicida. De modo que el esfuerzo general de la comunidad internacional es poner fin a una serie de conflictos que andan por el mundo, cuando menos en ese terreno; poner fin al terrorismo mundial (Aplausos), crear una conciencia mundial contra el terrorismo. Y les hablo en nombre de un país que ha vivido más de 40 años de Revolución y ha adquirido mucha experiencia, está unido y tiene un nivel de cultura grande; no es un pueblo de fanáticos, ni ha sembrado fanatismo, sino ideas, convicciones, principios.

Estaríamos en mejores condiciones de defendernos, y lo hemos demostrado, ¡cuántas vidas no se han salvado, frente a tanto dinero y tantos recursos para sembrar el terrorismo en nuestra patria! Hemos vivido 40 años de experiencia, estamos diez veces más preparados para prevenir tales actos que incluso Estados Unidos.

Es muy importante saber cuál va a ser la reacción del gobierno de Estados Unidos. Posiblemente vengan días peligrosos para el mundo, no estoy hablando de Cuba. Cuba es el país que más tranquilo está en el mundo, por diversas causas: por nuestra política, por nuestras formas de lucha, por nuestra doctrina, nuestra ética, y, además, compañeras y compañeros, por la ausencia total de temor.

Nada nos inquieta, nada nos intimida. Sería muy difícil fabricar una calumnia contra Cuba, no lo creería ni el que la inventara y patentizara, es muy difícil; y Cuba no es hoy cualquier cosa en el mundo (Aplausos), tiene una posición moral muy grande y una posición política muy sólida. Ni me pasa por la mente la idea, aunque haya salido uno de los mentecatos de la mafia a ver cómo intrigaba, y creo que mencionó hasta a Venezuela y a Cuba, uno de los tantos de la mafia, charlatanes despreciables. Nadie le va a hacer el menor caso; pero habrá situación de tensiones, riesgos, en dependencia de cómo actúe el gobierno de Estados Unidos.

Los días próximos van a ser tensos dentro de Estados Unidos y fuera de Estados Unidos, empezarán a emitir opiniones no se sabe cuánta gente.

Siempre que ocurre una tragedia de estas, por difíciles que puedan ser a veces de evitar, no veo otro camino, y si en alguna ocasión es permitido hacerle una sugerencia al adversario —adversario que ha sido duro con nosotros durante muchos años, pero sabe que somos duros, sabe que resistimos, sabe que no somos bobos, y puede haber hasta un poquitico de respeto hacia nuestro país—, hay muchos problemas en muchas partes, pero si fuese correcto en alguna circunstancia sugerir algo al adversario, en aras del bienestar del pueblo norteamericano y basándome en los argumentos que expuse, les sugeriríamos a los que dirigen el poderoso imperio que sean serenos, que actúen con ecuanimidad, que no se dejen arrastrar por raptos de ira o de odio, ni se lancen a cazar gente lanzando bombas por todas partes.

Reitero que ninguno de los problemas del mundo, ni el del terrorismo, se pueden resolver por la fuerza, y cada acción de fuerza, cada acción disparatada del uso de la fuerza, en cualquier parte, agravaría seriamente los problemas del mundo.

El camino no es la fuerza ni la guerra. Lo digo aquí con toda la autoridad de haber hablado siempre con honradez, poseer convicciones sólidas y la experiencia de haber vivido los años de lucha que ha vivido Cuba. Solo la razón, la política inteligente de buscar la fuerza del consenso y la opinión pública internacional puede arrancar de raíz el problema. Creo que este hecho tan insólito debiera servir para crear la lucha internacional contra el terrorismo; pero la lucha internacional contra el terrorismo no se resuelve eliminando a un terrorista por aquí y otro por allá; matando aquí y allá, usando métodos similares y sacrificando vidas inocentes. Se resuelve poniendo fin, entre otras cosas, al terrorismo de Estado y otras formas repulsivas de matar (Aplausos), poniendo fin a los genocidios, siguiendo lealmente una política de paz y de respeto a normas morales y legales que son ineludibles. El mundo no tiene salvación si no sigue una línea de paz y de cooperación internacional.

