Entrevistas

Entrevista concedida a Charles O. Porter

Charles O. Porter, exrepresentante del Cuarto Distrito de Oregón, Estados Unidos, fue a Cuba a fines del pasado mes de septiembre para hablar con el primer ministro Fidel Castro, por encargo de la Unión de Familiares Pro-Amnistía de Presos Políticos Cubanos, a fin de tratar de obtener una amnistía general para los presos políticos que retiene Cuba.  (Estos presos no tienen relación alguna con el gobierno de Batista, ni con la invasión a la bahía de Cochinos, Playa Girón).

Había esperanzas de que esta amnistía pudiera negociarse, porque Castro había dicho a James Donovan, quien negoció el convenio para los prisioneros de la bahía de Cochinos, que cuando los acuerdos sobre la bahía de Cochinos estuvieran terminados, él consideraría una amnistía general para los presos políticos.  Las negociaciones de Porter con Castro no fueron satisfactorias, porque Castro requirió que antes de que la amnistía general pudiera ser declarada: 1.-  Los ataques agresivos a Cuba, los cuales Castro está convencido de que están protegidos por la CIA, deben cesar, y 2.- El acuerdo sobre la bahía de Cochinos tiene que cumplirse íntegramente primero.  Castro demanda que Cuba ha sido estafada por cerca de 10 millones de dólares.

El gobierno de Estados Unidos no ha respaldado el viaje de Porter a Cuba como negociador de la Unión, aunque ellos tenían completo conocimiento de los móviles de su viaje, para Porter; pero Porter consiguió la visa para ir como reportero de la revista Look, con el propósito de asegurar una entrevista con el Primer Ministro.   Esta entrevista  tuvo lugar el 3 de octubre de 1963, y la revista Northwest Review, se complace en imprimir su texto aquí.  Look, que tiene más de 7 1/3 millones de suscriptores y —lo más importante— un ingreso de millones por anuncios, no quiso publicar esta entrevista.  Nosotros sentimos muy de veras que esta entrevista debería hacerse accesible; que es una información que nosotros, como ciudadanos responsables en una sociedad libre, debemos tener; así lo hace el señor Porter, así lo hacen las tres estaciones de radio Pacífica, las cuales pasarán las cintas grabadas de la entrevista para sus escasos suscriptores. (E. Van A.)

C.O. Porter.-  Señor Primer Ministro, como usted sabe, yo he presentado  a usted una solicitud de mis clientes de Miami, mujeres, familiares de presos políticos cubanos, pidiendo una amnistía general.  ¿Cuál es su actitud en cuanto a la liberación de estos presos políticos en futuro próximo?

Fidel Castro.-  Como usted sabe, el Estado castiga las actividades contrarrevolucionarias como medio de defender la Revolución.
La Revolución ha estado  bajo el incesante hostigamiento de la contrarrevolución,  inspirada por el gobierno de Estados Unidos.
Nosotros no podemos liberar a los prisioneros mientras exista todavía la amenaza de agresión por parte de Estados Unidos, porque existe toda la certeza de que estos prisioneros serían usados en caso de un ataque a Cuba.

Hay un ejemplo muy reciente en los prisioneros de Playa Girón el gobierno ha puesto estos prisioneros en libertad, y los ha puesto en libertad sin garantía alguna, cualquiera que esta sea, en lo que atañe al pago de la indemnización, y esta indemnización no ha sido enteramente cumplida.  Hemos sido víctimas de un fraude.

Y, sin embargo, estos mercenarios contrarrevolucionarios han sido puestos en libertad y de nuevo se están preparando para atacar a Cuba.
Con eso usted puede entender fácilmente que nosotros no estamos en muy buena disposición de ofrecer una amnistía general a estos contrarrevolucionarios, porque al actuar así nosotros estaríamos procediendo contra nuestra propia seguridad nacional.

Yo quiero dejar bien claro, en lo que atañe al señor Donovan —el abogado— que yo pienso que él no ha actuado de mala fe.  La responsabilidad recae enteramente sobre la parte del gobierno de Estados Unidos que le impidió a él ejecutar un cabal cumplimiento del compromiso que contrajo con nosotros.

Yo puedo decirle que tan pronto haya una situación pacífica en lo que concierne a Cuba, y la Revolución Cubana no sea amenazada más por el gobierno de Estados Unidos, el gobierno cubano considerará una amnistía general.

C.O. Porter.-  ¿Cuál es la base de su afirmación de que Estados Unidos no ha completado su pago por los prisioneros de la bahía de Cochinos como fue acordado?

Fidel Castro.-  Aun cuando el Gobierno Revolucionario, a fin de facilitar la libertad de los mercenarios, cambió los términos de la sentencia —cambió esos términos, de manera que en vez de recibir el pago en efectivo, nosotros aceptaríamos alimentos y medicinas—, aun cuando el Gobierno Revolucionario hizo eso, ellos (Estados Unidos) no lo han cumplido satisfactoriamente.  Ellos no lo han cumplido ni en cuanto a calidad ni a cantidad.  Ellos mandaron muchas medicinas, que nosotros no necesitábamos y no pedíamos, y que nosotros seguíamos diciendo que no estábamos interesados en esas medicinas.
Y nosotros habíamos hecho un compromiso con ellos para que nos enviaran las medicinas y los equipos que nos interesaban, y ninguno de ellos llegó.  Y unilateralmente, sin siquiera discutir con nosotros, ellos decidieron cuándo toda la indemnización había sido cumplida.

C.O. Porter.-  ¿Ha sido presentada una protesta formal, con una lista de los pormenores?

Fidel Castro.-  Sí.  Aun antes de llegar al último cargamento, nosotros habíamos elevado una protesta formal a los funcionarios de la Cruz Roja Americana y de la Cruz Roja Internacional que estaba aquí.
Nosotros hablamos al señor Donovan sobre la inconformidad.  Y nosotros tenemos los documentos para probar (nuestro caso) por encima de todas las dudas.  Yo pienso que (el incumplimiento) fue un grave error, porque eso destruye cualquier buena fe que uno pudiera tener, que se pudiera usar como instrumento para mejorar las cosas.

C.O. Porter.-  ¿Ha contestado Estados Unidos su protesta?

Fidel Castro.-  En lo absoluto.

C.O. Porter.-  Si se diera el caso, ¿en qué condiciones Cuba permitiría a los exiliados cubanos regresar a su patria?

Fidel Castro.-  Eso todo depende de las condiciones del ambiente:  del caso de las agresiones, de la política de Estados Unidos.  Nosotros no tenemos que temer nada de los emigrados, porque ellos son minoría.  Las limitaciones serán suspendidas en lo que concierne a trabajadores  necesitados.  Naturalmente, debe darse trabajo primero a aquellos que están viviendo y trabajando aquí.

C.O. Porter.-  Bueno, yo quisiera su diferenciación entre “comunista” y “comunista cubano”, “socialista” y “marxista-leninista”, y que después me dijera ¿cuál de ellos ustedes se consideran —a cuáles ustedes se asemejan—, y cuándo llegaron a serlo?

Fidel Castro.-  Esto implica las ciencias políticas y los pensamientos políticos, y cada uno de estos términos pertenece a diferentes escuelas del socialismo.  La terminología es usada para describir a los socialistas utópicos, los comunistas, los comunistas primitivos y otros.  Así que ellos, realmente pueden significar muchas cosas.

