Operación Verdad: Para difundir la realidad cubana
Los días 21 y 22 de enero de 1959 se efectuó en esta capital la Operación Verdad, una reunión a la que concurrieron alrededor de 400 periodistas latinoamericanos y de otras regiones del mundo.
El hecho ocurrió tres días después de que el líder de la Revolución, Fidel Castro, dijera en Pinar del Río que convocaría a la prensa internacional para que viese la realidad de cuanto pasaba en Cuba.
Entonces el Movimiento 26 de Julio, junto a un grupo de prestigiosos periodistas, comenzó a cursar invitaciones para realizarlo con el propósito fundamental de desenmascarar públicamente al monopolio norteamericano de la información en sus campañas contra Cuba.
En la organización de esa acción de respuesta participaron, entre otros, Santiago Riera, quien vivió exiliado en Argentina y Jorge Quintana, decano del Colegio Nacional de Periodistas, que también acababa de regresar del exilio.
Igualmente concurrió Mario Kuchilán, periodista de Prensa Libre y de la TV, que fue torturado por Batista luego de los sucesos del Moncada.
A ellos se sumaron Jorge Ricardo Masetti, periodista argentino, quien estuvo en la Sierra Maestra y autor del libro "Los que luchan y los que lloran"; una semana antes, al retornar a Cuba, coincidió en el mismo avión con los padres de Che Guevara.
Asimismo viajó a La Habana Carlos María Gutiérrez, un prestigioso periodista uruguayo que visitó la Sierra en 1958.
En menos de 48 horas se organizó todo. Las embajadas de Cuba y la línea aérea Cubana de Aviación hicieron posible que alrededor de 400 periodistas vinieran a La Habana.
La mayoría se hospedó en el hotel Havana Riviera, sito en Paseo y Malecón, donde se crearon facilidades para la transmisión de las informaciones y el transporte de los periodistas, así como un cuerpo de intérpretes.
A su llegada a La Habana, se entregó a cada periodista un portafolio con fotos sobre algunos de los asesinatos y torturas de la dictadura, y las ediciones especiales de Bohemia con materiales que la censura no permitió publicar durante los siete años del régimen de Fulgencio Batista.
Periodistas de 20 importantes ciudades de Estados Unidos asistieron a la convocatoria, entre ellos Jules Dubois, del Chicago Tribune, y de quien algún tiempo después pudo saberse que era coronel de la Agencia Central de Inteligencia (CIA)
Invitados por el Gobierno Revolucionario participaron los representantes norteamericanos Adam Clayton Powell y Charles O. Porter, y el senador puertorriqueño Juan Fronfrías, quien era además presidente de la Asociación de Periodistas de ese país.
Powell, destacado líder del Movimiento de los Derechos Civiles, era un legislador negro de Harlem, quien pidió a Estados Unidos reconocer al Gobierno Provisional de Cuba, se destituyese a Earl T. Smith como embajador por haber sido "un hombre pro Batista" y se otorgase una ayuda de emergencia a Cuba por 200 millones de dólares.
Porter, congresista hasta 1961, exigía respeto para Cuba y se pronunciaba por el ingreso de China en la ONU; años después se opuso a la guerra de Viet Nam.
Representando a una revista de Caracas, donde entonces residía, estuvo un futuro premio Nobel de Literatura: el colombiano Gabriel García Márquez.
Otro participante latinoamericano fue Carlos Martínez Moreno, narrador y periodista uruguayo, quien como resultado de su experiencia durante la Operación Verdad publicó su novela El Paredón, en la cual hizo una aproximación a la realidad cubana en los primeros años revolucionarios.
Esta novela fue censurada en España, país donde Martínez Moreno, que integró el Frente Amplio y trabajó para la revista Marcha, vivió exiliado, pero después se trasladó a México, donde falleció en 1986.
La Operación Verdad tuvo dos momentos claves: una concentración popular el 21 de enero en la Avenida de las Misiones, frente al antiguo Palacio Presidencial, y al día siguiente Fidel Castro sostuvo un largo encuentro con los periodistas extranjeros y cubanos en el salón Copa Room del Havana Riviera.
Allí destacó la siguiente: "Hemos tenido muchos amigos entre los pueblos, pero estos han sido impotentes hasta ahora. Poco han podido hacer los pueblos de América. Y hay que observar cómo reaccionan contra nosotros determinados intereses, precisamente para quitarnos los únicos amigos que tenemos que son los pueblos... lo que se quiere es aplastar a la Revolución Cubana".
"¿Quieren ustedes los periodistas ayudar a los pueblos? Pues tienen un arma formidable en la mano: la opinión pública continental. Usenla, y verán como ayudan a redimir los pueblos y salvar muchas vidas".
A una pregunta de un reportero norteamericano sobre las personas y entidades que dirigían la campaña contra el Gobierno Revolucionario, Fidel contestó que en primer lugar debía culparse a las agencias internacionales de noticias.
