Discursos e Intervenciones

Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en la clausura del II Período Ordinario de Sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, celebrado en el Palacio de Convenciones, el 27 de diciembre de 1980

Fecha: 

27/12/1980

Compañeros:

No seré muy extenso, para no repetir ideas, razonamientos, hechos y posiciones que han sido ampliamente expresados en días recientes. La importancia de esta convocatoria a la Asamblea Nacional radica, entre otras cosas, en el hecho de que hace siete días concluimos el Segundo Congreso del Partido.

Los acuerdos del Congreso y las circunstancias en que tendremos que enfrentarnos al futuro próximo, le dan un carácter especial a esta Asamblea. Cierto es que todos hemos tenido que trabajar intensamente durante este año, y de modo especial en los últimos meses, en la preparación del Congreso, en la elaboración del Plan Anual, en la elaboración del Plan Quinquenal, en el análisis de los planes perspectivos y, además, por la necesidad de reunir la Asamblea Nacional. En este caso, el Buró Político, que acostumbra a discutir y analizar los proyectos de ley, no tuvo ni siquiera oportunidad previa de profundizar en todos esos proyectos que se habrían de presentar.

Nos enfrentamos a un período realmente excepcional. El cambio de administración en Estados Unidos implica incuestionablemente riesgos para nuestro país, riesgos de todo tipo: riesgos de intensificación del bloqueo contra nuestro país, riesgos de actividades de la CIA, etcétera, de incremento de la hostilidad y las actividades contrarrevolucionarias con relación a Cuba, riesgos de sabotajes, experiencias que ya hemos conocido, pero que debemos tomar muy en cuenta en estas nuevas circunstancias.

No quiere esto decir que nosotros seamos partidarios de buscar enfrentamientos a toda costa, sino que realistamente analizamos los riesgos de la situación y consideramos que nuestro deber fundamental es prepararnos.

A este cambio en la política interna de Estados Unidos que ha dado paso a los elementos más reaccionarios, más derechistas al gobierno de ese país, se unen otra serie de factores: se une la situación convulsa en Centroamérica, la creciente lucha revolucionaria de los pueblos de El Salvador y de Guatemala, el auge del movimiento revolucionario en América Latina, los síntomas crecientes de unidad entre las fuerzas revolucionarias que significan multiplicación de sus posibilidades y por tanto de lucha, la situación internacional, la complicación existente en el Medio Oriente, la guerra de Iraq e Irán, los rehenes todavía sin resolver, a lo cual se unen otros acontecimientos como explicamos en el Informe Central, cual es el caso de la peligrosa y explosiva situación de Polonia, cuyo desenlace final no es posible todavía prever, aunque aspiramos, conservamos la esperanza de que con sus propias fuerzas internas el Partido de Polonia sea capaz de enfrentar la situación.

A esto se suma la crisis energética, la crisis económica internacional, que lógicamente crean tensiones en todas partes. Yo traje aquí un cable aparecido hace dos días con un comentario de una agencia occidental, bastante occidental y defensora de los intereses de Occidente, divulgadora de sus ideas, que es la Agencia France Press. Analizando las Navidades en Europa, decía entre otras cosas:

"Bajo el dramático agravamiento de la tensión internacional y sin ninguna perspectiva de poder superar rápidamente la crisis económica, la Navidad europea se celebró hoy en un clima de desolación por los difíciles resultados de 1980 e incertidumbre y miedo por el sombrío panorama que presenta 1981.

"La ausencia de entusiasmo que caracterizó estas fiestas en la mayoría de los países europeos, trajo con nitidez el temor suscitado por los pronósticos de los expertos que prevén un fuerte aumento del desempleo, una nueva escalada de precios del petróleo, una estampida de la inflación y una situación política mundial particularmente tensa.

"Ese sentimiento de temor, que en ciertas circunstancias alcanzó características de verdadero pánico, se manifestó en una sensible disminución de la actividad comercial —estimada entre 12% y 25%— que contrastó en forma notoria con la opulencia de los últimos años.