Ellos son relativos.  Cuando nosotros decimos que somos marxista-leninistas, lo que queremos decir es que somos socialistas científicos; esto nos diferencia de todos los otros tipos de socialistas.  Nosotros basamos nuestras concepciones de la sociedad en la historia, y sobre las concepciones de Marx y Engels, que más tarde fueron enriquecidas por Lenin.

Y como marxista-leninstas, nosotros no somos dogmáticos; nosotros consideramos que las concepciones políticas deberían ser completamente aplicadas a una situación concreta.  Ellas no son mecánicas.

Nosotros no hacemos las cosas exactamente como se han hecho en otros países socialistas.  Usted comprende que cada movimiento revolucionario debe aplicar un espíritu creador a sus concepciones políticas, y nosotros hemos aplicado nuestro espíritu creador en este sentido.  Estamos construyendo el socialismo.

Construir el socialismo no significa construir el comunismo.  El comunismo necesita bases materiales, y esas bases materiales tienen que realizarse durante la construcción del socialismo.

En el comunismo cada uno da de acuerdo con su trabajo y recibe de acuerdo con sus necesidades.

En el socialismo cada uno da de acuerdo con su trabajo y recibe de acuerdo con su trabajo.

No obstante, aun bajo el socialismo, mucha gente recibe de acuerdo con sus necesidades, por ejemplo, las personas enfermas reciben atención médica, son subsidiadas mientras están enfermas.  La gente joven que está estudiando tiene becas, no tiene que pagar nada por eso.  Y los ancianos...  Los niños reciben educación gratuita; lo que significa que mucha gente en el socialismo recibe de acuerdo con sus necesidades, pero hay mucha gente que da y recibe de acuerdo con su trabajo.

Todavía hay rezagos del capitalismo —hay mucha gente que recibe mucho más, incluso hay gente que no trabaja ni produce nada.  Nosotros tenemos el caso, por ejemplo, de personas que tienen casas y que se les ha pagado una indemnización de 5 000 a 6 000 dólares mensuales sin estar haciendo absolutamente nada, únicamente porque ellos eran propietarios de diferentes casas.  Hay algunos médicos que trabajan en los hospitales del Estado, y algunos otros médicos que trabajan en sus propias consultas y ganan mucho más.  

Así que usted puede ver que hay socialistas y hay gente que pudiera pertenecer a la clase comunista, y hay también reminiscencias de la vieja sociedad, de la sociedad capitalista. El socialismo es únicamente una etapa transitoria.
Naturalmente, los sistemas socialistas...

C. O. Porter.-  Déjeme entender, no bastante:  el socialismo es donde se poseen los medios de producción, pero el comunismo, en la forma en que usted lo está usando, ¿es aún una propiedad colectiva mayor que esa?  ¿Será esa la diferencia?


Fidel Castro.-  Es mucho más que eso, es superior al socialismo.

El Estado tiene la propiedad en nombre del pueblo, es realmente la propiedad de la nación.  Hay una identificación entre el Estado y el pueblo. Todavía no hay sociedad comunista alguna en el mundo.

La Unión Soviética, que es un país socialista, está empezando ahora a resolver los problemas prácticos planteados por una sociedad comunista.

Por el momento nosotros estamos resolviendo los problemas prácticos planteados por la sociedad socialista, y nosotros estamos altamente interesados en resolver estos problemas my bien.  Usted puede tener un sistema social eficiente y un sistema social deficiente, así que eso es también cierto sobre el capitalismo.  Esto depende de los métodos, esto depende de las fórmulas que usted use para resolver problemas prácticos.

Usted reemplaza un modo de vida por otro, usted sustituye una sociedad que trabaja en función de algunos factores por otra sociedad.

En nuestro país, que es pequeño, eso es lógicamente más fácil.  Cuando usted tiene esos mismos problemas en la Unión Soviética o hasta en Estados Unidos —el país técnicamente más desarrollado, que tiene una industria altamente desarrollada—, usted está más cerca de la estructura que tendría bajo el socialismo.

No es lo mismo construir el socialismo en un país subdesarrollado, que en un país industrializado; no es lo mismo construir el socialismo en un país donde usted tiene pequeñas fábricas y cuatro o cinco grandes fábricas, que construir el socialismo en un país donde todas las fábricas son grandes.

No es lo mismo construir el socialismo en un país donde usted tiene múltiples pequeñas empresas, que en un país donde los medios de producción están ya en manos de las grandes empresas consolidadas.

Prácticamente, ellos tienen la misma organización que tendrían bajo el socialismo, excepto que los medios de producción están en manos de personas privadas y no públicas.  Pero, ¿quién administra estas grandes empresas?  ¿Los propietarios?  No.  Los administradores de los propietarios.  Los propietarios muchas veces están a miles y miles de kilómetros de distancia y jamás tienen nada que ver con la administración de esos negocios.

Todo accionista de grandes empresas está interesado en tener un buen administrador.  En el socialismo el pueblo es accionista, y todo el pueblo debería estar interesado en ver si la empresa está marchando bien, para que las ganancias fueran más grandes para todos los accionistas, y en un país socialista las ganancias son para el pueblo, que es el accionista.

Por supuesto, un país desarrollado e industrializado es siempre mucho más apto para el socialismo que un país subdesarrollado.  Un país subdesarrollado, donde ha habido muchas pequeñas fábricas, no tiene experiencia en administrar grandes empresas; ellos tienen que crear toda esta organización. 

Así que eso plantea grandes problemas prácticos, que son muy interesantes.  Naturalmente, es nada más que cuestión de tiempo, hasta que este gobierno tenga la experiencia y la organización para poder hacer uso de todas las ventajas del socialismo.
Una de las principales ventajas —yo digo— en el sistema socialista es que todos los recursos están racionalmente usados.  Ellos no se emplean de una manera anárquica.  Usted crea una oportunidad para orientar los recursos en una dirección y la fuerza de todos los recursos entonces es muy superior que si los recursos fueran desperdigados.

Por ejemplo:  ¿Usted ha visto nuestra granja de pollos?

C. O. Porter.-  Es preciosa.

Fidel Castro.-  Allí hay aves de las mejores clases.  No todo productor individual puede lograr eso, únicamente con los recursos de la nación.

C. O. Porter.-  Pero aparte de la parte económica, cuando usted dijo:  “Yo soy marxista-leninista”, todo el mundo en Estados Unidos —los escritores— dijeron:  “Comunista, quien cree en una revolución mundial por medio de una conspiración para derrocar a las naciones capitalistas.”  Ahora, yo quiero saber, ¿usted se considera de este tipo de comunista, que está atado a la fuerza a la revolución mundial contra las naciones capitalistas, de acuerdo con el dogma marxista?

Fidel Castro.- 
Yo pienso que más bien son los países capitalistas los que se han jurado destruir los países socialistas.

Por ejemplo, cuando el señor Kennedy y muchos senadores norteamericanos dicen:  “Nosotros no permitiremos ningún régimen comunista en la América Latina”, ¿qué están haciendo ellos?  Ellos mismos se están atando para prevenir una revolución en la América Latina —a pesar de que esto no es su problema, porque la América Latina puede tener el sistema de gobierno que desee.

Yo pienso que la mejor cosa sería, a fin de evitar confusión, esparcir las ideas marxistas leninistas por todo Estados Unidos, para que ellos puedan ver que forman una concepción de una sociedad donde los medios de producción son científicos y no tienen nada que ver con una revolución internacional para destruir diferentes sistemas de gobierno.

