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El periodismo en Cuba: La Revolución (Cap. 46)

Foto de una sesión plenaria.

Fecha: 

26/11/2014

Fuente: 

Sitio CUBAPERIODISTA (UPEC)

Autor: 

En medio del proceso de rectificación de errores y tendencias negativas, se realizó  en el Palacio de Convenciones el V Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba, los días  24, 25 y 26 de octubre de 1986, con la participación de 540 delegados e invitados.
 
El lema del V Congreso, que contó con la presencia de Fidel Castro, fue «Por un periodismo crítico, militante y creador».
 
Se discutió el documento «El periodismo en Cuba: situación actual y perspectivas» que fue objeto de consideración en el IV Pleno ampliado de la Upec, efectuado en mayo, y del cual algo contamos en el capítulo anterior.  Ese documento fue posteriormente enriquecido y aprobado en asambleas en todos los 93 colectivos periodísticos existentes en el país.
 
En el documento final, presentado al V Congreso, destacaba que las tareas de la prensa cubana en el momento eran inseparables del empeño en que estaba enfrascada  la sociedad, bajo la dirección del partido, de rectificar  errores, extirpar males y perfeccionar nuestro socialismo.
 
“Debemos contribuir a ese empeño –se expresó por el comité nacional preparatorio en la sesión inaugural–, consagrándonos  como nunca antes al trabajo, por medio de la orientación y movilización  de la opinión pública, al tiempo que nos transformamos en  nosotros mismos, con plena conciencia de las limitaciones, deficiencias e insuficiencias que aún tenemos. Seremos más rigurosos  con nuestras propias faltas que con las faltas ajenas, y eso fortalecerá nuestra moral para abordar la crítica revolucionaria de la gestión social».  
 
La correcta aplicación de la política de cuadros en el sector, el  trabajo de formación y superación de los periodistas, la coordinación  más estrecha de la prensa con todos los organismos estatales  y políticos, un intento para definir el papel y el lugar de la información en nuestra sociedad, y una labor de dirección cada vez más  calificada, precisa y exigente, figuraban entre los puntos del documento  discutido por el V Congreso.
 
«Junto a estos factores –se exponía en el documento central–, resultará siempre decisivo el talento personal de cada periodista, su espíritu creador, la valentía, la inconformidad y la decisión de indagar y poner los resultados de su trabajo al servicio de los intereses del pueblo».
 
El congreso se pronunció por hacer un periodismo de opinión  más profundo y crítico, de manera tal que no hubiese posibilidad  de retroceso. «Será preferible ir despacio, pero con pasos firmes, consolidando cada avance, con irrevocable voluntad de llevar esta labor hasta sus fines superiores [...]. Todo el pueblo ha de ver que  nuestros medios, como exponentes de la revolución, no se quedan en la superficie de los problemas y son capaces de encararlos a fondo, en forma constructiva, pero a la vez enérgica y sin más compromisos que con la verdad y los principios», expresaba el documento
 
Al abordar el tema de cómo acrecentar el volumen y elevar la calidad de la información al pueblo acerca de la obra de la revolución y de las dificultades y problemas en torno a su ejecución, el documento central hizo, ente otros, los siguientes planteamientos:
 
• Nuestro periodismo debe informar y, al mismo tiempo, estimular la reflexión y el análisis.
 
• Continuamos adoleciendo de la falta de una sistemática política de divulgación de los principales asuntos y acuerdos en la gestión legislativa y ejecutiva del estado que deben ser informados al pueblo, lo que aconseja se designen voceros en la Asamblea Nacional del Poder Popular, el comité ejecutivo del Consejo de Ministros, el grupo central y en cada organismo de la administración central del estado. Los voceros tendrían la responsabilidad de informar a la prensa nacional sobre cualquier asunto que requiera pronunciamiento público. A ellos compete, de igual modo, asegurar el flujo de información a los corresponsales extranjeros acreditados o en tránsito por nuestro país de modo regular.  
 
[La comisión número 1, que discutió este documento en presencia del Comandante en Jefe Fidel Castro, cuyas observaciones y apreciaciones, en diálogo constante con los participantes contribuyeron decisivamente al esclarecimiento y orientación de los numerosos asuntos abordados, tomó el acuerdo, en relación con la recomendación sobre la designación de cuadros especializados como voceros, que se continuara estudiando esta medida a fin de determinar en qué instituciones resulta adecuado su establecimiento y obtener experiencias al respecto en determinados organismos antes de proceder a su generalización].
 
• Lo real es que la mayoría de los ministros y jefes de organismos con mayor o menor cortesía, evaden a la prensa y nadie habla tampoco en nombre de la institución.
 
• Subrayamos, por otra parte, la necesidad de que se desarrolle una política informativa sostenida que permita dar cuenta de manera natural y no traumática, como suele suceder hoy, de los movimientos de cuadros que se producen en el país.
 
• Insistimos en la participación más frecuente de dirigentes de organismos e instituciones, tanto de proyección nacional como en provincias, en espacios radiales y televisados donde se confronten con paneles de periodistas sobre temas específicos, en los que no se pretenda, como ha señalado críticamente el compañero Fidel, someterlo a un examen exhaustivo de toda su gestión. Estos espacios deben caracterizarse por su franqueza, su real interés, su carácter analítico y por la seriedad de su preparación y ejecución.
 
