Para Fidel, el primer pensamiento este 1ro. de enero
El 1ro. de enero, día de victoria y libertad conquistada, es también un día de homenaje a Fidel, fundador de esa obra inmensa que es la Revolución Cubana, la misma que, más de seis décadas después, continúa siendo, como dijera el propio Comandante en Jefe, «motivo de fundado orgullo» y «hermosa e indestructible realidad».
Por ello este lunes, cuando Cuba celebró el aniversario 65 del triunfo revolucionario, fue para Fidel el primer pensamiento, y allí, ante la piedra monumento que guarda sus cenizas en el cementerio patrimonial Santa Ifigenia, el General de Ejército Raúl Castro Ruz, líder de la Revolución Cubana, le rindió sublime tributo, y también a los padres fundadores de la nación y a héroes y mártires de la Patria.
Poco antes de presidir el acto nacional por los 65 años de aquel enero emancipador, Raúl llegó hasta el monolito con nombre de pueblo, acompañado por el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez; por los Comandantes de la Revolución y del Ejército Rebelde, Ramiro Valdés Menéndez y José Ramón Machado Ventura, respectivamente; por miembros del Buró Político, dirigentes del Partido, del Estado y del Gobierno, y por las máximas autoridades del territorio oriental.
Las flores, el saludo militar y el silencio desbordado de palabras fueron el homenaje hondo al hombre que llevó hasta Santiago el porvenir en hombros rebeldes, y que lo sigue guiando hasta nuestros días.
Casi al caer la tarde en el camposanto santiaguero, el General de Ejército y los demás participantes también rindieron honores al Apóstol. De cara al sol, en el mausoleo que lleva su nombre, habita la certeza de ser cimiento y sostén de un empeño común, con todos y para el bien de todos.
Hasta Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria, el iniciador, prosiguió el tributo; y luego a Mariana Grajales, mujer semilla de quien brotó el coraje convertido en hijos.
Tampoco faltó, en el periplo de recordación, la visita acostumbrada a la bóveda familiar donde reposan, junto a sus padres, Frank País García y su hermano Josué, jóvenes asesinados por la dictadura batistiana. Su sangre inocente, lejos de amedrentar, puso bríos a la causa y afianzó la determinación de ser libres o mártires.
A pocos pasos de la tumba País García, donde se ubica el sitio de descanso de Armando Hart Dávalos, también llegó el General de Ejército, convencido de que la lealtad es un principio que merece todo reconocimiento.
Ante el monumento a Perucho Figueredo, autor del Himno Nacional, hizo un alto la comitiva, acaso para reafirmar que es perenne el llamado al combate, si de salvar la Patria se trata.
La Revolución que, como alertó el Comandante en Jefe aquel 1ro. de enero de 1959, no ha sido una tarea fácil, continúa reverenciando a sus hijos, y a la historia que, 65 años después, crece... y crecerá.