"Vivimos una etapa en que los acontecimientos marchan por delante de la conciencia de las realidades que estamos padeciendo. Hay que sembrar ideas, desenmascarar engaños, sofismas e hipocresías, usando métodos y medios que contrarresten la desinformación y las mentiras institucionalizadas. La experiencia de 40 años de calumnias caídas sobre Cuba como lluvias torrenciales nos ha enseñado a confiar en el instinto y la inteligencia de los pueblos".