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Actividad rebelde en la tierra de El Mayor1

Fecha: 

2018

Fuente: 

Revista Cinco Palmas No.5

Autor: 

El 18 de noviembre de 1958 quedó constituida la comandancia del Frente Camagüey, como parte del plan estratégico de la comandancia general del Ejército Rebelde. Lo integraron las Columnas no. 11 Cándido González y no. 13 Ignacio Agramonte. De las características de su fundación, hablaron los coroneles retirados Pablo Roberto León González, integrante de la 11, e Idelfredo Figueredo Ríos, de la 13.

Antecedentes de lucha guerrillera en la provincia

Apuntaba León:

El primer grupo rebelde que operó en Camagüey lo fundó Benigno González, militante del MR-26-7 en la zona de Santa Lucía, en Nuevitas, en febrero de 1958. Posteriormente, desde los llanos del Cauto fueron enviados dos grupos. El primero bajo el mando del teniente José Botello Ávila, Pepe, el cual salió el 30 de abril hacia Santa Lucía, en el norte, donde se unió al de Benigno. El otro partió el 21 de mayo para operar al sur, en las proximidades del río Jobabo. Lo dirigía el capitán Roberto Reyes Reyes, el Baracoense, quien cayó combatiendo el 11 de julio en la finca San Fernando, Santa Cruz del Sur.

Señaló Figueredo:

Es necesario destacar la labor de proselitismo y politización realizada por la guerrilla de Benigno en la zona agraria de Nuevitas, donde trabajó también el compañero Paulino Hernández Ramírez. De esa forma facilitaron que, al llegar Botello, encontrara un territorio preparado, lo que favoreció su desenvolvimiento.

A mediados de agosto, el capitán Orlando Lara Batista, quien dirigía ambos grupos desde la región del Cauto, les ordenó encaminarse hacia la Sierra Maestra.

Al sur del territorio agramontino continuaron operando dos reducidos destacamentos: uno, en Corojito de Vialla, bajo el mando de Alejandro Carmona Marín, quien se alzó a mediados de agosto en las márgenes del río Jobabo; y el otro, en El Estribo, dirigido por José García Verdecia, Pepe.

Al norte, en la Sierra de Cubitas, se produjo el alzamiento de un grupo orientado por el Partido Socialista Popular, a cuyo frente se hallaba el capitán Juan Miranda.

La creación del frente

León González, quien fuera dirigente estudiantil en el Instituto de Segunda Enseñanza de Ciego de Ávila, donde estuvo entre los fundadores del MR-26-7, señala que en mayo Fidel les planteó que, una vez concluida la ofensiva enemiga, irían hacia Camagüey. León se había incorporado al Ejército Rebelde en los primeros días de mayo, como segundo jefe del pelotón de refuerzo.

Derrotado aquel intento del ejército, el pelotón pasó para San Francisco con el objetivo de entrenar a los compañeros que se le integraron; también se incorporaron combatientes provenientes de Minas de Frío.

Allí quedó integrada la Columna no. 11 Cándido González, formada por dos pelotones: uno dirigido por mí y otro por José M. Hernández Bilbao, ambos con grados de capitán. Yo era también segundo jefe de la columna.

Esta fuerza partió de Las Vegas de Jibacoa el 8 de septiembre; veintidós días después la columna cruzó el río Jobabo. En la zona del central Elia (después Colombia), 17 compañeros pasaron a reforzar a Pepe García.

El 26, el ejército trató de penetrar en nuestro campamento, en Corea, pero una escuadra que se hallaba emboscada entabló combate y le voló un camión, ocasionándole varias bajas, entre muertos y heridos. Por la madrugada partimos en un auto y cuatro camiones. Nos detuvimos en la línea del ferrocarril, en Pino 3, para que un guía, que iba en la máquina con nosotros, pasara al primer camión. Hecho esto, el automóvil reinició la marcha y, apenas recorridos unos 30 m, se escuchó el primer disparo. Nos habíamos detenido en el propio lugar de la emboscada. Como resultado de esta, 22 compañeros resultaron muertos y otros muchos heridos; de ellos 11 fueron capturados por el enemigo y asesinados horas después en La Caobita.

De allí nos trasladamos a San Miguel del Junco, donde no solo fuimos objeto de la acción solidaria de la población, sino que muchos se mostraron con deseos de unírsenos.

Días después, Botello con sus hombres partió hacia Santa Lucía. En la zona de Francisco quedaron los heridos al cuidado de un grupo encabezado por Francisco Peña, el cual contó con el apoyo del MR-26-7 que les proporcionó asistencia médica y ayuda material. El resto de la columna continuó la marcha. En Corojito de Vialla quedó Roberto Cruz, a quien se sumó el grupo de Alejandro Carmona. Los demás proseguimos hasta la Sierra de Cubitas.

Con la certera conducción de Fidel y la entera disposición de los combatientes, el Frente Camagüey cumplió los objetivos que le fueron planteados

Nueva fuerza rumbo a Camagüey

Figueredo, quien ocupara el cargo de segundo jefe de la Columna no. 13 Ignacio Agramonte, explicaba:

Personalmente considero que esta fuerza estaba fuera de los planes estratégicos del Comandante en Jefe, su creación se debió a los sucesos protagonizados por la Columna 11 en Pino 3. La casi totalidad de sus miembros eran orientales, y todos estaban fogueados en importantes combates, entre ellos los de Uvero, Bueycito, Malverde, los dos de Pino del Agua y los dos de El Hombrito.

