Poemas

Canto Sexto

Quiero toparme con Fidel,  
Comandante Fidel, fidel, como su nombre,  
Fidel de barbas y de cojones bien puestos,  
Fidel de Sierra Maestra, de fusil con mira  
telescópica,  
de discursos agotadores  
y de machete violento cortando el cogollo de los cañaverales.  
Con Fidel, con el Fidel barbudo que todos reconocemos  
y que todos llevamos en nuestras cartucheras,  
Comandante Fidel,  
plantado firmemente, en la  
isla de Cuba,  
jodiendo oligarquías y mafias gariteras,  
señalando implacable con sus puños marxistas  
a toda la gusanera imperialistas de Miami y  
Florida.

Comandante Fidel, llamado compañero  
por el hombre sencillIo de los bohíos y los puertos,  
por los pescadores de langostas,  
por los trabajadores oscuros y silenciosos de las  
minas,  
por los campesinos que llevan en su piel de  
sagrados desnudeces  
las improntas infamias de látigos gamonales,  
por los estudiantes  
y por hombres de todas las parameras de la  
América morena  
que construyen sus armas  
con el enorme odio de su hambre,
con su amor, con sus muertes,  
con sus fugas de cárceles  
y sus airones rojos rompiendo el celaje de los  
cielos.  

Quiero toparme con Fidel,  
este Fidel, que removió y sigue removiendo  
con el palo del pueblo,  
con palo proletario,  
con palo zafrero,  
el puchero de América, cocinando en los torvos  
fogones  
de la historia burguesa,  
este Fidel tan entrañable con el arma en la mano,  
con el alfabeto en la mano,  
con la revolución agraria en la mano,  
con la mirada esperanzada en los niños mulatos  
de la isla de Cuba.  

Este Fidel tan gaucho, tan indio, tan lIanero,  
tan montañés,  
tan mensú de quebrachales y taninos,  
tan retoque de cobre,  
tan cholito de marineras y waynitus,  
tan minero de estaño,  
tan caipira de cafetales y bananos,  
tan siringuero de caucho,  
tan yatiri en las misteriosas ch' alias de los ritos  
andinos,  
tan cazador de caimanes,  
tan obrero de metalurgias y frigoríficos,  
tan fundición de estaño, tan torre de petróleo,  
tan constructor de puentes y caminos.  

Este Fidel,  
tan dinamita, tan pedrada,  
tan carajazo iracundo, tan cuchillo, tan balazo,  
tan paredón para gusanos y alcahuetes de la CIA,  
este Fidel, tan motín callejero, tan asalto de  
bancos,  
tan azúcar en Vietnam, tan azúcar en el Congo,  
tan dulce azúcar en los labios resecos  
de los héroes de Ñancahuazú. 

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