"Las Cámaras de Comercio de Francia, Gran Bretaña, Italia, Alemania Federal, Holanda, Bélgica, Suiza, Suecia, Noruega y Finlandia admitieron —con diversos matices— que la facturación de este año fue inferior a las cifras logradas en la Navidad de 1980.

"La prudencia del público obedece, en general, al terror que inspira el fantasma del desempleo que sobrevuela Europa. Ese sentimiento se agudizó poco antes de Nochebuena, cuando se conoció la evaluación de 1980 y las previsiones para 1981, formuladas por la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) para 1981." Esta es una organización que agrupa a las principales potencias capitalistas, incluido Estados Unidos.

"Después de reconocer que la economía occidental ingresó en ‘una fase de recesión económica’ que se traducirá en una reducción del producto bruto interno, la OCDE estimó que el número de 23 millones de desocupados que existe actualmente podrá ascender a 25,5 millones en 1981, cifra récord desde que terminó la guerra y que afectara al 7,5% de la población activa.

"La mayoría de los países europeos cerrarán el balance de 1980 con resultados francamente negativos en materia de inflación y con déficit en sus balanzas de pago que llegaron a niveles récords.

"La perspectiva de ver reaparecer una legión de desocupados resaltó el espectro del hambre y la miseria que se conoció en Europa en los años que precedieron a las dos guerras mundiales.

"Esa situación, foco de previsibles tensiones sociales capaces de extenderse como un reguero de pólvora, puede agravarse si se confirma el pronóstico de algunos expertos, que prevén una nueva escalada de los precios del petróleo.

"Algunos expertos británicos y alemanes coincidieron en estimar que el barril de petróleo llegará a 50 dólares en 1981.

"El sentido de tristeza que existe en la Navidad de 1980 —marcada por la austeridad— expresa, igualmente, el temor que existe por la tensa situación mundial.

"En este continente que padeció tres guerras en un siglo, la opinión pública sigue con particular inquietud la evolución de la situación polaca, consciente de que una eventual intervención militar soviética puede precipitar una crisis de imprevisibles consecuencias.

"Europa contempla igualmente con alarma el período que se abrirá a partir del 20 de enero próximo en Estados Unidos, cuando el republicano Ronald Reagan ingrese a la Casa Blanca para reemplazar al demócrata Jimmy Carter.

"Reagan, considerado en Europa como un representante de la extrema derecha de Estados Unidos, suscita temores por su aparente tendencia a endurecer la posición norteamericana frente a la URSS hasta el punto de provocar una crisis mundial difícil de administrar en esta época de precario equilibrio político y militar entre las dos grandes potencias."

Hay que pensar que en lo que se refiere a América Latina y a Cuba, aunque a nivel mundial se pudiera lograr una mejoría de la situación, incluso ciertos acuerdos sobre el control de armas, de todas formas pienso que la política de esta administración será dura, muy dura, incluso abiertamente intervencionista con América Latina y tratará de serlo también con Cuba, puesto que ellos consideran este hemisferio su coto privado.

Es decir que debemos pensar que aun sin que ocurriera nada en Polonia, aun si mejorara la situación internacional global, y se volviera de nuevo a avanzar en los Acuerdos SALT, etcétera, lo cual sería útil y fundamental para la paz en el mundo, pienso que de todas formas la política de esta administración con el movimiento revolucionario, progresista y democrático de América Latina será de mano dura, y será de alianza con las fuerzas de derecha, con las fuerzas reaccionarias, con los fascistas en este hemisferio; debemos partir de esa realidad.

Por eso nunca como en esta circunstancia la consigna de la producción y la defensa ha sido una necesidad tan vital.