C. O. Porter.-  Bueno, tales cosas como la desaparición del Estado, que en Rusia no las hemos visto que hayan sucedido quizás demasiado rápidamente.  Yo presumo que usted cree que estos países deben ser adaptados a las condiciones peculiares, y que usted no está sometiendo a Cuba necesariamente a lo que Marx y Engels puedan haber escrito hace muchos años.

Fidel Castro.-  A nosotros nos concierne la aplicación de la doctrina de Marx, Engels y Lenin a las condiciones concretas de nuestro país.  El marxismo es una guía para la acción y no un sumario codificado de fórmulas para resolver problemas prácticos.  Algunos de los problemas que pueden presentarse de esta forma...  Quizás uno no sea capaz de resolver estos problemas y debe buscar otra forma.

Los problemas que confronta la Unión Soviética actualmente no son los mismos problemas que tuvieron cuando comenzó la revolución; no podían ser imaginados en esos tiempos.  La vida en sí presenta diferentes situaciones que uno tiene que resolver basado en diferentes propósitos y principios.

El propósito principal es abolir la explotación del hombre por el hombre.

C. O. Porter.-  Yo creo que es precisamente este cambio de situaciones el que cuenta para su cambio de política desde que usted estuvo en Estados Unidos hablando de elecciones libres.  Usted hablaba de la no intervención de la propiedad y Rodríguez escribió que la “Revolución no es socialista” en mayo de 1959.  Pero después se convirtió en socialista.

Lo que yo quiero saber es cuándo y cómo se convirtió al socialismo, y si la conversión al  comunismo es el próximo paso.

Fidel Castro.-
Al principio  la Revolución no podía llamarse revolución socialista, porque en ese momento el programa no era propiamente socialista.  Establecía una serie de medidas tales, que aunque ya señalaba reformas sociales de un carácter muy profundo, y cambios en la estructura económica, no era aún un programa socialista.

La vida en sí nos enseña que nada es estático.  El hombre no nace hombre, el hombre nace niño; al principio no puede caminar, luego viene el momento en que ya empieza a usar su razonamiento, después viene la niñez, la adolescencia, la juventud, la madurez.  En cada humano ningún programa es eterno, y mucho menos los que se adaptan en medio de las revoluciones.

En la lucha contra Batista, el principal objetivo era derrocarlo y ganar el poder.  El trabajo posterior de la Revolución concernía a las viviendas, la tierra, y algunos monopolistas que tenían muy altos precios.

En la primera etapa las empresas norteamericanas no fueron nacionalizadas.  Pero esto no quiere decir que iba a durar para siempre.  Nada es eterno.

La etapa transitoria del programa revolucionario fue, sin dudas, acelerada a causa de las medidas que fueron tomadas contra Cuba.  Al principio de la Revolución hubo la Reforma de los Impuestos, la Reforma Agracia (la misma cosa que ustedes están ahora gestionando de los gobiernos de América Latina), la Reforma Social, la Reforma Educacional, Viviendas Planificadas, el programa de la salud pública, supresión de la especulación.  Así es que aquí hubo una serie de reformas sociales, cuyas reformas sociales han dado origen a una política agresiva por parte de Estados Unidos.

¿Ha tratado Estados Unidos de encontrar una fórmula para la  rediscusión, una fórmula que pudiera crear una solución honorable para los países?  No, en vez de esta, la fórmula de la conspiración, la fórmula de la organización de la invasión por los mercenarios, la fórmula del uso de la fuerza, la fórmula del bloqueo económico, suspensión de la cuota azucarera.  En vista de todas esas medidas, la Revolución tenía que confiscar todas las empresas norteamericanas.  La Revolución de la nación cubana, en vista de esas agresiones, tenía que movilizar al pueblo. 

Así que todas estas agresiones han acelerado el proceso revolucionario.

Y si Estados Unidos va a tratar a todas las revoluciones del mismo modo que trató a la Revolución Cubana, algún día Estados Unidos se encontrará aislado de gran parte del mundo y de la mayoría de la América Latina.

Los revolucionarios de la América Latina ven en Estados Unidos un aliado de los militares, de las organizaciones reaccionarias, porque ellos ven toda la política de Estados Unidos como una política contra sus mejores intereses.  Estados Unidos “a priori” aparece como enemigo de los pueblos.

C. O. Porter.-  En Estados Unidos cuando usted dijo:  “Yo soy comunista”, ha sido interpretado efectivamente como que significa:  “Me he aliado a vuestros enemigos, a los rusos, que están por el derrocamiento del gobierno de Estados Unidos mediante la fuerza y la conspiración.”  Eso es lo que significó en Estados Unidos, y yo quiero saber si es eso lo que significa para usted, cuando dice:  “Yo soy comunista.”

Fidel Castro.-  Nosotros hemos declarado la intención socialista de nuestra Revolución el mismo día en que ellos bombardearon nuestras bases militares, días antes del ataque a Playa Girón.  El ataque a Playa Girón fue en el momento en que nosotros estábamos disponiéndonos para combatir la invasión, cuyas dimensiones nosotros desconocíamos; nosotros ni siquiera sabíamos si Estados Unidos iba a intervenir directamente o no.

Entonces dijimos:  “Estamos peleando por estos ideales, y estamos dispuestos a morir por ellos”; porque la experiencia que nosotros habíamos tenido hasta entonces nos había enseñado que el pueblo, los explotados, tienen un enemigo fundamental, y ese enemigo no era la Unión Soviética, ese enemigo era Estados Unidos.

Esto es lo que nosotros pensábamos.  Nosotros combatimos a nuestros enemigos.  Esa política nos ha dicho que el sistema es nuestro enemigo.  Eso es lo que nosotros pensábamos derrocar.

Yo creo que el cambio de sistema en Estados Unidos es la tarea de la clase intelectual y obrera de Estados Unidos.  Eso solo puede ser producto del mismo proceso histórico.

C. O. Porter.-  Déjeme concretar:  ¿Está el gobierno cubano ahora conspirando, o intenta conspirar y trabajar activamente con los enemigos de Estados Unidos en el mundo para derrocar al gobierno de Estados Unidos?

Fidel Castro.-  Nosotros no estamos conspirando ni contra Estados Unidos ni contra nadie.  Pero, por ejemplo, nosotros sentimos simpatía por la lucha de los vietnamitas:  ellos están muriendo bajo las bombas norteamericanas.  Nosotros tenemos solidaridad con muchos pueblos que están luchando por la independencia.  Mientras que Estados Unidos continúa siendo enemigo de la independencia de los pueblos —nosotros no estaremos ni contra Estados Unidos, ni contra el pueblo norteamericano, ni siquiera contra el sistema que ellos tienen, eso es un programa norteamericano—, nosotros estaremos contra su política internacional de respaldar a las oligarquías reaccionarias y a los colonialistas, nosotros estaremos contra esa política y no contra la nación ni el pueblo norteamericano.

C. O. Porter.-  ¿Cuál es su definición de un satélite de la Unión Soviética y sobre cualquier otro país? ¿Es Cuba un satélite?

Fidel Castro.-  No, los satélites que yo conozco son aquellos que pertenecen al espacio cósmico...  Pero yo me adhiero al concepto de que Somoza es un satélite, y de que Betancourt es un satélite de Estados Unidos.  La mayoría de los gobiernos de la América Latina son satélites de Estados Unidos.

C. O. Porter.-  ¿En qué forma la división chino-soviética afecta a Cuba, y a cuál de los campos pertenece ella, si es que ese es el caso?

