Discursos e Intervenciones

Palabras pronunciadas por el Comandante Fidel Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Primer Ministro del Gobierno Revolucionario, en Zabrze, Polonia, el 8 de junio de 1972, “Año de la Emulación Socialista” .

Fecha: 

08/06/1972
Queridos amigos de Zabrze:

Ustedes me perdonan si yo no pronuncio bien.  Tengo que practicar un poco.

En el día de hoy esta es la quinta ciudad que visitamos.  Hemos recorrido decenas de kilómetros a través de toda la cuenca roja.  También debo decir que nos habían contado que sobre la región de Silesia cae un millón de toneladas de polvo.  Yo estuve calculando que son como 300 kilogramos per cápita al año (Risas).  Nosotros hemos ido recogiendo también nuestra cuota a través del recorrido (Risas), y mis ojos han recogido una parte también a través del coche abierto.  

Pero les puedo asegurar que pocas veces se tiene la oportunidad de hacer un recorrido como este, tan lleno de interés, lleno de calor humano y lleno de historia.

Constituye para nosotros un honor haber podido recorrer esta cuenca roja y haberlos podido conocer a ustedes.

Escuchaba con gran interés las palabras del Primer Secretario.  Son hermosas palabras de amistad y hermosas palabras de solidaridad.  Corno muy bien dijo él, nuestros dos pueblos recorrieron caminos similares durante mucho tiempo para conquistar la independencia, para conquistar la dignidad, para conquistar la justicia.

A través de esa historia se ha ido desarrollando nuestro pensamiento, nuestra cultura, nuestros sentimientos:  sentimientos patrióticos en la lucha por la liberación, sentimientos revolucionarios socialistas en la lucha por la justicia social, sentimientos internacionalistas en la unión de nuestras fuerzas con las fuerzas obreras y proletarias de los demás países.

Así se ha ido escribiendo la historia de estos tiempos.  Así se ha ido formando la gran familia socialista, familia que crece, y de la cual Cuba se siente orgullosa de formar parte.

Él nos recordaba la satisfacción con que recibió hace 13 años las noticias de la liberación de Cuba, pero nosotros estamos seguros que Cuba no será la única en América Latina:  que nuevas y nuevas buenas noticias se irán recibiendo en el curso de los años futuros, hasta el día en que toda la humanidad esté regida por los principios de la solidaridad, por los principios del marxismo-leninismo y por los principios del internacionalismo.

Nosotros les damos las gracias por su recibimiento en esta ciudad, los felicitamos por sus éxitos, y les deseamos de todo corazón nuevos y mayores éxitos en el futuro.

Vemos que trabajan, vemos que avanzan, vemos que progresan.  Vemos a los niños y a los jóvenes que crecen, que estudian y que se preparan para el futuro.

Y nos alegramos mucho de la amistad de ustedes, y lucharemos por consolidar esa amistad y desarrollarla cada vez más.  Nos alegramos mucho de saber que aquí se hizo el horno eléctrico que está funcionando en una de nuestras plantas mecánicas, y les podemos asegurar, desde luego, que nuestro país necesitará en el futuro más hornos eléctricos, y que ojalá sean también construidos aquí por los trabajadores de esta ciudad.

Queremos enviarles nuestro saludo y decirles que nuestros trabajadores se esforzarán cada vez más por hacer el uso óptimo de ese horno construido aquí.

Queridos amigos, les digo de todo corazón:  

¡Que viva la heroica cuenca roja de Silesia!
¡Que vivan los trabajadores de Zabrze!
¡Que viva la amistad entre los pueblos de Cuba y de Polonia!
¡Que viva el movimiento internacionalista!
¡Que viva el campo socialista!  (Aplausos.)
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