Nosotros acabamos de aprobar algunas leyes. Consideramos muy importante, tal vez un día se califique de histórica esta Ley sobre el Medio Ambiente. Creo que las modificaciones la mejoraron; tenemos más libertad para ir organizando la forma en que llevaremos adelante la aplicación del sistema acordado en la Ley, al quedar el Consejo de Ministros con la responsabilidad fundamental en esta materia.

Hemos aprobado el Plan Quinquenal 1981-1985, el primer año de ese plan, que es el de 1981, los presupuestos, etcétera.

Estos planes son realistas, tanto el uno como el otro. Creo que desde ya tenemos que empezar por aplicar el principio de que los planes deben cumplirse, y pienso que este plan de 1981 puede tal vez sobrecumplirse; en fin, debemos luchar por sobrecumplirlo. El Plan 1981-1985 tenemos que tratar también de sobrecumplirlo. Como expresamos en el Informe del Comité Central, teníamos que comprometernos con planes que se cumplieran, e incluso se sobrecumplieran, no comprometer al Partido en cosas que no puedan cumplirse y que ello no nos exoneraba del deber de hacer el máximo; y, desde luego, nuestro deber no es cumplir el plan, nuestro deber primero es hacer el máximo, y si hacemos el máximo, esos planes pueden ser sobrecumplidos.

Fue correcto actuar con prudencia. Si de todas formas hacemos lo que nos proponemos, lograremos un avance considerable y estaremos entrando en las mejores condiciones para el avance en los 15 años que mediarán entre 1985 y el 2000, porque ya estaremos trabajando a largo plazo en ese período. Se dan condiciones mucho mejores para lograr una dirección en la economía y en los servicios, en todo, y para lograr una eficiencia mucho mayor. Empezaremos a cosechar frutos de lo que hemos estado sembrando en este quinquenio que está por terminar, con un país mucho mejor organizado y con cuadros mucho más experimentados, con una experiencia de conjunto muy superior.

Hemos calculado sobre bases realistas también cuáles pueden ser los posibles ingresos por nuestras exportaciones. Pero lo fundamental de la seguridad de nuestros planes se basa en los acuerdos a mediano plazo con los países socialistas, saber por ejemplo en este instante que tenemos asegurado nuestro combustible desde ahora hasta 1985, y no sólo que lo tenemos asegurado, sino también que debemos ahorrarlo lo más que podamos, porque por acuerdos entre los soviéticos y nosotros, los ahorros que hagamos de los planes podremos convertirlos en ingresos adicionales para nuestro país. Sépase por tanto que ahorrar combustible en este quinquenio significa ingresos en otras mercancías con lo que ahorremos. Eso es muy importante en nuestro trabajo. También gran cantidad de materias primas, de bienes intermedios, de equipos, de alimentos y otros productos de consumo ya están acordadas. De modo que a pesar de esta situación mundial, nosotros tenemos una base sólida para nuestro trabajo en lo que se refiere a una parte importante de la economía.

Seguiremos enfrentándonos a las dificultades que se derivan en el área capitalista de las variaciones de los precios, del intercambio desigual, los altibajos del azúcar, etcétera, pero estamos afortunadamente en un año en que los precios tienen tendencia a subir, lo que no nos obliga, desde luego, a llenarnos de ambiciones y querer hacer planes más grandes que después no tengan una base sólida; más vale que podamos sobrecumplir y hacer más de lo que hemos acordado, pero trabajar sobre bases seguras.

Ese plan requerirá un esfuerzo. Por ejemplo, en la rama azucarera es muy fuerte el propósito de incremento, sobre todo si tenemos en cuenta la gran necesidad de caña que hemos tenido que sembrar nueva y la que nos falta por sembrar, para liquidar la roya. El plan en la rama azucarera es muy fuerte.

Ahora bien, si nosotros hacemos la zafra que nos hemos propuesto, si sembramos las 30 000 caballerías de caña que debemos sembrar en esta próxima primavera —26 000 planificadas de antemano y 4 000 que no se cumplirán del plan de frío de este año, en realidad debido fundamentalmente a factores climáticos que paralizaron la maquinaria en casi todo el país— estamos obligados a un supremo esfuerzo.

