Mi Fidel
Tengo tantas cosas que decirte; mi Comandante en Jefe, mi Fidel. Perdóname por hacerte mío; pero desde niña me has enseñado a andar, a crecer, a ser quien soy.
Recuerdo de mi niñez, el acompañarte en cada visita a Cienfuegos, estabas ahí y te sentía tan mío. De adolescente y adulta ansié tanto abrazarte, decirte: “Gracias Comandante. Gracias por la Revolución.”
Eres el gran líder que comanda un pueblo, eres Revolución. Siempre estarás en mi corazón, en el corazón de cada cubano, de cada revolucionario. Te recordaremos en la primera línea de combate, al lado de los humildes, de los revolucionarios.
Soy de los que crecimos contigo, de los que aprendimos el amor a la Patria, a Martí, a los caídos por nuestra libertad, de los que llevaremos adelante la Revolución, nuestra Revolución, tú Revolución.
Ver pasar la caravana, ver el cedro que acoge tus cenizas, verte ahí, es triste; pero quiero pensar que estas en todos, que estas en mí. Cuba es Fidel, Yo soy Fidel.
Te siento tan cercano que no puedo dejarte ir. Siempre me acompañaras, en mis recuerdos, en mi vida. Hoy te lloro pero puedes estar tranquilo; Cuba entera te llora, pero nos alzaremos con las banderas de la dignidad y la libertad de los pueblos, hoy y siempre seremos Revolución.
No nos despedimos, solo recibe un abrazo bien fuerte y un Hasta Siempre Comandante.
Siempre serás mi Fidel y yo siempre gritaré desde lo más profundo de mi alma: Yo soy Fidel.