Fidel Castro.-  Nosotros ya hemos declarado nuestra posición a favor de la unidad del campo socialista.  La división va en contra del movimiento revolucionario de cada país, pero nosotros tenemos nuestros problemas concretos que enfrentar mientras tengamos que enfrentarnos a las agresiones norteamericanas, y para nosotros este es el asunto más importante:  cómo resistir estas agresiones.  Esta es nuestra tarea fundamental.  Y nosotros tenemos nuestra propia línea en lo que se refiere al programa internacional.

C. O. Porter.-  Usted a menudo ha llamado a Estados Unidos “líderes imperialistas”, ¿qué se entiende por esa palabra?

Fidel Castro.-  La palabra “imperialista” es bien conocida en los círculos políticos, es un concepto político.

C. O. Porter.-  El imperialismo político en los días en que Theodoro Roosevelt anexó el territorio del Canal de Panamá, ese es el tipo de imperialismo que entiende la mayoría del pueblo norteamericano cuando alguien nos llama imperialistas.  Recuerde lo que nosotros hemos hecho en Filipinas y en Puerto Rico (Parece que esto no tiene sentido).  Usted está hablando sobre el imperialismo económico, y está asociado con las grandes corporaciones apoyadas por Estados Unidos.

Fidel Castro.-  El concepto económico del imperialismo significa la exportación del capitalismo hacia otros países donde ellos pueden encontrar el capital financiero, hacia los países subdesarrollados, donde la mano de obra es barata y donde las ganancias son mayores.  Y en los países altamente industrializados, Inglaterra, por ejemplo, donde ellos tienen superávits de capital y los han invertido en otros países, ellos, naturalmente, tienen algunos elementos para el progreso.  Las ganancias de los negocios que están desarrollándose en América Latina son mayores que el dinero invertido.

Realmente, hubo grandes cambios en los últimos años. Hoy, esos métodos y esa política son difíciles de defender a la luz del razonamiento.  Nuevas fórmulas están apareciendo en las Naciones Unidas, y hoy la verdad universalmente aceptada es que los países industrializados debían ayudar en el desarrollo de los países subdesarrollados.  Y ustedes quieren mejorar las condiciones de vida existentes en el mundo de hoy.

C. O. Porter.-  ¿Usted considera su gobierno una dictadura?  O si no, ¿qué es?

Fidel Castro.-  Personalmente, yo no considero esto una dictadura, pero si nosotros vamos a tener una definición de nuestro gobierno desde el punto de vista del maarxismo-leninismo, nosotros podemos decir que esto es dictadura del proletariado o democracia del proletariado.  Hay dos tipos de democracia.  En la democracia burguesa —como la que ustedes tienen en Estados Unidos—, aquellos que son propietarios, los ricos, son los más influyentes.  Y yo entiendo que lo que ellos llaman democracia en Estados Unidos es la dictadura de una sola clase:  de los propietarios, de los dueños.  Nosotros entendemos que el sistema cubano de gobierno es una democracia de trabajadores y de campesinos.

C. O. Porter.-  ¿Es la libertad de religión alentada o, por lo menos, tolerada en Cuba hoy día?  ¿Está el ateísmo incrementándose con o sin la asistencia del gobierno?

Fidel Castro.-  Cualquiera puede ver por sí mismo en las calles.  Cualquier visitante, por ejemplo, en La Habana, puede ver todas las iglesias abiertas; los servicios de culto se están celebrando sin ninguna clase de restricciones; las familias mandan sus hijos a la iglesia.
No puedo contestarle muy bien la pregunta de que si el ateísmo está incrementado o no.  No es fácil para mí contestar esa clase de pregunta.  El problema religioso no ha causado preocupación a la Revolución; los únicos problemas que surgieron eran de tipo político y no de índole filosófica, especialmente, cuando las clases afectadas por la Revolución estaban tratando de aprovechar la iglesia en contra de la Revolución.
Puedo asegurarle, categóricamente, que no hay restricciones en la libertad de los cultos, como usted por sí mismo, o cualquier visitante, puede ver.

C. O. Porter.-  Ahora, a mí me han dicho que usted algunas veces se para y habla con el público en diferentes lugares.  El embajador de Brasil y otros me han informado sobre eso.  ¿Con qué frecuencia usted hace eso y por qué?

Fidel Castro.-  Yo estoy constantemente en las calles, soy enemigo del buró y de la burocracia.  Yo entiendo que los métodos burocráticos tienen algunas ventajas, pero yo, personalmente, escojo los métodos más democráticos, y creo que eso me permite estar más en contacto con el pueblo, porque actuando de esa manera tengo impresiones frescas y directas, puedo ver cómo marchan las cosas.  Hago visitas a la Universidad, a los centros, a las fábricas, y hablo con los trabajadores; visito las cooperativas de pesca y muy a menudo voy a las montañas.  Y a aparte de eso, algunas veces me reúno con el gobierno para discutir algunos problemas.

C. O. Porter.-  ¿Usted tiene una oficina?  ¿Tiene files, secretarios?

Fidel Castro.-  Yo tengo una oficina, pero la uso pocas veces.  Tengo diferentes ayudantes que los uso mucho.

C. O. Porter.-  ¿Usted tiene más o menos una residencia fija?

Fidel Castro.-  Seguro.

C. O. Porter.-  ¿Habrá libertad de prensa establecida de nuevo en Cuba en un futuro próximo?  ¿Será permitido vender y distribuir las publicaciones norteamericanas aquí?  ¿Cuántas noticias norteamericanas, recibidas por mediación del pueblo, está usted rehusando o negándose a admitir?

Fidel Castro.-  Cada sistema social tiene su propio concepto de la libertad de prensa.  Yo creo que hay la libertad de prensa que gozan los imperialistas y los capitalistas, y hay libertad de prensa proletaria. Cuando nosotros teníamos en Cuba una prensa burguesa, los problemas de la clase trabajadora, las necesidades del pueblo, no eran publicadas siquiera.  Se estaban cometiendo las injusticias en contra de la clase trabajadora y campesina, y eso no era publicado.

Los explotados no tienen prensa, porque la libertad de prensa también significa tener un capital grande para comprar papel, maquinaria y así sucesivamente.  La libertad de prensa significa, también, tener una gran cantidad de anuncios de los grandes monopolios y de las empresas, por eso es que los explotados no tienen prensa.  Ahora la prensa está en manos de los explotados, y los explotadores no tienen prensa.  Eso es lo que nosotros llamamos libertad de prensa.

C. O. Porter.-  Pero hay gente —supongo— que honestamente difieren sobre problemas —sin que sean traidores—, que difieren sobre la política del gobierno.  ¿Va a ser permitido a ellos participar en esa prensa proletaria?

Fidel Castro.-  Eso depende de quienes sean esas gentes:  si ellos son enemigos de la Revolución no tendrán la oportunidad, pero si ellos son miembros del gobierno, ellos tendrán muchas oportunidades en las asambleas, mítines, periódicos...  ¿Cree usted que nuestro gobierno obliga a alguien a presentar previamente cualquier discurso que vaya a hacer?  Miles de ellos escriben en la prensa, radio y televisión, y nosotros, los líderes de la Revolución, muchas veces no sabemos qué dicen ellos.  Y nosotros también podríamos decir cosas correctas o equivocadas.

C. O. Porter.-  La otra noche, cuando usted estaba hablando, se oyeron dos explosiones diferentes —pudo haber sido nada más que una y su eco—; ahora, en el recuento de su discurso dice:  “explosiones y su contestación”.  Ahora, en la medida en que yo pude averiguar, allí nunca hubo una versión de lo que fue volado.  Ahora, el pueblo de La Habana sabía sobre eso, y a mí me parece que los periódicos tenían la obligación de explicar lo sucedido.