De 300 tractores Komatsu de 180 caballos que se adquirieron, más de la mitad están ya aquí. Se nos atrasaron un poquito; esperábamos tenerlos todos el 30 de diciembre, y algunos, los últimos, estarán para febrero, con todas sus gradas, sus equipos, para este esfuerzo. La maquinaria deberá hacer un extraordinario esfuerzo, puesto que de acuerdo con el plan se requieren 900 millones de arrobas más de caña en 1982, y para ello son indispensables las 30 000 caballerías y sembrarlas temprano, tomando también en cuenta las siembras que hagamos de ahora a mayo; y, desde luego, las siembras tempranas requieren haber concluido en lo esencial la zafra el 30 de abril. Se requerirá un esfuerzo especial con la maquinaria, una gran cooperación, un trabajo esmerado del CEATM, de los talleres, de gestión en el desembarque de las piezas, porque suele coincidir este primer período del año con relativamente escasas llegadas de piezas; utilización de las que tengamos, priorización de los lugares más críticos. Digamos que las dos provincias que deben hacer un máximo esfuerzo son: Camagüey, una siembra muy grande, es especial el esfuerzo que se requiere de los camagüeyanos, y también Villa Clara.

Estoy convencido de que si cumplimos estas dos tareas habremos vencido los dos obstáculos más grandes del quinquenio, porque el crecimiento más alto en caña sería en 1981-1982. Es indispensable, es indispensable, puesto que tenemos que incrementar en 1982 en medio millón las entregas de azúcar a la URSS. Si no logramos ese incremento y de paso se produjeran bajas en los precios del azúcar para 1982, entonces se nos complicaría la situación seriamente en el área convertible.

Los compromisos que tenemos para 1982 nos obligan a este esfuerzo en este primer año del quinquenio con el azúcar, en que ya nos recuperamos de la roya, etcétera. Porque en los años 1980-1981 se limitaron las entregas a la URSS a 2 millones y medio, que están por debajo de lo que se había previsto; pero ya en 1982 son 3 millones, y no podemos fallar, no se puede reducir una libra de azúcar, un gramo de azúcar, puesto que no sería justo, no sería honorable tampoco. Y entonces tendríamos que disminuir las ventas en otros mercados y en área de moneda convertible.

Ahora, la zafra está marchando bien. Yo creo que esta zafra está empezando a demostrar y debe demostrar al final lo que todavía podemos hacer por mejorar nuestro trabajo.

Ya el esfuerzo por esta zafra se empezó a hacer desde la otra zafra: ya había entonces cosas que no tenían remedio. Si un motor de un central en Matanzas llegaba en marzo y se perdían 20 000 ó 30 000 toneladas de azúcar, eso no tenía remedio. Si había problemas con las calderas en el "Amancio", o en el "Argelia Libre", o en el "Bolivia", o en el "Guatemala", donde fuera, eso no tenía remedio ya.

Se hizo un esfuerzo grande desde aquel momento para solventar todos estos problemas con tiempo anticipado. Y se hizo un esfuerzo por la siembra: se sembraron más de 20 000 caballerías, el año de menos pérdidas de caña, porque es importante no solo sembrar sino sembrar de manera que no se pierda; el esfuerzo de limpia; el esfuerzo de cultivo. Todo eso se comenzó a hacer desde la pasada zafra, porque en la agricultura no basta la siembra de las 30 000, hay que sembrarlas de manera óptima; hay que optimizar también los cultivos, la fertilización y las limpias. Las de este año fueron las mejores de la historia de la Revolución, y se ve en la caña que tenemos; tenemos caña, tenemos caña. Y estas lluvias que nos han retrasado un poco, nos dificultaron la siembra de frío, nos dan más caña.

