Noticias

Lo que hace a este libro necesario es el pueblo que lo habita

Un viaje de la amargura a la esperanza –como refiriera en sus palabras de presentación el ministro de Cultura, Abel Prieto–, transita las páginas del libro Hasta Siempre Fidel, volumen que testimonia el dolor del pueblo cubano durante los nueve días de duelo nacional por la muerte del líder histórico de la Revolución, Fidel Castro.
 
Editado por la Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, el título fue presentado recientemente en la Feria del Libro junto a una multimedia realizada por la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI).
 
Más de 500 fotografías de 41 autores, testimonios de 17 medios de prensa nacionales, provinciales y digitales, así como poemas de 20 autores compila este texto, que se distingue por la calidad de un diseño sobrio y el empleo de la tecnología más moderna en las artes gráficas.
 
Sobre el trabajo de edición de textos, diseño y la realización de la multimedia, Granma conversó con parte del equipo de trabajo que tuvo a cargo la composición de tan bello y necesario volumen, cuyo proceso comenzó el 28 de noviembre del 2016.
 
SELECCIÓN DE TEXTOS Y NOTAS
 
Notas breves, en apoyatura de las fotos, aparecen en 447 páginas del libro. La selección corrió a la cuenta de la doctora Rosa Miriam Elizalde:
 
«Los textos tienen un lugar discreto –explica– solo aparecen para aportar datos del contexto o subrayar una emoción, que le permita al lector, haya participado o no en las honras fúnebres, saber qué notas oficiales se generaron, qué son esas luces a lo largo de la carretera, cuántas personas dieron el adiós a Fidel, dónde se escuchó por primera vez la canción de Raúl Torres, a qué hora pasó la Caravana por cada pueblo, quiénes participan en las guardias de honor, qué se escuchaba en Santa Ifigenia cuando las manos de Raúl depositaron las cenizas del líder de la Revolución en el nicho en forma de piedra de río o qué expresaron los líderes cubanos y del mundo que le rindieron homenaje a Fidel en La Habana y Santiago de Cuba.
 
«El personaje central de este libro es el pueblo de Cuba que le dice adiós al más amado de sus contemporáneos. No es una compilación estrictamente cronológica, sino imagen y memoria de un hecho que sacudió telúricamente a nuestro país y a los revolucionarios del mundo».
 
–¿Qué criterios se asumieron para la selección y curaduría de los textos?
 
–El libro comienza el 25 de noviembre del 2016 con la triste noticia de la muerte del Comandante en Jefe, que ofrece Raúl al pueblo cubano, y cierra con la ceremonia de homenaje en el cementerio de Santa Ifigenia, el 4 de diciembre. Registra lo que aconteció en ese paréntesis de duelo popular e intenta precisar lo que acontecía a cada hora.
 
–¿Cuánto tiempo duró el trabajo de compilación?
 
–La edición y composición se realizó en un tiempo relativamente corto. Ya a fines de diciembre teníamos el primer boceto, que armamos como un rompecabezas. Los textos se ajustaron a la imagen, no al revés, como suele ocurrir en una obra testimonial.
 
–¿Qué importancia crees tiene este libro de cara a la historia?
 
–Dice un poeta que los seres humanos «somos nuestra memoria». La que está aquí no es la de un hecho cualquiera en la vida nacional, sino aquella marcada por el dolor y por la grandeza, en fecha que quedará para siempre en los libros de Historia. El homenaje de más de siete millones de personas a Fidel sacó de las entrañas de la tierra, como dijo Carilda Oliver, el amor de los cubanos por su líder y la tristeza enorme que acompañó su muerte, pero también el patriotismo, la imaginación, la ternura y la generosidad de nuestra gente.
 
«Hasta siempre Fidel es muy entrañable para el equipo de trabajo por otra razón: revela el talento de nuestros periodistas, sin los cuales no habríamos podido armar este libro. Casi cien reporteros y fotógrafos participan en una edición preciosa que nos hará llorar, pero nos hará querer más a este país, a su pueblo y a Fidel».
 
DISEÑO Y REALIZACIÓN
 
Impreso en cuatricomía, el ejemplar tiene una alta factura de acabado. A Ernesto Niebla correspondió el trabajo de entregar al lector una edición con un diseño limpio y pulcro.
 
–¿Cómo fue el proceso de selección y composición de las imágenes?
 
–El proceso de selección y composición de las imágenes fue fruto del trabajo en equipo, como todo en este libro; cuya materia prima primordial son las tremendas instantáneas captadas por fotógrafos y fotorreporteros de medios cubanos a lo largo de todo el país.
 
«Hubo que analizar y procesar un considerable volumen de imágenes y en no pocos casos recurrir a sus metadatos para confirmar su exactitud dentro de la cronología. La base para su selección, aparte de estándares técnicos obvios como el foco o el encuadre, fue su capacidad narrativa. La posibilidad de aportar muchos relatos paralelos relacionados con el hecho principal que es la reacción ante el hecho del fallecimiento del Comandante en Jefe».
 