Nadie se vaya a imaginar que estamos buscando comprar una tonelada de cualquier cosa en el mercado de Estados Unidos. Nosotros hemos demostrado que podemos sobrevivir, vivir y progresar, y todo lo que aquí se muestra hoy es una expresión de un progreso sin paralelo en la historia (Aplausos). No se progresa solo produciendo automóviles, se progresa desarrollando inteligencias, impartiendo conocimientos, creando cultura, atendiendo a los seres humanos como deben ser atendidos, que es el secreto de la enorme fuerza de nuestra Revolución.

No tiene salvación el mundo por otras vías, y me estoy refiriendo en este caso a las situaciones de violencia. Búsquese la paz en todas partes para proteger a todos los pueblos contra esa plaga del terrorismo, que es una de las plagas (Aplausos), porque hoy hay otra terrible plaga que se llama, por ejemplo, SIDA; hay otra terrible plaga que mata a decenas de millones de niños, adolescentes y personas en el mundo por hambre, por enfermedades y por falta de asistencia y medicamentos.

Hay en el terreno político ideas absolutistas, pensamiento único que se le trata de imponer al mundo, y promueven rebeldías e irritaciones por todas partes.

No se salva este mundo —y ya esto no tiene que ver con el terrorismo— si continúa desarrollándose o aplicándose este orden económico y social injusto que conduce al mundo a la catástrofe, a un camino del cual no podrían escapar los 6 200 millones ni los futuros hijos de los habitantes que hoy tiene este planeta, que está siendo cada vez más destruido y conducido a la pobreza, al desempleo, al hambre y a la desesperación. Lo demuestran las masas en distintos lugares ya históricos, como Seattle, Quebec, Washington, Génova.

Ya los más poderosos líderes de la economía y de la política mundial no pueden casi reunirse; la gente tiene cada vez menos miedo, está sublevada, lo que puede apreciarse en todas partes. Yo acabo de estar en Durban y vi allí a miles de personas pertenecientes a las Organizaciones No Gubernamentales; se ve crecer como espuma el descontento en el mundo.

Ya que he estado hablando de una de las plagas, es justo que mencione otras, y los líderes de las naciones, los que más influencia tienen, están obligados a buscar soluciones a una situación que en este momento se agrava cada vez más. Hay una seria crisis económica que está afectando ya a todo el planeta; está afectando a Estados Unidos seriamente, a Europa, a Japón, a los países industrializados del sudeste asiático, prácticamente con la única excepción de China, que ha mantenido dentro de sus reformas económicas formas de distribución que impiden el hambre en el país con más habitantes de la Tierra y solo el 5% de la superficie agrícola del mundo, demostrando que el mundo todavía tiene salvación.

Es profunda la crisis. Son noticias que leemos todos los días qué está pasando en las bolsas de acciones, qué está pasando con las fluctuaciones del valor de las monedas, el incremento del desempleo, la reducción del crecimiento, de lo cual no escapa prácticamente nadie, con la excepción mencionada, y puede haber alguna otra, por circunstancias muy especiales.

Es profunda, puede llegar a ser peor que la de 1929, porque más que en el 29 se abusó de la especulación, se crearon riquezas casi infinitas pero artificiales, se inflaron las acciones de las bolsas, de modo que hubo quien invirtió 1 000 dólares en una o varias acciones y en ocho o nueve años esas mismas acciones valían 800 000, es dinero imaginario; y las industrias cuyas acciones alcanzaron más rápido crecimiento han perdido ya la mitad de su valor.

Nosotros observamos cómo están los teóricos y los analistas inventando cosas, remedios viejos y nuevos para parar la crisis y no tienen efecto, se llevan nuevas y nuevas sorpresas. Nadie puede predecir, pero les aseguro que la situación es bien compleja para la economía mundial, para el neoliberalismo, para la globalización neoliberal.

El poder de las grandes transnacionales es cada vez mayor, son más independientes, hacen lo que quieran y el poder de los gobiernos es, incluso, cada vez más débil para lidiar con ellas y hacerles resistencia.

No se imaginan ustedes cómo ha cambiado el cuadro en solo cuatro meses, desde el último trimestre del año pasado hasta este mes. Y durante este año hubo períodos de viento en popa para Europa; se acabó el viento, no sopla el viento ya para Europa, hay calma y más bien retrocesos por alguna corriente marina.

Las cosas que ocurren en un país que fue tan capaz de desarrollarse, que todo lo que hizo durante décadas fue calificado de milagro, que es Japón, y tiene cada día problemas mayores.

