Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en Dong Hoi, capital de la provincia de Quang Binh, Viet nam, el 16 de septiembre de 1973
Fecha:
Querido compañero Pham Van Dong;
Queridos compañeros representantes del Partido y de la Administración de la provincia de Quang Binh;
Queridos compañeros y compañeras representantes del Partido, de las organizaciones de masas, del ejército y del pueblo de Quang Binh:
Inicialmente nosotros habíamos pensado realizar una visita más prolongada a Viet Nam. Calculábamos que dispondríamos de tiempo para poder visitar numerosos lugares de este país. Pero cuando ya nosotros nos aproximábamos a Hanoi, comenzaron a llegar noticias de los sucesos en Chile, la noticia del golpe fascista contra el Gobierno de la Unidad Popular, que provocó una indignación muy grande en todo el mundo y especialmente en el pueblo cubano.
Por los deberes de solidaridad con el pueblo de Chile y por las dificultades que estaban surgiendo por los ataques a la Embajada Cubana y al barco mercante cubano, decidimos reducir nuestra estancia en Viet Nam. La visita se convirtió en una breve visita.
De todas formas, era imposible visitar a este heroico norte de Viet Nam sin visitar también el heroico sur. Era imposible, además, visitar Viet Nam sin visitar esta provincia de Quang Binh (APLAUSOS).
Además, Viet Nam, lo mismo del norte que del sur, no se puede mencionar sin Quang Binh, puesto que Quang Binh es el eslabón que une a los dos Viet Nam (APLAUSOS).
Sin embargo, surgieron más dificultades para visitar esta provincia, porque se recibió la noticia de que había un tifón en las proximidades de las costas de Norvietnam, y no se sabía si se podía llegar acá, aterrizar. Pero de todas formas el compañero Pham Van Dong y yo nos pusimos de acuerdo y dijimos: ¡Tenemos que llegar a Quang Binh de todas formas! iVamos a llegar antes que el ciclón! (APLAUSOS) Acordamos —el compañero Pham Van Dong y yo— adelantarnos al ciclón y llegar aquí primero que el ciclón. No hubo vacilaciones de ninguna clase (APLAUSOS). De este modo pudimos llegar a esta provincia y pudimos además cumplir nuestro objetivo, el objetivo de la Delegación cubana (APLAUSOS), de visitar la región liberada del sur (APLAUSOS) y encontrarnos con los representantes del Gobierno Revolucionario de Viet Nam del Sur y con los representantes de las Fuerzas Populares de Liberación.
Ha sido para nosotros un viaje de un gran valor, que nos ha permitido entrar en contacto con ustedes y conocer de cerca la heroica lucha librada por el pueblo de Viet Nam (APLAUSOS).
En nuestro país hay una gran admiración y un gran cariño por el pueblo de Viet Nam. La lucha heroica del pueblo vietnamita fue seguida de cerca, día a día, hora a hora, por el pueblo de Cuba. Nada hay más conocido, ni más familiar, ni más querido para nuestro pueblo, que el esfuerzo heroico realizado por el pueblo vietnamita (APLAUSOS).
Pero nosotros sabemos que Viet Nam ha sido abanderado de la lucha por la liberación. Si el pueblo de Viet Nam ha brindado al mundo un extraordinario ejemplo de patriotismo y de espíritu revolucionario, un insuperable ejemplo de valor y de heroísmo dentro de Viet Nam, este pueblo de la provincia de Quang Binh ha estado a la vanguardia (APLAUSOS), como vanguardia del norte y como retaguardia del sur, tal como se expresó aquí.
En nuestro viaje hacia acá, desde que nos acercábamos a la ciudad de Dong Hoi ya veíamos, ya podíamos ver las huellas de la guerra, el enorme número de cráteres producidos por las bombas de la aviación yanki. A lo largo del camino hacia Binh Dinh, hemos podido apreciar cuánta destrucción ocasionaron los imperialistas yankis, cuántos crímenes se cometieron contra el pueblo de esta provincia. Hemos podido apreciar cómo lo atacaban todo, cómo lo destruían todo —los caminos, los puentes, las comunicaciones todas—; cómo atacaban despiadadamente las ciudades y aldeas, cómo destruyeron casas, cómo destruyeron escuelas, cómo destruyeron hospitales. Hemos podido apreciar la guerra de exterminio que quisieron hacer contra el pueblo de esta provincia de Quang Binh.