Este año hay que hacer todavía un esfuerzo mayor en cultivos, fertilización y limpia, un esfuerzo mayor. Es indispensable. Lo lograremos y lo podremos hacer en la medida que terminemos temprano la zafra. Hay algunos centrales que se han atrasado, sencillamente; más bien no se han atrasado, fue necesario decirles: "No arranquen", porque estaban inundados. Ejemplo, Guatemala: 9 pulgadas de lluvia en el mes de diciembre, a veces es 30, 40 milímetros, esta vez 9 pulgadas. El "Urbano Noris" llevaba 24 días moliendo sobre el millón, un día molió 1 540 000 arrobas y tuvo que reducirse —la provincia entera que muele bien— a un 20% ó 23% de la potencial por las lluvias; pero tenemos la seguridad de que se recupera.

Teníamos un acumulado de un 88% en diciembre. El año pasado no se alcanzó el 88% ni un día. Muchas provincias por arriba del 90%. Los centrales mismos están demostrando que sus capacidades de molida son mayores que las que aparecen por ahí en los números, porque yo no me imaginaba que el "Urbano Noris" pudiera llegar a moler en un día 1 540 000. Y muchos centrales han estado moliendo por encima del ciento por ciento de su norma potencial; de modo que es para nosotros alentador ver cómo está marchando la zafra. Tenemos la idea de que venga un poquito de sequía y que venga un poco de frío.

En casi todas partes han estado sobrando macheteros. La productividad por machetero, por máquina se ha elevado. Hay lugares donde de tres máquinas que tenían antes que trabajar, están trabajando dos y tienen una de reserva. Así está marchando la zafra.

En estos días y en los primeros días de enero se incorporan ya el resto de los centrales. Puede ser, desde luego, que algunos tengan que moler también en mayo, algunos; pero no será todo el país en mayo en zafra, y metido en junio, no será eso.

Hay que mantener el propósito de concluir, en lo esencial, la zafra, el 30 de abril y solo por excepciones centrales que ha habido que retrasar, centrales que están en áreas en que llueve menos en mayo de lo que tal vez llueva en diciembre, muelan en mayo.

Pero yo creo que la respuesta que se está observando es una prueba no solo de que podemos hacer más y mejor las cosas, sino del estado anímico de nuestros trabajadores y de nuestro pueblo. Si bien es cierto que nos vamos a enfrentar a un período lleno de riesgos en el orden externo y a un esfuerzo grande en el terreno de la economía y los servicios, ¡nunca la Revolución ha estado como está hoy, ha tenido la fortaleza que tiene hoy! (APLAUSOS), ¡nunca! ¡Nunca, nunca el estado anímico de nuestras masas, de nuestros trabajadores, de nuestros obreros, de nuestra juventud, de nuestras mujeres ha sido como el que tenemos hoy! Eso es indiscutible. Ya venía fortaleciéndose a lo largo del año este espíritu y durante el Congreso se produjo la culminación —pudiera decirse—, llegó a su clímax con el Congreso.

El Congreso ha producido un profundo impacto en nuestro pueblo (APLAUSOS); por encima del que nosotros mismos habíamos calculado. Es que, incluso, la simple enumeración de los frutos del trabajo de nuestro pueblo en estos cinco años, cuando los vemos juntos, es impresionante. Y los éxitos en los servicios, sobre todo en la educación, en la salud pública. En salud pública en cinco años se redujo de 27 a 19 la mortalidad infantil. Ese es un índice tremendo. Bueno, será imposible obtener éxitos mayores. Ya reducir de 19 a 17, a 16, es más difícil.

Ya los números de graduados de sexto grado tenderán a disminuir, porque hay menos muchachos en esa edad, han ido pasando a otros niveles; pero entonces ya tendremos que hablar de calidades, cómo mejora la calidad de esa educación, cómo mejora la calidad de esos servicios médicos. Es impresionante saber que tenemos ya un médico cada 600 y tantos habitantes, y que en cinco años tendremos uno cada 400 y tantos. Son éxitos realmente serios.