Fidel Castro.-  Todo el mundo aquí sabe que ese tipo de explosión se hace con propósitos, con fines de sabotaje.  Cuando suceden cosas realmente importantes, el gobierno mantiene informado al pueblo.  Cuando el piloto atacó la provincia de Oriente, fue publicado; cuando  aquí quemaron la tienda, fue publicado; nosotros publicamos casos de alguna importancia.

Naturalmente, las cosas de menor importancia, hechas con fines de propaganda y perpetradas por los enemigos de la Revolución, nosotros no las informamos al pueblo, no nos interesan.  Usted comprenderá que esa ha sido la propaganda de nuestro enemigo.  Del mismo modo, ellos nunca publican en Estados Unidos los grandes logros de la Revolución Cubana.  Los cables y la prensa norteamericana publican las mentiras más inverosímiles.

C. O. Porter.-  ¿Qué opina usted si esta prensa norteamericana, si la Time Magazine, The New York Times, toda la gama de las publicaciones norteamericanas estuvieran disponibles aquí en Cuba?  No estoy seguro de que ellas estén ahora bajo la presente ley nuestra.  ¿Estaría permitido que ellas fueran distribuidas aquí en Cuba?


Fidel Castro.-  Si hubiera paz entre Estados Unidos y nosotros, habría mucha más oportunidad para todas esas publicaciones.  Nosotros adoptaríamos cualquier tipo de medidas, nosotros tendríamos algo recíproco...

C. O. Porter.-  Ahora, ¿esto se aplica también a los periodistas?  Yo tengo entendido que ha sido rehusada la admisión en Cuba de John Libochek de la NBC y de J. Mallon de Times, y algunos otros.  ¿Es eso porque a los periodistas cubanos les ha sido negado el permiso de entrada a Estados Unidos?


Fidel Castro.-  Nosotros hemos dado permiso a muchos de ellos, ha habido muchos periodistas que solicitaron una entrevista como esta de ahora, y a mí, personalmente, me parece que es imposible conceder una entrevista a todos.  No es cuestión de que ellos vengan a preguntar sobre Cuba, sino que vienen a solicitar entrevista conmigo.

C. O. Porter.-  ¿Pero la política del gobierno es admitirlos?

Fidel Castro.-  Generalmente sí.  La única limitación es el tiempo de que nosotros disponemos personalmente.

C. O. Porter.-  ¿Son imposibles unas elecciones honestas ahora o en el futuro?

Fidel Castro.-  Eso depende de qué clase de elecciones, porque nosotros todavía tenemos que resolver nuestras instituciones, nuestra Constitución...  y la forma en que estableceremos nuestro sistema representativo, para que todo el pueblo pueda participar.  Es un problema del derecho institucional, pero de ningún modo el problema más urgente; el problema más urgente ha sido el de resistir las agresiones, resistir el bloqueo, y estar en condiciones para continuar nuestro progreso.  En los próximos años la Constitución tendrá que ser aprobada y establecida, y después habrá definición de en qué forma el pueblo participará.  En este momento el pueblo participa de un modo indirecto, ellos tienen confianza en el Gobierno Revolucionario, nosotros todavía somos reformistas.

C. O. Porter.-  El 8 de septiembre el señor Crimmins, nuestro coordinador de Asuntos Cubanos, ha hecho un discurso ante la Legión Americana, y ha dicho en él que las libertades humanas básicas no existen ya.  Allí hubo una declaración de que la Revolución de pan y libertad a la que usted se refirió no sucedió.  Eso es lo que él dice; y todo menos una absoluta eliminación de una actividad económica privada...  Bueno, yo quisiera que me diera su comentario sobre las libertades humanas básicas.

Fidel Castro.-  Usted puede caminar por cualquier calle de La Habana y hablar a un ciudadano nativo y preguntarle si él no cree que disfruta de las libertades humanas básicas.  Pregunte a cualquier enfermera negra en cualquier hospital, o pregunte a cualquier muchacho negro que puede estudiar en cualquier escuela; simplemente pregúntele a una muchacha que haya sido analfabeta y que ahora está estudiando para ser maestra, si ella disfruta de libertades humanas básicas.  Visite las montañas y pregunte a todos aquellos que ahora aprendieron a leer y a escribir; pregunte a la gente que ha vivido como indigentes en barrios bajos, en condiciones semihumanas, que si ellos están disfrutando o no de libertad; vaya a los hospitales, donde los enfermos tenían que dormir en los pasillos antes de la Revolución.

Ahora los médicos, pagados por el gobierno, salvan la vida de hombres, mujeres y niños; pregunte a ellos si disfrutan de los derechos básicos humanos; pregúntele simplemente a un obrero, a un campesino, a un pescador.  Los únicos que no disfrutan las libertades básicas son aquellos que están en contra de la Revolución y están en contra de la amplitud de los derechos básicos de la mayoría del país.

C. O. Porter.-  Ahora nosotros vamos  hacia la cuestión económica.  El comunismo ha disminuido (según dice el señor Crimmins) más bien que elevado el estándar de vida.  En 1962 el grueso de la producción nacional estaba estimado en un 25% por debajo de los niveles de 1958 en términos de per cápita, y el indicado GNP, por lo menos un 30% menor en sus primeros cuatro años.

Fidel Castro.-  Esto, en primer lugar, no es verdad.  Pero si usted habla sobre el per cápita en el capitalismo, el per cápita para las personas que no tienen nada es cero; pero cuando se habla sobre el per cápita bajo el socialismo, esto significa que ahí cada uno tiene algo.  Eso es porque muchas personas tienen mucho más de lo que ellos jamás han tenido.  Es posible tener una cifra más baja en el per cápita y, al mismo tiempo, que la inmensa mayoría tenga mucho más que antes.  Antes el dinero se lo llevaban fuera del país, estaba guardado en los bancos extranjeros.
En segundo lugar, ¿qué derecho tiene cualquier oficial norteamericano a hablar de nuestra situación económica o sobre nuestro per cápita?  Porque si nosotros hemos experimentado un 25% de disminución, a pesar del brutal bloqueo y de los actos agresivos perpetrados por Estados Unidos contra Cuba esto constituye de por sí una victoria para la Revolución.

Y en tercer lugar, yo puedo decirle que las condiciones de las masas están mejorando en Cuba a pesar del bloqueo norteamericano.  Las condiciones de las masas en América Latina empeoran a pesar de la Alianza para el Progreso.  Eso no es solamente cuestión de método.  Aparte de eso, la verdadera cuestión no es el ingreso per cápita en sí.  ¿Qué hay sobre el per cápita cultural?  ¿Qué hay en cuanto al doble número de niños que va a la escuela?  ¿Qué hay en cuanto a nuestros hijos, recibiendo la atención médica que ellos nunca tuvieron antes?  ¿Qué hay en cuanto a la eliminación de la reiterada epidemia de poliomielitis en Cuba, por ejemplo, las campañas de vacunación?  ¿Qué hay sobre todos los beneficios sociales?  ¿Qué hay sobre la eliminación de la discriminación?  ¿O es que la eliminación de la discriminación racial no puede contarse dentro del per cápita cultural y moral de un país?

Sin duda, en Estados Unidos el per cápita es mucho más alto que en Cuba, pero solamente pregunte a cualquier negro del sur de Estados Unidos —o a hasta a un negro del norte— cuál es su opinión respecto al per cápita moral y social de su país.