El líder de la Revolución explicó el hecho de publicar en el extranjero que en Cuba se llevaban a cabo ejecuciones en masa de partidarios de la dictadura de Fulgencio Batista. "En los cables hay una insidia permanente", afirmó.
"Nosotros no tenemos cables internacionales. A ustedes, periodistas latinoamericanos, no les queda más remedio que aceptar lo que diga el cable, que no es latinoamericano. La prensa de América Latina deberá estar en posesión de los medios que le permitan conocer la verdad y no ser víctima de la mentira...".
Esas palabras de Fidel subrayaban la necesidad de organizar una agencia informativa latinoamericana al servicio de los pueblos y no de intereses de determinados grupos de poder en el hemisferio.
Una vez finalizada la Operación Verdad, un grupo de periodistas latinoamericanos se propuso instalar una nueva agencia de noticias; con tal propósito se integró una comisión organizadora en la cual sobresalían los nombres de Jorge Ricardo
Masetti y Carlos María Gutiérrez.
De esta forma se daban los primeros pasos para materializar más adelante la idea concebida durante la guerra de liberación en la Sierra Maestra.
La propuesta histórica de Prensa Latina se acordó por sugerencia del comandante Ernesto Che Guevara, en una conversación donde los organizadores de la agencia, que estaba próxima a constituirse, daban ideas al respecto.
Al margen de esto, tanto Fidel como el Che Guevara, que entonces era el presidente del Tribunal de Apelaciones sobre los fallos dictados por los tribunales revolucionarios, concedieron varias entrevistas exclusivas a algunos de los periodistas participantes en la Operación Verdad.
Fidel lo hizo desde la habitación 2324, de la suite Continental del hotel Habana Hilton, donde radicó la Comandancia de la Revolución, y el Che desde la Fortaleza de la Cabaña, en la cual se instaló desde su llegada a La Habana el 3 de enero de 1959.
El objetivo fundamental de esos encuentros era la denuncia de la campaña mediática sobre los juicios y fusilamientos de criminales de guerra en Cuba.
Claro, al regresar a sus países, fueron pocos los que pudieron publicar en sus periódicos lo visto en Cuba; algunos quedaron cesantes cuando insistieron ante los dueños de publicaciones pero todos, como nunca antes, se dieron cuenta de la libertad de prensa en esencia no era otra cosa que libertad de empresa.
Algunos de los periodistas participantes en la Operación Verdad comprendieron que se hacía necesaria una acción mayor, y se dieron a la tarea de fundar, el 16 de junio de 1959, la agencia informativa Prensa Latina para divulgar en el mundo, "con una óptica objetiva, pero no imparcial", sobre la realidad latinoamericana y de sus pueblos.
El hecho ocurrió tres días después de que el líder de la Revolución, Fidel Castro, dijera en Pinar del Río que convocaría a la prensa internacional para que viese la realidad de cuanto pasaba en Cuba.
Entonces el Movimiento 26 de Julio, junto a un grupo de prestigiosos periodistas, comenzó a cursar invitaciones para realizarlo con el propósito fundamental de desenmascarar públicamente al monopolio norteamericano de la información en sus campañas contra Cuba.
En la organización de esa acción de respuesta participaron, entre otros, Santiago Riera, quien vivió exiliado en Argentina y Jorge Quintana, decano del Colegio Nacional de Periodistas, que también acababa de regresar del exilio.
Igualmente concurrió Mario Kuchilán, periodista de Prensa Libre y de la TV, que fue torturado por Batista luego de los sucesos del Moncada.
A ellos se sumaron Jorge Ricardo Masetti, periodista argentino, quien estuvo en la Sierra Maestra y autor del libro "Los que luchan y los que lloran"; una semana antes, al retornar a Cuba, coincidió en el mismo avión con los padres de Che Guevara.
Asimismo viajó a La Habana Carlos María Gutiérrez, un prestigioso periodista uruguayo que visitó la Sierra en 1958.
En menos de 48 horas se organizó todo. Las embajadas de Cuba y la línea aérea Cubana de Aviación hicieron posible que alrededor de 400 periodistas vinieran a La Habana.
La mayoría se hospedó en el hotel Havana Riviera, sito en Paseo y Malecón, donde se crearon facilidades para la transmisión de las informaciones y el transporte de los periodistas, así como un cuerpo de intérpretes.
A su llegada a La Habana, se entregó a cada periodista un portafolio con fotos sobre algunos de los asesinatos y torturas de la dictadura, y las ediciones especiales de Bohemia con materiales que la censura no permitió publicar durante los siete años del régimen de Fulgencio Batista.
Periodistas de 20 importantes ciudades de Estados Unidos asistieron a la convocatoria, entre ellos Jules Dubois, del Chicago Tribune, y de quien algún tiempo después pudo saberse que era coronel de la Agencia Central de Inteligencia (CIA)
Invitados por el Gobierno Revolucionario participaron los representantes norteamericanos Adam Clayton Powell y Charles O. Porter, y el senador puertorriqueño Juan Fronfrías, quien era además presidente de la Asociación de Periodistas de ese país.