Pero, además, el trabajo de las organizaciones de masas, el avance; la elevación de los niveles de cultura; la victoria en el sexto grado de los trabajadores, de las amas de casa, de los campesinos; el aumento de la cultura política de nuestro pueblo y el fortalecimiento de su conciencia política.

Pero no se impactó solamente nuestro pueblo con el congreso, se impactaron mucho más las 150 organizaciones que nos acompañaron en este histórico evento. De modo que el Congreso adquiere carácter internacionalista y nada mejor en una época como esta y en una circunstancia como esta. Entonces ya nosotros aprovechamos la presencia de 150 organizaciones que representan lo más progresista, lo más revolucionario, lo más democrático del mundo en distintos grados. Aquí ante ellos nosotros hemos empezado a movilizar la opinión mundial, advertir de los riesgos para nuestro país y de la situación en su conjunto. Estamos saliendo delante del imperialismo, vamos por delante del imperialismo (APLAUSOS).

Yo diría que nuestro Congreso sirvió para alertar al mundo y para levantar los ánimos de las fuerzas revolucionarias y progresistas, que estaban todavía un tanto anonadadas por todos estos riesgos, por todos estos problemas potenciales debido a la complejidad de la situación mundial y por el triunfo de la derecha en Estados Unidos. Y nosotros pudimos apreciar cómo se levantaba el ánimo; nuestro Congreso ayudó a levantar el ánimo de todas las fuerzas revolucionarias y progresistas del mundo.

Y solo por excepción puede decirse que teníamos algunas organizaciones aquí, que no estaban del todo satisfechas con algunas posiciones, pero de todas maneras a esas mismas el Congreso las impactó, y cuando vieron ese increíble acto de la Plaza de la Revolución, bueno, no pudieron menos que experimentar profundo respeto por nuestra Revolución, por nuestro Partido, por nuestro pueblo (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: "¡Fidel, Fidel, Fidel!") Y en lo más profundo de las conciencias de estos discrepantes, de estos poquitos discrepantes, habrán tenido que reconocer que detrás de nuestro Partido está el pueblo entero, y que hay una insuperable vinculación del Partido con las masas, y que la Revolución tiene una extraordinaria fuerza. Y eso vale, eso llega a convertirse en una fuerza material si nos agreden. Se demostró en abril y mayo, las maniobras aquellas organizadas en Guantánamo; cuando vieron al pueblo en la calle, cuando vieron el desbordamiento de masa llegaron a la conclusión de que en todos los sentidos era un disparate y suspendieron su maniobra; una batalla que se ganó con las masas.

Creo que también esta fuerza, de la cual son testigos los visitantes que estuvieron aquí, empieza a ser la primera trinchera en defensa de la Revolución y del país contra una eventual agresión imperialista. En la medida en que sepan que se van a encontrar un pueblo fuerte, ese hueso duro de roer, esa espina que puede atravesarse en la garganta, van a disminuir las posibilidades de que se lancen a una aventura agresiva contra nuestro país. Es decir, al hacer esto ya nos estamos defendiendo. Y creo que igualmente estamos en condiciones óptimas porque la respuesta de las masas a la idea de las Milicias Territoriales ha sido extraordinaria, para la tarea de fortalecer militarmente el país; y la disposición a prepararse, la disposición a aportar recursos incluso para ese propósito es muy grande. Eso nos va preparando, son grandes trincheras que estamos construyendo desde ahora para frenar al enemigo o para cobrarle bien caro, ¡pero bien caro! cualquier agresión a nuestra Patria (APLAUSOS).