C. O. Porter.-  ¿Usted sugiere que un grupo de senadores y representantes norteamericanos deberían ver Cuba por sí mismos, lo que es Cuba, lo que está sucediendo aquí socialmente y económicamente para mejorar la vida de los ciudadanos?  ¿Usted tiene alguna persona particular en mente?  ¿Quién?  ¿Se les dará libertad completa de movimiento y preguntas a ellos, con excepción de lo que se refiere a las visitas de los prisioneros y de ciertas instalaciones militares?


Fidel Castro.-  En la conversación con usted, yo le he dicho que estoy seguro de que hay muchas personas —ciudadanos de Estados Unidos— que ignoran absolutamente los rumbos y la firmeza de la Revolución.  A pesar de las dificultades que nosotros podemos tener debidas al bloqueo norteamericano, estoy seguro de que si un grupo de políticos norteamericanos —aquellos que tienen sus propios pensamientos, sus propias actitudes, sus propios criterios— vinieran acá se impresionarían con lo que verían.  Y nosotros estamos dispuestos a invitarlos.

C. O. Porter.-  ¿Y ellos tendrían completa libertad, con la excepción que le mencioné?

Fidel Castro.-  Ellos tendrían máxima libertad, con las excepciones mencionadas, esas cosa que afectan nuestra seguridad.  Y nosotros les enseñaríamos a ellos nuestras dificultades y nuestros éxitos.  Nosotros hablaremos tan libremente como ellos lo deseen, y yo, personalmente, les enseñaré a ellos la obra de la Revolución.

C. O. Porter.-  ¿Cree usted que un grupo de oficiales del gobierno de Cuba tendría algo que ganar en términos de entendimiento con Estados Unidos, mediante una visita similar allí?  También los estudiantes cubanos.  ¿Cree usted que esta corriente debería ser bilateral?

Fidel Castro.-  Nosotros autorizamos libremente la salida de nuestro país y Estados Unidos no son una excepción.  Nosotros no tendríamos que cambiar ninguna política, ni mucho menos, para dar permiso a oficiales cubanos o a cualquier estudiante cubano para ir a Estados Unidos.
De cualquier forma, sería el gobierno norteamericano el que tendría que cambiar su política; son ellos, realmente, los que han construido una muralla.  Usted podría decir aun que ellos han encerrado dentro de esa muralla a todos los ciudadanos norteamericanos.

C. O. Porter.-  Si sus estudiantes fueran allá, ¿serían investigados por el Comité de Actividades No-Cubanas?

Fidel Castro.-  No, ellos no serían investigados; y de cualquier forma, uno se asombra realmente, porque si todo lo que ellos dicen contra Cuba fuera verdad, los únicos interesados en prohibir a la gente la entrada aquí seríamos nosotros mismos.

Si la Revolución fuera, realmente, tan terrible, por qué no iba a permitir Estados Unidos que cualquiera viniera aquí para convencerse por sí mismo, por qué no permiten a los líderes negros venir aquí y ver si nosotros tenemos o no discriminación racial, por qué no permiten a los estudiantes, a los dirigentes obreros, a los intelectuales, venir aquí.  Lo que sucede es que nosotros no tenemos restricciones de ninguna clase, y el gobierno norteamericano tiene miedo que sea conocida la verdad.  ¿Puede el gobierno norteamericano presentarse como defensor de la verdad? 

C. O. Porter.-  Se me ha dicho que la razón del gobierno norteamericano es que ellos piensan que tienen que prohibir a sus estudiantes venir aquí, porque ellos están solicitando a varios gobiernos latinoamericanos que no les permitan a sus estudiantes venir aquí, porque temen que después que esos estudiantes regresen tomen parte en las actividades de guerrilla y derriben sus ya agitados gobiernos.  ¿Desearía usted comentar sobre esto?

Fidel Castro.-  Eso es una prueba más sobre el miedo de Estados Unidos hacia la Revolución Cubana; al actuar así ellos demuestran su miedo a que la Revolución Cubana pueda ser atractiva para otra gente joven.  Y si la Revolución es tan terrible, ¿por qué iba a ser atractiva?  ¿Por qué no facilitar los viajes a Cuba?

C. O. Porter.-  ¿Está aumentando el uso de la pena capital?

Fidel Castro.-  La pena capital, según nuestra ley, se está aplicando únicamente en los casos de alta traición como, por ejemplo, la invasión de nuestro territorio o el uso de armas en servicio del gobierno extranjero, o por los actos terroristas.

C. O. Porter.-  ¿Es posible informar cuántas ejecuciones hubo en el último mes, en el último año, o desde que la Revolución ocurrió?  ¿Hay esa clase de estadística?

Fidel Castro.-  Nosotros no podemos decirle exactamente, pero hay mínimas.

C. O. Porter.-  ¿Hay algún tipo de tortura, física o no física, permitida o practicada en Cuba actualmente?

Fidel Castro.-  Es un hecho conocido, conocido por el mundo entero, y hasta públicamente reconocido por nuestros propios enemigos, que el Gobierno Revolucionario jamás ha permitido ningún tipo de tortura.

El Gobierno Revolucionario nunca permite cosa alguna que sea contra la ley.  Todas las penalidades por cosas en contra de la Revolución han sido establecidas por nuestra ley.

C. O. Porter.-  Aquí tengo una copia de un reporte de fecha 17, de la Asociación Habana Bar en el exilio.  Yo le di esta copia en español, y me gustaría tener sus comentarios sobre algunas cosas que ellos dicen ahí sobre los prisioneros políticos.  Claro, ellos dicen 75 000, y después ellos se desvían a asuntos de...

Fidel Castro.-  Una de las características de esas asociaciones parásitas, mantenidos por el Departamento de Tesorería de Estados Unidos, es mentir vergonzosamente.

C. O. Porter.-  Bueno, ellos mencionan un caso aquí...

Fidel Castro.-  Esa es la forma en que tienen que ganarse la vida.

C. O. Porter.-  Ellos dicen algunas cosas, como que muchos de los miembros de sus cortes son analfabetos, que el acusado no conoce los cargos...

Fidel Castro.-  Bueno, efectivamente, ellos no son graduados de la Universidad de Harvard, pero todas las cortes revolucionarias están conducidas por técnicos que se han graduado en la Universidad Internacional.

C. O. Porter.-  Y ellos dicen cosas tales como que el abogado de la defensa está siendo perseguido, encarcelado y hasta herido por defender a los prisioneros políticos.  ¿Hay alguna verdad en eso?

Fidel Castro.-  A lo largo del país hay muchos que han defendido a los contrarrevolucionarios y se han hecho ricos, porque ellos estaban defendiendo una clase social que era la dueña de todas las riquezas.  Ningún abogado revolucionario se ha hecho rico defendiendo a los revolucionarios.  Los abogados de la burguesía y del imperialismo se han hecho ricos.

C. O. Porter.-  ¿El sistema judicial cubano ha considerado las normas necesarias para los procesos de ley que se han vencido?  ¿Qué se está haciendo para mejorarlo?

Fidel Castro.-  El sistema actual ha sido aceptado por causa de necesidad.  Se cambiará tan pronto se pueda.

C. O. Porter.-  ¿Podría Cuba considerar judicialmente, en sus cortes, las reclamaciones de ciudadanos y corporaciones de Estados Unidos en lo que se refiere a la indemnización de propiedades confiscadas por el Estado, y otorgar un permiso de apelación a un cuerpo internacional existente o ad hoc?