• La cobertura de un evento, reunión o actividad de un organismo estatal o de una organización política, social o de masas, es siempre una decisión de la dirección del órgano de prensa, y solo a él compete decidir su publicación, con la exclusiva excepción de las cuestiones concernientes a la defensa y la seguridad del país.
 
Respecto a cómo formalizar y profundizar la vinculación de los periodistas con el aparato del estado, el documento central expuso lo siguiente:
 
• El vínculo entre los periodistas y las instituciones estatales debe dejar atrás la práctica de «cobertura de un sector o un organismo» y también a proceder a la acreditación formal de periodistas ante los organismos de la administración central del estado. Por acreditación entendemos su participación habitual en reuniones internas, consejos de dirección o visitas de control.
 
• Necesidad de considerar en especial la participación permanente de los directores de los órganos de prensa nacionales en las reuniones del Consejo de Ministros, del comité ejecutivo y del grupo central, así como la participación eventual  en estas reuniones de los periodistas que atienden determinados organismos. Su participación no tendría como objetivo informar necesariamente sobre los acuerdos o decisiones de cada reunión, sino de dotar a estos compañeros del  necesario bagaje para su labor de dirección o para su análisis periodístico.
 
El documento debatido planteó también algunas medidas para mejorar el nivel de información y especialización de los periodistas. Entre ellas:
 
• Encuentros al menos mensuales de los primeros secretarios de los comités provinciales del partido y del comité municipal con los directores de los órganos de prensa provinciales y jefes de corresponsalías nacionales y, trimestralmente, con todos los periodistas de la provincia.
 
• Informar a los directores de órganos nacionales sobre los principales temas discutidos por el buró político y el secretariado que resulten de su interés.
 
• Organización de actividades de superación y especialización de los periodistas con participación de los departamentos del aparato auxiliar del partido.
 
En relación con el ejercicio de la crítica en los medios de información se señaló que el objetivo principal es que la crítica, en tanto que método de análisis y enjuiciamiento, aparezca y fluya de modo natural en nuestra información periodística, como parte y estilo de esta. «El ejercicio de la opinión y del criterio en la prensa –acordó el V Congreso– requiere dirección, orientación, establecimiento de prioridades temáticas y adecuación a los perfiles de los órganos de prensa; exigencia de exactitud y responsabilidad […]. Requiere también, y de modo muy particular, pleno dominio de la coyuntura internacional y de la situación nacional en la que se enmarca el fenómeno enjuiciado, de manera que nuestro trabajo no le haga el menor servicio al enemigo».
 
El documento en cuestión reprodujo unas palabras de Fidel sobre este tema: «Ningún enemigo nos va a criticar mejor que lo que nos criticamos nosotros. Porque nosotros sabemos mejor que nuestros enemigos dónde están nuestros problemas. Ellos ni lo saben. Incluso al enemigo le quitamos las armas, lo dejamos sin armas. La Revolución no se ha debilitado en estos días con motivo de las fortísimas críticas que se han emitido, no se ha debilitado, al contrario, yo creo que la revolución se fortalece en procesos de esta índole en que rectifica errores».
 
Mucho énfasis se hizo en tal aspecto durante los debates del V Congreso. Ante el fenómeno del llamado síndrome del misterio o mentalidad de mordaza motivados por la agresión, las amenazas y el bloqueo imperialista contra Cuba, se consideró que eran preferibles los errores de una comunicación amplia a los sinsabores del silencio.
 
Tener o no una ley de prensa, es decir, un instrumento jurídico, fue otro de los temas que se trataron en el V Congreso. Se consideró continuar los estudios sobre si era o no necesario tener una ley de prensa.  
 
Varias delegaciones de organizaciones de periodistas mundiales y regionales participaron en las sesiones del V Congreso, entre ellas la de la Federación Latinoamericana de Periodistas, encabezada por su secretario general Luis Suárez. También en las sesiones del Congreso estuvo el escritor y periodista Gabriel García Márquez, entre otras personalidades invitadas.
 
El V Congreso eligió por el voto secreto una nueva Presidencia, que la encabezó Julio García Luis, y de la que formaron parte Lázaro Barredo Medina, como vicepresidente, y Miguel Ángel de la Guardia, Eduardo López Morales, Eduardo Yassels Ferrer , Juan Marrero González, Guillermo Cabrera Álvarez, Cristóbal Martínez Hernández , Dolores Estévez Pérez , Miguel Rivero Lorenzo*, Virgilio Martínez Gaínza , Sonia Franco García, Carlos Pildaín Prats*. Evaristo Sardiñas Vera y Georgina Jiménez Villa . Otros 76 periodistas integraron el Comité Nacional de la Upec. (*Tiempo después abandonaron el periodismo revolucionario).
 
Dado la importancia de este V Congreso, en el próximo capítulo ampliaremos sobre su desarrollo y, en particular, las conceptualizamos expuestas por Fidel Castro en varias intervenciones durante ese encuentro de los periodistas cubanos.

Fidel en medio de un grupo de delegados e invitados al Congreso.
Gabo en el V Congreso. Dialoga con Fidel, Magaly García Moré y Juan Marrero.
Julio Garcia Luis asumió la presidencia de la Upec.