Sabemos que más de un millón de bombas fueron lanzadas contra esta provincia; sabemos que durante años el pueblo se vio obligado a vivir prácticamente bajo tierra, a dormir bajo tierra. Con tanta cantidad de bombas y de metralla lanzados por los aviones y los barcos de guerra, nadie habría podido creer que se pudiera vivir en esta provincia, que quedara una sola persona viva en esta provincia. Por eso, el grande y extraordinario mérito histórico de ustedes es que, a pesar de esa extraordinaria cantidad de medios de destrucción empleados por los imperialistas, una cantidad tal que nunca se había empleado contra ningún otro pueblo del mundo...
En ningún lugar del mundo se han lanzado tantas bombas como las bombas lanzadas sobre la provincia de Quang Binh. Y ustedes, no solo sobrevivieron, sino que lucharon de tal modo que ocasionaron terribles pérdidas a los agresores en aviones y en barcos; capturaron numerosos pilotos piratas. Y no solo lucharon, no solo defendieron la patria, no solo defendieron la integridad de Viet Nam, no solo derrotaron a los agresores, sino que además mantuvieron la producción (APLAUSOS), mantuvieron la producción en los campos y mantuvieron la producción en los demás centros de trabajo. Y eso constituye una hazaña extraordinaria, eso lo hace a ustedes acreedores al respeto y a la admiración del mundo (APLAUSOS).
Nosotros no decimos estas palabras por halagarlos a ustedes; ustedes no necesitan que nadie los halague. Lo decimos porque así lo sentimos, porque así lo ve y así lo siente nuestro pueblo (APLAUSOS).
Ahora tenemos lo que ustedes llaman el ambiente de victoria. Y efectivamente, el pueblo de Viet Nam ha obtenido una gran victoria, una histórica victoria, después de casi 30 años de lucha; primero, contra los colonialistas franceses; y cuando se marcharon los colonialistas franceses, contra los imperialistas yankis. Pero ya hace casi 20 años los colonialistas franceses tuvieron que marcharse de Viet Nam, ¡y hace unos meses los imperialistas yankis tuvieron que marcharse todos de Viet Nam! (APLAUSOS)
En 1954 el país quedó injustamente dividido, artificialmente dividido, sin ninguna razón que lo justificara. Ahora las cosas son distintas, porque ahora una gran parte de Viet Nam del Sur está ya liberado (APLAUSOS), y las fuerzas revolucionarias son poderosas y tienen una moral muy alta frente a un régimen títere corrompido y desmoralizado.
No hay más que ver al pueblo de Viet Nam del Sur, la moral de los combatientes y la moral de los cuadros del Partido, para saber que la victoria definitiva frente a los títeres y frente al imperialismo será del pueblo de Viet Nam del Sur (APLAUSOS).
La lucha por el cumplimiento de los Acuerdos de París es hoy una gran bandera revolucionaria. Si los Acuerdos de París se cumplen, si se respetan los derechos democráticos del pueblo de Viet Nam, si se respeta el alto al fuego, si se respetan las zonas liberadas, si se liberan los prisioneros políticos y se establecen los derechos democráticos del pueblo, los títeres estarán irremediablemente derrotados (APLAUSOS).
Por eso, los títeres y los imperialistas tratarán de sabotear el cumplimiento de los Acuerdos de París. Y por eso, es deber de todos los pueblos del mundo brindarle al pueblo de Viet Nam su máximo apoyo, su total apoyo, en su lucha por el cumplimiento de los Acuerdos de París (APLAUSOS).
Y por eso, hay que estar preparados en todos los terrenos, en el terreno político, en el terreno económico y en el terreno militar. Hay que estar preparados y hay que estar alerta; porque, mientras más fuerte sea el pueblo vietnamita en todos los terrenos, menos se atreverán los títeres y los imperialistas a agredir al pueblo de Viet Nam.
Los imperialistas ya se van retirando en Viet Nam del Sur, pero siguen gastando miles de millones tratando de implantar allí el neocolonialismo. Sin embargo, hasta los imperialistas tendrán que convencerse un día de que están botando el dinero, y que aquel régimen no tiene ningún porvenir.
Los imperialistas, aunque son tercos, aunque son obstinados, tienen que saber que su causa está perdida.
Ustedes ahora están viviendo una etapa especial. Están enfrascados en las tareas de la reconstrucción, en el restablecimiento de las comunicaciones, en el apoyo a las regiones liberadas del sur. Esto requiere un esfuerzo grande, un esfuerzo duro.
