Discursos e Intervenciones

Palabras pronunciadas por el Comandante Fidel Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Primer Ministro del Gobierno Revolucionario, en el acto con las Fuerzas Guardafronteras de la República Democrática Alemana, efectuado en Berlín, RDA, el 14 de junio de 1972, “Año de la Emulación Socialista”.

Fecha: 

14/06/1972

Queridos soldados y oficiales de las fuerzas de guardafronteras de la República Democrática Alemana:
 
Desde que llegamos en el día de ayer a la capital de la RDA hemos estado familiarizándonos con ustedes, hemos estado viendo ya los uniformes de los guardafronteras, puesto que el aeropuerto está cerca de la frontera y puesto que muchos de ustedes estaban ayer entre los cientos de miles de ciudadanos de Berlín socialista que se encontraban en el recorrido.
 
Desde que nosotros llegamos a su país hemos estado observando y meditando mucho acerca de las enormes dificultades que han tenido ustedes que vencer en estos años.  Son realmente increíbles las dificultades con que el imperialismo rodeó a la RDA, las dificultades que creó en el propio centro de la RDA, y nosotros podemos comprender perfectamente los problemas que esas dificultades tienen que haber creado, la dura lucha en el campo de la política, en el campo de la economía, en el campo de la educación, en el campo de la cultura, que el pueblo de la RDA ha tenido que librar aquí en la primera línea, en las fronteras mismas, cara a cara, con el mundo imperialista.
 
En el día de hoy nosotros hemos estado visitando distintas zonas de la ciudad.  Estuvimos por la región de la Puerta de Brandenburgo, y allí nos explicaron la historia del trabajo de ustedes, el enorme número de provocaciones que se han cometido contra la RDA.  Realmente allí los hechos se cuentan por decenas de miles.
 
Tuvimos oportunidad de ver otras cosas más dolorosas todavía:  son las fotografías de numerosos jóvenes soldados y oficiales que han muerto allí cobardemente asesinados por el enemigo.
 
Estuvimos de recorrido también por la frontera, y vimos allí a los hombres en sus puestos.
 
Se nos han explicado las mil formas de provocación que usan incesantemente los enemigos.
 
Nuestro país tiene también una zona de su territorio ocupada por Estados Unidos, donde poseen una base naval en la provincia de Oriente, región de Guantánamo, y allí tenemos también nosotros una importante fuerza de guardafronteras.
 
Durante años hemos conocido los métodos de los imperialistas, las provocaciones de los imperialistas, y los crímenes de los imperialistas, porque también han usado esa región para practicar la subversión y para cometer diversas fechorías. De manera que por eso podemos apreciar el trabajo que ustedes realizan aquí.
 
Es muy importante saber que el pueblo de la RDA tiene una gran confianza en ustedes, que realmente se siente orgulloso de ustedes. Los compañeros del Partido y los compañeros de la ciudad de Berlín socialista nos han hablado con mucha satisfacción de las tropas de guardafronteras, con gran admiración del comportamiento de ustedes, que son exponentes de la juventud de la RDA, que son exponentes del espíritu de la RDA, del espíritu de los revolucionarios.
 
Ustedes han tenido que estar cara a cara del enemigo durante mucho tiempo.  Ustedes palpan continuamente la presencia de ese enemigo.  Pero eso a la vez desarrolla el espíritu revolucionario, eso a la vez hace a los soldados más fuertes, hace a los soldados más veteranos.
 
Ustedes están aquí guardando una trinchera del movimiento revolucionario, una trinchera del campo socialista, en pleno corazón de Europa, en uno de los puntos más peligrosos, en uno de los puntos más difíciles, en una de las situaciones más complejas, en un país contra el cual el enemigo ha empleado la mentira, la propaganda, la subversión, la calumnia; en un país que ha tenido que trabajar muy duramente para construir su economía, para desarrollarse, para superar la pobreza, que tuvo que partir de una situación difícil, de una destrucción total, y que con la ayuda de la Unión Soviética —que también fue escenario de guerra y quedó muy destruida—, y con la solidaridad del campo socialista, han tenido que trabajar muy duro para disponer de lo que tienen hoy.
 
Pero lo que se tiene hoy ya es un gran logro político, es un gran logro revolucionario.  Se ve por todas partes, se ve en la nueva generación, se ve en las escuelas, se ve en los niños, en la magnífica educación que están recibiendo, en la calidad técnica de la enseñanza, pero sobre todo en el sentimiento que se les desarrolla, en su espíritu solidario, en su espíritu internacionalista.
 
Nosotros no tenemos ninguna duda de que se ha obtenido aquí por el pueblo de la RDA una gigantesca victoria política y revolucionaria, que aunque durante largo tiempo tendrán que enfrentarse todavía a las provocaciones y a las subversiones de los imperialistas, han creado las bases para el futuro, han creado las bases de un estado verdaderamente revolucionario, de un estado que sin duda alguna será vanguardia en el futuro. Y están formando la nueva generación que continuará esa obra.
 
Esa es la impresión que nosotros estamos recibiendo al visitar a este país.
 
Y ustedes son defensores de esa obra, ustedes son defensores de ese Estado, de esa patria, de esa nueva generación, de este baluarte del movimiento revolucionario, de esta trinchera del campo socialista.
 
Y por eso nosotros, desde la otra trinchera, al otro lado del Atlántico, les traemos el saludo solidario y el saludo revolucionario de sus compañeros de armas:  los guardafronteras de Cuba y los soldados de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba (Aplausos).
¡Que vivan los valerosos defensores de la RDA!
 
¡Que viva la amistad entre los combatientes de la RDA y los combatientes de Cuba!
 
¡Que viva la amistad entre la RDA y Cuba!
 
¡Que viva el internacionalismo!
 
(Aplausos.)

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