Nadie puede predecir con total precisión lo que ocurrirá y cómo ocurrirá, porque aunque los hechos se producen en forma casi matemática, la economía no es una ciencia exacta, las tendencias, sin embargo, son claras e irrebatibles. Los precios de los productos básicos están por el suelo y las situaciones que se van creando son cada vez más complejas. Ellos lo saben, y lo saben los europeos y sus estrategas económicos.

En las últimas semanas Estados Unidos ha bajado seis veces la tasa de interés; este es uno de los mecanismos que usan para ver si hay más dinero y la gente compra más, para que las industrias puedan producir más, aunque sea malgastando los recursos.

Es una economía que necesita que la gente bote y bote cada vez más dinero para sobrevivir; no es una economía para el hombre, sino una economía para sí misma y para los dueños de empresas gigantescas, no para los pueblos.

Para nosotros, que tenemos que estar lidiando con todos estos problemas, todos los días, si subió el petróleo, si bajó; si el azúcar bajó más; si necesitamos una información diaria y detallada de lo que ocurre en el mundo, vemos y comprobamos todos los días la situación.

Pronto habrá una reunión aquí, en el mes de noviembre, de numerosas Organizaciones No Gubernamentales y representantes sindicales para discutir sobre el ALCA. En diciembre tendremos el llamado Foro de Sao Paulo, donde se reúnen cientos de líderes políticos de América Latina, representantes de organizaciones cada vez más radicalizadas. En enero se reunirá en Río Grande del Sur un foro internacional contra la globalización neoliberal, en que participarán decenas de miles de personas. En febrero, como todos los años, y después de esta reunión de Río Grande del Sur, tendremos nuestra reunión anual de economistas procedentes de distintas partes.

Tenemos contactos con personas con grandes conocimientos, que son reflejo del disgusto, el descontento y de la desesperanza de que hablaba.

Es mucho lo que tenemos que trabajar, y trabajaremos en la privilegiada situación que tenemos hoy, en que nuestra población va a recibir un millón de televisores a color en 24 meses, que ya se han empezado a distribuir, con preferencia entre aquellos que no tienen; en que el programa de Universidad para Todos se perfecciona; en que los estudios —como dije— de computación se generalizan. Ustedes verán que el próximo año un niño que esté en primer grado ya sabe algo de computación, y nadie maneja mejor que un niño de 5 años el ratoncito ese, pinta, saca cuentas, participa de juegos educativos y desarrolla sus conocimientos.

Cada aula —les hablé de La Habana— tendrá, en todo el país, un televisor, y alrededor de 1 000 asentamientos humanos que no tienen acceso a la electricidad tendrán una sala con un televisor de 29 pulgadas y un panel solar para 10 horas diarias en las que pueda beneficiarse de programas de Universidad para todos, informaciones deportivas, noticias, mesas redondas, tribunas abiertas, con un costo que resulta insignificante, sobre todo, si usted lo compara con los enormes recursos que hoy el país tiene que invertir en el consumo de energía, en la adquisición de la energía, razón por la cual estamos trabajando con celeridad en nuestras propias áreas petroleras, buscando más petróleo y buscando más gas.

¡Más de mil asentamientos!, y no quedará un solo ciudadano sin acceso a la televisión, con la energía del sol; ni quedará una sola de las 1 944 escuelas que no tienen electricidad sin otro panel solar, en este caso, para la computadora. Y que vengan a hablarnos de justicia, a un país que, a pesar del bloqueo y los crímenes que se han cometido contra él, es capaz de tener en cualquier escuela, con 20 alumnos, ó 5 alumnos, ó 1 alumno —porque hay 21 escuelas de un alumno—, un maestro, dos paneles solares y clases por televisión y por computación, que sirve para muchísimas cosas, entre otras, para aprender y retener conocimientos con máxima eficiencia.

Hay un tema en que estamos, por ejemplo, muy mal: la ortografía, eso lo saben todos ellos, los estudiantes de nivel medio, cuando les hacen un examen lo saben, y ya nuestros investigadores pedagógicos han desarrollado programas para resolver el problema de la ortografía, con un disco compacto que tiene todos los detalles de cómo se erradican las faltas de ortografía y cómo se aprende a escribir sin tales faltas.

¿De qué justicia se puede hablar en el mundo, de qué libertad, de qué democracia donde jamás le hacen una pregunta a un ciudadano, donde un país puede ser vendido sin consultar ni siquiera al Congreso, o un ministro lo puede hipotecar por 100 años sin que un solo ciudadano sea consultado?