La guardia hay que levantarla, la vigilancia hay que multiplicarla, porque las agresiones pueden venir no solo por la vía de las armas o de bloqueo naval, sino también por vía de introducción de enfermedades y plagas en nuestros animales y en nuestras plantas, porque esta gente no tiene escrúpulos de ninguna clase; por vía de sabotajes a la economía; por vía de reiniciar la historia de atentados a dirigentes y todo eso. Es muy importante ver por dónde van y nosotros lo vamos a saber. Y, desde luego, no le tenemos miedo a ninguna variante, vamos a ver. Como decíamos en el Informe Central, tendrán que asumir las responsabilidades de sus actos. Por eso también con relación a las actividades contrarrevolucionarias que se manifiesten hay que adoptar mano muy dura y hay que aplastar el menor síntoma de contrarrevolución (APLAUSOS PROLONGADOS).

Otro fruto del Congreso es que nuestros vínculos con el movimiento revolucionario y progresista del mundo se han estrechado fuertemente. Y algo muy valioso y muy decisivo: nuestros vínculos con la URSS y con el campo socialista se han estrechado extraordinariamente (APLAUSOS). Nosotros conocemos la impresión que se llevaron las delegaciones de la URSS y de los países socialistas sobre nuestro Congreso y no puede realmente ser mejor. Y lo han expresado, se han sentido estimulados, porque han podido ver en Cuba la fuerza de las ideas del marxismo-leninismo. Cuando hay problemas en algún lugar no es que el marxismo-leninismo carezca de invencible fuerza, es que no se han aplicado correctamente los principios del marxismo-leninismo.

Y nosotros mismos decíamos que no hemos sido perfectos revolucionarios ni hemos sido perfectos en la aplicación de estos principios, lo que sí podríamos decir es que hemos sido honestos y hemos tratado de ser consecuentes. Pero esta cosa de nuestro país al lado de Estados Unidos; un país tan rico, tan poderoso, que tanto influyó —durante tanto tiempo— en nuestra Patria y en nuestro pueblo que se encuentre hoy un escollo como Cuba, se encuentre hoy una roca como Cuba, solo se puede comprender a la luz de los principios del marxismo-leninismo. El papel del Partido, su vinculación con las masas, la aplicación correcta de esos principios, la ausencia de favoritismo, la actuación justa, la consideración al mérito, la dirección colectiva, el centralismo democrático, la honestidad, la conciencia, la disciplina, además del extraordinario contenido social y humano de la obra revolucionaria; esos son los factores, no hay ningún misterio en eso, que le han dado estas fuerzas enormes a nuestra Revolución.

Y los hermanos países socialistas que ahora se enfrentan con la preocupación profunda de los acontecimientos en otras partes, aunque no lo expresaran así, nosotros comprendemos que se sintieron profundamente estimulados por lo que han podido ver en nuestro país, aquí a 90 millas de Estados Unidos.

De modo que nos enfrentamos a esta situación nueva con un comienzo de movilización de la opinión pública mundial, con lazos estrechos con las fuerzas revolucionarias y progresistas, que ven en Cuba un bastión de la revolución, que ven en Cuba un fiel e indoblegable amigo de la revolución y del movimiento revolucionario mundial, que incrementan su simpatía por Cuba, su preocupación por Cuba y su solidaridad con Cuba; se han fortalecido nuestras relaciones en este momento difícil que puede venir, más que nunca, con el campo socialista y con la URSS. Y eso es muy importante, porque vivimos en continentes diferentes, circunstancias diferentes, y es muy alentador que comprendan nuestras posiciones, y nos apoyen (APLAUSOS).

