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El eterno agradecimiento a la Patria bolivariana

Una multitud recibió a Fidel en Venezuela, primer país visitado por el líder cubano, tras el triunfo de la Revolución de 1959. Foto: Archivo

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Periódico Granma

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Una Caracas expectante recibe al líder rebelde, apenas 22 días después de la victoria revolucionaria. Es el primer viaje de Fidel luego del triunfo en la Mayor de las Antillas y va en gesto de agradecimiento porque “de Venezuela, Cuba solo ha recibido favores”.
 
Ese 23 de enero de 1959 la nación sudamericana conmemora un año del derrocamiento de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Miles de personas se congregan en el aeropuerto de Mai­quetía para recibirlo, entre ellas el contralmirante Wolfgang Larrazábal y Fabricio Ojeda, protagonistas de la victoria popular.
 
Sus primeras palabras son sobre la unidad de los pueblos latinoamericanos y caribeños: “ojalá que el destino de Venezuela y el destino de Cuba y el destino de todos los pueblos de América sea un solo destino, ¡porque basta ya de levantarle estatuas a Simón Bolívar con olvido de sus ideas, lo que hay que hacer es cumplir con las ideas de Bolívar!”.
 
Fidel se dirige luego hacia la Universidad Central de Venezuela donde realiza un re­cuento sobre la lucha que libró en su país.
 
Durante su breve estancia en tierras bolivarianas visita el imponente cerro El Ávila, cuyas montañas le recuerdan las de la Sierra Maestra en el oriente cubano.
 
“Venezuela es la patria de El Libertador, donde se concibió la idea de la unión de los pueblos de América. Luego, Venezuela debe ser el país líder de la unión de los pueblos de América”, expresa. Y así sucede. Años después, otra Venezuela recibe a Fidel. La de Chávez y su proyecto bolivariano.
 
La amistad con ese visionario, el joven venezolano que, como él, cree en una Amé­rica unida y que asume los ideales de Bolívar y Martí, trasciende la admiración mutua y se traduce en un proyecto de beneficio para los pueblos latinoamericanos.