Discorsi

Pronuncia discurso sobre los Juegos Panamericanos de Winnipeg, en Cienfuegos, 26 de julio de 1999.

Data: 

26/07/1999
En realidad, me emocionó mucho recibir esa primera medalla de oro cubana en las competencias panamericanas en Winnipeg. No la veo por ahí, me la han llevado ya (Risas). Yo se la pienso devolver a los que la ganaron; pero va a estar aquí acompañándonos en este acto.

Tiene mucho mérito esa primera medalla de oro, porque nunca vimos tanta trampa y tanta suciedad en una competencia deportiva panamericana, y todo para hostigar a Cuba, para desplazar a Cuba del segundo lugar, para beneficiar al país sede y para restar mérito a nuestro deporte.

Han hecho muchas trampas, el Comité Organizador propuso suprimir una serie de medallas. ¡Qué casualidad!, estoy seguro de que si Canadá y Estados Unidos fuesen los ganadores tradicionales de esas medallas se podía comprender perfectamente bien; pero han suprimido decenas de medallas de oro en siete deportes donde Cuba, como promedio, obtenía el 60% de esas medallas (Aplausos), y Estados Unidos y Canadá juntos obtenían solo el 30%, según informaciones que nos han dado los más conocedores de este tema. ¿A quién perjudica? A Cuba. ¿A quién beneficia? A Estados Unidos y a Canadá, especialmente a Canadá, que es sede, anhela desplazar a Cuba del segundo lugar, y cuyo Comité Organizador propuso esas supresiones. Todo, compañeros, a última hora.

En otras muchas cosas ha habido suciedades. Allí les han tolerado a los sempiternos, facinerosos y frustrados enemigos de la Revolución y mercaderes del deporte, tener todas las posibilidades y facilidades para hostigar a nuestra delegación, para exhortar a las deserciones, ofreciendo dinero y maravillas de Las mil y una noches. Se ha llenado aquello de scouts buscando atletas; anuncios por la prensa, de manera sutil o abierta, directa o indirectamente, por la televisión y otros medios masivos, para exhortar a la deserción, y cualquier caso que se produzca, ya saben ustedes de antemano el escándalo que arman. En esas difíciles y hostiles condiciones está compitiendo allí nuestro equipo.

En el béisbol, donde de manera especial nos quieren derrotar, porque saben que es el deporte nacional, y que nuestro equipo lleva un montón de años ocupando el primer lugar, con un impresionante récord de victorias en las competencias internacionales, también inventaron cosas. Allí ese deporte, como casi todos los deportes más importantes o más atractivos, se ha llenado de profesionales, en virtud del triste movimiento que se ha producido en los últimos años hacia la comercialización y la mercachiflicación de las actividades deportivas.

El amateurismo, que como nosotros lo concebimos es el deporte como derecho del pueblo y una actividad sana y libre del mercantilismo, con posibilidades para la recreación y la salud de toda la población, ya casi no existe; aquel sentido tan humano que tenía el deporte ha sido mixtificado, ha sido totalmente distorsionado y prostituido.

Son los países ricos realmente los únicos que pueden en realidad ser constantemente sedes de grandes competencias, organizar olimpiadas, comprar atletas. Si usted observa, verá que en muchos países ricos los atletas son antillanos, o latinoamericanos importados; en el caso de Europa, africanos y de otros países del Tercer Mundo. No producen ni siquiera los atletas para competir en muchas disciplinas, y entonces privan a todos esos países del honor de ganar una medalla; además, tienen todos los recursos económicos, todas las instalaciones y especialistas calificados que no disponen aquellos. En ese humillante privilegio se ha ido convirtiendo el deporte a nivel internacional.

Sé de países, como Santo Domingo, o Puerto Rico que es también un país, aunque esté allí convertido en una colonia (Aplausos), que reclamaban sus peloteros de Grandes Ligas, ya que hoy se admiten profesionales en todas las competencias amateurs, para que los representaran en estos Panamericanos y les dijeron que no; algunos de ellos, como Puerto Rico, no pudieron asistir, y la República Dominicana, desde luego, que también sufre por esto, tiene muy buenos atletas en el profesionalismo, no los autorizaron. Los países pierden el derecho de usar a sus propios ciudadanos, a los que educaron y prepararon, para que los representen en importantes lides mundiales.