Pero, sin embargo, nosotros estamos seguros de que ustedes cumplirán en esta etapa sus tareas, lo mismo que hicieron durante los ocho años de guerra de destrucción (APLAUSOS).
Ustedes en la guerra no solo mantuvieron la lucha y la producción, sino que las escuelas se mantuvieron; se mantuvieron las escuelas. Y nos han contado cómo durante esos años más de 100 000 niños continuaron recibiendo su educación en Viet Nam (APLAUSOS).
Es que el pueblo de Viet Nam es hoy un pueblo muy aguerrido, un pueblo que sabe cumplir sus metas y sus objetivos, sin desanimarse ante ninguna dificultad, sin detenerse ante ningún riesgo. Es un pueblo que ha aprendido a vencer todos los obstáculos.
Y en esta tarea de ustedes nuestro pueblo también brindará su modesta cooperación.
Cuba es un país pequeño, y es también un país pobre. Pero sin embargo está dispuesto a cooperar en la reconstrucción de Viet Nam en la medida de sus fuerzas (APLAUSOS).
Nosotros sabemos que si todos los pueblos revolucionarios y progresistas hacemos un esfuerzo en la medida de nuestras fuerzas, entre todos podremos cooperar mucho con Viet Nam.
El pueblo cubano participará en el desarrollo de diversas obras, en diversos lugares de Viet Nam. Pero entre esas obras estarán ciertos trabajos en la provincia de Quang Binh (APLAUSOS).
Se nos ha solicitado que trabajemos en la planificación de la nueva ciudad de Dong Hoi. Les voy a confesar una verdad; nosotros no tenemos mucha experiencia en la planificación de ciudades, pero nosotros tenemos algunos arquitectos y algunos ingenieros competentes, y aunque esos ingenieros los necesitamos en Cuba, de todas formas les hemos dicho que empiecen a trabajar y se preparen para realizar los trabajos de la nueva ciudad que el Gobierno de la República Democrática de Viet Nam quiere llevar a cabo en Dong Hoi y en otros lugares de esta provincia (APLAUSOS).
Y nosotros nos esforzaremos por cumplir bien ese trabajo de planificación (APLAUSOS).
Pero, además, el pueblo de Cuba contribuirá con la construcción del hospital de Dong Hoi (APLAUSOS). Y queremos comenzar a realizar esa obra lo más rápidamente posible (APLAUSOS).
Construiremos y equiparemos completamente el nuevo hospital de Dong Hoi, y estudiaremos qué nuevas formas de cooperación podemos realizar con esta provincia y con esta ciudad (APLAUSOS).
Vendrán cubanos también a trabajar en la construcción de este hospital. Y estoy seguro de que harán su mayor esfuerzo (APLAUSOS), como reconocimiento a los méritos, como reconocimiento al patriotismo y al heroísmo de ustedes (APLAUSOS).
Pero cuando nosotros brindamos nuestra cooperación, en la medida de nuestras fuerzas, al pueblo heroico de Viet Nam, realmente no somos acreedores a que nos den las gracias. No es un obsequio al pueblo de Viet Nam: ¡es un reconocimiento de lo que Viet Nam se merecen (APLAUSOS) ¡Es un deber sagrado de nuestro pueblo, y de todos los demás pueblos, con el pueblo de Viet Nam! (APLAUSOS)
Es así como nosotros vemos las cosas.
Ustedes han derramado mucha sangre y han pagado un precio muy alto de sacrificio luchando por su independencia; pero al luchar por su independencia, ustedes han luchado contra el imperialismo yanki, que es el imperialismo más agresivo y más poderoso del mundo; es la vanguardia, es la cabeza del imperialismo. Ustedes se han enfrentado a las armas modernas, a las técnicas más modernas de guerra. Y al luchar contra el imperialismo, y al vencer al imperialismo yanki, no solamente han servido a la causa de la independencia del pueblo de Viet Nam, sino que han servido también a la causa de la independencia de los demás pueblos del mundo (APLAUSOS), han servido al movimiento de liberación de todo el mundo.