Pero nosotros debemos fortalecernos no solo con estas trincheras de que he hablado, y creando las milicias y fortaleciendo nuestra defensa, nosotros debemos fortalecernos también perfeccionando nuestro trabajo, mejorando nuestro trabajo en todos los terrenos: en la actividad económica, en los servicios, en una escuela un maestro enseñando y trabajando, en un hospital un médico o una enfermera, en un ómnibus un conductor que tiene que salir a tal hora para recoger al público que va para el trabajo, en un restaurante, en un hotel, en todas partes donde se brinde un servicio, allí tenemos la oportunidad de fortalecer la Revolución, mejorando nuestro trabajo. En el campo de la economía, cumpliendo las metas que nos hemos trazado, moliendo hasta la última caña planificada, moliendo por encima del 85, por encima del 90 cuando podamos hacerlo, optimizando la extracción de azúcar en todas partes, allí estaremos fortaleciendo también la defensa de la Revolución, porque allí estaremos haciéndonos mas fuertes en todos los sentidos, y creando más recursos. Si hay que comprar acero para hacer granadas porque sean más los millones de personas dispuestas a luchar que fusiles, ahí tendremos los recursos; si hay que comprar uniformes, si hay que importar algunas telas para los uniformes de las milicias, ahí tendremos los recursos; para tener medicamentos, para tener algunas reservas de algunas cosas para caso de un bloqueo, etcétera; estaremos fortaleciéndonos trabajando bien en la economía, y estaremos fortaleciéndonos trabajando bien en los servicios. Vamos a estar levantando la moral del pueblo y la confianza del pueblo en sí mismo y en sus posibilidades.

De modo que a nuestro juicio se han creado las condiciones óptimas, como nunca, para el cumplimiento de esta consigna: producción y defensa.

Por otro lado, nosotros tenemos un deber moral muy grande de dar una respuesta a la reacción del pueblo, a la confianza del pueblo, a la alegría del pueblo, a la felicidad del pueblo, que se ha visto representado más que nunca en el Comité Central con la inyección de obreros, la inyección de mujeres, la inyección de combatientes internacionalistas, la inyección de compañeros destacados en distintos campos. Ahora sí se han creado condiciones como nunca en la Revolución, en un momento en que Cuba tiene responsabilidades mayores que nunca con relación al mundo, y en una situación nueva que se presenta de evidentes riesgos.

Yo creo que nosotros tenemos un deber moral mínimo, elemental, y es preguntarnos a nosotros mismos qué mas podemos hacer, cada uno de nosotros dondequiera que estemos; comprometernos nosotros mismos a duplicar nuestros esfuerzos, a ser más profundos, más responsables, más serios, más consagrados, más sacrificados, más entregados a nuestra causa, a nuestra Revolución, a nuestro pueblo, más exigentes, más ejemplares en todos los sentidos. Tenemos que comprometernos a esto, y no en una tribuna, o en un discurso, no; hay que sacar íntimamente estas conclusiones, y comprometernos ante nuestras conciencias (APLAUSOS).

Es en realidad extraordinariamente interesante el período que tenemos por delante, de trabajo, de lucha, de prueba. Creo que, como somos en primer lugar revolucionarios, no nos sentimos desdichados cuando sabemos que tenemos delante un gran esfuerzo, una gran tarea, o un gran reto; nos sentimos más bien estimulados, nos sentimos satisfechos, puesto que hemos tenido en la vida la oportunidad de probarnos, la oportunidad de enfrentarnos a nuevas tareas, y la oportunidad de vencerlas.

Nuestro pueblo ha alcanzado una extraordinaria altura en la historia, una extraordinaria altura en conciencia, en calidad, en condiciones revolucionarias, que nos inspiran confianza, que nos inspiran seguridad. ¡Nosotros podremos —como decíamos en el Informe—ser barridos físicamente de la faz de la Tierra, pero el ejemplo de Cuba, ya podemos decirlo, será inmortal! (APLAUSOS) No habrá manera de hacernos retroceder, no habrá manera de doblegarnos. Y nuestros cuadros, nuestros cuadros del Partido, nuestros cuadros del Estado, estamos seguros que sabrán estar a la altura de la circunstancia y a la altura de nuestro pueblo (APLAUSOS).

¡Patria o Muerte!

¡Venceremos!

(OVACION)

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