¿Cómo puede haber democracia si no hay cultura, si no hay educación? Y no vayan ustedes a creer que los países ricos tienen una elevada educación; los países ricos tienen mucho dinero, un poco más de conocimientos que los países del Tercer Mundo, que pueden tener un 20%, 25% o 30% de analfabetismo real frente a los otros donde muchos tienen cifras similares de analfabetismo funcional, como lo sería un ciudadano aquí dentro de 10 años, aunque fuese un graduado universitario, si no contase con la cultura general integral de que estamos hablando y por la cual estamos trabajando, y cuyos resultados son visibles, impresionantes. Nosotros los medimos por centímetros como con una regla, porque todos los días recibimos miles de opiniones espontáneas de cada tema, y comparamos lo que dice un ciudadano al cabo de 21 meses de iniciada, como expliqué, con el secuestro del niño Elián, la gran batalla de ideas. ¿A quién van a engañar, en qué parte del mundo, donde puedan conocer los programas sociales que estamos desarrollando con más vigor que nunca y que significarán un enorme salto en la Revolución?

Quiso el destino, quisieron nuestros vecinos del Norte con su bloqueo y sus crímenes contra Cuba, que este pueblo se haya convertido en esto, a lo cual no aspiraba, me refiero a su papel como ejemplo. Sí, como ejemplo. Envíen filósofos, los que quieran, para ver si pueden discutir y pueden sostener que todas esas caricaturas creadas para explotar al hombre, para humillarlo, para convertirlo en enemigo de cada uno de los demás, son sociedades más justas, más libres, más democráticas que la sociedad que con tanto sacrificio y después de 132 años de lucha nuestro pueblo, desde el inicio de sus luchas contra la sociedad colonial y esclavista, ha creado. No pueden competir en nada, están incapacitados para hacer el 20% de las cosas que nosotros podemos hacer y ya estamos haciendo; no lo dude nadie.

Los exhorto a observar, a reflexionar. Exhorto fundamentalmente a los jóvenes a estudiar el máximo, a ser ejemplo, a los que ingresan en las nuevas escuelas creadas en esta etapa, que son escuelas de características especiales y que constituirán el baluarte fundamental para hacer lo que podemos hacer.

Seguiremos de cerca la marcha de los estudios de los 3 500 que ingresan hoy.

Allí hasta los vecinos están bastante felices, porque ya el policlínico, que era de la escuela y que ahora atiende a 26 000 ciudadanos, muchos de los cuales no vivían por allí cuando se creó la escuela, y que estaba en condiciones calamitosas, queda como nuevo y dedicado fundamentalmente a los vecinos, porque la escuela, sus maestros y sus trabajadores, tendrán lo que hemos dado en llamar una enfermería de altísima calidad, donde hay hasta rayos X y todas las cosas que puedan necesitar (Aplausos). Le hemos puesto ese nombre, no sé si tendrán que ir alguna vez al policlínico; y médicos seleccionados, para ayudar a los jóvenes, que tienen a veces muchos problemas y nadie lo sabe.

El cuerpo de profesores es excelente, una directora y una vicedirectora probadas por la vida (Aplausos), de gran prestigio, de gran experiencia.

Yo quisiera que María Teresa, que fue directora de la escuela, famosa ya, de Melena y ahora tiene la responsabilidad en lo relacionado con la educación de los 3 500 que ingresan, un día se sentara a escribir el método mediante el cual ella logró que no desertara un solo alumno de dos primeros grupos de 501 alumnos, y a esas edades.

Si algo faltara por decir, es la exhortación a los padres para que cooperen cada vez más con estas escuelas donde están sus hijos, a los que espera un brillante porvenir, con un trabajo decoroso y conocimientos que no poseerán los demás profesionales en otras partes.

Uno de los secretos del éxito ha sido la cooperación de los padres, y no se ha hecho absolutamente nada en ningún sentido sin la cooperación de los padres, y sabemos la influencia decisiva que esto tiene.

A ustedes, lo más objetivo que podría decírseles es que nosotros, que conocimos otras épocas, podemos sentir envidia por ustedes. Daría diez vidas por ser uno de los que están ahí sentados (Aplausos).

¡Patria o Muerte!

¡Venceremos!

(Ovación.)

Version taquigrafica del Cosejo de Estado