Powell, destacado líder del Movimiento de los Derechos Civiles, era un legislador negro de Harlem, quien pidió a Estados Unidos reconocer al Gobierno Provisional de Cuba, se destituyese a Earl T. Smith como embajador por haber sido "un hombre pro Batista" y se otorgase una ayuda de emergencia a Cuba por 200 millones de dólares.
Porter, congresista hasta 1961, exigía respeto para Cuba y se pronunciaba por el ingreso de China en la ONU; años después se opuso a la guerra de Viet Nam.
Representando a una revista de Caracas, donde entonces residía, estuvo un futuro premio Nobel de Literatura: el colombiano Gabriel García Márquez.
Otro participante latinoamericano fue Carlos Martínez Moreno, narrador y periodista uruguayo, quien como resultado de su experiencia durante la Operación Verdad publicó su novela El Paredón, en la cual hizo una aproximación a la realidad cubana en los primeros años revolucionarios.
Esta novela fue censurada en España, país donde Martínez Moreno, que integró el Frente Amplio y trabajó para la revista Marcha, vivió exiliado, pero después se trasladó a México, donde falleció en 1986.
La Operación Verdad tuvo dos momentos claves: una concentración popular el 21 de enero en la Avenida de las Misiones, frente al antiguo Palacio Presidencial, y al día siguiente Fidel Castro sostuvo un largo encuentro con los periodistas extranjeros y cubanos en el salón Copa Room del Havana Riviera.
Allí destacó la siguiente: "Hemos tenido muchos amigos entre los pueblos, pero estos han sido impotentes hasta ahora. Poco han podido hacer los pueblos de América. Y hay que observar cómo reaccionan contra nosotros determinados intereses, precisamente para quitarnos los únicos amigos que tenemos que son los pueblos... lo que se quiere es aplastar a la Revolución Cubana".
"¿Quieren ustedes los periodistas ayudar a los pueblos? Pues tienen un arma formidable en la mano: la opinión pública continental. Usenla, y verán como ayudan a redimir los pueblos y salvar muchas vidas".
A una pregunta de un reportero norteamericano sobre las personas y entidades que dirigían la campaña contra el Gobierno Revolucionario, Fidel contestó que en primer lugar debía culparse a las agencias internacionales de noticias.
El líder de la Revolución explicó el hecho de publicar en el extranjero que en Cuba se llevaban a cabo ejecuciones en masa de partidarios de la dictadura de Fulgencio Batista. "En los cables hay una insidia permanente", afirmó.
"Nosotros no tenemos cables internacionales. A ustedes, periodistas latinoamericanos, no les queda más remedio que aceptar lo que diga el cable, que no es latinoamericano. La prensa de América Latina deberá estar en posesión de los medios que le permitan conocer la verdad y no ser víctima de la mentira...".
Esas palabras de Fidel subrayaban la necesidad de organizar una agencia informativa latinoamericana al servicio de los pueblos y no de intereses de determinados grupos de poder en el hemisferio.
Una vez finalizada la Operación Verdad, un grupo de periodistas latinoamericanos se propuso instalar una nueva agencia de noticias; con tal propósito se integró una comisión organizadora en la cual sobresalían los nombres de Jorge Ricardo
Masetti y Carlos María Gutiérrez.
De esta forma se daban los primeros pasos para materializar más adelante la idea concebida durante la guerra de liberación en la Sierra Maestra.
La propuesta histórica de Prensa Latina se acordó por sugerencia del comandante Ernesto Che Guevara, en una conversación donde los organizadores de la agencia, que estaba próxima a constituirse, daban ideas al respecto.
Al margen de esto, tanto Fidel como el Che Guevara, que entonces era el presidente del Tribunal de Apelaciones sobre los fallos dictados por los tribunales revolucionarios, concedieron varias entrevistas exclusivas a algunos de los periodistas participantes en la Operación Verdad.
Fidel lo hizo desde la habitación 2324, de la suite Continental del hotel Habana Hilton, donde radicó la Comandancia de la Revolución, y el Che desde la Fortaleza de la Cabaña, en la cual se instaló desde su llegada a La Habana el 3 de enero de 1959.
El objetivo fundamental de esos encuentros era la denuncia de la campaña mediática sobre los juicios y fusilamientos de criminales de guerra en Cuba.
Claro, al regresar a sus países, fueron pocos los que pudieron publicar en sus periódicos lo visto en Cuba; algunos quedaron cesantes cuando insistieron ante los dueños de publicaciones pero todos, como nunca antes, se dieron cuenta de la libertad de prensa en esencia no era otra cosa que libertad de empresa.
Algunos de los periodistas participantes en la Operación Verdad comprendieron que se hacía necesaria una acción mayor, y se dieron a la tarea de fundar, el 16 de junio de 1959, la agencia informativa Prensa Latina para divulgar en el mundo, "con una óptica objetiva, pero no imparcial", sobre la realidad latinoamericana y de sus pueblos.
Fuente:
Prensa Latina
Viernes, Enero 21, 2011