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Chávez: por ahora y para siempre

Fidel Castro condecora a Hugo Chávez Frías
Fidel Castro condecora a Hugo Chávez Frías

Cuatro años han pasado de la partida física del líder bolivariano Hugo Rafael Chávez Frías, sin embargo, su ejemplo y su pensamiento siguen en plena vigencia. Cuando este 5 de marzo retumben en su honor los cañonazos en el Cuartel de la Montaña, también lo harán de manera simbólica para recordar a quien vio en él un hijo: Fidel Castro Ruz.   
 
Justo a las 4 y 25 de la tarde ambos gigantes latinoamericanos despertarán para seguir guiando a los pueblos del mundo. Tuvo en Fidel al amigo desde su primera visita a Cuba en 1994.
 
Chávez continúa presente en su tierra querida. Está en los murales de las avenidas, en las pancartas, en las viviendas más humildes de los cerros, en los rostros. Fue admirado por sus seguidores y respetado por sus detractores. El niño que vendió los dulces típicos de los llanos, las arañas, hizo de un país su vida y a ese pueblo se dedicó hasta el último aliento.
 
El joven venezolano alzó su voz para denunciar las injusticias cometidas contra su pueblo y no dejó de luchar hasta cumplir su promesa de convertir a Venezuela en un mejor país. Fundó con ese objetivo el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 en 1982, y juró, bajo el Samán de Güere, iniciar la lucha para la construcción de una nueva Venezuela. Años después de ese juramento lideró la rebelión cívico-militar del 4 de febrero de 1992, génesis de la Revolución Bolivariana.
 
Su «por ahora» pronunciado cuando asumió su responsabilidad en esos hechos fue el impulso que recibió cada venezolano para despertar. Convencido de que la lucha armada no era la opción, inscribió su Movimiento
V República y fue electo presidente del país por primera vez en 1998.
 
Fue en el momento que inició un proceso profundo de transformaciones sociales, políticas, económicas, cul­turales y mediáticas que se mantienen actualmente.
 
Deshacerse de él fue una obsesión para sus enemigos. La violencia, la intriga, la manipulación, fueron las cartas jugadas por la oposición venezolana con el respaldo de Estados Unidos para sacarlo del Gobierno en el 2002. Sin embargo, fue el propio pueblo el que rescató a su Presidente. El fracaso del golpe de Estado en esos días de abril, lejos de enterrarlo, lo ubicaron como líder político, gracias también a su carisma.
 
Chávez escribió la historia latinoamericana y caribeña. Junto a otros líderes como Evo Morales, Rafael Correa, Daniel Ortega, Néstor Kirchner y Luiz Inácio Lula da Silva, cambiaron la fisonomía de estas tierras destinadas al olvido. Fruto de esa alianza se creó en el 2004 el ALBA, como alternativa a la estrategia norteamericana. Luego aparecieron otros mecanismos regionales como Unasur, Mercosur y la Celac. Todos con la huella indeleble del líder bolivariano.
 
A cuatro años de su muerte, a Chá­vez se le recuerda en Venezuela y el mundo por su legado político, por su carisma de llanero, su verbo encendido y su candidez humana.
 
No por gusto, cuando murió, Fidel escribió en sus reflexiones tituladas Perdimos nuestro mejor amigo (11 de marzo del 2013) lo siguiente: «Ni siquiera él mismo sospechaba cuán grande era. Nos cabe el honor de haber compartido con el líder bolivariano los mismos ideales de justicia social y de apoyo a los explotados. Los pobres son los pobres en cualquier parte del mundo».

Fuente: 

Periódico Granma

Fecha: 

03/03/2017