La columna la conformaron cuatro pelotones dirigidos por él, en la vanguardia; Vicente Pérez Elías, José María Prendes Céspedes —el de jefatura— y Conrado Benítez Lores —el de la retaguardia—; así como dos escuadras independientes, cuyos jefes eran Inocencio Peña Fonseca, Amor, y Eugenio Cañete Verdecía, Moreno, todos con grados de teniente.

Narraba Figueredo:

Parte de la columna salió el 18 de octubre de La Miel y se completó al pasar por el Pozón de Jibacoa, con órdenes expresas de no combatir en territorio de Oriente.

El día 24, mi pelotón y el de Vicente Pérez pasaron a la región agramontina con el objetivo de garantizar la seguridad del resto de la columna que había quedado en la finca Hasta Aquí, en la margen oriental del río Jobabo. Allí también debíamos esperar el arribo de un avión con un cargamento de armas, lo cual conocimos durante la marcha, pero este no llegó.

Establecimos varios campamentos hasta llegar a Laguna Baja, adonde fueron llamados todos los jefes de los grupos que operaban en la provincia. Allí comenzó la organización del frente: para la jefatura de la Columna 11 fue nombrado el capitán Orlando Orozco Noriega (posteriormente traidor); los grupos de José García, José Botello y Roberto Cruz pasaron a ser dirigidos por la jefatura del frente por ser más fácil la comunicación con esta.

El mando de la Cándido González se mantuvo en la Sierra de Cubitas, con dos pelotones en Florencia, a los cuales se unieron 50 hombres del comando Reynaldo León Yera, del Directorio Revolucionario, encabezados por el capitán Abelardo Palmero.

Se crearon dos nuevos grupos: uno bajo la jefatura del capitán Conrado Benítez, para operar en la región de Vertientes, y otro, móvil, dirigido por Alfredo Rodríguez Velázquez, Fellín.

La Columna 13 continuó su desplazamiento hasta llegar a los montes de San Miguel del Junco, donde quedó establecida la comandancia del Frente Camagüey. Desde allí no solo se dirigieron las operaciones bélicas, sino también se procedió a trabajar en actividades, a organizar algunos servicios, tales como inteligencia, asistencia médica en las zonas más importantes, milicia campesina, suministros y una escuela de reclutas. Además, se instalaron plantas de radio en San Miguel del Junco, Sierra de Cubitas y Florencia; se procedió al cobro de impuestos y se establecieron eficientes relaciones con la dirección provincial del Movimiento 26 de Julio y otras fuerzas revolucionarias, así como con la población rural.

Principales actividades combativas del frente

Evocaba Figueredo:

La Columna 13 sostuvo el primer combate en Charco Piedra, aún en plena marcha, pero después de constituido el frente desarrollamos diversas acciones, entre ellas, ataques al aeropuerto y al puesto de la Guardia Rural del central Francisco (después Amancio Rodríguez), en noviembre y diciembre, respectivamente; el rechazo al intento enemigo de atacar la comandancia, el 14 de diciembre, tras lo cual esta fue trasladada hacia Bartés; por último, el combate del Kilometro Seis, entre [los centrales]Francisco y Elia.

Desde el punto de vista táctico, la del Kilometro Seis fue la más importante. En apenas quince minutos ocupamos una buena cantidad de armas largas y municiones, y le ocasionamos numerosas bajas al enemigo. En el plano estratégico, el combate de San Miguel del Junco, pues impedimos que tomaran nuestra comandancia. En esa ocasión cayó heroicamente el teniente Vicente Pérez Elías, destacado y valeroso combatiente, cuya muerte representó una irreparable pérdida.

Destacaba León:

Entre las acciones fundamentales de la Columna 11 figuran la toma de Lombillo, el 1o. de noviembre, la cual tuvo gran significación por cuanto representó la primera población en poder de los rebeldes en la provincia, así como otras actividades destinadas a entorpecer el desarrollo de la farsa electoral del 3 de ese mes.

Dos días después combatimos en Las Amarillas, en la Sierra de Cubitas. Después del 20 de diciembre rodeamos el cuartel de Tamarindo, donde además de su guarnición, se encontraban las de Florencia y Marroquí, así como la Compañía A, que se trasladó hacia allí desde la zona de Francisco. El 31, las tropas sitiadas trataron de salir, pero se lo impedimos con nuestro fuego. Al día siguiente, 1o. de enero de 1959, ocupamos la instalación.

También los efectivos rebeldes de la provincia agramontina efectuaron acciones combinadas con los del Cuarto Frente Simón Bolívar, entre ellas: los ataques a Manatí y Jobabo. De este modo se daba cumplimiento a la misión planteada por el Comandante en Jefe Fidel Castro: evitar el movimiento enemigo hacia Las Villas y Oriente, con lo cual contribuyó al exitoso desarrollo de la Operación Santiago.

 

1 Tomado de: Ejército Rebelde. El Alma de la Revolución, t.2, ob. cit., pp. 119-124.