El líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, fue recordado en Sudáfrica por dirigentes del partido gobernante y otras organizaciones que destacaron su fructífera vida y el impacto de su quehacer en África.
 
El acto tuvo como sede la ciudad de Bloemfontein, capital judicial de Sudáfrica, con la asistencia del secretario general del Congreso Nacional Africano (ANC), Ace Magashule, la secretaria general de la poderosa central obrera Cosatu, Zingiswa Losi, y la vicepresidenta del parlamento e integrante del Comité Central del Partido Comunista de Sudáfrica, Lechesa Tsenoli.
 
Otros asistentes fueron representantes de la cooperación médica cubana en esa provincia situada a unos 450 kilómetros de Pretoria, de la Asociación de Sudafricanos Graduados en Cuba, de la Sociedad de Solidaridad, junto al embajador cubano en ese país Rodolfo Benítez.
 
En su discurso el secretario general del ANC resaltó que se trata de una figura legendaria que desarrolló una gran sociedad solidaria y humanista.
 
Hoy recordamos los dos años de la muerte de un hombre honesto, revolucionario, sincero que dedicó su vida a la dignidad de la humanidad, a la paz, expresó Magashule, quien calificó a Fidel Castro de un gigante inmortal que representa la esperanza para los pobres.
 
En la actividad, la secretaria general del Congreso de los Sindicatos de Sudáfrica (Cosatu) señaló que líder cubano demostró que otro mundo es posible y dio un ejemplo de humanidad, sacrificio, solidaridad, firmeza, fidelidad y disciplina.
 
La dirigente obrera se refirió a la resistencia de los cubanos durante casi 60 años de bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos y al negativo impacto que han tenido esas medidas punitivas.
 
Por su parte, la vicepresidenta del Parlamento Nacional Tsenoli apuntó que Cuba siempre está lista cuando otras naciones necesitan médicos, ingenieros, profesores o soldados “porque ese país comparte lo que tiene”.
 
Al cerrar este acto de recordación y homenaje, el embajador Benítez dijo que este es un día para celebrar la vida de Fidel y señaló que el líder revolucionario no ha muerto porque sus ideas permanecen y la lucha por un mundo mejor no se detiene.
 
El diplomático subrayó que la batalla por la justicia social no tiene fronteras y que la solidaridad con otros pueblos del mundo necesitados debe ser una cualidad esencial de cualquier revolucionario.
 
Subrayó que Fidel demostró que era posible defender el apartheid en Sudáfrica, preservar la integridad territorial de Angola y forzar la independencia de Namibia y se refirió a su permanente enseñanza acerca de “cómo vivir con dignidad, cómo elevar nuestra voces contra la injusticia y la discriminación y nunca descansar”.
 
Benítez aseguró que la Revolución Cubana mantendrá la defensa de sus principios y que la resistencia es un atributo del pueblo cubano, “que nunca renunciará la construcción de una nación soberana, independiente y socialista”.