Fidel Castro.-  Sí.  Nosotros estamos dispuestos en cualquier momento a discutir cualquier fórmula que pueda ser necesaria para la indemnización de su propiedad.  Al mismo tiempo, es el momento de pensar sobre la indemnización que Cuba debe recibir por los perjuicios que se han derivado del bloqueo norteamericano y de los ataques.

C. O. Porter.-  Como abogado, esto me haría vacilar un poco, pero yo comprendo la posición. ¿Cuál es la eficacia de esta solución, aparte de las concesiones de Estados Unidos con respecto a las compras de azúcar?

Fidel Castro.-  Hay una ley revolucionaria a la cual las dos cuestiones están sujetas.  Estas corporaciones podrían recibir el pago en pesos —pero nosotros suponemos que ellos lo querrán en dólares— y ¿cómo nosotros vamos a pagar en dólares, sin tener ningún comercio con Estados Unidos?

C. O. Porter.-  ¿En qué condiciones, dado el caso, podría la Alianza para el Progreso ser útil en el hemisferio?  ¿En Cuba?

Fidel Castro.-  Yo creo que la Alianza para el Progreso ha sido ideada como un instrumento contra la Revolución Cubana y jamás como propósito sincero de promover el desarrollo de la América Latina. En las presentes condiciones, el desarrollo en la América Latina es absolutamente imposible, por causa del analfabetismo, falta de técnicos, vacilantes gobiernos, y una serie de otras condiciones.  Las masas tienen ya la conciencia de sus necesidades de obtener mejoras, y están en la posición de luchar por esas condiciones.  Pero si las presentes condiciones no cambian, no puede haber ningún desarrollo y, de esta manera, la Alianza para el Progreso falla.  Los gobiernos revolucionarios surgirán.  Desde cualquier punto de vista, no puede haber ningún progreso en América Latina sin verdaderos cambios radicales.  Y esos cambios radicales solo podrán ser llevados a cabo por los pueblos.  Lo que Estados Unidos está tratando de hacer para tratar de detener a esta Revolución es tratar de detener a esos pueblos.  No quiero decir que este sea el caso de cada país, pero sí en la mayoría de los países, particularmente en los más subdesarrollados.  Por eso, yo pienso que la mejor ayuda que se puede dar a los pueblos de la América Latina es respetarlos y darles los gobiernos que ellos deseen.  La única forma en que usted puede inspirar la confianza en la América Latina es con la no intervención, no tratando de parar el movimiento revolucionario.  Los resultados de los fallos son evidentes; ellos suceden unos tras otros, a un paso más acelerado que antes.  Políticamente, estos países han retrocedido mucho más que nunca.  Es evidente que la intervención es contraria a la integridad del espíritu  revolucionario.  Yo pienso que Estados Unidos debería adaptarse a la situación actual en el mundo —la situación revolucionaria es la misma que hace 20 ó 30 años atrás.  Estados Unidos debería prepararse para tratar con los gobiernos revolucionarios, porque eso tiene la alternativa de ser su amigo o enemigo, pero de ningún modo  podrá aguantar una revolución.  Eso es lo que yo pienso.

C. O. Porter.-  En otras palabras:  la evolución prometida por la Alianza para el Progreso está —según su criterio— equivocada; no conseguirá o hará, de esa manera, un progreso social o económico.  Eso tendrá que venir después de la Revolución.

Fidel Castro.-  En algunos otros países con mejores condiciones, usted probablemente tendrá esa evolución, pero en la mayoría de los demás países no es el caso.  La inevitabilidad de la revolución:  esto es pensar de una manera realista.

C. O. Porter.-  Si las hortalizas, la leche en polvo y otros alimentos estuvieran disponibles para Cuba bajo el programa de alimentos para la paz, de Estados Unidos, ¿permitiría Cuba su embarque y distribución, supervisados por oficiales norteamericanos?  Debo aclarar que la ley permite al Presidente hacer envíos a los pueblos de gobiernos enemigos, como a Polonia y otros lugares.

Fidel Castro.- 
Bajo las presentes condiciones de tensión nosotros no lo aceptaríamos, porque eso sería con relación recíproca.

C. O. Porter.-  ¿Bajo qué condiciones, dado el caso, entraría Cuba de nuevo en la OEA?

Fidel Castro.-  Para darle una respuesta tendría que pensar.

C. O. Porter.-  ¿Qué porcentaje de cumplimiento existe con respecto al programa de Reforma Agraria?

Fidel Castro.-  Pienso que eso llevaría varios años para llevarlo a cabo completamente.  Nosotros estamos todavía lejos de lograr la máxima utilización de todos nuestros recursos, y yo pienso que, cuando nosotros alcancemos esa meta, nosotros habremos duplicado o hasta triplicado el total de la producción que teníamos bajo el capitalismo.

C. O. Porter.-  ¿Intenta Cuba eliminar toda propiedad privada?  ¿Cuál es el programa y su extensión?

Fidel Castro.-  Hay diferentes tipos de propiedad privada.  Por ejemplo, la pequeña propiedad privada de los campesinos durará indefinidamente, y desaparecerá únicamente por un proceso evolucionario.  Nosotros basamos nuestra producción agropecuaria en el esfuerzo de los pequeños agricultores y las granjas estatales.  Todos estos agricultores que tienen alrededor de 60 hectáreas, o menos, disfrutarán completas y definidas garantías sobre sus propiedades —ellos son aliados de la Revolución.  No será así en cuanto a las fincas mayores de 60 hectáreas.

C. O. Porter.-  ¿Es cierto que el gobierno no ha tomado por la fuerza ni una casa?  A mí me han dicho que no hubo intervención de las casas privadas.  Yo entiendo que el gobierno jamás ha ido y dicho a alguna persona rica:  “Sal de tu casa, yo la quiero.”

Fidel Castro.-  No, ni un solo caso.  El caso es claro, el gobierno ha tomado todas las casas abandonadas voluntariamente por aquellos que han abandonado el país de pronto.  Aparte de eso, de aquí a dos años nadie va a pagar la renta de su vivienda.  Pronto hará cinco años que la Ley de Reforma Urbana entró en vigor, y del 60% al 70% de la gente no pagará ninguna renta.  En todas las casas nuevas que han sido construidas y dadas después de la Ley de Reforma Urbana, la gente está pagando nada más que el 10% de sus salarios por el alquiler.

C. O. Porter.-  ¿Está usted haciendo una Ley de Reforma Agraria que saldrá esta tarde?  ¿Quién la ha hecho?  ¿Cómo fue hecha?  ¿Fue hecha por el Consejo de Ministros?

Fidel Castro.-  Fue hecha por el Consejo de Ministros.  Este gobierno no llegó al poder por un golpe de Estado, llegó al poder con el apoyo, la guía, y respaldo de las masas.  Este gobierno se mantiene gracias al firme y convencido apoyo —hasta el punto de dar sus vidas por esto— del pueblo, de los trabajadores y los campesinos.

Kennedy podrá decir que millones han votado por él en las últimas elecciones, nosotros podemos decir que millones de cubanos están dispuestos a morir en defensa del Revolución.

C. O. Porter.-  ¿Esa gente del Consejo de Ministros ha sido designada por usted y está sujeta a la supresión suya? ¿Es así correcto?