Y, además, trampas y trucos.

En el béisbol, les decía, han inventado una cosa rara. Bueno, lo impusieron. Protestamos pero lo impusieron. Volvimos a protestar cuando se reunió el famoso congresillo técnico pero lo mantuvieron; alegaron que ya todos los asientos estaban vendidos, que ya todos los programas de televisión estaban concedidos y eso no se podía cambiar.

¿En qué consiste? Bueno, iban 10 equipos, ahora hay nueve porque Puerto Rico no pudo participar. Nosotros estamos en un grupo de cinco. Hay otro de cuatro. ¿Ustedes ven estos partidos, como el que se efectuó ayer? No, no valen de nada, ¡absolutamente nada!, se gana un juego y puede ser suficiente para clasificar, aunque pierda todos los demás; son más bien, y hay que tomarlo así, partidos de práctica, donde solo se elimina uno de los nueve.

¿Qué ocurre después que haya que participar en un montón de partidos que nada significan? Si nuestro equipo ganara todos los juegos contra los otros cuatro equipos de su grupo no vale en absoluto, no asegura nada; ni las posibilidades se incrementan para el primer lugar, ni se asegura ninguna participación en las olimpiadas, todo en beneficio del profesionalismo y para desacreditar el deporte amateur.

Quisieran eliminarnos del primer lugar aquí y, además, de la participación en las olimpiadas. ¿Qué inventaron? Eso. Después de estos primeros partidos donde tenemos que participar en cuatro de ellos, lo que inventaron fue una segunda etapa que le llaman de juegos cruzados. ¿En qué consiste eso? El uno de un grupo juega con el cuatro del otro, el dos con el tres y viceversa. Hay varios juegos cruzados, si nuestro equipo pierde uno solo se le aplica la llamada muerte súbita. Así que podemos ganar todos estos partidos, es decir, cuatro, y no tendría ningún valor; pero cuando empiecen estos juegos cruzados, el que pierda queda eliminado ipso facto.

Cualquier equipo puede perder un partido. Esto viola todas las reglas y precedentes al tratarse de solo nueve equipos. De modo que esos inventos se impusieron por el Comité Organizador con apoyo yanki, por motivos de tipo comercial, aunque no solo eso, sino para buscar mayores posibilidades de eliminar el fantasma de Cuba. Basta perder un solo juego, de los llamados cruzados, para que quedemos eliminados de la lucha por el primer lugar y de la participación en Sidney. Son inventos.

No les basta con los profesionales que tienen; Estados Unidos, profesionales todos; Canadá, profesionales todos; México ha tenido que seguir la misma línea, profesionales todos; República Dominicana, profesionales todos. No les basta a Estados Unidos y a Canadá con eso, tienen miedo a nuestro equipo y a la prueba que dieron allá en Baltimore, y lo quieren eliminar. Así por el estilo se ha organizado todo.

Conversaba unos minutos con los compañeros de canotaje que presentaron aquí la primera medalla de oro de Cuba, y me decían: Allí nos hicieron veinte basuras y nos dieron la peor carrilera y los lugares bajos. Así estamos compitiendo, en esas condiciones. Así se premia el esfuerzo de un pequeño país que ha tenido la gloria de derrotar a los equipos de Estados Unidos en unas competencias panamericanas, ocupando el primer lugar en 1991, con nuestros diez y medio millones de habitantes, que éramos entonces, algo que no ha hecho nunca ni ha podido hacer ningún otro país del hemisferio.

Con satisfacción vemos cómo nuestros instructores deportivos están presentes en el desarrollo del deporte en toda América Latina. Esos países forman parte de nuestra familia, a la que algún día estaremos unidos. Van trabajando y no nos importa que atletas latinoamericanos, entrenados por buenos instructores que Cuba envía, nos ganen medallas; nos alegramos, lo digo con entera sinceridad. Nuestra competencia es con los poderosos y los ricos.

Con ese espíritu han estado compitiendo, frente a la hostilidad, las seducciones y las trampas, en un terreno que ha sido convertido en terreno enemigo. Así es. Ocurre igual en otros lugares donde están las autoridades del Norte. Ya son dos Norte, el que había y uno un poco más arriba.
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