–¿Qué técnicas de diseño se emplearon y qué recursos de impresión?
 
–Desde el mismo encargo de la tarea fue una premisa que el libro pudiera ser impreso en Cuba con los mejores estándares de calidad. Era una manera de rendir tributo a nuestro Comandante en Jefe, quien tanto hizo por el desarrollo de la industria poligráfica del país. Con el propósito de potenciar sus capacidades tecnológicas, se trabajó en estrecho diálogo con las imprentas Durero Caribe S.A. (donde se imprimió) y la Federico Engels (donde se encuadernó).
 
«Todo el volumen está impreso en cuatricromía de offset, mientras en la cubierta, sobrecubierta y cajuela se emplean además especialidades gráficas con el empleo de barnices y golpes de relieve. Se seleccionó un papel con un gramaje adecuado para resaltar la impresión del trabajo fotográfico. Se tuvo especial cuidado con la calidad de áreas de planos negros, abundantes en el libro».
 
–¿Cuán significativo crees que pueda ser este libro por su diseño y contenido?
 
–Lo pertinente a la situación era lograr una puesta en página sobria, transparente, digna. Pudo conseguirse este resultado trabajando como una sola persona; desde la visión inicial del compañero Alberto Alvariño, la capacidad de Rosa Miriam y la dedicación de Juan José Valdés. Lo que hace a este libro necesario es el pueblo que lo habita, pues le devuelve su imagen en un segundo único de su historia. No una imagen plañidera, sino una tristeza auténtica que, ante el hecho incuestionable de la muerte de uno de sus hijos más queridos, ama, y en ese gesto se preña de esperanza. Este es un libro que no hubiéramos querido hacer nunca. Lo creamos desde el dolor, también como pueblo. Pensar en la historia o en su trascendencia resulta demasiado ajeno a la prédica de Fidel. Que sea útil es más que suficiente.
 
LA MULTIMEDIA
 
Rislaidy Pérez Ramos, subdirector de Comunicación Institucional de la UCI, también tuvo a bien develar algunos pormenores sobre la realización de la multimedia.
 
«Lo asumimos como un compromiso de toda la comunidad universitaria y una forma de rendirle tributo póstumo a nuestro Comandante.
 
«En el desarrollo de la multimedia participó un colectivo de estudiantes y profesores, fueron poco más de diez personas que colaboraron en los diferentes roles. Intervinieron programadores, diseñadores, guionistas, musicalizadores, editores y animadores de video aportando cada uno desde su experiencia.
 
«Se tuvo que realizar un estudio profundo del libro, de todas las imágenes y de los nuevos materiales que integraron el producto final».
 
–¿Qué tiempo tomó su confección? ¿Usaron algún software en específico?
 
–Fue aproximadamente un mes, muy intenso, se trabajó incluso en las noches. El compromiso era muy grande. Un mes que incluyó todas las etapas: la concepción de la idea; la realización del diseño; el desarrollo en sí y luego la extensa revisión de los detalles finales.
 
«Para el desarrollo de la multimedia se utilizó la tecnología Electron, que permite crear aplicaciones multiplataforma de escritorio a partir de los lenguajes de programación JavaScript, HTML y CSS».
 
–¿Qué nuevos elementos aporta la multimedia que el lector no puede encontrar en el libro?
 
–La multimedia se enriquece con los elementos propios de este tipo de soporte, que no tiene el libro, y que poseen su propio lenguaje. Por ejemplo, la música, todo el recorrido por la navegación de la multimedia se puede hacer con una banda sonora de fondo que contribuye a reforzar los sentimientos que nos transmite el libro, y que son conmovedores. Los videos aportan nuevos contenidos también. Todos los materiales de la prensa escrita contribuyen a recoger la historia vivida en esos días. En general se puede interactuar con todos los contenidos, avanzar y retroceder, de alguna manera viajar en el tiempo y transportarnos a esos dolorosos días, no solo en imágenes, sino en textos, audios y videos.
 
–La multimedia se divide en dos menús, ¿qué puede encontrar el público en ambos?
 
–El menú principal, en forma de línea del tiempo, permite acceder o recorrer la esencia de las páginas del libro que son sus fotografías. El menú complementario ofrece un conjunto de información que nos permite ahondar en la esencia y el sentimiento del libro.
 
–Aunque tienen experiencia en este tipo de materiales, ¿cuán necesario crees que pueda ser este producto?
 
–El libro y la multimedia constituyen materiales que tienen el valor de conservar la memoria histórica de un momento trascendental de nuestro país. Poder apreciar en sus imágenes las expresiones cargadas de sentimiento y dolor, y a la misma vez poder ver los mensajes de unidad, compromiso revolucionario y esperanza en el futuro nos confirman el significado del líder para su pueblo y la confianza en la continuidad histórica de la Revolución Cubana. Eso lo podrán percibir también las nuevas generaciones.

Fuente: 

CubaCoopera

Fecha: 

13/02/2018