La opinión mundial durante muchos años ha escuchado, día por día, las noticias de los sacrificios del pueblo de Viet Nam, del heroísmo del pueblo de Viet Nam, de las batallas que tenían lugar en Viet Nam, de la sangre que se derramaba en Viet Nam. ¿Qué menos puede hacer el mundo, y qué deber más elemental que el de cooperar con la reconstrucción de Viet Nam? (APLAUSOS)
Y nosotros planteamos esta cuestión en la Conferencia Cumbre de países No Alineados: el deber de todos los países revolucionarios y progresistas de cooperar en la reconstrucción de Viet Nam.
Es por eso que no tiene nada de extraño que nuestro pueblo sienta una gran simpatía por Viet Nam (APLAUSOS) y de que nuestro pueblo esté dispuesto a cooperar, en la medida de sus fuerzas, con el pueblo de Viet Nam. En todo lo que nosotros podamos cooperar, cooperaremos, porque así estaremos cumpliendo un elemental deber moral y un elemental deber internacionalista (APLAUSOS).
Estos son los sentimientos de nuestro pueblo, y nos place mucho poderlos expresar aquí en el seno de esta provincia heroica.
¡El mundo tiene que estar agradecido de ustedes, porque ustedes han dado un gran ejemplo, porque ustedes han dado una gran lección, porque ustedes han demostrado que un pueblo digno, un pueblo valiente, un pueblo heroico, un pueblo revolucionario, no puede ser derrotado por nada ni por nadie! (APLAUSOS)
Cuando los imperialistas yankis llegaron a Viet Nam, venían con la frente alta, llenos de orgullo, llenos de soberbia, llenos de confianza en sí mismos. Creían que su técnica y sus armas eran todo poderosas e invencibles. Y por eso vinieron desde 20 000 kilómetros a agredir al pueblo de Viet Nam. ¿Pero cómo se han marchado? ¡Se han marchado con el orgullo destrozado, con la confianza en sí mismos aniquilada! ¡Se han marchado con la cabeza baja, abochornados y derrotados! (APLAUSOS)
Ellos no podían sospechar jamás que un pueblo humilde y pobre como el pueblo vietnamita, un pueblo de obreros y campesinos, un pueblo que tiene que luchar y sudar duramente para ganarse el pan, podría resistir a su agresión. ¡Y ustedes lo han demostrado al mundo que sí se podía resistir, que el pueblo entero era capaz de luchar: jóvenes y viejos, hombres y mujeres, niños y adultos, desde la compañera hasta la madre! ¡Eran capaces de trabajar y eran capaces de empuñar las armas por defender su patria y por defender su justa causa! (APLAUSOS)
No son ustedes los que tendrán que agradecer al mundo su cooperación. ¡Seremos nosotros, los hombres y mujeres de otros países, los que tendrán que estar eternamente agradecidos por el servicio que ustedes le han prestado a la humanidad! (APLAUSOS)
Para nosotros poder cooperar con el pueblo de Viet Nam es un alto honor por el cual tenemos que darles las gracias (APLAUSOS).
Nuestra visita está a punto de finalizar. Tenemos que regresar a Hanoi. El tifón todavía deja sus efectos, el avión tiene que volar a una hora fija y, por tanto, dentro de algunos minutos nos marcharemos. Pero tengan la seguridad de que nuestra Delegación deja aquí sus mejores sentimientos, de que nuestra Delegación deja aquí su corazón junto a ustedes, que nuestras almas se marchan llenas de admiración, llenas de cariño, y que nuestras mentes, nuestros cerebros regresan cargados de las impresiones y de los recuerdos de heroísmo que hemos visto en este pueblo (APLAUSOS); que siempre recordaremos a Viet Nam y siempre recordaremos a Quang Binh (APLAUSOS); que siempre pensaremos en ustedes, que siempre seremos solidarios con ustedes (APLAUSOS).
Algunos de ustedes nos han visitado. Ojalá siempre, con frecuencia, hijos de esta provincia visiten y conozcan a nuestro pueblo, para que nuestros lazos se estrechen cada vez más (APLAUSOS).
Les agradecemos los hermosos presentes que nos han hecho y les agradecemos la hermosa bandera y los demás recuerdos, pero sobre todo les agradecemos este puñado de tierra de la provincia Quang Binh que ustedes nos han entregado (APLAUSOS), tierra heroica regada con el sudor y la sangre de un pueblo mil veces heroico (APLAUSOS).
¡Llevaremos esa tierra para mezclarla con la tierra cubana, al igual que están mezcladas nuestras ideas revolucionarias y están mezclados nuestros corazones! (APLAUSOS)