Fidel Castro.- 
Los miembros del Consejo de Ministros han sido designados por el Presidente de la República, igual que en Estados Unidos.
En nuestra Constitución el Primer Ministro se supone que guía los asuntos políticos del gobierno.  Usted está enterado de que nosotros estamos en proceso de organización del Partido de la Revolución.  El Partido tiene la responsabilidad de guiar la vida política de la nación, el bienestar mismo de la nación.  Como he dicho, ese Partido todavía se está organizando, quizás demasiado lentamente, pero con buenos resultados, por los mejores y más militantes elementos de nuestro pueblo.  El aspecto formal de este Partido tiene que ser todavía establecido.

Un gobierno personal no existe en Cuba.  Todos los problemas fundamentales son discutidos en el gobierno, como también en todos los centros políticos —problemas que atañen al gobierno, como también a la política.  Todas las soluciones fundamentales son resultados de una inteligente discusión entre los líderes de la Revolución.

C. O. Porter.-  Pero como asunto político, a causa de su prestigio, ¿no es usted el que tiene más que decir sobre la política y el personal?

Fidel Castro.- 
La participación personal es muy importante, la participación personal es muy importante en muchas decisiones.

C. O. Porter.-  ¿Qué pasaría si usted llegara a estar incapacitado o muriera?  ¿Raúl tomaría el poder?  ¿Qué planes particulares hay sobre esto?  ¿Cómo sería transferido el poder sin mucho derramamiento de sangre?

Fidel Castro.- 
Ningunos planes han sido hechos para esa situación.  Raúl es Viceprimer Ministro y Viceprimer Secretario del Partido.  Naturalmente, si semejante situación ocurriera —después de todo, esto no es una monarquía—, el problema tendría que ser resuelto por el Comité  Ejecutivo del Partido, por los líderes revolucionarios y por el Partido mismo.

C. O. Porter.-  Yo quisiera tener su opinión personal sobre el Presidente Kennedy y su situación política con respecto a la política de Cuba (Esta entrevista tuvo lugar 50 días antes de que el presidente Kennedy fuera asesinado). ¿Usted piensa que una reunión personal, es decir, en las Naciones Unidas, serviría para cualquier propósito útil en este momento o más tarde?

Fidel Castro.-  Nosotros no tenemos confianza en el presidente Kennedy, porque su actitud política no es ni firme ni segura.  Muchas veces él dice una cosa y hace otra.  Kennedy actualmente es responsable por el actual status político de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.  Kennedy no tenía ninguna necesidad de llevar a cabo una expedición contra Cuba como la de Playa Girón, la cual fue organizada por los republicanos.

Hasta Kennedy, cuando tomó el cargo de Presidente, dijo que tenía que empezar de nuevo. Pero por lo que hemos visto él no empezó de nuevo, sino continuó lo que ellos estaban haciendo.  El tiene la culpa de que sus actuales enemigos políticos puedan usar a Cuba como campaña política, porque, precisamente, él siguió la línea de sus enemigos políticos, él jugó con ellos.

En muchas ocasiones, el Presidente de Estados Unidos ha declarado una cosa y ha hecho otra.  En este momento está diciendo una cosa y está haciendo otra, porque mientras él declara que Estados Unidos no llevará a cabo ninguna acción militar contra Cuba, y también que Estados Unidos no tiene ninguna responsabilidad por esos ataques esporádicos, nosotros sabemos de los planes que la CIA está llevando a cabo.
Esos ataques han sido organizados por la Agencia Central de Inteligencia.  El planeamiento de los centros y de las bases para atacar a Cuba ha sido personalmente supervisado por Estados Unidos.  Durante los últimos meses, y durante la Crisis del Caribe, la CIA estaba introduciendo saboteadores en Cuba.  Ellos han sido introducidos, y están desembarcando las armas en nuestras costas.  La CIA utiliza un grupo de barcos con los que ellos están llevando a cabo esas actividades de infiltración y de introducción de armas, y esas armas proceden directamente de Estados Unidos.  Nosotros tenemos innumerables pruebas de eso.

C. O. Porter.-  ¿Han sido presentadas las pruebas alguna vez en las Naciones Unidas?  ¿Existe alguna posibilidad de que usted y el presidente Kennedy, a pesar de sus pasados desacuerdos y duras palabras del uno contra el otro, lleguen a un acuerdo por mediación personal o por mediación de los intermediarios?  Y yo estoy pensando que de la actitud que usted está expresando parecería demostrar que esto es imposible.

Fidel Castro.-  En este momento el señor Kennedy está en una gran contradicción política:  por una parte tal parece que está dando algunos pasos a favor de la paz internacional; esa cuestión, sin embargo, está agravada en lo que se refiere a Cuba.  La CIA está incrementando sus actividades en el caso de Cuba.

Y cualquiera que se detuviera a pensar un poquito, entendería que esa no es una vía propia para pelear por la paz.  Esas dos actitudes políticas son irreconciliables:  por un lado, su política de paz y, por otro, su política de agravamiento contra Cuba.  Si esa política continúa, va a arruinar la política de paz.

C. O. Porter.-  Pero si la política cambiara, ¿entonces, tal vez podría llegarse a algún acuerdo directo o con intermediarios?

Fidel Castro.-  Nosotros siempre hemos hecho pública nuestra posición a favor de discutir nuestras diferencias con Estados Unidos; queremos decir, discusiones bilaterales entre nuestros países.  Los medios de llevarlas a cabo no son tan importantes, cualquier procedimiento puede ser utilizado par la discusión.

C. O. Porter.-  ¿Está Cuba ahora entrenando, enseñando y financiado fuerzas de guerrillas para fomentar la Revolución en cualquier otro país latinoamericano?  Y si tal cosa se ha hecho, ¿se continuará haciendo?  En tal caso, ¿en qué escala?

Fidel Castro.-  Lo que usted lee todos los días en los cables no son declaraciones del gobierno cubano haciéndose responsable con las acciones de guerrillas en los países latinoamericanos; al contrario, el gobierno militar de Santo Domingo, Venezuela, y así sucesivamente, están declarando todos los días que ellos están preparando un ataque a Cuba.

Eso es una prueba evidente de que el gobierno norteamericano está financiando, preparando expediciones y promoviendo y preparando una subversión interna en Cuba.  ¿Ellos acusan a Cuba de lo mismo que ellos están haciendo contra Cuba?

C. O. Porter.-  Bueno, yo pienso que ellos acusan a Cuba de mandar armas a Venezuela, y de escoger muchachos jóvenes de otros países y entrenarlos aquí como soldados de guerrillas, y de enviarlos después para pelear contra los gobiernos existentes.

Fidel Castro.-  En ese punto el gobierno de Cuba no dará ninguna garantía a aquellos países que no estén prestos a darle garantías.  Esas son las razones por las cuales nosotros, de ninguna manera, estamos interesados en aclarar ese punto.

C. O. Porter.-  ¿Permitiría Cuba una inspección de los lugares donde están los cohetes y una investigación interna ce las armas ofensivas, por una Comisión de las Naciones Unidas, si las condiciones fueran las mismas para semejante inspección y búsqueda en Estados Unidos, Costa Rica, Nicaragua, Guatemala y otros países involucrados?

Fidel Castro.-
Ese es un programa que el Gobierno Revolucionario no ha discutido.  Pero yo personalmente siempre he sido opuesto a cualquier cosa unilateral, pero en el caso de que eso no fuera unilateral y se hiciera bajo las mismas condiciones con los países involucrados, entonces no habría ninguna razón para nosotros tener una oposición.  Y nosotros estaríamos dispuestos a considerar cualquier fórmula que sea recíproca, en igualdad de condiciones.

Lugar: 

La Habana, Cuba

Fecha: 

03/10/1963